La delincuencia (IV)
01/08/2006
- Opinión
El objetivo fundamental del imperio en nuestros países, en lo que se refiere a la delincuencia, es mantener a los delincuentes la mayor cantidad posible de tiempo en libertad, para que contribuyan al desencuadernamiento de nuestras sociedades y hacer mas fácil su dominación.
Para ello el imperio procura modificar la legislación nacional, empleando “teóricos” que se encargan de convencer a los ilusos de las bondades de esas modificaciones. Así vemos como en la Ley de Régimen Penitenciario, actualmente en discusión en la Asamblea Nacional, se expresa tajantemente que la misma “tiene por finalidad....reglamentar, organizar y desarrollar la Política Penitenciaria Nacional a través del Estado, en aras de garantizar un sistema que asegure el respeto a los derechos humanos y la rehabilitación de la persona sometida bajo procesos penales, con miras a su reinserción en la sociedad”
En lo personal pienso que esa afirmación desvirtúa completamente el concepto de las cárceles. El sistema penitenciario debe ser fundamentalmente para que el delincuente pague una penitencia por el delito que cometió. Claro que al resto de los ciudadanos nos interesa que al salir ese reo, se reinserte en la sociedad para que no cometa mas crímenes. Pero una cosa es establecer un régimen penitenciario para hacer cumplir una pena y como elemento subsidiario, preparar al individuo para su reinserción que ese régimen sirva en lo fundamental a “la rehabilitación de la persona sometida bajo procesos penales, con miras a su reinserción en la sociedad”. No es lo mismo ni se escribe igual. Es mas, la mejor forma de garantizar que el delincuente no reincida es que, después de cumplir su pena, le tenga temor a volver a caer preso. Es el antiquísimo sistema de educación mediante el castigo y el premio.
Pero para poder entender esto mejor, voy a reproducir partes de dos extensos y muy bien elaborados trabajos de los periodistas Lisseth Boon y Jorge Chávez Morales, publicados en la edición del 23 de julio de 2006 en el Diario Ultimas Noticias, en los cuales se describe la vida en el único penal del área metropolitana de Caracas, bautizado como “Casa de Reeducación y Trabajo Personal El Paraíso” (La Planta), diseñado para albergar a 400 reclusos y que hoy tiene 1.119, y la principal cárcel del Estado Bolívar.
Con relación a la primera leemos que : “En La Planta los reclusos no están confinados a celdas que le impidan caminar libremente por las áreas en las cuales han sido asignados” los llamados pabellones. Algunos de ellos “albergan habitaciones parapetadas con telas a manera de tabiques, que intentan en vano vencer la falta de intimidad de la carcel.” Pero el preso no puede transitar por otros pabellones “sin la autorizacion de los lideres...Como en la dinamica de los barrios caraqueños, resulta peligroso y hasta mortal entrar en territorio enemigo... Un latigazo en la espalda alerta que se esta pisando en terreno ajeno” “Sobra las esterillas tambien reciben a sus familiares durante los dias de visita, e improvisan almuerzos caseros guardados en potes de arroz chino. Los hombres aprovechan los minutos para abrazar y acariciar a sus mujeres, acostados sin pudor al lado de otras parejas”
Hay sectores donde residen “inquilinos distinguidos por el tipo de delito, poder adquisitivo o nivel intelectual...(que) utilizan el mismo metodo de construccion de habitaciones con paredes y techos de sabanas, pero en su interior albergan mayores comodidades como camas con colchon ortepedico, televisores, equipos de sonido, ventiladores e incluso computadoras”
A las puertas de pabellones hay “porteros (presos) a la entrada para garantizar la seguridad de los reclusos...de mirada esquiva y revolver en mano. A pocos metros se encuentran los custodios oficiales, obviando la presencia de las armas. Los huecos de bala en las paredes de la fachada dan cuenta del impacto de los enfrentamientos entre bandas dentro del penal”
En dicha carcel, al igual que en la mayoria de los centros penitenciarios, existen presos agrupados en Iglesias Protestantes que expresan que “Cuando hay motines y peleas violentas entre los pabellones, donde abundan las pistolas, chuzo y la droga, siempre somos intermediarios. Los presos confian mas en las iglesias que en los guardias nacionales”
Por otra parte “Los celulares dentro de La Planta son moneda comun que mantienen en contacto a los presos con “la calle”, el mundo exterior. Su incorporacion forma parte del mercado negro del recinto. Tambien se han convertido en valiosos instrumentos para organizar protestas entre los 14 penales del pais y negociar levantamientos de huelga con el gobierno”. Al respecto la periodista reseño que “un reo le enfatizo su enojo con un revolver en mano por los “lentos efectos” de la protesta nacional.”
Y si asi es en Caracas, en las carceles del interior del pais la diferencia no es muy grande. En el reportaje sobre el penal de Vista Hermosa se lee la declaracion de un preso, Wilmer Brizuela, que para tomar el control de los presos y “mantener la calma en ese penal tuvieron que matar a algunos presos que se resistian a la implementacion de lo que ellos llaman humanizacion”...”Primero se resistieron (los presos) pero despues, poco a poco, fueron obedeciendo por el temor al caracter explosivo de “Wilmito” y al pocoton de armas con que cuentan sus colaboradores”...”Sin embargo, todavia los presos del area de taller se resisten a obedecer la autoridad de “Wilmito” y reciben a sus visitas sin camisa, en interiores, cholas o descalzos, despeinados y sin ningun tipo de limpieza” al punto que en el reportaje se afirma que “La convivencia en la prision no es sencilla. Al igual que en los cuarteles, los lideres (de las bandas) obligan a los presos a que hagan guardia armados para evitar ser atacados por sus rivales”
El “Ensayo sobre la Ceguera” de Saramago palidece ante la realidad actual en las carceles venezolanas.
De lo anterior se deduce que existen dos graves problemas en el manejo penitenciario. El primero referido al diseño y funcionamiento de las carceles, en las cuales los presos estan agrupados en pabellones, que resultan ser una especie de minicampos de concentracion, en donde decenas o centenares de reclusos pasan su tiempo de castigo. Alli duermen de noche, conviven e interactuan de dia, y hasta reciben las visitas, creandose verdaderos ecosistemas, con consecuencias desastrosas para la sociedad, constituyendose en verdaderas universidades del crimen. Han sido numerosos los estudios que sobre las desviaciones negativas que se presentan en el comportamiento humano cuando grupos de individuos viven mucho tiempo en ese tipo de condiciones.
Si bien ese clima resulta traumatico para quienes caen en la prision por accidente o para quienes no tienen una mente totalmente criminal, es un caldo de cultivo ideal para los delincuentes de profesion. Se mueven en ese ambiente como peces en el agua, en donde los “jefes” y sus colaboradores controlan y obtienen pingues provechos. Para ellos ese tipo de prision no resulta un castigo sino otro “teatro de operaciones”.
El otro problema es el numero de las carceles. 14 penales, diseñados para albergar poco mas de 10.000 reclusos evidentemente no son suficientes para un pais en el cual en tres años se han asesinado a cerca de 30.000 personas, sin contra los otros delitos como el robo y el atraco, tan o mas numerosos que los asesinatos.
UN PAIS SIN PERSONALIDAD
Lo triste del caso es que las legislaciones que se discuten y aprueban parece que son estudiadas y redactadas en el exterior o por extranjeros. Y si no, lease la siguiente argumentacion contenida en el proyecto de la Ley de Regimen Penitenciario, actualmente en discusion en la Asamblea Nacional:
“Se preferira el regimen abierto y el caracter de colonias agricolas penitenciarias….reacuerdese que buena parte de la poblacion penal venezolana es campesina o tiene raices campesinas” Afirmar esto ultimo es un verdadero disparate.
Por supuesto que los “iluminados” no tocan el que a todas luces es el problema central, el de la organizacion interna de las carceles, fundamentalmente el de la existencia de los pabellones, mas bien lo santifican. Claro, para eso hay que venir a esa Venezuela que ellos consideran llena de campesinos delincuentes.
Con el agravante de que probablemente dentro del grupo de “iluminados” que redactan las leyes existen agentes del imperio o personas influenciados por ellos. Esto lo afirmo ya que en el mencionado proyecto se propone la privatizacion de las carceles, contradiciendo la supuesta postura “antineoliberal” del ejecutivo.
Esa influencia es tan poderosa que, ante la derrota sufrida en el pasado del proyecto de privatizar el agua, ya lograron que se proponga una nueva Ley de Aguas, que permite dar en concesiones a empresas extranjeras, o a sus testaferros locales, el control de ese vital liquido, propiedad de todos los venezolanos.
Repito lo que exprese en anteriores articulos. Hasta que no erradiquemos esa cachiferismo mental y no alcancemos una verdadera soberania legislativa, Venezuela no podra salir nunca del atraso y acometer el desarrollo.
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