La delincuencia (I)
29/06/2006
- Opinión
La delincuencia se ha desbordado en Venezuela alcanzando niveles verdaderamente pavorosos. Solo en el año 2004 se registraron 9.719 homicidios (Diario Ultimas Noticias, 14-05-2006, pag. 28) es decir, que en solamente tres meses en nuestro pais ocurren tantas muertes violentas como las sufridas por el ejercito norteamericano en Irak desde que se inicio la guerra en ese pais hace ya mas de tres años.
Ese aumento ha sido sostenido en las ultimas decadas. Asi vemos como, segun el mismo diario, ya para el año 1993 el homicidio desplazo a los accidentes de transito en la primera causa de muerte en hombres entre 15 y 19 años. A simple vista, pareciera que es una problematica de los venezolanos, y de su incapacidad de atacar la criminalidad.
Sin embargo, esto no es asi. Ese incremento de los indices delincuenciales se ha observado con igual o mayor intensidad en el resto de los paises latinoamericanos desde hace mas de 15 años, producto de la implantacion en nuestra region del plan de dominacion neoliberal, el cual contempla, aparte de las conocidas “recetas economicas”, la imposicion de nuevos “valores” en nuestra estructura social, incluyendo, por supuesto, la legislacion penal.
Es asi como nuestras sociedades se han ido desencuadernado aceleradamente, desmoronandose muchos de los valores espirituales que le han servido de sosten a nuestras nacionalidades. Junto al aumento de la criminalidad vemos tambien, por mencionar solo un caso, como nuestra nacion se ha convertido en un gigantesco casino, con una proliferacion anormal de bingos, remates de caballos, loterias, y de cuanto juego de envite y azar se conoce, con el fin de inculcar en la mente de nuestro pueblo la cultura del juego y desterrar la del trabajo creador. Es la misma estrategia que siguio Inglaterra cuando pretendio imponer el consumo del opio en China para destruirla moralmente.
Esa imposicion imperial es lo que explica el porque sus miserables vasallos, que lideran la mal llamada “oposicion democratica” y los gusanos dueños de la mayoria de los medios de comunicacion, no atacan las causas de la delincuencia, sino que se limitan a esgrimirla como mera bandera politica. En el fondo la apoyan y sostienen.
Un ejemplo triste y dramatico de como la imbecilidad de estas “nuevas” legislaciones penales, llamadas acusatorias, ha contribuido al aumento de la delincuencia lo tenemos en el lamentable asesinato de ese gran dirigente revolucionario Simon Saez Merida a manos del hampa, ocurrido cuando el automovil en el que se desplazaba fue impactado por un objeto contundente en el parabrisas, lanzado para obligar a detener el vehiculo y proceder a su posterior asalto.
Le reproducire al lector las declaraciones de un jefe policial al diario El Universal y publicadas el 30-04-2005, el cual “admitio que los llamados “vikingos” (los asesinos) suelen lanzar objetos a la via e inclusos colocan barricadas para provocar que los vehiculos se detengan y luego asaltan a los incautos conductores.. el problema se presenta porque la mayoria de las victimas no suelen formalizar las denuncias. No podemos procesarlos por flagrancia porque no contamos con agraviados que los identifiquen”
Queda claro que no hay negligencia policial. Conoce quienes son los delincuentes, donde actuan y su “modus operandi” pero “no pueden hacer nada” porque no hay denunciantes. Es decir amigo lector, que la vida suya y la de sus seres queridos no depende de la capacidad policial, sino de la denuncia de algun particular. Por Dios, si estos casos son de mero orden publico.
Me pregunto, Cuantos asesinos conocidos y reconocidos deambulan por nuestros barrios y ciudades, cometiendo todo tipo de atrocidades y delitos, sencillamente porque no se pueden “capturar en flagrancia” o porque no se encuentran denunciantes? Ya quisiera ver a esos defensores de tamaño adefesio juridico denunciar a narcotraficantes y asesinos si viviesen en esos barrios y tuviesen a merced de ellos.
En realidad, esas son legislaciones que terminan promoviendo y amparando la impunidad.
Con esto no estoy diciendo que volvamos a la anterior legislacion penal, que tenia mucho de arbitraria y que incluso yo mismo la sufri, sino que cuando nuestros legisladores aprueben las leyes no actuen como borregos del imperio, como lo hicieron sus antecesores, que legislen pensando primero en la realidad de Venezuela.
Porque, veamos la reciente discusion en la Asamblea Nacional de la llamada Ley de Proteccion al Testigo. Esa ley es posible en Estados Unidos, con una poblacion de 280 millones de habitantes y una extension territorial de mas de 9 millones de Km2, en donde sus estados y poblaciones mantienen un minimo de desarrollo y los nucleos familiares son reducidos en donde resulta muy facil desaparecer, pero aplicarla en Venezuela, con una poblacion de unos 26 millones de personas y una superficie que legalmente es de unos 912.000 Km2, pero cuya poblacion esta casi totalmente ubicada en poco mas de 300.000 Km2, y con familias muy numerosas y de constante y necesario contacto, es una locura. No se que lumpia se fumaron los que aceptaron difundir estas propuestas.
Hasta que no conquistemos una soberania legislativa no se podra pensar seriamente en atacar con exito la delincuencia. Por supuesto que las causas de ella van mas alla de las manipulaciones imperiales en la sociedad, y de eso tratare en mis proximos articulos.
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