Altanera, arbitraria y asombrosamente los asesinos americanos nos ha advertido a través de su embustero embajador estadounidense de que: “Irán patrocina el terrorismo y los programas de proliferación de armas nucleares”. ¿Pero que hipócrita impostura imperial es esa, para que los celosos censuradores norteamericanos hormonalmente observen; con quienes podemos hacer amistad y con quines no?

Es que ya es irónicamente inaudito, éste inaceptable intento imperial por interdicta e impostoramente indicarnos, quienes tienen la venia y quienes tienen el veto para poder relacionarnos con nosotros; pero además de que sean nada mas y nada menos que los desfachatados y déspotas destructores yanquis, quienes tengan el siniestro cinismo de asustadamente alarmarse porque podamos establecer relaciones diplomáticas con los iraníes; es un absolutista atrevimiento.

Aunque aparte de que somos soberanamente como el salmón para poder ir contra la corriente; no tenemos porque asumir alcahuete y asociadamente esa cómplice conminatoria de: “o estas conmigo o estás en contra mía” con la que el desquiciado despotismo no sólo desestabiliza las democracias; sino que demencialmente las destruye por donde quiera que vaya.

En todo caso quienes, seria y verdaderamente deberíamos pensar, en radicalmente en romper relaciones con los yanquis, somos nosotros; porque ya estamos pasando a ser socios pasivos de la funesta factura que en el futuro efectivamente nos enrostrará la historia, por haber sido silenciosamente encubridores de los estragos y la hecatombe que protervamente provocan; tanto contra la propia humanidad como al mismo planeta.

Histórica e innumerablemente el intervensionismo imperial yanqui ha derivado en desastrosos desenlaces para los pueblos del mundo entero; ¿o acaso el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki durante la segunda guerra mundial, es una patética postal para nuestra masoquista memoria?

¿La Guerra de Vietnam, sólo quedará en nuestras retinas, para resignadamente recordar otra asesina aventura autoritaria para combatir el comunismo? Como fueron las funestas e indisimuladas invasiones a todos los países para derrocar a los desobedientes gobiernos, que no se alineaban a los déspotas designios del imperio, como la invasión a Grenada en la década de los 80 o Panamá a inicios de los noventa.

Y que decir de las demenciales y despóticas devastaciones que con el premeditado pretexto de encontrar las “armas de destrucción masiva” acometieron asesinamente contra el pueblo iraquí, hace menos de cuatro años atrás, donde después de desolarlo desquiciadamente, declararon de que no existen tales armas.

Más allá de los cooperadores contenido en cuanto a lo que se podamos soberanamente suscribamos, con los iraníes; ya sea en petroquímica, construcción de gasoductos o perforación de pozos petroleros, o en actividades de agroindustria, o producción de plantas lecheras, lo que indudablemente si importa es que debemos terminar con la tutela de los todopoderosos, para que absolutista y alineadamente nos avalen que amistades son las que podemos tener; y menos aún, que sean los infames imperialistas, quienes nos indiquen con quienes podemos relacionarnos internacionalmente.