De Wall Street al “Uberrimo”

16/10/2008
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Los anuncios realizados hace un par de semanas por el presidente Álvaro Uribe, en torno a las medidas que el Gobierno adoptaría para enfrentar los efectos nocivos de la crisis financiera internacional, podrían ser asumidos como un episodio del más típico humor paisa, desafortunadamente los efectos de dichas medidas tendrán un impacto mucho peor que el de la crisis misma.

 

En primer lugar el chiste consiste en que el Presidente y el Gobierno le dicen al país de manera repetitiva y melosa que “Colombia está blindada frente a los efectos más importantes de la crisis financiera”. Ésta afirmación ya ha sido rebatida por los hechos: el mismo Gobierno tuvo que bajar la proyección de crecimiento para los años que vienen, tuvo que reducir el monto del presupuesto, tuvo que aceptar que “desafortunadamente” el empleo se resentirá (como si alguna vez el empleo hubiera estado “bien”) por caídas sostenidas y generalizadas de la bolsa de valores…en fin por el hecho de que la crisis ya está aquí y no estábamos ni medianamente blindados, por el contrario éramos mucho más vulnerables que el resto de nuestros vecinos.

 

El segundo chiste del Gobierno es que el complejo acceso a los mercados de capitales internacionales se va a cubrir con mayor demanda de créditos multilaterales, ¿acaso el Gobierno ignora que las multilaterales proveen créditos pero condicionando las aplicaciones del mismo de acuerdo a sus propias visiones de política?  Claro esto es algo que no preocupa mucho al Gobierno, mientras que haya platica para seguir alimentando el clientelismo de Acción Social y engañando a los incautos a punta de limosnas –subsidios- la situación estará controlada.

 

Pero sin duda el más gracioso de todos fue el anuncio de que buscaríamos mercados nuevos para nuestros recursos financieros y además nuevas fuentes de inversión extranjera en Colombia, y anuncia la vuelta a los mercados de Oriente, cosa rarísima porque allá nunca hemos ido en décadas (si es que alguna vez hemos estado) y más curioso aún porque su política siempre ha sido la de mirar con absoluta concentración a los Estados Unidos. Además porque la débil diplomacia criolla a duras penas entiende la complejidad de los mercados en Oriente y especialmente porque otros países se nos han adelantado en eso hace años, mientras nosotros seguíamos el noviazgo incondicional con la Casa Blanca ocupada por Bush Jr.

 

En relaciones internacionales pasar del monolateralismo gringo al nuevo multilateralismo de la era de la crisis, requiere mucho más que una simple orden presidencial: de entrada requiere un servicio diplomático y comercial capaz, y es claro que el roscograma uribista convirtió la Cancillería en un hervidero de favores políticos, repletos de gente incapaz y que deja el país en constante ridículo (como por ejemplo nuestro embajador en Sudáfrica, el ridiculísimo y corruptísimo, Moreno de Caro, o nuestro Embajador, en República Dominicana que ni siquiera pudo posesionarse por que se descubrió que se reunía con paramilitares en los fondos de la “casa de Nari”) y al Ministerio de Comercio en una corte de lacayos que rondan principalmente los pasillos del Congreso norteamericano en busca del “milagrito” para aprobar el TLC con los EEUU.

 

Sin embargo, a pesar de lo ridícula de la propuesta presidencial, el show no paró allí, porque luego anunciaba con bombos y platillos que el país estaba muy bien preparado para enfrentar la crisis financiera internacional, y recurrió a algunos indicadores: que el apalancamiento financiero (relación entre las deudas y las reservas) era mucho mejor que hace diez años, que nuestra economía tiene un mercado interno muy fuerte que hay que conservar y mantener, que el impulso de la Seguridad Democrática y de la Confianza Inversionista han sido muy importantes, etcétera, etcétera.

 

Pero analicemos esto paso a paso.  Primero: ya sabemos que la seguridad democrática y la confianza inversionista son argumentos que utiliza el Gobierno como una letanía, realmente parecen haberse convertido en mantras para alejar cualquier “energía económica negativa”, por eso dichas políticas pertenecen más al mundo de lo ultraterreno.

 

En segundo lugar: el Presidente deja ver que de economía no sabe mucho más que lo que le cuenta Jose Obdulio y su incapaz Ministro de Hacienda, el hecho de que el sistema financiero esté protegido contra una cesación de pagos o un deterioro de la cartera crediticia no es indicador de que la economía esté protegida, es un indicador de que los bancos están protegidos.  ¿Pero, quien protege a los trabajadores de perder su empleo, a los deudores de perder sus casas, y a los pequeños y medianos empresarios de cerrar sus negocios?  Nadie por su puesto.  Lo que el Gobierno no entiende seguramente por la brillantez del Primer Mandatario, es que la crisis financiera es mucho más que una crisis bancaria y que lo que está en riego es el sistema productivo del país, no solamente los bancos que han sido ampliamente beneficiados bajo su mandato.

 

Y finalmente algo que es innegable: la fortaleza del mercado interno no depende de que los asalariados (que son en últimas consumidores) estén ganando mejores salarios, el mercado interno y especialmente la demanda han venido creciendo por la simple y sencilla razón de que el crédito de consumo se ha expandido a niveles gigantescos; por ello la gente en Colombia hoy demanda muchos más bienes y servicios.

 

El señor Uribe tampoco se pregunta porque a la par del mal llamado fortalecimiento del mercado interno ha disparado el boom de importaciones, lo cual quiere decir que consumimos mucho, pero, especialmente lo importamos, con lo cual la fortaleza del mercado es solamente una fortaleza de la capacidad de gastar, pero, no de generar empleo digno y bien remunerado.

 

Que mala economía practica el Gobierno, parece especialmente diseñada para la administración de una gran finca, pero no para mantener y elevar el bienestar de las personas de un país, “el montañerismo” esa enfermedad de la que adolece el Gobierno desde 2002 y que consiste en ver el país como un pequeño monte aislado del mundo, donde el Presidente no es más que un “patrón” y en el cual no se hace más que lo que el patrón dispone, parece haberse tomado la aristocrática tecnocracia de Hacienda y Planeación Nacional.

 

Pero, la verdad es que la crisis nos toma en una posición precaria: hasta el momento el Banco de la República no ha revelado cuantos de los recursos de las reservas internacionales se fueron por el caño ante la bancarrota de Lehman Brothers y otros agentes financieros, la deuda de los hogares con el sistema financiero llega ya a 51 billones de pesos, mientras que según un análisis del mismo Banco de la República el servicio de la deuda de los hogares con el sistema financiero se lleva hoy el 21% de sus ingresos, señalando que en la crisis de 1999 este porcentaje estaba en un 24%.

 

Pero, el Gobierno cree que Wall Street y el Ubérrimo se gobiernan con la misma lógica.

 

Octubre de 2008

 

- Jairo Alonso Bautista es Docente Universitario

 

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas

Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org

https://www.alainet.org/es/articulo/130397

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