La tasa más amarga...

02/07/2009
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En medio del triste debate sobre si la economía colombiana entró o no en recesión, han pasado inadvertidos (nuevamente) los lesivos efectos de las tasas de interés sobre la economía. Distintos analistas han coincidido en que uno de los problemas de la economía consiste en el altísimo costo del endeudamiento, no es necesario reiterar los argumentos, sino simplemente agregarle que a las tasas de interés de los créditos debe sumarse el arsenal de cobros que hacen los bancos a sus clientes: retiros, chequeras, uso de tarjetas, certificaciones, sobrecostos por pagos anticipados, etc.

En medio de esta realidad el debate se centra en si el culpable es el Banco de la República, y porque su política de reducción de tasas no ha tenido el efecto esperado en la reactivación de la economía. La política del Banco consiste básicamente en controlar la inflación, aún sacrificando cualquier otro objetivo de política económica, así que la reducción de tasas de intervención (aquellas a las que el banco le presta al sistema financiero) tiene como objetivo reactivar el consumo sin alterar la inflación. Pero esta política solamente llega a ser efectiva, si los bancos privados involucran este descenso en las tasas de sus créditos, y es allí precisamente donde la política económica falla.

Los bancos han sido reacios a reducir el costo del crédito con una serie de argumentos mas o menos sofisticados, pero no ciertos en todo caso: que el problema del riesgo de pago no se ha reducido, que las condiciones de los hogares se han deteriorado, que la competencia ha establecido un precio de equilibrio en los créditos, etc, etc. Muchos etcéteras que lo único que quieren decir es que ellos quieren cubrirse las espaldas aún en tiempos de crisis económica, de allí que sea el único sector de la economía que crece sin parar.

Pero el crecimiento del sistema financiero en el PIB no es necesariamente una buena noticia para el país, el crecimiento del PIB implica en los sectores de la economía real (agricultura, ganadería, industria) un incremento de la producción, que necesariamente implica mayor trabajo o mayor consumo, pero el aumento del PIB financiero, simplemente implica un incremento en la capacidad del sistema de generar ganancias, el sistema financiero como tal NO PRODUCE VALOR, su valor depende de su capacidad para endeudar a otros sectores de la economía. En términos simples: si el sector financiero crece ello no implica nuevos trabajos, o más consumo, incluso en la situación colombiana, el aumento del sistema financiero puede hacerse reduciendo el consumo, puesto que las tasas de interés tan exageradamente altas mantienen a la economía sumida en la depresión.

El Ministro de Hacienda, que simple y sencillamente es un títere del populismo uribista, y que maneja la economía de acuerdo a las necesidades de la reelección ya no goza de mucha credibilidad en ciertos círculos gremiales que comienzan a desconfiar de las “atinadas” políticas del Gobierno. Especialmente manifiesto es el descontento de FENALCO no sólo por la persistencia del Gobierno en ser más rígido en el control del sistema financiero y en la evolución de las tasas de interés y las comisiones, sino por la noticia de que ahora serán más colombianos los que paguen el impuesto a la seguridad democrática... entre los cuales sus miembros están incluidos.

Y el Ministro no tiene credibilidad porque no hay nada peor que un funcionario abiertamente mentiroso que hace unos meses le decía sin ninguna pena al país que la economía colombiana estaba blindada, y que ahora niega la recesión, cuando la terca realidad demostró que en ambas cosas (como en muchas otras) estaba equivocado. Por ello su nombramiento desató airadas protestas de la tradicional tecnocracia criolla que vio con ello el retorno de la “chabacanería” y el “desparpajo” en la administración de la Hacienda Pública, y el uso de las finanzas públicas para favorecer de manera descarada oscuros intereses personales...como si acaso ellos lo hubieran hecho mejor.

En medio del caos económico que nadie quiere ni puede ver, con un desempleo que en las mejores épocas nunca bajó del 10% (una cifra que en otros países genera por lo menos una preocupación sincera de la opinión pública y en otros la caída de presidentes y gobiernos) sigue campeando la desinformación y las maniobras de distracción, en estos días en que se conmemoran los “heroísmos” de la operación jaque, todo el mundo parece no darse cuenta de que la plaga de la recesión se extiende con fuerza, de que los gremios se alinean para trasladarle el peso de la crisis a los de siempre y que entretanto el Ministro de Hacienda se preocupa más del libreto de mentiras que va a decir en la próxima entrevista que de poner en cintura a los causantes internos de la crisis y de poner en orden las finanzas del país para garantizar la inversión necesaria para impulsar la economía...ah y mientras tanto los bancos se siguen embolsillando fácilmente cifras billonarias en utilidades año a año.

- Jairo Alonso Bautista es Docente universitario

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 165, Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org

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