Derecho de parejas homosexuales a la adopción
El Referendo de Viviane Morales
19/02/2015
- Opinión
Según la entrevista dada por la congresista a la revista Semana, un referendo para decidir si las parejas del mismo sexo pueden adoptar o no, descansa en la idea de que es una decisión trascendental que debería ser tomada por todo el pueblo y no por una mayoría de 5 personas.
Sin embargo la propuesta de la senadora pone de manifiesto uno de los grandes problemas de las democracias actuales, que ha llevado a la pérdida de confianza en estas. Se trata de la capacidad de la democracia para representar los intereses de las minorías.
El centro de la controversia es si las parejas del mismo sexo pueden adoptar hijos como lo hacen las parejas heterosexuales, entendiendo que en un tratamiento no discriminatorio las parejas del mismo sexo deberían poder hacerlo cumpliendo los mismos requisitos de las parejas heterosexuales. Aquí es donde se enciende la controversia pues este tema que aparentemente corresponde a una decisión sobre los derechos civiles y políticos de un grupo de ciudadanos con preferencias u orientaciones sexuales distintas a las de la mayoría, se convierte en un debate moral.
El referendo propuesto por la senadora seguramente no arrojará ningún resultado distinto a que la mayoría de las personas colombianas son heterosexuales y tienen temores sobre que las personas del mismo sexo sean responsables de la crianza de los niños, temores que se expresan como miedo a que los niños se vuelvan homosexuales, o que sean abusados por estas personas, situaciones que pueden darse y de hecho se dan, especialmente el abuso y maltrato de los niños, en parejas heterosexuales.
Cómo bien lo señala la senadora no se trata del derecho a adoptar pero si se trata de los derechos civiles y políticos de una parte de la población colombiana que respecto a la adopción de hijos es tratada de forma discriminatoria.
Según el Artículo 61 de la Ley 1098 de 2006, -“La adopción es, principalmente y por excelencia, una medida de protección a través de la cual, bajo la suprema vigilancia del Estado, se establece, de manera irrevocable, la relación paterna filial entre personas que no la tienen por naturaleza”-. En otras palabras, la adopción es el establecimiento de una verdadera familia como la que existe entre los miembros unidos por lazos de sangre, con todos los derechos y deberes que esto implica, ya que en virtud de la adopción, el adoptante se obliga a cuidar y asistir al hijo adoptivo, a educarlo, apoyarlo, amarlo y proveerlo de todas las condiciones necesarias para que crezca en ambiente de bienestar, afecto y solidaridad.[1]
Vuelven discusiones iniciadas ya hace algunos años sobre si parejas del mismo sexo pueden constituir una familia y ello revela un profundo desconocimiento de la sociedad en su conjunto sobre las parejas del mismo sexo y más aún revive prejuicios muy fuertes anclados en nuestra cultura que hacen muy difícil entender que existen personas que se enamoran de personas de su mismo sexo y desarrollan relaciones afectivas normales al igual que las parejas heterosexuales.
Es claro que este tema no es fácil de abordar y que no se supera simplemente con argumentos racionales, que implica la trasformación de la cultura y en ella el conocimiento, reconocimiento y entendimiento de lo que es una relación de pareja del mismo sexo.
Por ello el referendo propuesto por la senadora no constituye una solución a la controversia fundamental, simplemente es la constatación de que la mayoría de las personas son diferentes a la minoría, ¿cuánto le vale al Estado este referendo?, ¿es necesario invertir los recursos públicos para constatar esta situación?
Pero lo más perjudicial para la democracia colombiana es que propone la lógica de que las mayorías pueden apabullar las reivindicaciones de los derechos de las minorías simplemente porque su opinión es contraria a la de éstos, esto es casi como estar de acuerdo que por ejemplo en Irán, las mujeres sean apedreadas hasta la muerte por haber sido infieles, ya que la mayoría de su población sigue las leyes islámicas y está de acuerdo con este tipo de castigos.
La resolución de estas controversias deben darse por otros caminos; una democracia vigorosa no puede permitir que ante toda diferencia la aplastante opinión de la mayoría penda sobre la minoría cual espada de Damocles.
- Carlos Alberto Lerma Carreño, analista independiente.
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