La nueva realidad venezolana

13/09/2004
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En el artículo anterior explicamos como la opción del SÍ, que representaba la vía para reinstaurar en el poder al establishment anterior, había sufrido una derrota aplastante en el referéndum del 15 de agosto, al grado que de cada 10 venezolanos inscritos en el REP (14.037.900 personas), 7 (unos 10.048.892 votantes) no se sintieron representados por esa alianza que aglutinaba a las principales cúpulas, organizaciones y personajes del pasado. Aunque este porcentaje de rechazo al sistema anterior es mayor, ya que muchos de esos votos fueron depositados con "un pañuelo en la nariz", como lo describió muy bien una periodista de Ultimas Noticias, porque el miedo a que se instaurara un régimen marxista era mayor al rechazo al pasado. Pero ese referéndum también demostró que la otra opción, la presentada por el gobierno de Chávez, tampoco motivó a la mayoría de la población. Solamente 5.800.629 votantes de los 14.037.900 de inscritos, es decir, 4 de cada 10, votaron por ella. Hay que acotar, sin embargo, que de estos votos, una cifra muy importante de ellos fue, no porque comulgaran con el proyecto oficialista, sino para impedir el retorno de la vagabundería al poder. Es decir, ninguna de las dos propuestas de organización social cuenta hoy con el respaldo de una mayoría absoluta. Esta es una realidad preocupante. Y lo es, porque los venezolanos necesitamos tener, ante la gravedad de los retos que nos plantea la realidad, un proyecto de país, que si bien no obtenga un consenso total, por lo menos cuente con una mayoría contundente. Ello es perfectamente posible de alcanzar, basta con atender la voz de un pueblo que en forma ejemplar manifestó el pasado 15 de agosto su deseo de vivir un país desarrollado económicamente, en paz y plenamente soberano, porque, en realidad, cada ciudadano que votó lo hizo convencido que su opción, sea la del SÏ o la del NO, buscaba esos objetivos. Vista así la situación, hay que entender que tenemos una oportunidad de oro, como nunca se nos había presentado, para encontrar y emprender como nación, sin miedo ni vacilaciones, un camino propio, adaptado a nuestras realidades, que nos permita alcanzar elevados grados de prosperidad y justicia social. Las tesis neoliberales, una piedra en el camino Sin embargo, hay un obstáculo muy serio que puede impedir alcanzar tales objetivos: El neoliberalismo. Pero para poder apreciar la magnitud de esa amenaza, primero hay que comprender que es el neoliberalismo. Como su nombre lo indica, significa "nuevo liberalismo". ¿Y qué era el liberalismo? Para tratar de explicarlo, haré una síntesis muy breve y muy personal del trabajo que sobre El Liberalismo, escribió para su momento David G. Smith, del Swarhmore College, y que explica que: "El liberalismo, como doctrina y como programa político, se desarrolló más plenamente en Inglaterra entre la Gloriosa Revolución de 1688 y la Reform Act de 1867. El liberalismo fue primero una reivindicación de garantías constitucionales y derechos individuales. Más tarde se convirtió en una teoría positiva de la organización económica y política y en un programa político....." "....Sus ideales eran: en la esfera jurídica, la libre contratación y el imperio del derecho; en la esfera económica, un mercado autorregulado, no restringido por los monopolios ni por la intervención política; y en la esfera social, el voluntarismo y la colaboración para el mutuo beneficio. La doctrina del laissez-faire y la organización práctica de la economía, pedida insistentemente por los economistas clásicos, fortalecieron el liberalismo." Era lo que Adam Smith expresaba como: "un sistema obvio y simple de libertad natural" Sin embargo su aplicación en la práctica no logró los objetivos buscados. Confrontados los seres humanos en un ambiente menos regulado, resultaba que el fuerte desplazaba al débil, o como explica el autor "...Las grandes desigualdades en el mercado laboral hicieron que la libertad económica de un hombre se basara en la opresión de otro". El hombre se volvía, así, cada vez más el lobo de otros hombres. Estas experiencias, sumadas a "La sociología y la psicología del siglo XIX destruyeron completamente tal visión" (la liberal originaria) Posteriormente, los defensores del liberalismo asimilaron estas realidades y críticas, reformulando sus planteamientos, dando nacimiento a un cuerpo de ideas que constituyen lo que hoy conocemos como doctrina neo-liberal, que: "Puede describirse como: (1) una valoración de la libre expresión de la personalidad individual; (2) una creencia en la capacidad del hombre para hacer que esa expresión sea valiosa para él y para la sociedad; y (3) el mantenimiento de aquellas instituciones y prácticas que protegen y nutren la libre expresión y la confianza en esta libertad". Asimismo "...consideran al hombre no sólo como un individuo en sociedad, sino como una persona con una necesidad constante de autoexpansión y realización..." además, "El liberalismo moderno propugna una solución colectivista, apelando al Estado en ayuda de los individuos y de los grupos más desfavorecidos; Ha adoptado gran parte del programa de los movimientos democráticos y socialistas"..."así como el pluralismo y la descentralización, como mejores opciones para que el individuo pueda escoger mejores opciones individuales en un ambiente de libertad." En palabras sencillas, el "ideal" neoliberal es procurar una sociedad con las menores trabas legales, sociales y económicas posibles, para que los hombres puedan desarrollar al máximo sus personalidades y habilidades, sin obstáculos innecesarios, trayendo como consecuencia, según el pensar de estos teóricos, un creciente beneficio para la sociedad. Recomendaban a su vez, tomar las previsiones necesarias para proteger a los grupos e individuos más débiles, en el entendido que esas amplias libertades pueden conducir a una dominación de aquellos que posean ventajas comparativas en sus respectivos campos: más capital, más preparación, más fortaleza, etc. En realidad esta doctrina liberal o neo-liberal está muerta, y lo está por una razón fundamental: es completamente anti-científica. Parte de mitos errados acerca del hombre que tuvieron muy en boga en el pasado, como por ejemplo, decir que el hombre es fundamentalmente racional, que es bueno por naturaleza, etc. Como lo explicó muy bien el autor "La sociología y la psicología del siglo XIX destruyeron completamente tal visión". Los aportes de Darwin, Freud, Pavlov, y de los miles de científicos posteriores enterraron esa mitología liberal. El renacer del neoliberalismo Entonces viene la otra pregunta. ¿Por qué renace ahora esa teoría totalmente anticientífica? Esto es muy sencillo de entender. Una vez visualizada la finalización de la llamada Guerra Fría, la burocracia norteamericana, temerosa de que se estableciera un nuevo orden mundial en donde los países del tercer mundo comenzaran a transitar caminos de desarrollo, que por supuesto, significaría el fin de su papel dominante en el mundo, vieron en la teoría neoliberal la herramienta perfecta para seguir manteniendo su papel dominador. En efecto, basados precisamente en la experiencia histórica del liberalismo, en el que, al tener "un mercado autorregulado, no restringido por los monopolios ni por la intervención política" se consiguió que ..."Las grandes desigualdades en el mercado laboral hicieron que la libertad económica de un hombre se basara en la opresión de otro", pensaron acertadamente que si conseguían que los países subdesarrollados realizasen una completa apertura de sus mercados y sistemas económicos, las desigualdades existentes harían que ellos, los más fuertes económicamente, terminaran oprimiendo a los más débiles. Elemental, querido Watson. Pero esta apertura tiene un signo diferente al aplicado en otras épocas. Ya no se trata solamente de aprovecharse del intercambio desigual resultante de vender productos terminados y comprar materias primas de las colonias. De lo que se trata ahora es de "ahogar" a las naciones pobres, cortándoles cualquier posibilidad de alcanzar un desarrollo que les permita competir con ellos. Para ello este plan neoliberal busca impedir que haya acumulación de capital local, tanto bloqueando cualquier posibilidad de que el Estado pueda invertir o financiar inversiones productivas, como controlando directamente las áreas críticas de la economía. La inversión extranjera: Una forma elegante de vender al país Para conseguir este último objetivo se valieron de presentar a la inversión extranjera como la panacea que resolvería los males de nuestros países. Buscan así apropiarse de sectores claves como el financiero, de los servicios públicos, fundamentalmente el de energía, la explotación de materias primas, las telecomunicaciones, del turismo, en fin, del corazón de la economía. Por supuesto que esta "inversión extranjera" no se dedica a ninguna actividad productiva que pueda ayudar al desarrollo de los países pobres. Ese no es el objetivo. Dado que el carácter de esta "inversión extranjera" es fundamentalmente privada, imponen a sus agentes el realizar modificaciones en las estructuras jurídicas, económicas y sociales que le garanticen el éxito a esa inversión e impedir que sucedan expropiaciones como las ocurridas en Cuba a raíz del triunfo de Fidel. Es lo que denominan el paquete, y que abarca desde elaborar o modificar leyes como las de derecho de autor, seguridad social, etc., hasta rediseñar las estructuras sociales, convirtiéndola, por ejemplo, en una economía de puerto, propia de las economías coloniales; o incentivando las concentraciones urbanas en las grandes ciudades con el fin de garantizarles un mercado altamente concentrado, y por supuesto, menos costoso por habitante a sus empresas. Como sería el caso de las firmas de telecomunicaciones o financieras. Para poder aplicar esa estrategia necesitan contar con agentes locales que la ejecuten, los cuales no lo hacen porque crean en esa teoría como tal. Nadie con dos dedos de frente puede ser tan idiota para comerse ese cuento. En realidad, quienes se prestan a ser comendadores del imperio se venden a conciencia, viendo así la posibilidad de satisfacer sus deseos de tener dinero y poder. En este punto es bueno hacer una reflexión. La característica del plan de dominación neoliberal de tomar acciones destinadas a proteger a los más débiles, vendidas como necesarias como un seguro ante una posible explosión social producto del desmonte de los controles, y que en Venezuela vivimos con medidas como el bono por hijo a las familias pobres de cuando CAP, trajo, en algunos casos, altas dosis de popularidad de los gobernantes neoliberales latinoamericanos dentro de los sectores desposeídos. Tal es el caso de Menem en Argentina, cuya base electoral es muy fuerte en los extremos de la población, los más ricos y los más pobres, porque ambos grupos sociales fueron los más beneficiados durante su mandato. El conocer esta característica del modelo de dominación neoliberal ha hecho que las medidas sociales tomadas por el gobierno de Chávez hayan sido vistas por algunos, como el partido Bandera Roja, como neoliberales, otros como Silva Michelena afirman que son populistas, es decir, distribuir algunas limosnas en las capas más pobres, para mantener el status quo; y por último, se encuentran los que como García Ponce, opinan que tienen un carácter revolucionario. Es increíble como, destacadas personalidades del mundo de la izquierda, con una sólida formación intelectual, una intensa experiencia revolucionaria y viviendo en el mismo país, puedan tener visiones tan disímiles de un mismo gobernante. Mi opinión es que se está haciendo hincapié en sólo un rasgo del gobierno, sus políticas sociales. Calificar su verdadera posición ideológica va más allá. Deben verse todas las acciones en su conjunto. Pero de eso trataremos en nuestro próximo artículo.
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