Ahí´ta la madre´l cordero
04/05/2004
- Opinión
El diario El Nacional tituló recientemente en la primera página,
una "noticia" cuyo análisis permite entender la profunda crisis
política y económica que nuestro país ha venido padeciendo desde
hace varios lustros, y que nos ha colocado al borde una guerra
civil.
Dicha "noticia" versa sobre lo publicado por un escribidor del
periódico The Miami Herald acerca el inminente peligro que corre
Estados Unidos ante la existencia de un "pacto secreto" entre los
gobiernos de China y Venezuela, en la cual éste último se
compromete a suministrar en el futuro más de un millón de barriles
diarios de petróleo a China.
El comentarista especula en este caso sobre China, y pensamos que
infiere que su demanda de petróleo aumentará como consecuencia del
impresionante crecimiento económico que ha experimentado este país
en los últimos lustros de más del 8% interanual, y que lleva, por
ejemplo, a tener una producción de más de 5 millones de vehículos
automotores al año, producción que se mantiene en un crecimiento
constante y que se estima que a la vuelta de pocos años produzca
más vehículos que la poderosa industria automotriz norteamericana.
Casualmente, en el diario El Nacional del 30 de abril, en su
página A-16, en el artículo titulado "Tras devorar el acero
global, China amenaza ahora engullir los bienes básicos
agrícolas": se lee lo siguiente sobre el mismo tema: "...El
vertiginoso crecimiento del sector manufacturero chino ha
incrementado su dependencia en la importación de bienes básicos
industriales, lo que ha ayudado a mantener los precios del
petróleo por encima de los US $ 35 por barril y ha contribuido a
incrementar los precios del acero, que en algunos casos se han
duplicado en el último año (a nivel global)"
Lo significativo aquí no es el crecimiento de China, sino la
reacción de Estados Unidos ante países que incrementen la demanda
de petróleo.
¿Y eso por qué?
Porque son limitadas las existencias de materias primas minerales
en el planeta, y particularmente del petróleo. En efecto, de
acuerdo a los estudios de del fondo de las Naciones Unidas para el
desarrollo, los recursos minerales existentes en el planeta sólo
alcanzarían para satisfacer las necesidades de la mitad de la
población mundial a los niveles de consumo de los países
desarrollados.
Y en el rubro en que ya se ha comenzado a sentir esta escasez es
en el de los hidrocarburos. Solamente existen reservas probadas de
petróleo en el mundo para poco más de 30 años para satisfacer la
demanda global actual de unos 80 millones de barriles diarios.
Pero el petróleo no será el único caso. Si el crecimiento
económico mundial continúa, se agregarán otros minerales
importantes. Es la tesis central de mi libro en preparación "El
neoliberalismo, etapa terminal del capitalismo"
Es claro, si el capitalismo es crecimiento, el mismo se detendrá
al escasear las materias primas, y surgirá necesariamente otro
tipo de organización económica. Es decir, no será la gran
revolución comunista la que derribe al capitalismo, sino su propia
voracidad.
Una conducta con propósitos claros
La toma de conciencia de esta realidad es la que ha condicionado
la política de Washington desde hace unas décadas hacia los países
poseedores de materias primas, en especial del petróleo, y hacia
todos los países subdesarrollados: Primero) Procurándose el
dominio de las principales reservas mundiales que están en el
tercer mundo, incluso militarmente como lo vimos en Irak y
Afganistán, y Segundo) impidiendo el desarrollo de los países
pobres, para evitar que estos incrementen la demanda de recursos
minerales, inventando para ello el llamado plan neoliberal.
"Ahí´ta la madre´l cordero", como dicen los chilenos. Esa es la
causa principal de nuestras recientes desventuras.
Esta realidad ha impuesto un nuevo paradigma en las relaciones
entre Estados Unidos y nosotros. Para ellos, por una parte, ya no
se trata de que seamos un proveedor confiable de petróleo, ahora
ellos buscan ser los únicos, o casi únicos, usufructuarios de
nuestro reservorio petrolífero, siendo realmente, la vía militar
la única que lo puede garantizar. Por la otra, tratan de impedir
nuestro desarrollo económico, para que no consumamos "su"
petróleo, creando así un verdadero conflicto de intereses entre
nuestras dos naciones.
La verdad sobre el mito de la inversión extranjera
Pero es que este nuevo paradigma también destruye uno de los mitos
más famosos que ha internalizado nuestra dirección política y
económica, el de la inversión extranjera. Si los países ricos se
oponen a nuestro desarrollo para que no compitamos por unas
materias primas escasas, no van a invertir en los países pobres.
Así de sencillo.
Y si lo hacen, será en la minería, para buscar y explotar nuevos
yacimientos, o en los sectores financieros y de servicios, para
impedir nuestra acumulación interna de capital.
Es esa ignorancia, mezclada con grandes dosis de avaricia e
ingenuidad, la que ha permitido que en nuestro país, desde que se
comenzó a aplicar el plan neoliberal hace dieciséis años en 1988,
haya crecido exponencialmente la pobreza, se haya casi liquidada
la clase media y se haya empobrecido a niveles vergonzantes a los
técnicos y profesionales.
No hay otra salida, si queremos desarrollarnos, que hacerlo con
nuestros propios recursos, con nuestros ahorros, que para ello
tenemos millones de profesionales, técnicos, artesanos y mano de
obra especializada, que con las importantes fuentes de materias
primas, pueden llevar adelante nuestro progreso y prosperidad.
Sólo necesitan una política clara de apoyo y de financiamiento.
La acción de usa es integral
Pero los agentes de la CIA en nuestro país están dedicados tiempo
completo, desde hace más de 15 años, en alcanzar sus objetivos.
Para ello intentaron destruir nuestra fuerza blindada,
descuartizando los tanques AMX-30; potencian a las fuerzas armadas
de Colombia para que estas ataquen a Venezuela por el tema del
Golfo de Venezuela, a fin de justificar una intervención en
defensa de sus intereses; Compran y manipulan a dirigentes
políticos y los grupos económicos más poderosos del país, para
tratar de crear una guerra civil que justifique su intervención,
tal como ocurrió en República Dominicana o en Haití, con eventos
tales como el golpe de estado de abril, el paro petrolero, las
guarimbas, etc.; Presionan para instaurar el plan neoliberal;
Meten de contrabando la figura de pueblo para definir a nuestras
comunidades indígenas para luego estimular sentimientos de
independencia; Venden a su pueblo la idea de que nuestro gobierno
es una amenaza a los intereses norteamericanos; etc., etc.
Ellos están muy claros en sus propósitos. Conviene destacar que
los agentes de la CIA no son como los personajes de la tira cómica
Spy vs Spy, sino incluyen universitarios en carreras como
sociología, economía, psicología, etc. Incluso hay venezolanos que
se prestan, algunos por los billetes verdes, y otros porque creen
ingenuamente que ayudando a la CIA se implantará un sistema de
libre mercado que nos llenará de prosperidad.
Pude apreciar como esa acción manipuladora se hace presente en los
medios. Hace poco vi en la cadena CNN una noticia que reproducía
unas declaraciones del Presidente Chávez en su programa "Alo
Presidente", en las que afirmaba que nuestro país estaba dispuesto
a que cada campesino, estudiante u obrero venezolano sería armado
y entrenado militarmente en defensa de la revolución bolivariana,
incluso aparecía abrazando a una reservista, creo que campesina.
Cualquier televidente desprevenido del exterior, al asociar esa
noticia, que es real, con declaraciones del mismo presidente sobre
la necesidad de llevar la revolución bolivariana al subcontinente
latinoamericano, sacará la conclusión obvia de que estamos en
presencia de un Napoleón tropical, que piensa armar a su pueblo
para exportar su revolución por la fuerza y acabar con los
gobiernos "oligárquicos" de los demás países.
La verdad es que esas declaraciones se produjeron como respuesta a
unas emitidas por un general, Jefe del Comando Sur de Estados
Unidos, en las cuales amenazaba nuestra soberanía. Y la respuesta
fue esa, si había invasión, el pueblo venezolano la rechazaría.
Pera la declaración del general norteamericano no se transmitió ni
se mencionó, dejando la declaración de Chávez .como obra de un
desquiciado.
Eso me trajo a la memoria la imagen de Noriega, cuando era
presidente de Panamá, blandiendo un machete en un mitin y
amenazando a Estados Unidos. En ese momento pensé que Noriega era
un loco, un Mussolini tropical, con delirios de grandeza. Cuando
probablemente estaba respondiendo a algún ataque de algún
funcionario de Estados Unidos, y que por supuesto, no se mencionó
en la noticia. Casualmente, también de CNN.
Y es que además, las constantes declaraciones fuertemente
agresivas de los funcionarios de Estados Unidos contra Venezuela,
ocurren siempre cuando baja su intensidad el nivel de controversia
interna, buscando de esta forma que las respuestas de los líderes
del gobierno venezolano, generalmente en el mismo tono, sean
utilizadas como combustible para reavivar los conflictos dentro de
nuestro país, y para remachar en el exterior la imagen de
facineroso y pendenciero del gobierno venezolano.
Una dirigencia local ignorante y miope
Estos propósitos norteamericanos de mantenernos en la pobreza y
apropiarse de una vez por todas de nuestro petróleo, se ven
facilitados por una dirigencia miope e ignorante, que no se ha
dado cuenta de esta realidad, y juegan ingenuamente, como en el
pasado, a ofrecerle a Estados Unidos el traspaso accionario de
nuestra industria petrolera a cambio de su apoyo, o de por lo
menos su neutralidad. La oposición hablando desde ya de privatizar
a PDVSA, y el gobierno, utilizando el viejo truco del
endeudamiento, (que funcionó tan bien con VIASA) planeando
solicitar créditos por ¡34 mil millones de dólares!, según el
canal Bloomberg de noticias financieras.
No se dan cuenta estos políticos de aldea, que ya a Estados Unidos
no le interesan esas propuestas formales. Le interesa meterle la
mano al petróleo, siguiendo el principio del viejo refrán "más
vale pájaro en mano que cien volando".
Para justificar esta actitud, a todas luces rastrera, los
politiqueros locales inventan todo tipo de argumentos
"científicos". Por ejemplo, que tenemos tanto petróleo que da para
200 años de producción. En realidad, sólo tenemos 75.000 millones
de barriles de crudo liviano, semi-liviano y pesado, que son los
que se comercializan, y que a una rata de 6.000.000 de barriles
diarios de producción esperada, dará para poco más de 30 años.
El otro argumento que se repite es que debemos salir rápido de
nuestras reservas, porque el desarrollo de tecnologías
alternativas (el hidrógeno) está a la vuelta de la esquina, y
cuando estas se materialicen nos tendremos que comer el petróleo.
Si estuviera a la vuelta de la esquina, no estuvieran los marines
asesinando a miles de mujeres y niños inocentes en Irak.
Pero es que esto pobres diablos que creen y defienden ese
argumento del hidrógeno, no se dan cuenta que si fuese cierto, y
ojalá lo sea, ya ellos no serán necesarios para los fines del
imperio, y los dejarán en la estancada, como dejaron a los
secuaces de Nguyen Kao Ky. Se olvidan de esa frase de Foster
Dulles, que me recordó recientemente un internauta, "Estados
Unidos no tiene amigos, tiene intereses".
Lo cierto es que si eso se diera, pasaran lustros y quizás décadas
para que la nueva tecnología se consolide. Hay demasiado dinero
invertido en la tecnología petrolera. Por ejemplo, sólo en
automóviles, hay centenares de millones que se mueven con
gasolina, o el desarrollo de la industria petroquímica.
En todo caso, si es así de inminente, las universidades nacionales
y nuestros centros de investigación deberían estar diseñando
planes para esa situación. Aunque, para mí, que ya llevo más de 30
años oyendo de esas tecnologías alternativas, eso está aún algo
lejos.
Pero el argumento más vil, y que lo mencionan a "sotto voce",
seguramente por vergüenza, es que un gobierno que traspase la
propiedad de nuestra empresa petrolera al capital norteamericano,
salvaría a nuestro país de la ocupación militar norteamericana. Me
imagino que para tener esta posición tan asquerosa, habrán
recibido clases de los colaboracionistas franceses y noruegos de
la segunda guerra.
Me imagino que esa será la idea que está detrás del planteamiento
que esgrimen en el PPT para derrocar a Chávez y que denunciado por
Miguel en su semanario. Piensan que el problema es Chávez. No
señores, el objetivo es nuestro petróleo, y la lucha contra Chávez
la ven como una oportunidad de pescar en río revuelto.
Yo estoy oyendo ese cuento de la invasión de los marines a nuestro
país desde 1958, cuando vi rodando calles abajo, en el Panteón
Nacional, una corona de flores que el entonces vicepresidente de
Estados Unidos, Richard Nixon, (de visita en nuestro país y cuyo
vehículo fue escupido y pateado por el pueblo en la avenida Sucre
de Catia en represalia por el apoyo a la dictadura perezjimenista)
pensaba colocar en homenaje a Simón Bolívar.
El crecimiento demográfico como arma política
En ese entonces era más factible esa posibilidad de invadirnos.
Porque, ¿Qué era la América Latina de entonces comparada con
Estados Unidos? Un subcontinente despoblado, atrasado y
mayoritariamente rural.
En efecto, para finales de la segunda guerra mundial, Estados
Unidos tenía más habitantes (150 millones) que todos los países de
América Latina juntos, de cuyos pobladores más de un 70% habitaban
en el campo y existía una cifra similar de analfabetismo, ni que
decir de las cifras de universitarios y técnicos. Ser bachiller
era ya un logro. Hoy América Latina se acerca a los 500 millones
de habitantes, y en pocos años duplicará a la población de Estados
Unidos; tiene más del 80% de población urbana; un analfabetismo
que no supera el 15 %, y decenas de millones de técnicos y
profesionales universitarios.
Y si analizamos el crecimiento poblacional, mientras en Estados
Unidos nacen cerca de 3.000.000 de niños al año, en América Latina
lo hacen cerca de 8.000.000. Esto hace de nuestro subcontinente
una región muy joven y de Estados Unidos, a la vuelta de pocos
años, si no lo es ya, una nación de viejos, con todas las
implicaciones económicas, sociales y militares que ello significa.
América Latina es, para decirlo en pocas palabras, mucha harina
para tan poca saliva, y en estas condiciones ninguna dominación se
puede sostener en el tiempo, y más bien, significaría el colapso
de ese imperio.
Y es que si las condiciones cambiaron para nosotros, también lo
han hecho, y en forma más violenta, para los Estados Unidos, que
ya no es ni la sombra de esa poderosa policía mundial que prometía
ser a finales de la guerra fría.
Se necesitan políticas nacionales serias
Es hora de tomar en serio a nuestro país, y dejar de estar
creyendo en "pajaritos preñados". Es hora de tener políticas
nacionales de energía, de defensa, de desarrollo.
Por ejemplo, y para mostrar una sola propuesta en materia
petrolera, comenzar a pensar en el futuro de nuestros hijos y
nietos, y establecer las cuotas de producción en base a nuestros
intereses, fijando, por ejemplo, niveles que permitan que las
reservas alcancen para 50 ó 60 años. Por tipo de crudo, por
supuesto.
Es decir, si tenemos 75.000 millones de barriles de reservas de
crudos livianos, medianos y pesados, la producción de estos no
debe sobrepasar, para que duren ese período, los tres millones y
de barriles diarios. Y si las reservas de crudo extrapesado
alcanzan a 125.000 millones de barriles, su producción no debe
exceder de 6.000.000 de barriles diarios.
Y no hacer como pretender confundir los agentes locales a sueldo
de los Estados Unidos, meter maliciosamente en un solo saco las
dos reservas para justificar el aumento de la producción a ocho o
diez millones de barriles diarios de petróleo liviano o
semipesado, con lo cual se agotarán nuestras reservas de esos
crudos en 20 ó 25 años.
Y si hablamos de una política de defensa, hay que empezar de casi
cero, desde sacudirnos esta Guridependencia en electricidad, que
nos hace tan vulnerables, hasta tener reservas apropiadas de
combustible para contingencias graves, ya que en el reciente paro
petrolero se descubrió que con pocos días de inactividad de
nuestra industria, nosotros, un país petrolero, nos quedamos sin
gasolina. Pasando por supuesto por tener una Fuerza Armada
equipada a la altura de las nuevas exigencias, con proyectiles y
mísiles de alta tecnología, una numerosa infantería, y sobre todo,
una claridad estratégica.
En otras palabras, necesitamos estadistas y no simples políticos,
que estén a la altura de un país que ya alargó sus pantalones.
¿O es qué acaso los chavistas creen que esas grandes multitudes
que hoy los acompañan lo hacen porque piensan que Chávez es un
Mesías?
¿Y los de la oposición piensan que sus grandes marchas están
formadas por personas que odian a los nacidos en Sabaneta?
No. Tirios y Troyanos lo que desean es que se comience a transitar
por los caminos del desarrollo. Es la hora de que los líderes de
nuestro país reflexionen sobre lo que realmente quiere nuestro
pueblo.
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