Ofensiva militar del Plan Colombia

El Plan Patriota o la utopía de Rambo

29/04/2004
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La mayor asistencia militar norteamericana en el continente da un salto cualitativo y busca consolidar el ALCA El Plan Colombia no sólo conocerá su nuevo nombre, el Plan Patriota, sino que prevé la mayor escalada militar de la historia para derrotar a las FARC en zonas donde la guerrilla supera en relación de fuerzas a su enemigo. Altos funcionarios del gobierno de Alvaro Uribe lo han confirmado recientemente al matutino Tiempo de Bogota tras la bendición eufórica del general James T. Hill, jefe del Comando Sur, quién se expreso eufórico sobre la coordinación con sus colegas colombianos: "los militares han desarrollado un plan operativo y táctico que literalmente lleva la guerra a partes de Colombia donde no han tenido presencia en 15 ó 20 años". Desde sus inicios, el Plan Colombia es un plan de intervencionismo político y militar que en el plano económico busca controlar la biodiversidad de la amazonia, el agua, el petróleo y otros recursos de interés estratégico. La Fuerza de Tarea del Sur, que depende del Comando General de las Fuerzas Militares colombianas, desplegará 15 mil soldados hacia el sur del país, donde la guerrilla ha constituido históricamente su retaguardia estratégica. Esta ofensiva abarcaría entonces a los Departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo, regiones donde la selva forzó la lucha militar hacia el formato de guerra de guerrillas. El prólogo se dio en junio del año pasado cuando en la región de Cundinamarca, bajo la operación "Libertad I", se asesino a cinco jefes de frentes guerrilleros. El ataque, en una zona cercana a Bogota, buscó quebrar una gran red de abastecimientos y de inserción política. El General de División colombiano, Raúl Isaías Baduel, desgranó la siguiente hipótesis sobre la localización territorial del Plan Patriota: las tierras ocupadas por la cooperativa lechera colombiana "Colanta" (al norte de Cundinamarca) crean un corredor que forma una muralla que divide el norte del sur del país y que además neutraliza el paso hacia el Ecuador. Quedando como única salida para la retaguardia de la guerrilla, el territorio venezolano. La administración Uribe ya comenzó una carrera armamentística para "resguardar" la frontera comprando tanques a España y permitiendo la instalación de una base militar norteamericana en Catatumbo. De esta manera se reformulará la dimensión del Plan Colombia a pedido del Comando Sur estadounidense y de los Departamentos de Estado y Defensa. La propuesta de Thomas O'Connell, Secretario Adjunto de Defensa para Operaciones Especiales y Conflictos de Baja Intesidad en el Pentágono, es elevar el cupo de tropas que el Congreso permite enviar al suelo colombiano. Se pasaría de 400 soldados y contratistas a 800 y 600 respectivamente. Decenas de ellos son mercenarios, entrenados en conflictos padecidos por Africa, el golfo Pérsico y los Balcanes. Aparte, los halcones de la administración Bush estarían haciendo lobby en Washington para obtener una caja extra de 320 millones de dólares para reforzar este operativo militar en los próximos tres años, por si los cálculos deparan sorpresas como en Irak. Por ejemplo, Benjamín Mixon, Director de Operaciones del Comando Sur advirtió a la Subcomisión de Justicia Criminal, Política de Drogas y Recursos Humanos del Congreso que se debe mantener un "apoyo firme" al Plan Colombia para terminar con el narcotráfico. Este presupuesto servirá para adquirir visores nocturnos, equipos de comunicación para las brigadas elites móviles del Ejército y para las Brigadas de Fuerzas Especiales (Fudra), dos aviones de combate AC-47 y cuatro aviones para el transporte de tropa C-130, entre otros recursos para modernizar a las fuerzas armadas. Además, el gobierno de Uribe establecerá un Centro de Entrenamiento Nacional para sus efectivos, tarea que hoy es responsabilidad de EEUU. También sumarán equipos para evacuación y tratamiento médico en los campos de batalla, ya que incursionarán en zonas remotas a sus unidades principales. El Plan Patriota es para la administración Bush la posibilidad de reposicionarse geoestratégicamente en la región en una coyuntura política que intenta divorciarse del Concenso de Washington. Deslegitimados en la lucha ideológica, imposibilitados de mostrar índices económicos que contenten a su población, los cuadros del partido Repúblicano pretenden militarizar a América Latina, ya que es la única esfera en la que su hegemonía es absoluta. El presidente venezolano, Hugo Chávez, denuncio en una entrevista realizada por la colega del diario La Jornada de México, Stella Calloni, que "Estados Unidos ha tomado a Colombia como base de operaciones. Hay tropas orientadas sobre todo a Venezuela". También admitió que su gobierno envió dos brigadas de tropas especiales para asegurar defensivamente la extensa frontera que comparten con Colombia. Este esquema de intervención tiene su hermano gemelo en el Plan Puebla Panama, modelo utilizado como "brazo armado" del Tratado de Libre Comercio para las América (ALCA). Aparte del oleoducto que une esos dos puntos geográficos, hay otro que integra a las poblaciones colombianas de Caño Limón- Coveñas. Se asegura así un ducto de unión, "un embudo de dependencia", que actúa como una succionadora para alimentar el rancho del señor delpresidente George Bush en Texas. Este tráfico mercantil se sostiene en la presencia militar, también solapada bajo la nueva forma del Terrorismo de Estado, como son las fuerzas paramilitares que aparecen ante la opinión pública como divorciadas del Estado.Sin embargo, las cifras son elocuentes. Según la organización colombiana, Colectivo contra el Imperialismo, el paramilitarismo produjo 3,5 millones de desplazados internos, 1284 personas desplazadas a diario de zonas de interés económica y una desaparición física cada cuatro horas. Virginia Trimarco, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, reconoció preocupación por la posible entrada masiva de desplazados colombianos hacia Ecuador tras la puesta en marcha del Plan Patriota y exigió que la comunidad internacional atienda con prioridad el carácter humanitario de este problema. Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), institución que no puede ser tildada de aliada de la guerrilla, nueve de cada 10 sindicalistas asesinados en el mundo, son muertos por la estrategia paramilitar colombiana. El Plan Colombia fue presentado por los senadores norteamericanos Dewine, Grassley y Coverdell como un "Plan para la paz" y de lucha contra la narcoguerrilla, caracterización ésta de carácter "orwelliano" que impuso Estados Unidos para justificar sus políticas de expansión tras el fin de la guerra fría. Término más cinematográfico que real ya que las FARC operan en zonas bananeras y petroleras. El balance económico revierte el dedo inquisidor ya que de cada 100 dólares que mueve el negocio del narcotráfico, solo cuatro se quedan en Colombia, el resto va a Europa y Estados Unidos. De esos cuatro, solo el 0,64 por ciento va al campesino cultivador de coca, que tiene en este producto una economía de subsistencia ante la desprotección de cultivos tradicionales como el café, que no son subvencionados. El Plan Colombia no vulnera los intereses de las grandes empresas de químicos transnacionales, que trafican componentes como el permanganato de potasio, esencial para elaborar la cocaína. Para Luis Alberto Matta Aldana, investigador de los problemas rurales y de la cuestión agraria en Colombia, Estados Unidos, con sus enormes plantíos de marihuana en Virginia y California, es el primer productor de esta hoja en el mundo. El científico norteamericano Noam Chomsky da un carácter histórico a las iniciativas de Washington: "Estados Unidos ha aprendido la tradicional lección imperial de que es un error mandar tus propias fuerzas militares a una guerra colonial. Lo mejor es tener un ejército de mercenarios. Gran Bretaña, por ejemplo, controló a la India básicamente con tropas hindúes". Se retomaría así la estrategia de contrainsurgencia que en lña década del ´80 produjo masacres en Centroamérica, como el caso de los "contras" en Nicaragua. Hay otra realidad que parece no estar en carpeta para los técnicos de Uribe y Bush. De los 40 millones de colombianos, 25 millones son pobres y 10 millones están en la miseria total. Hay un déficit de al menos 10 mil profesionales en salud y 7 mil en educación. La última alternativa política independiente encarnada en la Unión Patriótica sufrió dos mil asesinatos selectivos, incluido dos candidatos presidenciales. Colombia necesita un nuevo plan: de paz, de inclusión social y de un horizonte político recostado hacia el sur para buscar aliados y no alianzas espurias al norte del Río Bravo. AGENCIA PERIODÍSTICA DEL MERCOSUR (APM). Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
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