Golpe de estado al amor

24 de marzo 1976, golpe de estado

23/03/2012
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Un 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado en Argentina y el plomo y las violaciones de derechos humanos, se convirtieron en paisaje natural en la patria de Cortázar.

Emilio Massera, Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez, Ibérico Saint Jea y Reynaldo Bignone, último presidente de facto, 1983, entre otros general u oficiales navales, son los  nombres de la infamia, la vergüenza, la deshonra y la falta de honor.

Ninguno merece el olvido o el perdón mientras no paguen los delitos de lesa humanidad perennes y porque se regodean en el odio, el falso honor y la impunidad.

Veo un documental recordando como la querida Mercedes Sosa con “Alfonsina y el Mar” y una corte de centenares de argentinos de todos los costados, saliendo al exilio y entrando a la senda de Dante Alighieri con sus escenarios de terror inenarrable y dando paso para que en este año, 2012, recordemos que este es el “Día Nacional Por La Memoria y La Justicia”.

La Comisión de DDHH que investigó los hechos, contabilizó más de 9 mil desaparecidos, pero Las Madres de la Plaza de Mayo, el Servicio de Paz y Justicia, del doctor Adolfo Pérez Esquivel, mostraban rostros y nombres de 30 mil desaparecidos…el hilo del terror se llevó hasta el cordón umbilical de los nacidos en cautiverio…y aún hoy la búsqueda continúa.

El Plan Cóndor tomó forma en 1975, siendo implementado por la Dirección de Inteligencia Nacional chilena, con la ominosa figura del dictador Augusto Pinochet de fondo, y en la que participaron los Gobiernos de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.

En un momento determinado del  viacrucis, “La Negra”, Mercedes Sosa, expresa: “la pobreza siempre nos siguió, eso nos sirvió para ser libres”.

Un velo de miedo y silencio cubren la patria de cronopios, famas y esperanzas; en el atardecer del genocidio que cubre el hemisferio sur, el nuevo milenio vislumbra el ALBA del nuevo amanecer.

En lo cotidiano, militares y policías, enloquecidos en su carrera contra la humanidad, capturan al pueblo que acompaña a sus artistas, dicen que contra la asonada faltó lo palpable, lo tangible.

El poder del dolor, el amor de los artistas que empujaron el corazón del pueblo para que este nunca dejase de latir, dejaron profundos contrastes en bellas canciones que enarbolan banderas de “anarquismo pacifista” pregonado por “La Negra” querida, ante tanta infamia, acechanza o amenaza.

La historia nos da la muestra. La resistencia argentina desparramó  sinergia creativa fusionada con el valor de sus artistas de cantar al pueblo la cruda realidad y que este escuchara, para dejarse mostrar el camino de su reivindicación y del fin de la impunidad.

Los artistas cantando y el pueblo que recibe sus letras para enterarse que los “Dinosaurios pueden desaparecer”; y pese a ello “Quién dijo que todo está perdido”  si “rasguñas la piedras y rasguñas las piedras” que podrás dar “Gracias a la Vida que me ha dado tanto”.

Cuántos nombres de cantantes maravillosos, cuántas canciones que marcaron nuestra juventud al transformar el resultado del rostro de la barbarie, a uno de arte, creatividad y denuncia ante el propio pueblo, construyendo letras de canciones En el día a día de SU subsistencia.

El pesar por la pérdida física del ser más amado, su pérdida  brinda una panorámica donde la nobleza, el respeto, la honestidad, el amor y otras especies similares que viven en mí, reafirman la convicción que mi Madre vive, que ella no ha muerto, aunque more en una tumba a tres metros bajo tierra en un cementerio cercano a mi hogar.

“Ella está conmigo, está a mi lado, a cada momento, en mi actitud y en mi conducta, hasta en los poros. En el llanto y en el sudor por la búsqueda de una patria mejor”, como más o menos dijo uno de mis hermanos.   

 

VOCES DEL TERROR / EL RECLAMO DEL OFENDIDO

 

+ Sabe usted dónde está su hijo en este momento?

(Mensaje publicitario oficial, 1976/77)

 

+ Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después... a sus simpatizantes, enseguida... a aquellos que permanecen indiferentes, y finalmente mataremos a los tímidos.

(General Ibérico Saint Jean. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Mayo de 1977)

 

+ Me estoy probando los pantaloncitos para bañarme en el Pacífico.

(General Luciano Benjamín Menéndez, en obvia provocación a Chile, 1978)

 

+ El Mundial tenemos que jugarlo todos los argentinos.

(Slogan Oficial del Mundial 78)

 

+ Los argentinos somos derechos y humanos.

(Leyenda popularizada en una calcomanía durante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos humanos, que vino en 1979 a constatar la represión ilegal)

 

+ La inflación está muerta.

(Christian Zimmermann, vicepresidente del Banco Central, 1980)

 

+ La gente nunca tuvo más plata que ahora.

(José Martínez de Hoz, en Nueva York, 1980)

 

+ Las urnas están bien guardadas.

(General Leopoldo Galtieri, 1981)

 

+ El que apuesta al dólar pierde.

(Lorenzo Sigaut, ministro de economía, 1981)

 

+ No digo adiós, digo hasta luego.

(José Martínez de Hoz, 1981, cuando dejó el ministerio de Economía)

 

+ Si quieren venir, que vengan.

(General Leopoldo Galtieri, en alusión a los ingleses, 1982)

 

+ ¡Que traigan al principito!

(General Mario Menéndez, gobernador de Malvinas, refiriéndose al príncipe Andrés de Inglaterra, 1982)

 

+ Espero ser el último Presidente de facto de la Argentina.

(General Reynaldo Bignone, último presidente de facto, 1983)

 

+ Éramos catorce madres. Volvimos a la semana siguiente. Volvíamos cada semana por novedades a reclamar. Hasta que un día la policía nos dijo que no podíamos estar reunidas, porque había estado de sitio, y que debíamos caminar. Ellos nos impulsaron a caminar. -Caminen de a dos... circulen...- nos gritaban los policías. Nos tomábamos del brazo y empezábamos a caminar. Llegábamos a la plaza y nos poníamos en marcha para que la policía no nos corriera.

(Revista Paz y Justicia. Enero 1983)

 

+ Por primera vez un tribunal de justicia de un gobierno democrático consigue sentar en el banquillo de los acusados a los nueve integrantes de las juntas militares, que se sucedieron en el poder entre 1976 y 1982, tras un golpe de Estado. Las cabezas visibles de esa dictadura son juzgadas desde el 22 de abril de 1985. Estamos al frente de un acontecimiento histórico, que marcará para siempre la vida de la sociedad argentina.

(Diario del juicio. Ed. Perfil. 1985)

 

+ No he venido a defenderme. Nadie tiene que defenderse por haber ganado una guerra justa, y la guerra contra el terrorismo subversivo fue una guerra justa. Sin embargo yo estoy aquí procesado por haber ganado una guerra justa.

(Emilio Massera, en declaraciones del juicio a las juntas, 1985)

 

+ No, no se podía fusilar. Pongamos un número, pongamos cinco mil. La sociedad argentina no se hubiera bancado los fusilamientos: ayer dos en Buenos Aires, hoy seis en Córdoba, mañana cuatro en Rosario, y así hasta cinco mil. No había otra manera. Todos estuvimos de acuerdo en esto. Y el que no estuvo de acuerdo se fue. ¿Dar a conocer dónde están los restos? ¿Pero, qué es lo que podemos señalar? ¿En el mar, el Río de la Plata, el riachuelo? Se pensó, en su momento, dar a conocer las listas. Pero luego se planteó: si se dan por muertos, enseguida vienen las preguntas que no se pueden responder: quién mató, dónde, cómo.

(Declaración de Videla del libro "El dictador", de María Seoane y Vicente Muleiro)

 

+ Señores jueces, quiero utilizar una frase que pertenece ya a todo el pueblo argentino: Nunca más.

(El fiscal Julio César Strassera en el cierre de su alegato de una semana, el 18 de septiembre de 1985)

 

+ La plaza es el lugar donde se produce el verdadero y único milagro de la resurrección (...) los primeros pasos tienen mucha profundidad y cuando me pongo el pañuelo en la casa de las madres, antes de salir para la plaza, y me lo aprieto fuerte en la barbilla, es un abrazo, el abrazo de los treinta mil. La plaza es la lucha, la esperanza, los sueños, las ilusiones y la sangre de los tantos.

 

(Hebe de Bonafini, Presidenta de las Madres de Plaza de Mayo en Diario Página 12, 26 de junio de 1996).

 

- Carlos Roberto Zelaya Herrera es periodista y miembro-representante en Honduras de Profesionales Latinoamericanos/as Contra el Abuso de Poder (PLcAP) 

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