¿Por qué el plebiscito?

18/08/2011
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El movimiento de los estudiantes dejó hace mucho tiempo de ser un movimiento gremial. Es un movimiento social y por consiguiente político. Ni el gobierno ni la clase política quieren ver los mensajes implícitos. El primero y fundamental señala que las instituciones republicanas vigentes están sobrepasadas frente al contenido y magnitud de las demandas. No dan el ancho frente a la demanda de Educación Pública, gratuita y de calidad. Dos, no entienden que la educación integral que se invoca es un plan desde los niveles básico, medio y superior de calidad, incluyendo la educación técnica. Grados que permitan una profesionalización digna, contrariamente a la actual que busca mano de obra para un sistema productivo y financiero que se basa en la desigualdad. Tres, se plantea un sistema de financiamiento basado en la recuperación de nuestros recursos naturales básicos, especialmente el cobre. Cuatro, se plantea la democratización de las instancias políticas fundamentales del actual sistema político. Esto es, capaz de garantizar que los logros que se consigan puedan ser profundizados, mejorados y cambiados en el futuro si fuere necesario.

Ni la clase política ni el gobierno entienden que el eje central de las políticas desde hace casi cuatro décadas, el mercado y el lucro, no da las soluciones que proclamaron, primero Pinochet, la Concertación después y ahora la Alianza con Piñera.

Hace más de 30 años que la Constitución de Pinochet proclama que el Estado otorga especial protección al derecho a la educación, el mismo Estado que, a vista y paciencia de la ciudadanía, niega ese derecho a los hijos de la Nación. La Constitución señala que una ley orgánica constitucional permitirá al Estado velar por la protección del derecho a la educación. Así surge la LOCE y con celebración unánime de la clase política la LEGE que la reemplaza, para 3 años más tarde arremeter con el Gran Acuerdo –el GANE– de Piñera.

Para los deudores de la educación, apoderados y egresados; los padres del “financiamiento compartido”; los estudiantes vulnerables de la municipalización en el contingente de los 400 puntos y menos de la PSU, etcétera, la realidad y el problema sigue siendo aquella que impone el mercado de los sostenedores, los préstamos usurarios de los bancos, la burla del crédito con aval del Estado [CAE], carreras inexistentes y de dudosa calidad…Peor aún, es la complicidad del Estado para perpetuar un sistema corrupto, ineficiente y muchas veces denunciado.

Piñera sigue entrampado en las mismas redes políticas y sociales que lo llevaron al poder. Incapaz de ver el problema de fondo, ofrece 4000 millones de dólares para el corto plazo sin comprometerse ni en sistemas ni financiamientos futuros. Habla vagamente de una desmunicipalización. Para abaratar la oferta educativa subsidia a los bancos –los grandes beneficiarios del sistema junto con los sostenedores– y con ello busca bajar la tasa del interés a los estudiantes. Ofrece becas financiadas desde el mercado del dinero. Crea una superintendencia de la educación superior sin desactivar los mecanismos del lucro con lo cual invalida desde la partida su propia oferta…

La dirigencia del movimiento y los miles de manifestantes en la calle a lo largo de todo Chile han proclamado la necesidad del diálogo; algunos han llamado al gobierno a reaccionar con humildad. El mensaje del diálogo no ha sido oído. En más de 80% las propuestas del gobierno, que hoy se discuten en el Congreso, siguen siendo las mismas. Entrampado en el mercado del dinero Piñera no entiende que el problema no es bajar los intereses del CAE, sino radicar el financiamiento de la educación en el Estado.

No existe la gratuidad de la educación sin un sistema equitativo de impuestos. En Chile, todos lo sabemos, proporcionalmente más paga impuestos [IVA, 19%] un indigente que obtiene $50.000 al mes y compra una marraqueta que un trabajador con una renta de $ 500.000 al mes, que no consume todo en comida y no paga impuesto a la renta, y cuya tasa proporcional de IVA corresponde a 12%. Peor aún si se le compara con alguien del tramo de $ 15.000.000 mensuales, que tiene otras expectativas de gasto, puede acceder a una serie de bienes y servicios que no están afectos a IVA.

En definitiva, ya sea por el lado del sistema educativo, o por el sistema financiero que lo sustenta, en 30 años el sistema ha profundizado la desigualdad. Es más, con una miopía culpable, la clase política que lo ha mantenido por tantos años ignora que en 30 años más ya no habrá cobre en Chile y que el gran recurso será la inteligencia y la formación de los niños y niñas de hoy día y de sus hijos que enfrentarán en términos dramáticos el calentamiento global, la contaminación, el agotamiento de las energías tradicionales no renovables, el hambre para un planeta que, con el sistema económico y social actual, ya presenta problemas para alimentar 7000 millones de habitantes.

Actualmente, el sistema educativo crea mano de obra para un sistema productivo que a su vez crea y profundiza la desigualdad. En estos días los jóvenes han [más que] tomado conciencia de esto y la ciudadanía debe tener conciencia que estos jóvenes con su inspiración han venido para señalar de manera flagrante el fracaso del conjunto de la clase política y la necesidad de un recambio.

Las crisis de carácter irreversible tienen lugar cuando ya no existe posibilidad del diálogo. Cuando las actuales instituciones republicanas son incapaces de contener las grandes modificaciones que se imponen. Cuando aún, contra el tiempo, los responsables políticos incapaces de reaccionar observan que existe conciencia generalizada en la opinión pública que son incapaces de administrar las soluciones que proponen, entonces es el momento del relevo.

Conscientes que el momento del relevo se aproxima los estudiantes, su entorno, vastos sectores ciudadanos, excluidos de la política desde hace casi cuatro décadas, han propuesto la consulta ciudadana, esto es el Plebiscito. No me refiero a los plebiscitos municipales para administrar la basura, los estacionamientos, las construcciones, etcétera, aquí se trata de un Plebiscito para dirimir el futuro de la educación, de la salud, de la vivienda popular, de nuestros recursos básicos, los grandes problemas ambientales, los impuestos, en fin de la desigualdad. Eso es mucho más que Mayo 68. Es el momento del cambio irreversible.

- Héctor Vega es Director de Fortin Mapocho.com

http://www.fortinmapocho.com/detalle.asp?iPro=2316

 

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