La Comisión no dio respuesta al dónde están
Chile, DH y Comisión de la Verdad
22/04/2002
- Opinión
La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), considera
que la transición democrática en Chile, no ha resuelto ni con verdad ni
con justicia el problema de los derechos humanos en general y el de los
detenidos desaparecidos en particular. Viviana Díaz relata aquí los
puntos de vista de su agrupación y afirma que siguen buscando a sus
familiares, once años después de publicado el informe de la Comisión.
La promoción y defensa irrestricta de los Derechos Humanos es una de las
herencias más preciadas del recién fenecido siglo XX. Así lo entiende la
comunidad internacional y la creación de la Corte Penal Internacional lo
demuestra.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) tienen una reconocida labor y
mérito en materia de Derechos Humanos. El trabajo realizado por ellas es
imponderable, sobre todo la defensa legal y sus aportes en aspectos
jurídicos y procesales. Gracias a ellas, también, hoy hay menos “presos
políticos” o “presos de conciencia” en las cárceles y la impunidad no
siempre sale airosa.
Sin embargo las ONGs no son las únicas que actúan, o los únicos actores
que destacan en el ámbito de los DD.HH. y en la denominada sociedad
civil. Si se mira con detenimiento es posible distinguir diversas
organizaciones que religan a los directamente afectados por el abuso de
poder, como es el caso de las “Abuelas de la Plaza Mayo” y la “Agrupación
de Familiares de Detenidos Desaparecidos”, en Argentina y Chile,
respectivamente.
Esta vez, la presidenta de la AFDD, de aquellos que no siempre tienen
rostro y nombre y apellido conocido en Chile, relata su experiencia en la
siguiente entrevista.
Entrevista a Viviana Díaz
¿Qué opinión le merece la Comisión de Verdad y Reconciliación?
En primer lugar hay que decir que esa Comisión la crea el Presidente de
la República electo, Don Patricio Aylwin, a solicitud de nuestra
organización. Cuando recién asume su período de cuatro años, nosotros
como agrupación le planteamos la necesidad de que en nuestro país
trabajara una comisión investigadora de los crímenes cometidos durante la
dictadura militar. Él acogió nuestra solicitud, pero también fue muy
franco y nos planteó que el único camino que él tenia para poder crearla
era a través de un decreto Supremo. Y para que eso pudiera hacerlo tenía
que contemplar la participación de representantes de toda la sociedad
civil.
¿Estuvieron de acuerdo con la observación hecha por el ex Presidente
Aylwin?
Nosotros estuvimos de acuerdo, pero en la medida que él empezó a
conformar la Comisión y cuando él dicta el decreto Supremo de creación,
en abril de 1990, nos dimos cuenta que él había cogido nuestro
planteamiento, pero había circunscrito el trabajo de esta comisión sólo a
la búsqueda de los detenidos desaparecidos, de los ejecutados políticos y
de los muertos a consecuencia de la tortura, y excluyó todas las otras
violaciones ocurridas durante la dictadura militar. La Comisión sólo
podía investigar aquellas violaciones y no otras.
¿A qué otras violaciones se refiere?
Con el paso de los años y 12 años de transición uno puede señalar que no
existe en Chile un catastro oficial de miles de personas que pasaron por
las cárceles de nuestro país, de los presos políticos, de los miles que
debieron dejar su patria ya sea por medidas de extrañamiento a cumplir
penas, o bien exiliados, o los que fueron relegados por la vía
administrativa y que eran trasladados por un período de tres meses a
distintos lugares de Chile, los que perdieron su fuente de trabajo.
¿Esas exclusiones le quitan legitimidad a la Comisión y veracidad a su
informe?
Para nosotros fue importante la creación de la Comisión. Contribuimos
durante nueve meses como agrupación al igual que la agrupación de
familiares de ejecutados políticos y los organismos de DD.HH. que
existían hasta ese momento, como la Vicaría de la Solidaridad, el Comité
de Defensa de los Derechos del Pueblo, FASIC. Todos los organismos
aportamos al trabajo de la Comisión, es decir entregamos toda la
documentación que a lo largo de 17 años habíamos reunido: recursos de
amparo, denuncias por presunta desgracia, querellas criminales,
antecedentes. Y le explico esto porque cuando al cabo de nueve meses la
Comisión finaliza su labor nos encontramos con que los nombres de los
represores no fueron consignados, los que violaron los derechos humanos
en Chile en el informe de la Comisión no aparecen.
¿Eso hace que el informe de la Comisión sea incompleto?
Si bien es cierto que el informe fue muy importante porque oficializó una
verdad, reivindicó la memoria de las víctimas, en el sentido de que no
eran terroristas, subversivos, no eran delincuentes como por años fueron
tildados; para nosotros muy importante era que el país conociera quienes
habían violado los derechos humanos, pero sus nombres fueron resguardados
y esos nombres hasta hoy no los conocemos nosotros como parte del
informe. Y eso es a la larga un problema porque hemos tenido que ir por
otras vías para que en los tribunales de justicia se conozcan quienes son
los autores de las detenciones, torturas y crímenes cometidos por agentes
del estado.
¿El informe establece una verdad a medias?
El informe de la Comisión confirma lo que nosotros siempre dijimos, que
aquí se utilizó la infraestructura del Estado para dar un golpe de
estado, crear campos de concentración, las cárceles ocultas, los agentes
que detienen, matan, torturan; aunque todo eso queda sin nombres y
apellidos. El informe también recoge todos los antecedentes que
aportamos nosotros, porque la Comisión no tenía facultad para citar a las
personas que violaron los derechos humanos, sólo los podía invitar y
hubieron muchos que nunca se sintieron invitados y no concurrieron.
Aportes de parte de miembros de las FF.AA. a esa Comisión fue
prácticamente mínima.
¿En la información que Uds. entregan a la Comisión estaban
registrados los nombres de los represores, habían logrado
identificarlos?
En muchos casos de detenidos desaparecidos existen los nombres. Hubo
detenciones en que los represores de una manera un otra dejaron sus
nombres o bien con los años fuimos nosotros identificándolos, y estos
nombres empezaban a repetirse en cada una de las detenciones. Durante
años nosotros siempre fuimos de la opinión y así lo hicimos, de presentar
una y mil veces todos los antecedentes que íbamos recogiendo por
testimonio de personas que recuperaban su libertad, salían de los centros
secretos, que iban a la vicaría de la solidaridad. Entonces, fuimos
dejando en los tribunales la historia de lo que iba pasando, y eso es lo
que, con los años, en definitiva se aporta en el juicio en España y
posteriormente lleva al Juez Garzón a ordenar la detención de Pinochet.
¿Volviendo al tema de la Comisión, Uds. fueron consultados para
convocarla y decidir sus integrantes?
Nosotros aportamos algunos nombres para que formaran parte de la Comisión
y algunos de ellos fueron considerados; ahí estaba Don Jaime Castillo
Velasco, que había sido presidente de la Comisión Chilena de Derechos
Humanos muchos años, él víctima de expulsión del país, un hombre muy
comprometido con la defensa de los DD.HH.; también estuvo el abogado José
Zalaquett, un abogado que formó parte del Comité para la Paz, que es
después también detenido y expulsado del país. O sea hubo nombres que
propusimos y fueron considerados y formaron parte de la Comisión.
¿Qué opina Ud. de privilegiar el conocimiento de la verdad y
administrar justicia en la medida de lo posible?
La Comisión hizo una excelente labor, pero para nosotros lo más
importante era responder al donde están, y eso el informe no lo
respondió. Porque nosotros cuando planteábamos la creación de la
Comisión esperábamos que nos dijeran donde estaban nuestros seres
queridos. Y la Comisión no logró dar respuesta al donde están. Y no
logra tampoco la parte que también es muy importante para nosotros, la
justicia, porque en el momento que se resguarda la identidad de quienes
violaron los derechos humanos en Chile, era porque no estaban ellos
dispuestos avanzar. Además, hay que considerar que al término de la
dictadura militar se tranzó con los militares y se les garantizó de que
ellos no iban a ser juzgados. Sin embargo la comisión fue para nosotros
y hasta el día de hoy lo señalamos, algo importante. Pero,
desgraciadamente a once años de publicado el informe seguimos buscando a
nuestros familiares.
¿La aplicación de justicia es igualmente importante cómo la
verdad?
Tanto la búsqueda de la verdad como el establecimiento de
responsabilidades en relación a los culpables, para nosotros es una sola
tarea que nos hemos propuesto, porque creemos que cuando se han cometido
crímenes los crímenes deben ser castigados, porque en cualquier país del
mundo una persona que mata a otra, va a la cárcel. En Chile se aplicó en
forma sistemática un método de exterminio, fueron asesinados al margen de
toda ley opositores a la dictadura militar y hoy son considerados
crímenes contra la humanidad y no pueden quedar en la impunidad. Y ese
es el desafío para los familiares y para los organismos de DD.HH., y en
Chile nunca se va a dar la reconciliación mientras no esclarezcamos los
crímenes cometidos por la dictadura.
¿Es suficiente la “sanción moral” que establece el informe de la
Comisión?
No. Nunca va a ser suficiente, porque cuando está la vida de cientos de
ciudadanos chilenos, hombres, mujeres, jóvenes, niños, no puede uno darse
por satisfecho porque aquí hubo una condena moral. Aquí tienen que
esclarecerse los crímenes porque los autores existen, los autores de
estos crímenes tienen nombre y apellido y pertenecen a las distintas
ramas de las FF.AA. Incluso hay muchos que fueron civiles y que se
subordinaron a la dictadura y también participaron, todos ellos tienen
que ser sometidos a procesos. Y eso es lo que nosotros hemos siempre
buscado, y siempre lo hemos dicho. Si los tribunales de justicia durante
la dictadura militar nos denegaron justicia, cuando tuvieron en sus manos
la posibilidad de salvar las vidas no lo hicieron, hoy tienen la
obligación bajo un estado de derecho de cumplir con su rol de administrar
justicia.
¿La agrupación está motivada por la venganza, cómo dicen algunos
sectores de la derecha política y las FF.AA.?
No. Cuando uno habla de verdad y de justicia no es que nos anime un afán
de venganza, porque en nosotros nunca estuvo presente la venganza, porque
no habríamos dejado transcurrir los años a través de una búsqueda
absolutamente pacífica. Todo lo que la agrupación hizo durante la
dictadura militar fue siempre poniendo en riesgo nuestra propia vida.
Nosotros salíamos a la calle en esa época a denunciar el problema, pero
las consecuencia siempre las sufríamos nosotros, las detenciones, los
interrogatorios, las amenazas, pero siempre fue más fuerte el amor por
nuestros familiares, para que esto no se olvidara y por eso seguimos
trabajando.
¿Qué ha significado la reparación pecuniaria y material para los
familiares de las víctimas?
Nosotros fuimos de la opinión que se creara en el parlamento, y de hecho
la Comisión lo propuso y por ley se crea, la Comisión Nacional de
Reparación y Reconciliación. El año 1992 era imprescindible conocer lo
sucedido con nuestros familiares y que se hiciera justicia. Pero, cuando
se trató el tema de la reparación, ya no solamente ética, moral, sino
también pecuniaria, vimos que era una necesidad para los familiares,
porque la gran mayoría eran jefes de hogar los que habían sido detenidos
y desaparecidos.
¿Qué propuestas hicieron al respecto?
En ese momento cuando se hizo la ley nosotros pedimos que se incorporara
como beneficiarias de la ley a las madres de los detenidos desaparecidos,
porque una madre que en el año 73 tenía 50 años hoy día tenía 70, y había
que buscar la manera de que ella tuviera una vejes digna y no morir
prácticamente sin ningún recurso. Entonces la ley de reparación la
entendimos de esa manera y por eso hay un monto referencial que se
distribuye 40% para la esposa, un 30% para la madre, 15% para los hijos
hasta los 25 años. Nosotros fuimos de la opinión que entre los
beneficios de educación los hijos de detenidos desaparecidos tuvieran
acceso a la enseñanza universitaria hasta los 35 años, por el hecho de
que habían pasado 17 años de dictadura, y un joven que tenía 17 años para
el golpe así podía por lo menos alcanzar a educarse.
¿La Mesa de Diálogo sobre DD.HH complementa favorablemente el trabajo
e informe de la Comisión?
La detención de Pinochet en Londres ya era una condena, pero Chile invocó
razones humanitarias y dejaron al ministro Straw que tuviese en
definitiva que tomar la decisión de devolverlo. La mesa de diálogo
respondía precisamente a la detención de Pinochet, a que en ese instante
había un avance en las investigaciones de los tribunales y los militares
comenzaban a señalar que estaban cansados de tener que desfilar en los
tribunales, en circunstancias que en los tribunales no se desfila, se
comparece y se comparece cuando se está acusado de un crimen o de un
delito. Ahí Frei hace esa solicitud y se crea la mesa de diálogo. Y
ocurre que la mesa de diálogo habiendo cumplido ya un año y cuatro meses
no nos reportó a nosotros absolutamente nada. Eso es una realidad y no
es que nosotros queramos negarnos a todo.
¿Cuál fue el aporte de las FF.AA. a la mesa de diálogo nacional sobre
DD.HH.?
Aquí hubo un informe que las fuerzas armadas le entregan. El Presidente
recibe ese informe y dice que es información de 200 personas. De esas
200 personas 180 tienen nombre y apellido y 20 figuran como N.N. De las
180 sólo en dos o tres situaciones, como el caso de cuesta Barriga, se
habla de 6 nombres que estarían inhumados allí, se dan unas coordenadas
de ese lugar, se designa un ministro en visita, el ministro Héctor
Carreño se constituye, va al lugar, le cuesta encontrar las coordenadas,
descubre que es una mina de oro y plata, y ocurre que lo único que
encuentra al cabo de meses son dientes, fragmentos óseos, y comprueba
efectivamente que esas personas estuvieron ahí, pero posteriormente
fueron sacadas y hechas desaparecer por segunda vez. No hemos encontrado
ningún detenido desaparecido producto del informe.
¿Cuántos son los detenidos desaparecidos que la agrupación
registra?
Para nosotros como agrupación la nómina oficial es de 1.197 casos de
detenidos y desaparecidos. De 1.197 casos nosotros hemos logrado
esclarecer, es decir encontrar sus cuerpos y darle digna sepultura a 176
personas, menos del 10%. Y de esos 176 hay que restar 52 personas que
fueron encontradas durante la dictadura militar.
¿Los responsables de esas detenciones y desapariciones han sido
identificados, sometidos a juicio y sancionados?
De estos 52 casos que yo le señalo como esclarecidos, que son los de
Lonquen, Laja y Mulchen, en los tres hubo ministros en visita, en los
tres hubo investigaciones. En el caso de Lonquen el ministro Adolfo
Bañado, quien llevó la investigación, estableció las responsabilidades y
los autores eran todos integrantes de la tenencia de la isla de Maipú.
Pero ocurre que todos ellos, que reconocen su participación en la
detención de estas 15 personas, en sus asesinatos y que fueron inhumadas
en unos hornos, los tapan con cal; todos ellos después invocan la
amnistía y hoy todos circulan libremente. Este es el caso en donde más
avance ha habido en las investigaciones.
¿La ley de amnistía establecida por el mismo régimen de Pinochet?
Claro, el decreto ley de amnistía que dicta Pinochet, para todos los
delitos comprendidos entre el once de septiembre del setenta y tres y
abril del setenta y ocho. Es decir toda la gran mayoría, casi el 90% de
detenidos y desaparecidos están cubiertos por el decreto de la ley de
amnistía. En todos los otros casos que han sido encontrados con
posterioridad, o sea en esta transición, todos han sido identificados
pero no conocemos los autores. Hasta hoy día eso no se puede investigar.
¿Qué opina de la administración de justicia en materia de DD.HH.
después de 11 años de democracia representativa en Chile?
Ha sido una lucha permanente por tratar de que en nuestro país no sea la
impunidad la que triunfe. Nosotros hicimos un balance el año pasado, al
cumplirse 10 años del informe Rettig (Comisión de Verdad y
Reconciliación), y si uno miraba habían habido más intentos por terminar
con el problema, que por investigar. El propio Presidente Aylwin el año
noventa y tres intenta dictar una ley de punto final. El Presidente Frei
hace una propuesta, también en el parlamento, para que se busque un
mecanismo y que los ministros de la corte lleguen a la convicción de que
nuestros familiares están muertos, deje de ser secuestro y sea homicidio,
porque el homicidio prescribe. Posteriormente hay un intento del auditor
militar hacia el pleno de la Corte Suprema, también para buscar un
mecanismo y cerrar los procesos. Por eso como agrupación hemos estado
muy atentos y mientras nosotros estemos y estén los abogados defensores
de los derechos humanos trabajando, haremos lo posible por que ello no
ocurra.
¿Por qué no es posible una administración de justicia más eficaz en
materia de derechos humanos?
Bueno, porque en primer lugar la composición de los tribunales de
justicia en su gran mayoría sigue siendo la misma que en el pasado.
¿Los jueces y ministros fueron nombrados durante el régimen
militar?
Claro. Aquí la constitución que nos rige dejó todo tan amarrado que
incluso un ministro de corte debe contar con la aprobación del senado. Y
en el senado tiene mayoría la derecha, tienen a los senadores designados
y va a ser muy difícil poder democratizar el poder judicial.
¿Existe impunidad en Chile?
Desgraciadamente la impunidad no solamente es jurídica, falta de sanción
a los culpables. También está la impunidad política que se da en el
sentido de que aquellos que formaron parte del régimen militar y que
ocuparon cargos hoy día están en el senado. Por ejemplo Sergio
Fernández, senador electo, que fue durante la dictadura militar dos veces
Ministro del Interior, y si hay alguien que sabe que pasó con los
detenidos desaparecidos es él. Para nosotros esa gente no debería estar.
Incluso llegó a ser presidente del senado Sergio Diez, quién había sido
representante de la junta militar en las Naciones Unidas y había sido la
persona que fue capaz de mentirle a la comunidad internacional,
diciéndole que los desaparecidos eran una mentira, que no tenían
existencia legal. Todas estas cosas demuestran la impunidad que se va
dando.
¿Frente a esa impunidad política, la agrupación qué le propone hoy al
Presidente Lagos?
Nosotros siempre hemos tenido la posibilidad de conversar directamente
con él, con mucha franqueza, y señalarle cómo vemos nosotras la
situación. Respecto a la mesa de diálogo nacional, nosotras queríamos
que en cuanto él asumiera su mandato terminara con la mesa de diálogo;
pero, como aquí ya había un compromiso de por medio con las fuerzas
armadas, de que eso iba a seguir, la mesa continuó su trabajo. Nosotros
creemos que aquí falta mayor fuerza, para decir las cosas claramente por
su nombre. Muchas veces vemos con el paso del tiempo como se empieza a
cambiar la terminología. Para muchos hoy día no hubo una dictadura
militar, algunos ya escuchamos por la televisión que se habla de un
régimen autoritario, gobierno autoritario; no se habla de violaciones de
los derechos humanos, se habla de excesos; de responsabilidades de
algunos, no de los que dieron un golpe militar y terminaron con un
gobierno elegido democráticamente, como fue el que presidió Salvador
Allende. O sea, vamos viendo estos cambios que no debieran ocurrir.
¿Llamar las cosas por su verdadero nombre ayudaría a evitar la
impunidad política?
Yo creo que las cosas hay que decirlas por su nombre, y es lo que hemos
dicho aquí. Uno ve gente que cometió crímenes y esos crímenes deben ser
castigados y por lo tanto los responsables deberían estar en la cárcel y
no circulando libremente como lo vemos permanentemente.
¿Cuáles son hoy sus exigencias centrales?
Las exigencias siguen siendo las mismas que en el pasado: esclarecer la
verdad, que se haga justicia y también que no se olvide lo que pasó en
nuestro país. Es por eso que nosotros le atribuimos mucha importancia a
lo que es la recuperación de la memoria histórica de nuestro país, porque
el olvido no puede ser la solución de un problema tan grave. Y si eso
ocurriera todos estaríamos siendo cómplices a futuro ante cualquier
situación que se presente, por no haber tenido la suficiente capacidad
para impedir que ello no pase.
Santiago, 23 de abril de 2002
Danilo Quijano Silva: Corresponsal de La república en Santiago de
Chile
https://www.alainet.org/es/active/2032
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