Por un gabinete sin confusiones
22/06/2003
- Opinión
Por fin el gabinete Solari oficializa su renuncia. Culmina
así otro momento de confrontación entre un toledismo
obstinado en mantener una política económica favorable a
los intereses del gran capital transnacional y local, y
distintos sectores laborales y sociales que en todo el país
exigen una distribución más equitativa del ingreso y un
cambio sustantivo en las políticas públicas y gestión del
gobierno.
Pero, cuidado. El toledismo que rechaza en el Congreso
gravar con más impuestos la telefonía celular y de red fija
y la televisión por cable, es el mismo que se resiste a
eliminar la "renta básica" impuesta por la Telefónica del
Perú, y es el mismo que tolera el "estado de emergencia" y
la represión militar y policial de las demandas laborales y
sociales. Inclusive, si son ciertos los diálogos y acuerdos
posibles que la prensa le atribuye al Presidente Toledo a
propósito de su nuevo gabinete ministerial, aquellos sin
duda alguna indican un entendimiento mayor con la derecha
política y empresarial personificada en Luis Bedoya Reyes,
independiente de que éste acepte o rechace presidir el
gabinete entrante.
Y si el cambio de gabinete es visto como consecuencia
directa de las movilizaciones laborales y ciudadanas, como
sin duda alguna también es, cabe advertir que el momento no
está para triunfalismos y menos aún participar en un
gobierno que a la "izquierda" sólo cobija y tolera como su
"lado izquierdo". La "depuración" del gabinete anterior y
posterior a las movilizaciones de Arequipa, son una clara
señal de aquello. Si hay quienes todavía dudan, harían bien
en recordar el triste papel de los(as) independientes de
izquierda en el primer gabinete y gobierno de Fujimori. Y
si la memoria les falla, con mirar las filas del toledismo
en el Congreso sería suficiente para recordarlos(as).
El Presidente Toledo y el toledismo son los únicos
responsables de que el primero culmine su mandato en el
plazo que fija la Constitución heredada del fujimorismo.
Para que así ocurra el Sr. Toledo sólo tendría que cumplir
como Presidente las propuestas que hizo como candidato, sin
hacer esperar a la ciudadanía como hizo esperar el
reconocimiento de su paternidad a la joven Zarai. Por eso,
en ese compás de espera que hasta hoy es la administración
Toledo, nada tienen que hacer la izquierda y el progresismo
y el humanismo en el nuevo gabinete. Si el ciudadano
Alejandro Toledo confunde su "éxito" personal con el
destino del Perú, la izquierda y el progresismo y el
humanismo no tienen porqué confundir la democracia con el
proceso electoral que condujo al candidato Toledo a la
Presidencia de la República.
* Santiago, 23 de junio del 2003
https://www.alainet.org/es/active/4059
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