Las declaraciones del presidente Hugo Chávez dirigiéndose a las FARC, en las que afirma que una lucha de guerrillas es anacrónica en el continente y que son la excusa perfecta para que el "imperialismo" amenace a su Gobierno de manera permanente, son su pensamiento verdadero, y no de ahora, sino desde que asumió la Presidencia en 1998.

El presidente Chávez es un estadista, así les duela a muchos. Un hombre que tiene un proyecto de poder regional, el cual está en el centro del debate. No hay escenario político del continente americano donde pasen desapercibidas sus declaraciones. Las más recientes, sobre las FARC, tienen un sentido histórico, por claras y por contundentes, en la medida en que es obvio que éstas no tienen futuro en su proyecto de poder. Deben liberar a los secuestrados de manera unilateral y buscar un camino de incorporación a la vida civil, tarea en la cual el presidente Chávez está dispuesto a colaborar.

Hay voces en Colombia que creen que este cambio de 180 grados en su posición política –después de que hace sólo cinco meses pedía beligerancia para las FARC- es una impostura o una salida apresurada para restarles importancia a supuestas alianzas o apoyos "dejados en evidencia por el computador de Raúl Reyes". Es una conjetura razonable, pero convendría preguntarse cuál es la postura de mayor peso en los cálculos políticos del presidente Chávez, si la de la beligerancia o la del anacronismo de las FARC.

Ante la derrota política de este grupo guerrillero, que agencia un proyecto sólo visto con buenos ojos por el dos por ciento de los colombianos, y con una política de Seguridad Democrática que los tiene a raya y ha generado la sensación de que son derrotables, Chávez Frías ha concluido que son una piedra en el zapato para su proyecto Bolivariano, sumado a que es por Colombia por donde podría darse una eventual invasión militar de Estados Unidos. Esto es lo que siempre ha pensado, sólo que ahora se ha visto compelido a manifestarlo. El ambiente está tan caldeado en el continente, que como parte de su estrategia de gran facilitador de la paz en nuestro país, ha juzgado conveniente lanzar ahora este as sobre la mesa, como es el de instar a las FARC a buscar una rápida solución a tan largo conflicto armado.

Que sea desde Caracas que les diga a las FARC que su guerra es anacrónica y 'aliada' de una agenda de agresión planeada desde Washington, es algo de enorme significado político. Y algo ante lo cual la dirigencia de las FARC -y del ELN, así no lo haya mencionado- debe estar tomando atenta nota, porque no son palabras menores, sino que fueron pronunciadas por el líder de la izquierda más doctrinaria y con un proyecto de poder para todo el continente.

Ante tal predicamento las FARC pueden callar (pasar 'de agache', que llaman), o pronunciarse de manera pública. Muy difícil que ocurra lo primero, aunque no es de esperar de Alfonso Cano un pronto pronunciamiento en su papel de nuevo Comandante General, en la medida en que habrá consultas en busca de una decisión de cuerpo, y en que está de por medio la 'exigencia' –que en últimas lo fue- de liberar a todos los secuestrados… ¡"sin nada a cambio"!

Hay que ver pues con buenos ojos esta postura clara y firme del Presidente venezolano ante las FARC, y alentar a que el camino sea el del entendimiento con el Gobierno Nacional, y a que las salidas sean negociadas, así estas formulaciones tengan tan poco espacio en la Colombia de hoy, tan afincada en la derrota militar de las FARC y tan negada a abrir un camino de negociaciones acotadas y realistas, de parte y parte.

Posdata: En un país donde las FARC marcan de manera determinante la agenda publica, falta investigación  y debate sobre sus lógicas de actuación. Desde la Corporación Nuevo Arco Iris, con semana.com, realizamos un especial sobre esta guerrilla, los invito a consultarlo en la sección de informes  online, en www.semana.com

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía.  www.vivalaciudadania.org