Un año entre calma y tempestad
- Opinión
Ha pasado un año desde aquella tarde del 31 de agosto de 2007, en la cual los presidentes Uribe y Chávez en una rueda de prensa en la hacienda Hato Grande, ubicada en Sopó, Cundinamarca, en un tono cálido, lleno de optimismo y reconocimientos mutuos, le anunciaron al mundo que iban a trabajar juntos, por la paz de Colombia, por el logro de acuerdos con las FARC y con el ELN. Era una imagen casi surrealista, los dos Presidentes más enfrentados y ubicados en orillas ideológicas y políticas tan distantes, se abrazaban en un propósito común, la paz para Colombia.
De inmediato el presidente Chávez, anunció su deseo de reunirse con los dirigentes del ELN, reunión que se dio en la primera semana de septiembre en Caracas, la ya mencionada fue con Pablo Beltrán y allí le manifestó su interés de trabajar por un acuerdo de paz y ayudar a destrabar los inconvenientes en la mesa, de manera inmediata en el primer “Alo presidente” después de su reunión con el mandatario Uribe, lo dedicó a los temas de la paz en Colombia, señaló lo fructífero de los intercambios con el presidente Uribe e invitó a Manuel Marulanda a visitarlo en Caracas o si lo consideraba él estaba dispuesto a viajar a las selvas de Colombia.
Estas osadías del presidente Chávez, no fueron bien recibidas en Bogotá y de manera inmediata el Ministro Juan Manuel Santos, manifestó que las fuerzas armadas mantendrían el combate frontal en contra de las FARC y que no veían conveniente ninguna reunión de este grupo insurgente con el presidente Chávez, lo cual tuvo su reacción casi inmediata desde el palacio de Miraflores, se acusaba al ministro Santos de saboteador de los esfuerzos de paz y se le llamaba a no colocar más piedras en el camino del acuerdo.
El mes de septiembre del año 2007, pasó con la expectativa de una posible visita de delegados de las FARC a Venezuela o de la posibilidad de un encuentro en Colombia, pero esto fue duramente criticado, tanto en Colombia, por el Gobierno y sus aliados, como en Venezuela por la oposición al presidente Chávez.
En la primera semana de Octubre, la senadora Piedad Córdoba, quien tomo la iniciativa de involucrar al presidente Chávez como facilitador y quien había logrado la aprobación del presidente Uribe para actuar igualmente como facilitadora, fue la persona que anuncio que cualquier posibilidad de visitas de las FARC, quedaba postergada.
El presidente Chávez insiste en la necesidad de reunirse con emisarios de las FARC, afirma que no hay otro camino para buscar acuerdos que un encuentro directo, lo cual se da en la primera semana de noviembre, el mundo presencia el abrazo del presidente Chávez, con Iván Márquez, integrante del secretariado nacional de las FARC, es una imagen que recorre el mundo y que tiene como respuesta del Gobierno colombiano, un escueto comunicado en el que pide, se le informe por parte del Gobierno Venezolano, los términos del intercambio con las Farc, el malestar en Bogotá es evidente, se sienten traicionados por parte del presidente Chávez al no informarles e invitarlos a este encuentro, cosa a la cual se habría opuesto las Farc y se dio por solicitud de las FARC y aceptado por el presidente Chávez, entonces se realizo un encuentro directo, sin la presencia del Gobierno Colombiano.
El 9 de noviembre, en el marco de la Cumbre Iberoamericana de Presidentes en Chile, los mandatarios Uribe y Chávez se reunieron para clarificar los términos de la mediación y el impasse por la visita de las FARC al Palacio de Miraflores, esa fue un encuentro tenso, franco y directo, en el ambiente existió una sensación de que los presidentes podían resolver de manera inmediata las dificultades de estos dos países.
La siguiente semana a mediados de noviembre, viaja el comisionado Luis Carlos Restrepo a Caracas, para una reunión con la dirigencia del ELN y para mirar detalles del tema del “acuerdo humanitario”, se dan una serie de encuentros entre el presidente Chávez, los dirigentes del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista y Antonio García, donde se afianza el compromiso de trabajar por la negociación Gobierno Colombiano – ELN, el animo de este grupo es de gran satisfacción, sienten que el presidente Chávez, puede tramitar las dificultades en la mesa de manera directa con el presidente Uribe, este consuelo se ratifica en una reunión entre el ELN y el comisionado Luis Carlos Restrepo, en la que los acompaña, el presidente Chávez, es tal la determinación de ambas partes, Gobierno y ELN que la fecha de la reunión para retomar el proceso era para el 19 de noviembre, y se fijó consultando las posibilidades de agenda del mandatario de Venezuela quedando finalmente para el 20 de diciembre en Caracas.
Pero después, de ochenta días de optimismo no falto, de muchas tensiones, el 23 de noviembre el presidente Uribe da por terminada la facilitación del Presidente Chávez, para el tema de paz en Colombia, lo hace de manera pública, sin mediar ningún mecanismo diplomático que le anuncie esta noticia al presidente Chávez, se argumenta que el presidente Venezolano a excedido la confianza y mandato otorgado, hablando de manera directa con muchas autoridades colombianas entre ellas, con el General Fredy Padilla de León, Comandante de las Fuerzas Armadas colombianas.
Desde Caracas llovieron rayos y centellas, el presidente Chávez trato al presidente Uribe de “cachorro del imperialismo”, de indolente ante el sufrimiento del pueblo colombiano, de no tener ningún ánimo de paz y ser guiado por una línea guerrerista, en fin… fueron muchos los epítetos que venían desde caracas y en ultimas el presidente Chávez, afirmo que mantenía su compromiso de lograr la liberación de las personas secuestradas por las FARC.
En diciembre se hablo de la posibilidad de liberaciones unilaterales, por parte de las FARC, personas que serian entregadas al presidente Chávez, lo cual fue respaldado con una aceptación por parte del Gobierno Colombiano, quien aseguro que facilitaría cualquier gestión en pos de la libertad de los secuestrados, y allí vienen los desenlaces que permitieron la liberación de un grupo de rehenes, no sin antes vivir los despliegues de una importante delegación internacional que llegó al país a finales de diciembre y que fue recibida con la noticia por parte del Gobierno colombiano de que las FARC, mentían sobre el niño Emanuel, nacido en cautiverio e hijo de Clara Rojas y todo lo que ya sabemos de estos hechos.
Las FARC jugaron a darle aire político al presidente Chávez y este acepto ese camino, el 10 de enero de 2008, ese grupo liberó a Clara Rojas, Consuelo González de Perdomo. Con todo un despliegue, el presidente Chávez cobró este logro y manifestó que el presidente Uribe debía reconsiderar sus impedimentos para unas gestiones directas que permitieran la interlocución directa con las FARC y a renglón seguido, solicitó a la comunidad internacional sacar a las Farc y al ELN de las listas de terroristas pidiendo que se les otorgue el estatus de fuerzas beligerantes – cosa que él nunca hizo- y pide a las guerrillas que pongan punto final a la práctica del secuestro.
El cruce de descalificaciones entre Caracas y Venezuela fue permanente, la pugnacidad mayor la encabeza el presidente Chávez, desde Bogotá se pidió respeto a una política soberana y de amplio respaldo ciudadano, pero llegó la primera semana de febrero y el presidente Uribe dirigió una dura respuesta al presidente Chávez, exigiéndole respeto a Colombia y a sus políticas.
Finalizó el mes de febrero, con la liberación de cuatro ex parlamentarios en el Guaviare, entre los que se encontraban Luis Eladio Pérez y Jorge Eduardo Gechem, fueron entregados al Gobierno Venezolano, pero vendría un hecho que cambiaría totalmente la lógica de actuación del presidente Chávez y fue la muerte del dirigente de las FARC, Raúl Reyes, el 1 de marzo del año en curso, muerto por bombardeo colombiano en territorio ecuatoriano, luego de este hecho que crispa totalmente las relaciones con el Gobierno del presidente Correa, hasta el día de hoy, el presidente Chávez se sumió en un mutismo inusual, no volvió a lanzar dardos contra el Presidente colombiano y empezó a actuar de buen componedor entre los presidente Uribe y Correa, esto fue lo que se vio en la cumbre de presidentes en Republica Dominicana a finales de marzo, donde se dio un duro “riffi raffe” entre los dirigentes Correa y Uribe y el conciliador y mediador esta vez fue el presidente Chávez.
Pero sería la operación Jaque la que haría cambiar totalmente de opinión a Hugo Chávez, quien se sumó junto al ex presidente Fidel Castro, al coro de voces que le decían claramente a las FARC que su proyecto político era de total inviabilidad y que debían poner mas de si, para lograr salidas a este largo conflicto empezando por las liberaciones unilaterales de todas las personas secuestradas y suprimir este aborrecible práctica.
Ha pasado un año desde esa tarde apacible y de comunicación fluida entre los presidentes Chávez y Uribe, luego vinieron días tormentosos para volver nuevamente a la calma de dos países que tienen una frontera terrestre de más de dos mil kilómetros y una balanza comercial cercana a los cuatro mil millones de dólares. Desde el lado colombiano muchos intereses para no pensar en una buena vecindad.
Bogotá, Septiembre 5 de 2008
- Luis Eduardo Celis es Coordinador del programa de política pública de paz. Corporación Nuevo Arco Iris
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
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