En el proceso del gobierno Uribe y el ELN:

El cese del fuego y la verificación son logrables

28/07/2007
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Como era previsible en el proceso de diálogos y negociaciones entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) han llegado al punto crítico: cese del fuego y de las hostilidades y la verificación de su cumplimiento, y la forma para resolver las dificultades que se presenten.

Las dos partes han dado duras declaraciones en los últimos días, primero fue el ELN quien colgó, el martes 24 de julio, en su pagina Web un texto en el que afirma: “el ELN ha planteado con claridad que ni se desmoviliza, ni se desarma, ni se localiza, en respuesta a las exigencias del gobierno”; y reaccionado a esta situación, la de las dificultades para llegar a acordar el cese del fuego, que se venían discutiendo en diversos espacios de la política y de las organizaciones sociales interesadas en el tema y en no pocas representaciones diplomáticas, el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, viene dando declaraciones a la prensa, que fueron reseñadas por el periódico El Tiempo como; “el Gobierno no cede en la exigencia de que la única garantía para verificar el cese es la identificación de las fuerzas del ELN y su ubicación en una zona especial”, aquí está planteado el impasse.

El punto no es fácil de resolver, pero hay que estar claros en que un conflicto de tantos años, por supuesto que va a plantear muchas dificultades y lo que se requiere es que las partes con acompañamiento muy cuidadoso de terceros encuentren fórmulas adecuadas. El punto central es de confianza, que por supuesto es poca entre las partes que han adelantado una confrontación violenta por ya muchos años, pero hay que hacer algunas consideraciones para comprender desde cuáles argumentaciones se afincan las posiciones del gobierno y del ELN y en dónde pueden estar las fórmulas de acercamiento.

Primero hay que partir de que el ELN ha tomado la decisión de colocar la acción armada en un segundo plano y buscar priorizar una acción política; valora de manera significativa los espacios que ha ganado la izquierda legal en América latina y en Colombia y pretende un tránsito político que le permita sintonizarse con el país, por supuesto que mantiene un discurso duro y en sus declaraciones afirma que no se van a desarmar y a desmovilizar, pero esto es más discursivo, es decir, hay que entenderlo más en un plano de un proceso interno, el ELN no ha tomado la decisión de desarmarse y desmovilizarse por que aún falta ver si se logra un acuerdo político, que coloque al ELN en el terreno de preguntarse esto. Esta negociación debe contener unas reformas sociales, políticas y económicas, el detalle y alcance de estas reformas es lo que está por discutirse en la mesa con el gobierno nacional, en la Convención Nacional, con los partidos políticos, con el Congreso de la República y en general con todos los actores sociales y políticos que se involucren en el proceso.

Entonces es cierto que el ELN no tiene acordado, en su proceso de organización tan federada el hecho de desmovilizarse, los negociadores del ELN tienen un mandato de su organización para desarrollar un proceso que permita construir un acuerdo político y a eso se van a emplear a fondo. Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN, afirma que el ELN ni en la peor de la crisis se va a parar de la mesa y que si el gobierno decide llevarse la mesa, el permanecerá sentado en su silla hasta que regrese a la mesa, esto ejemplifica que hay una voluntad del ELN de comprometerse en un proceso, pero paso a paso.

Por supuesto que el gobierno tiene razones de fondo para tener sus dudas sobre la seriedad del ELN, el conflicto continúa, están peliando juntos, FARC y ELN contra la fuerza pública en el Catatumbo, pero es que no han logrado un acuerdo para parar la confrontación y el gobierno tiene informaciones sobre alianzas del ELN en el Valle y Cauca con fuerzas del narcotráfico, tema espinoso a tratar entre las partes, igualmente el gobierno asume que el ELN quizás quiera acumular nuevas fuerzas durante el cese del fuego: reentrenarse, reclutar, mejorar su logística y armamento, pero esto no tiene asidero real. El ELN ha tomado de manera autónoma la decisión de no escalar el conflicto, desde hace diez años, cuando viene hablando de realizar la “Convención Nacional”, entonces su política no es priorizar la acción armada, muy por el contrario quieren un proceso con el gobierno que les permita hacer política sin armas y construir una dinámica que les permita el tránsito a la civilidad.

Las partes tienen posturas diferentes en el tema del cese del fuego y la verificación, pero no son insalvables, se pueden lograr fórmulas aceptables y que le den certezas a las partes y al país de que este es un proceso serio, por supuesto no es fácil, porque la guerra continúa con las FARC, con la multiplicidad de actores armados que hay en las regiones y con una fuerza pública muy exigida y con presiones por aconductarse a una acción respetuosa en su desempeño y exitosa en el combate, reto duro.

Vienen unas semanas de intercambio y búsqueda de fórmulas, las cuales existen, pero el gobierno y el ELN deben estar abiertos a que otras voces participen, es muy alentador que personas como la presidenta del Senado, Nancy Patricia Gutiérrez, Rafael Pardo, los Partidos de gobierno y oposición hayan dado señales de estar pendientes de este proceso, que requiere de mucho acompañamiento nacional e internacional si queremos que sea exitoso.

Luis Eduardo Celis M
Corporación Nuevo Arco Iris

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Viva la Ciudadanía

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