Gabinete Merino y la cuestión del Estado
07/07/2003
- Opinión
Contradiciendo a quienes exigen al Presidente Toledo bajo
perfil y guardar silencio, sugiero hacer todo lo posible
para que hable más y en particular sobre la imagen que él
tiene del Perú, el Estado y las políticas públicas que el
país requiere.
¿Han notado qué con motivo de la juramentación del gabinete
Merino el Presidente Toledo ya no recurre a su monserga de
un "gabinete de todas las sangres"? ¿Será pura casualidad
su expresión y anuncio de "co-gobierno" con la PCM, o el
desplazamiento de una expresión por otra también da cuenta
del carácter del Estado y la administración toledista?
Si se toma en cuenta que la ministra Beatriz Merino
proviene de las filas del Frente Democrático (FREDEMO), el
referente político que a fines de los ochenta aglutina a la
derecha política y empresarial (CONFIEP, SNI, ADEX, etc.),
la expresión "co-gobierno" sin duda alguna da cuenta de un
Estado y un toledismo que ratifican sus compromisos con el
capital y sus intereses, sean estos locales o
transnacionales.
La continuidad de Javier Silva Ruete como Ministro de
Economía es otra señal en la misma dirección. Él también
ejerce la misma cartera durante la dictadura del Gral.
Francisco Morales Bermúdez (1978-1980), implementa los
"paquetes económicos" recomendados por el FMI e inaugurados
por Luis Barúa (1975), se opone a la reposición de más de
3.000 dirigentes sindicales despedidos a raíz del paro
nacional del 19/07/77 y cierra filas con la dictadura
frente a la huelga magisterial de 1978.
La ratificación de Aurelio Loret de Mola y Alberto Sanabria
como Ministros de Defensa y del Interior, respectivamente,
tampoco son una casualidad. El primero es la cara visible y
voz alta de un autoritarismo cívico-militar presente y
herencia del fujimorismo en la administración del Estado.
Y el segundo es la expresión de un toledismo que llega al
Estado a medrar sobre la base de su obsecuencia y una
personalidad de "felipillo" cultivada hace más de
quinientos años en Lima y provincias.
El "co-gobierno", entonces, no es más que la expresión
semántica que da cuenta de un Estado privatizado y
desnacionalizado y de políticas públicas afines, y de la
depuración de los pigmentos izquierdistas en los altos
mandos de la burocracia estatal toledista. Así como,
también, el publicitado "gabinete de todas las sangres" es
(siempre lo fue) la denominación discursiva y tramposa de
una episódica convergencia en un derrotero común contra el
fujimorismo y en la administración del Estado, de cierta
izquierda (a su manera cándida y "arguediana") y una
derecha liberal o "neoliberal" (a su manera "democrática").
O, como diría Anibal Quijano, ambas expresan una misma
"colonialidad del poder" representada en el Estado
peruano.
Santiago, 8 de julio del 2003
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