Quien intente comparar a Luis Almagro (OEA), con el histórico canciller cubano Raúl Roa, le responderán: “¡Por favor!”.

Se puede recopilar un libro con la gran diferencia de dimensión histórica entre Roa y Almagro, quien insiste en la aplicación de la llamada Carta Democrática y otros planes de EEUU en Venezuela. Urge recrear aquel dardo antológico de Raúl Roa: “La OEA es el ministerio de colonias de Washington”.

En nuestro país el cuestionamiento al caos electoral del 15 de mayo dejó atrás la pregunta de qué hicieron los morados para masificar otra pregunta: “¿Qué no hizo el PLD en cada provincia y en la capital?” para asegurarse SU Congreso, SUS alcaldes, SUS regidores, SUS jueces y SUS cajas fuertes?”.

Con esos objetivos, Almagro busca darle una mano al oficialismo tratando de legitimar las mil y una malas artes evidenciadas en el reciente proceso comicial para darle soporte de legitimidad. Conste que ni los propios observadores de la OEA se atrevieron a proclamar la pulcritud de las votaciones.

El pueblo dominicano fue víctima de un crimen de lesa humanidad en 1965, cuando la OEA fue incondicional a EEUU para “justificar” su sangrienta intervención militar ejecutada por más de 40 mil marines, con un saldo de miles de dominicanos víctimas a la luz del sol y bajo la sombra nocturna, figurando los asesinatos de la operación “limpieza” en la zona norte capitalina.

“Maquillar”, decorar y hacer olvidar el tiro de gracia a la partidocracia dominicana es una tarea inaplazable para un grupo de poder malogrado por sus manchas de corrupción e impunidad.

La próxima cita de OEA en el país, será aprovechada mediáticamente con la orientación de extirpar y pasar la página del trauma electoral que mantiene en vilo la opinión ciudadana dominicana.

Si Luis Almagro se suma a ese coro deben intensificarse las denuncias en su contra, lo mismo que contra la OEA, por su nueva burla a los dominicanos y por su crimen imborrable de 1965.

Junio es un mes glorioso para los dominicanos que nos hace redoblar bríos para enfrentar este presente traumático.

Raúl Pérez Peña (BACHO)

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