Cómo se llama? ¿Posada Capriles?

11/05/2013
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La derecha opositora venezolana se ha dislocado políticamente luego de las elecciones presidenciales que arrojaron como resultado el triunfo de Nicolás Maduro, sustituto del comandante Hugo Chávez Frías en la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
 
Obviamente la victoria de Maduro con el discurso de Chávez, fue desconcertante para Capriles, el candidato derechista a quien ahora le llaman Posada Capriles, a partir de su afinidad múltiples con el terrorista cubano-norteamericano.
 
Se sabe que la derecha venezolana, con o sin Capriles, carece de la popularidad y de la capacidad necesaria para hace cuajar cualquier proyecto ciudadano, con aspiración del poder.
 
Desde Washington dirigen toda una orquestación internacional que se mantiene atenta día por día del acontecer venezolano, siguiendo de muy cerca todo lo que internacionalmente tenga relación alguna con la patria de Bolívar y de Chávez.
 
Se puede asegurar que continuarán con provocaciones como ya lo hicieron en la Asamblea Nacional, apuntando siempre a fomentar la inestabilidad en Venezuela, sin descartar operaciones de gran envergadura, con un “salto” que le abra la trocha para socavar el orden institucional con el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro.  
 
De un enjundioso artículo de Modesto Emilio Guerrero, se reproducen los dos párrafos siguientes: “La violencia desatada por la oposición de derecha desde el 14 de abril, apenas terminado el escrutinio que dio ganador al chavismo, es el síntoma de una enfermedad que medra en el cuerpo social venezolano con efectos de riesgo para el conjunto suramericano. El contenido de esa enfermedad nace en la incapacidad de la clase dominante y su sistema mundial de Estados, para respetar el juego democrático del cual se ufanan sólo cuando lo controlan ellos. El límite de su democracia es inversamente proporcional al desarrollo de fuerzas sociales opuestas que le cuestionen el poder, incluso por el sacrosanto voto de origen liberal”.
 
“El objetivo, sobre todo en ese escenario parlamentario, es darle continuidad a la política de desacato a la legalidad y a la legitimidad del nuevo gobierno de Nicolás Maduro. Esta estrategia es sostenida por la OEA, por los gobiernos de España y EE.UU”
 
En esa perspectiva es que entran mercenarios utilizados en las peores aventuras, como “Posada Capriles”.
 
El politiquero venezolano es lo más parecido al sicario que protege Estados Unidos en su guarida de Miami.
 
Raúl Pérez Peña (Bacho)
 
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