El carnaval electoral neoliberal sendero del continuismo colonial republicano

09/04/2016
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Abril, mes de grandes acontecimientos etnohistóricos de los pueblos y naciones insurrectos contra la colonización chapetona, así encontramos a uno de los grandes líderes de la insurrección de 1780, Pedro Willka Apaza, el Puma Indomable, aguerrido y estratega político-militar  kechua, que condujo a la victoria de las batallas de Condorcuyu, Sorata, Combapata, Azángaro, Lampa, La Paz y Oruro y muchos otros pueblos insurrectos del Kollasuyu-Tawantinsuyano. Todas esta batallas fueron dirigidas desde Azángaro, Segunda Capital del Tawantinsuyu, según edicto dictado por Diego Cristóbal Tupak Amaru en 1781, luego de la llegada de Tupak Amaru II, a la tierra de los Aswan K`aris, el 13 de diciembre de 1780.

 

La resistencia heroica contra la dominación chapetona y criolla-mestiza, fue y es de grandes sacrificios y heroísmos que tienen el mismo parangón que las batallas libradas en todos los pueblos y naciones colonizadas del mundo. El 8 de abril de 1782, el Puma Indomable es ajusticiado por la bárbara y asesina comitiva genocida chapetona a órdenes del Mariscal José del Valle. Durante el colonialismo interno republicano, Simón Bolívar, siguiendo el libreto colonial español, el 8 de abril de 1824 dicta un Decreto Supremo, por el que ordena que las tierras comunitarias de los kechuas y aymaras deben ser repartidas en propiedad privada y ser vendidas a terceros. La herencia colonial ha sido bien recibida por los criollos y mestizos hispano-latinos que impusieron un modo de vida y sociedad que hace agua por más de 180 años y que cada renovación presidencial se convierte en carnaval de afirmación colonialista como el que  se celebrará el próximo 10 de abril del presente año. 

 

El Perú-Tawantinsuyano, durante cerca de 200 años de “vida republicana”, ha sido enajenada salvajemente, es decir, sus recursos naturales: minerales, petróleo, gas, guano de islas, salitre, goma, madera y muchos otros recursos han servido para el enriquecimiento de la casta social de los criollos y mestizos, que se han sucedido por el Sillón pizarrista, bajo el manto protector de las trasnacionales de todos los tiempos. Hechos histórico-políticos que son explicitados en el Manifiesto del Frente Político Plurinacional del Perú-Tawantinsuyano (FPPTA/16-03-016). Documento que condena la actual coyuntura política neoliberal, que embrutece al pueblo peruano aculturado  y desmemoriado de su realidad ancestral civilizatorio, que resiste a los embates del sistema capitalista salvaje y de las pretensiones seudo liberadoras de la izquierda socialista, que busca establecer la dictadura del socialismo del siglo XXI.

 

Los últimos gobiernos neoliberales de Fujimori, Toledo, García y Humala Tasso, han convertido el Perú-Tawantinsuyano de los kechuas, aymaras, amazonenses y de las poblaciones mestizas pauperizados, en el gran almacén de la industria modernizante de las trasnacionales de Norteamérica anglosajona, de Europa occidental, de China comunista, de Corea del Sur y de otros países semi-industrializados, que buscan con avidez nuestras riquezas naturales y dejarnos como cadáveres andando, sibilinamente llamados país en vías de desarrollo.

 

Gobiernos neoliberales que han aplicado la política económica neoliberal que ha destruido a las empresas públicas, la seguridad laboral, la salud universal, la seguridad ciudadana, afirmando la repartición individual de la propiedad privada, lo que conlleva a que el ser humano sobreviva en medio de la extrema pobreza, acudido por el gobierno con bonos de mendicidad o caridad cristiana, que el FMI, el BM y la ONU la difunden para evitar que los hambrientos y desposeídos de soberanía y dignidad se subleven contra el poder colonial republicano de los neoliberales del país y del extranjero.

 

Los centenares de Tratados de Libre Comercio colonizador (TLC) bilaterales y multilaterales, firmados por los gobiernos neoliberales que hoy pretenden volver al sillón de Pizarro, no han traído la tan canturriada modernización ni desarrollo sostenible, muy por el contrario han institucionalizado la corrupción, el robo sistemático que los ha hecho muy ricos que cuando llegaron a la mal llamada presidencia del Estado-Nación centralista y unitario republicano. La tan ansiada inversión extranjera ha sido el principal motor de la corrupción y sobre todo, del endeudamiento generacional de nuestros pueblos.

 

Ante esta realidad del colonialismo interno republicano, las organizaciones corporativas y politiqueras de derecha e izquierda, levantan la bandera paternalista de corte demagógico nacionalista, prometiendo el oro y el moro para supuestamente sacar al país del subdesarrollo y de la pobreza extrema del pueblo, cuando a ciencia cierta se sabe por experiencia propia, que las promesas del carnaval electoral de todos los tiempos, se los lleva el viento endiablado del neoliberalismo trasnacional. Mientras el pueblo dogmatizado por los dogmas electorales de la izquierda y la derecha latino peruano hispanista, ante su impotencia y su ceguera, vuelca su  esperanza de salvación apocalíptica en los partidos que aparecen con un nuevo discurso de viejo cuño.

 

Los diez partidos que compiten por el sillón pizarrista, no son una garantía para la real transformación del sistema económico colonial capitalista, mucho menos del socialismo estatista que avizora los libretos del carnaval electoral del 2016. Lo sorprendente de esta coyuntura electoralista es que el fujimorismo sea uno de los partidos que encabeza las encuestas, lo que demuestra que la sociedad electoral es de memoria corta, que hace borrón y cuenta nueva para caer en la trampa de la ilusión gubernamental que pretende dar trabajo, cuando es Alberto Fujimori el quién ha impuesto la flexibilización laboral, la privatización de las empresas públicas donde el pueblo trabajador tenía para sobrevivir, hoy no sobreviven son mendigos de la política neoliberal que pretenden seguir afirmando los candidatos presidenciales de la contienda electoral carnavalera.

 

Toledo, García, PPK y otros son connotados neoliberales, que no son garantía para salir de la pobreza extrema, menos para tener un trabajo digno y una salud que garantice el esfuerzo laboral. Lo más desesperante es no encontrar el camino de la profesionalización concordante con los  requerimientos regionales y su ansiado proceso de desarrollo regional no departamental.  Esta realidad desesperante nos invita a pensar en una solución histórica, política y jurídica, para el logro de nuestros intereses civilizatorios es necesario prepararnos para la batalla política por LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, único medio que posibilitaría nuestra participación como pueblos y naciones kechuas, aymaras, amazonenses y poblaciones mestizas pauperizadas y proponer se constitucionalicen nuestros derechos fundamentales, individuales y comunitarios, sobre todo, para que el Estado-Nación republicano centralista y corrupto deje de ser lo que no es.

 

El tercer milenio es el milenio de los pueblos y naciones excluidos centenariamente de las decisiones de su destino y asumir con nobleza y dignidad su futuro, reconstituyendo su heredad política, económica y jurídica dentro de un régimen confederal de los estados federales regionales, con plena administración transversal que liquide el centralismo nacional, local y regional departamentalista. El mal menor que asuma la presidencia republicana, que asuma la demanda histórica de los pueblos y naciones del Perú-Tawantinsuyano, excluido de las decisiones históricas como reto del tercer milenio. ¡¡HE AHÍ EL CAMINO A SEGUIR!!   

Kollasuyu Marka, 8 de abril del 2016.

 

 

Dr. Aureliano Turpo Choquehuanca, Catedrático Universitario kechua.

https://www.alainet.org/es/articulo/176629
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