¿Y la renuncia de Chong?

29/07/2015
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  • Opinión
miguel angel osorio miguel angel chong
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En febrero de 2014, en una entrevista para Univisión, realizada por León Krauze, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó de manera contundente que le preguntó al Secretario de Gobernación, en principio responsable de estos menesteres, muy por encima incluso del representante de la cartera de Seguridad del país, respecto del encarcelamiento y la custodia de “El Chapo” Guzmán: “¿y lo tienes bien vigilado? ¿Estás seguro?”, dado que esta era una responsabilidad que tenía “a cuestas” el gobierno para que la fuga ocurrida hace unos años, no la reciente, nunca más se volviera a repetir.

 

Sin embargo… ¡se repitió!

 

Ante una imagen de México ante el mundo ya de por sí deteriorada por temas de narcotráfico, la última fuga de “El Chapo” viene a deteriorarla aún un más, en una época en donde el país requiere de todo, menos de la proyección de un Estado inoperante, pero, sobre todo, de un Estado corrupto en donde no se toman las medidas realmente necesarias ante los problemas graves, de un país en donde nadie es responsable de nada, en donde, en ese sentido nada se mueve y, particularmente, nadie renuncia.

 

Dada la propia mención presidencial de responsabilidad respecto de la custodia del narcotraficante de nueva cuenta más buscado del planeta, ¿no tendríamos que haber visto ya sobre algún escritorio la renuncia del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong?

 

Mientras cavilamos sobre el cuestionamiento, veamos qué ha pasado con las renuncias a la importantísima y clave cartera llamada Gobernación o del Interior en otros lados del orbe en años no tan añejos. Veamos.

 

Gobernación y sus renuncias en el mundo

 

  • En febrero de 2009, renunció a su cargo de Ministro del Interior de Perú, Remigio Hernani. La piedra de toque para su debacle fue el hecho de que nunca pudo resolver públicamente sus diferencias con la jefatura nacional de policía, cuya actuación dejaba mucho qué desear a la hora de sus operativos.

 

  • La ministra Daisy Tourné renunció al mismo cargo, pero en Uruguay, en junio de 2009. En una reunión con estudiantes socialistas hizo un par de comentarios que derivaron en su destitución, aunque haya presentado ella misma su renuncia: 1) Dijo que en el parlamento sólo se daba un “debate ramplón”. 2) Insinuó que algunos ministros de su propia ala política no la apoyaban.

 

  • En julio de 2009, después de tres renuncias casi al hilo en la misma dependencia, pero en Guatemala, Salvador Gándara presentó la suya, al ver que los índices de delincuencia en el país no descendían y al no llegar a acuerdos con ninguno de los sectores sociales de su país.

 

  • En Colombia, Fernando Londoño, quien ocupaba la misma cartera (y la de Justicia, pues en el país sureño van juntas) tuvo que renunciar ante la sola insinuación de contemplar elecciones anticipadas, tras el fracaso del referendo del 25 de octubre de 2003 sobre la reelección presidencial.

 

  • Enrique Ortez, en Honduras, renunció en julio de 2009 al mismo cargo, al no haber podido reconstruir su credibilidad política luego de haber dicho, siendo representante de Relaciones Exteriores por una semana, que Obama era sólo un negrito y que no sabía dónde estaba Tegucigalpa.

 

  • Hani Kawasmeh, el ministro palestino, renunció a esta cartera en mayo de 2007. Luego de haber logrado un consenso enorme para su designación, tuvo que declinar al no poder comprometer a los líderes de los movimientos Hamas y Fatah en un pacto para controlar y moderar los enfrentamientos en Franja de Gaza.

 

  • Ramón Rodríguez Chacín, hombre calificado de heroico por el entonces presidente Chávez, renunció en septiembre de 2008, al no haber podido trabajar en conjunto con la policía para bajar las cifras alarmantes de delincuencia en la bolivariana Venezuela.

 

  • En agosto de 2000 renunciaba al puesto francés Jean-Pierre Chevenement, luego de venir confrontándose continua y abiertamente con el Premier, Lionel Jospin, por el otorgamiento de mayor independencia económica, política y fiscal a Córcega.

 

  • Kunio Hatoyama dimitió a la cartera japonesa en julio de 2009, luego de acusar a Yoshifumi Nishikawa, presidente del Japan Post (el servicio postal nacional), de vender, en un proceso turbio, la compañía pública Kampo-no-yado (lugar residencial para pensionados) a un precio risible, lo que representaba un enorme boquete en las finanzas estatales, además de un gran conflicto de intereses entre lo público y lo privado que resultó en un verdadero revés para el gobierno, cuyo silencio ante la ola privatizadora le costó experimentar una enorme fractura política posterior.

 

  • Después de tres días de atentados terroristas en Bombay, el ministro de India, Shivraj Patil, renunció en noviembre de 2008, tras conocerse el número de caídos por estas criminales acciones: poco más de 200 muertos.

 

  • En enero de 2008, Belisario Velasco, presentó su renuncia al mismo puesto en Chile, teniendo como telón de fondo, nunca formalmente, el asesinato de un estudiante universitario mapuche, ¡uno!, a manos de los Carabineros: la policía militarizada (que tiene en su haber un amplio expediente previo de actuación asesina).

 

La cartera de Gobernación es un factor crucial para la vida democrática de cualquier país occidental, pues es responsable de coadyuvar en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo, y sus equivalentes, con los otros poderes del país en cuestión y de fomentar, así sea de manera promedio, la convivencia armónica de todos los factores de poder o no, políticos, económicos y sociales, para el bienestar de todos, tarea de seguridad obligada desde la perspectiva de un Estado de Derecho.

 

El peculiar caso uruguayo

 

Los datos sobre la seguridad, en la mayoría de los países occidentales civilizados, son casi de uso exclusivo de la cartera de Gobernación, del Interior. No por nada, en Uruguay, en 2011, Rafael Paternain, el director del Observatorio de Violencia y Criminalidad, un organismo al que el Ministerio del Interior, entonces a cargo de Eduardo Bonomi, tenía por fuerza que consultar en todo momento antes de dar a conocer cifras en relación con dicha realidad, renunció a su cargo después de que el citado Ministerio dio a conocer por la libre a la opinión pública unos números respecto a los delitos de aquel país a los que el Observatorio nunca tuvo acceso, números, pues, que este nunca verificó y que, por ende, habían sido susceptibles de ser manipulados.

 

Es decir que, para el caso uruguayo, en donde Bonomi se mantuvo deshonrosamente en su puesto, la mera sospecha de manipulación de cifras fue motivo suficiente para una renuncia digna, si así se la puede calificar, por parte del laureado sociólogo Paternain, líder de un organismo independiente que, por lo mismo, antes le daba gran autoridad y prestigio al Ministerio del Interior del país sudamericano.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/171423
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