La sociedad hondureña vive una tremenda crisis de DIGNIDAD NACIONAL. Mencionar sus problemas y cánceres está demás. El principal es el irrespeto a la vida humana; se mata desde la caricatura de estado que tenemos. Pareciera que esta situación no tiene solución a excepción de los grandes chispazos que el sector femenino nos está ofreciendo. Pareciera que el gobierno tradicional de cobardes, sumisos y tarifados hombres (si se les puede llamar así) ha terminado. Machos que muestran solo cobardía, incapacidad, traición y esto no es de ahora, es cultural, es algo viejo. La masculinidad es sólo superficial, decorativa, debajo son peor que estropajo, no se les puede comparar con nada, todo lo inservible es mejor que ellos. En Honduras Paquita la del Barrio se quedaría chiquita. Todos los mal llamados hombres que han formado gobierno de los diferentes partidos, desde hace más de cien años, llámense cachurecos o colorados, hijos de un mismo padrastro, Manuel Bonilla; los que se llaman partidos “nuevos” como la desgracia cristiana, los pinuochetes y la desunificación antidemocrática traidora, son hijos bastardos de los dos primeros, por eso actúan tan cobardemente y de manera coludida con el poder militarista-empresarial-religioso, todos ellos son culpables del despojo de país que tenemos.

Pero no todo en Honduras es desgracia. Hay destellos de luz, de esperanza. Veamos la valientes, talentosas, eruditas, que no dudamos de formar gobierno tirarían al carajo estos vividores políticos masculinos que con cariño, o lástima mejor dicho, les llama Paquita  sanguijuelas, ratas de dos patas, en fin tantos epítetos livianos que a la mayoría, ni los sonrojan.

Honduras tiene una cantera de mujeres valiosísimas en todos los campos, principalmente el humanista que es el más urgente de reivindicar porque a la sociedad hondureña le han robado su dignidad, su esperanza, su futuro, sus derechos y lo más valioso se arranca la vida. Mujeres economistas, politólogas, estadistas, profesionales de la salud, la ciencia, la cultura, las artes, el deporte, políticas honestas. Además no olvidemos que el 60% de la población hondureña son del género femenino.

Mi tributo y admiración para todas ellas, con el perdón de las que olvido o no menciono entre ellas tenemos: Gladiz Lanza, Berta Oliva, Leticia Salomón, Mery Agurcia, Xiomara Castro, Julieta Castellanos, Berta Cáceres, Margarita Murillo, Leticia Castellanos, Patricia Murillo, Rosa Aminta Pereira, Lesly Portillo, Aida Leticia González, Nulvia Ramírez Gamoneda., Margarita Navarro, Vilma Viera, Hilda Caldera, María Luisa Borjas, Sandra Zelaya,  Benedicta Bonilla,  Maritza Paredes, Miriam Miranda, Claudia Mendoza, Karla Rivas, Bety Vásquez,  Iris Mencia, Sandra Caballero, María Luisa Guardado, María Denisse Dubois, Isbela Orellana,  Sandra Maribel Sánchez, Estela Milla Núñez, Fany Peña Turcios, Miriam Amaya, Marcia Ferrera,  Eleana Borjas, Delmi Madrid, María Ester Ruiz,  en fin, es una enorme lista interminable de prominentes y conspicuas mujeres hondureñas. ¡Qué más queremos!.     

Cualesquiera de ellas, todas con méritos sobresalientes, harían un mejor gobierno nacional que esta jauría de machos impotentes  y prepotentes que llenan el zoológico hondureño en el Ejecutivo, Legislativo, Judicial y no digamos en los órganos contralores y en las instituciones descentralizadas.

Pero hay que tener cuidado con las mujeres que han estado entronizadas en los gobiernos de turno, tanto como diputadas, magistradas, ministras o funcionarias, que son mujeres con una conducta y un comportamiento peor que el de los hombres, sólo fenotípicamente son mujeres, genotípicamente están carcomidas por el patriarcalismo, su cerebro, si lo tienen, las hace pensar como verdaderos machos, son una pena.

Necesitamos ponerle al próximo gobierno un corazón humano, de carne y un rostro femenino  que dignifique al hombre y la mujer, a los niños y niñas, a los jóvenes. No todo puede ser materialismo y afán de acumular riqueza. Nada de 50% de cargos gubernamentales, si las mujeres valen más, apostémosle al 100%.

17 de diciembre 2011, 55 AÑOS DE LA IMBATIBLE RADIO PROGRESO.