Catástrofes y soluciones comunes

18/04/2011
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La época que vivimos es cataclísmica. Plantea desafíos a la conservación de la biosfera y a la continuación de la Vida que nadie tiene derecho a ignorar, pues la amenaza nos abarca a todos.
 
El desastre atómico en Japón es suficientemente serio y contundente como para no reaccionar y seguir confiando ciegamente en las “autoridades” que han dejado traslucir su incompetencia cómplice de los planes de exterminio trazados por los potentados, de modo que ha quedado clara su naturaleza de impostores, enemigos de la Verdad, la Humanidad y la Vida.
 
Sin duda, también ha quedado en evidencia la fragilidad de las sociedades que obtienen de centrales nucleares la energía eléctrica que consumen.
 
Se trata de una catástrofe cuyo origen es eminentemente humano. Obedece a la irresponsabilidad de los potentados que han manejado el Mundo a su antojo. Y, quizás, es un castigo deliberado al Japón por los illuminati, por haber retado al “gobierno mundial”, tan capaz de causar terremotos, huracanes, sequías e inundaciones, lo mismo que de idiotizar multitudes. Desde junio del 2010 lo había advertido Fulford[1].
 
Ahora es innegable que sus medidas, supuestamente orientadas a su enriquecimiento personal sin límites, realmente están dirigidas a destruir la Naturaleza.
 
 No dejan sector, sagrario o rincón sin atacar, sobre todo si se trata de nichos de Vida o de centros de equilibrio energético global, como los depósitos de minerales que quieren extraer simultáneamente en todo el mundo aprovechando la aquiescencia de los cipayos viles, y cuyas consecuencias sobre el magnetismo del planeta y la conservación de la biosfera son desastrosas e irremediables.
 
Multiplican las calamidades de las mayorías humanas y de muchas más formas de Vida. Entre tales tormentos, el más radical y frecuentemente empleado contra muchas especies, es extinguirlas.
 
Y de tal designio no escapa la Humanidad, acusada de prolífica mientras se promueve la destrucción de los recursos capaces de sustentarla y se fomentan las guerras, las pestes y las hambrunas que la diezman.
 
En esa tónica letal, son inevitables los desastres petroleros surgidos de la ambición desmedida e irracional de las grandes petroleras y de los déspotas que se apropian de esa dudosa riqueza para destruir el Medio Ambiente sin piedad ni restricciones.
 
Hasta el sagrado paraíso coralino de San Andrés y Providencia, área colombiana protegida, está en la mira de los desvergonzados vendepatrias sirvientes de los potentados arrasadores e inescrupulosos. El imperativo de elevar el PIB los enceguece.
 
 No entienden que sería un resultado artificial y pasajero, como cuando uno deja de vivir de sus ingresos y se come el capital que se los suministra. Una vez agotado, la miseria es inevitable y permanente.
 
 Pero eso no le importa al Neoliberalismo. Lo único que le interesa es que los potentados ganen más y puedan aumentar sus capitales, imponiendo sus irracionales y mortales recetas a los cipayos ineptos y ambiciosos.
 
En consecuencia, los desastres petroleros son inevitables y cada vez serán más graves y frecuentes. Nadie tiene derecho a negarlo o a ignorarlo. Es necesario remarcarlo, pues el desafío es para todos.
 
Muchas veces veremos la repetición de tragedias ambientales como la causada en el Golfo de México en abril de 2010, por la irresponsabilidad y la perversidad de la BP. Ambas se hicieron obvias desde el principio por la desidia en implementar soluciones racionales y sensatas, permitiendo que la gravedad del derrame creciese sin control.
 
Mientras tanto, Obama les hacía el juego aparentando preocupación, aunque su impotencia y subordinación a la multinacional inglesa era más que evidente. Su carácter de títere de los potentados y siervo de los sionistas ya es inocultable.
 
Por eso lo van a reelegir, pues les sirve para adoptar toda clase de medidas extremas, defendidas por los republicanos pero dirigidas a desacreditar a los demócratas, en un juego parecido al del Partido Popular en España acosando al decepcionante Partido Socialista Obrero Español mediante el descrédito del lacayo del club de Bilderberg que lo dirige y ejerce de primer ministro del monarca fratricida, Juan Carlos de Borbón.
 
En cuanto a la inevitable catástrofe ambiental surgida de la explotación petrolera, el caso del río Níger en Nigeria como que es más grave, aunque menos conocido que el del golfo. También se han reportado efectos nefastos en Ecuador, causados por la Chevron-Texaco en la selva amazónica. Y en Venezuela el golfo de Maracaibo está bastante contaminado, pero el desastre ambiental se manifiesta en todos los países petroleros, aunque es poco difundido para no escandalizar a la población, evitando que se yerga y exija detener de una vez por todas esos crímenes ecológicos.
 
Es un asunto que les compete a las multitudes conscientes porque ningún potentado está dispuesto a renunciar a esa fuente de ingresos que son los combustibles fósiles.
 
 El dinero que les aporta les impide apreciar el inmenso costo ambiental, que los cipayos no suelen considerar ni las multinacionales tampoco, cuando no es que se trata de sionistas interesados en que el daño a la biosfera sea el mayor posible para precipitar su anhelado Fin del Mundo. Pero ocultan su milenario propósito a nombre del dudoso derecho a aumentar sus fortunas indefinidamente.
 
Por tanto, insistir en seguir utilizando el carbón mineral y el petróleo como fuentes de energía, o su reemplazo renovable, los agro combustibles, constituye un crimen deliberado contra la Tierra y la Vida que nadie tiene derecho a continuar y todos debemos rechazar.
 
Estamos obligados a quitarnos las vendas y ejercer nuestro derecho a un mundo limpio. No podemos tolerar más depredación, y la madre Tierra no deja de advertírnoslo, cada vez con mayor vehemencia y claridad.
 
Por su lado, el propósito criminal de los potentados mineros, empeñados en extraer cualquier cosa que la Tierra encierre en sus entrañas, con el mismo loable y envidiable propósito de enriquecerse y elevar las utilidades de sus emporios, realmente constituye una agresión deliberada contra todo lo sagrado que ha sido capaz de engendrar la Vida.
 
 Destruye los suelos, las aguas y el aire de manera irreparable. Por ende, jamás podrán compensar ni mitigar el inconmensurable daño, aunque lo prometan.
 
 Su costo es imponderable y trasciende absolutamente lo económico, de modo que es tan insospechado como indiferente para los vulgares esclavos del dinero y enemigos de la Vida, el placer y la alegría auténticos.
 
Prefieren el confort y el plástico; detestan lo bucólico y lo natural; lo consideran atraso o estupidez. Lo denominan idiotismo y lo califican como pobreza mental.
 
Por eso, los contratos que dejó en trámite o ya firmados en Colombia el vendepatria Uribe Vélez para destruir la patria, y que Santos se empeña en continuar, tienen que ser denunciados y rechazados, pues los daños irreparables y permanentes que causarán no tienen ninguna justificación distinta a la obsesión neoliberal de destruir el Mundo lo más rápido posible para que los sionistas cumplan sus profecías contra todos los pueblos y el planeta, algo poco halagador para quienes no estamos esperando el Juicio Universal; al menos, no tan pronto.
 
El macabro designio contra el páramo de Santurbán pudo ser evitado por una población consiente del crimen ambiental y de la catástrofe sanitaria que significaba el inevitable agotamiento y envenenamiento de las aguas y el arrasamiento de su fábrica, pues no otra cosa son los páramos milenarios y sagrados.
 
Los santandereanos se irguieron y revirtieron el mortal designio de la canadiense GreyStar contra este nicho de Vida. Pero los grandes mineros siguen amenazando más sagrarios, aprovechando el leonino y uribista Tratado de Libre Comercio con esa metrópoli. Les otorga derechos sobre nuestro territorio que ni a los nacionales se les brindan. Y el que concertaron con USA es peor.
 
 Sin embargo, entre el inmenso cúmulo de amenazas pactadas por la república mafiosa subordinada al Neoliberalismo, para congraciarse con el Imperio que los repudia aunque no deja de utilizarlos, hay una singularmente grave que exige la reacción inmediata de todos los colombianos y los países hermanos del Caribe, hasta que no quede duda de que ha sido conjurada definitivamente.
 
Nos trae de nuevo a la mortal industria del petróleo. Se trata del anunciado propósito de explorar el archipiélago de San Andrés y Providencia, buscando petróleo en áreas submarinas en medio de corales preciosos que denotan y hacen parte de un nicho de Vida declarado reserva ecológica de la Humanidad.
 
No les importa destruir un paraíso que garantiza la supervivencia continua de la población autóctona, aunque no sea sino por su atractivo turístico, mucho más inagotable que el petróleo mientras no desaparezcan las frágiles y abundantes especies que allí habitan y que tenemos la obligación de conservar, para que los nativos pesquen y los turistas no se aburran, en caso de que la protección de la Vida no nos entusiasme tanto como la obtención de dinero.
 
Algo similar tocará hacer respecto a Cuba, si es verdad que el régimen está dispuesto a renunciar a sus centenarios atractivos para someterse a los designios de extinción que tan acuciosamente logra la explotación del petróleo donde quiera que se dé. Como a todos los potentados, excusas no les faltarán para justificar su agresión imperdonable a la Naturaleza.
 
 Es lamentable que piensen acudir a tan equívoca y nociva manera de obtener divisas, cuando disponen de una población emprendedora capaz de producir tantos bienes de consumo si reciben apoyo en vez de prohibirles que apliquen su espíritu emprendedor.
 
 Por fortuna, el Congreso del Partido Comunista como que ha avanzado en esta línea, aunque se corre el peligro de que sea un recurso para camuflar la inversión neoliberal, depredadora y criminal que asuela a todos los países, precipitando la ruina de los pueblos y la destrucción de la Naturaleza.
 
 A todos nos afectan tales desmesuras, obligándonos a exigir no sólo que sean repudiadas públicamente por los respectivos gobiernos, para que no queden dudas sobre su defensa de la soberanía y sus compromisos con la patria, sino a insistir ante la comunidad internacional para declarar, de una vez por todas, la prohibición de explotar combustibles fósiles y agro combustibles en todo el Mundo.
 
 Aunque los desastres son frecuentes pero se ocultan o se les resta importancia; en esta ocasión, a pesar del esfuerzo de los potentados, a la Humanidad le ha abierto los ojos el primer aniversario del derrame petrolero causado por la BP en el golfo de México.
 
Semejante tragedia, en la cual Obama se sometió a lo que la multinacional propusiese, demostró que el poder ya reside en los potentados totalmente, como lo han proyectado en su Nuevo Orden Mundial, y no en los títeres que escogen para poner como gobernantes de los pueblos que engañan y subyugan.
 
El peligro y la necesidad urgente de reaccionar multitudinariamente, se ha confirmado con el aterrador cataclismo nuclear en curso en el Japón, desencadenado por el terremoto del 11 de marzo de este 2011 y que ha fortalecido el rechazo mundial a la producción de energía eléctrica a través del átomo, exigiendo el desmantelamiento inmediato y total de las plantas nucleares.
 
A la Humanidad lúcida y pensante, tales alarmas le han aportado elementos suficientes para no dejarse engañar más y asumir su destino en sus propias manos, como lo están haciendo los tunecinos y quienes vienen siguiéndoles sus pasos.
 
 No obstante, siguen tratando de engañarla quienes se lucran de los atentados continuos a la Naturaleza presentándolos como medidas económicas inevitables si queremos considerarnos desarrollados y civilizados, si aspiramos a generar empleo y a crecer. Es lo que predica el absurdo y suicida Neoliberalismo. ¡Qué belleza!
 
Realmente, son criminales que nos tienen condenados. Y cada vez disponemos de menos tiempo para evitar que sus mortales designios triunfen y los efectos sean absolutamente irreversibles.
 
Muchos ya lo son. No hay esperanzas de enmendar ni reducir los destrozos que han causado. Más bien, son crecientes, como la radiación de Chernobyl, que ya cumple 25 años. Y la de Fukushima en el Japón, que apenas comienza (si olvidamos el antecedente de Hiroshima y Nagasaki para no mortificar al Imperio genocida).
 
 Por eso, hay que insistir, lo más racional es iniciar el desmantelamiento cuidadoso de las plantas nucleares existentes actualmente en el Mundo, tanto como el de las plataformas que extraen el petróleo que los dinosaurios políticos desean seguir explotando.
 
En cuanto a las expresiones de la Vida, las especies ya extinguidas son una pérdida que jamás lograremos valorar en su justa medida ni disfrutaremos su particularidad, pero su lamentable fin nos obliga a proteger las que están en peligro de desaparecer por la brutalidad de los potentados y su torpe explotación de la Naturaleza y del prójimo.
 
 Hemos entrado a una etapa evolutiva en que se dan las condiciones materiales para convivir como iguales.
 
Es algo que los jóvenes ven muy claro y entienden muy bien. Pero que los viejos, sobre todo los políticos y los demás dedicados a manipularnos, no alcanzan a asimilar. No lo conciben porque los deja sin oficio. Están acostumbrados a engañar y enardecer masas fanatizadas, ignorantes y crédulas.
 
En consecuencia, no comprenden los movimientos de multitudes conscientes integradas por individuos soberanos, autónomos, bien informados y comprometidos con la Vida y la defensa de la madre Tierra, que han resuelto pensar por sí mismos y tomar su futuro en sus propias manos, guiados por sus propias conciencias, en defensa de los intereses superiores de la Humanidad y la Vida.
 
Esas multitudes sin líderes pero beligerantes y persistentes, están construyendo la Sociedad Democrática Global que exige la “Aldea Global” surgida del desarrollo de las fuerzas productivas y que Marshall McLuhan prematuramente identificó para el gran público
 
Esa Sociedad Global Democrática es la respuesta unánime de la población mundial globalizada e insubordinada, que se niega a seguir condenada por los potentados con su apropiación elitista de la globalización, mediante el Nuevo Orden Mundial opresivo y depredador.
 
 Éste engendro criminal es el que ordena las catástrofes que estamos viviendo y cuyo propósito confeso es sumir a las mayorías en la ignorancia, la enfermedad, la miseria y el abandono. Y en la esclavitud a quienes sobrevivan a la anhelada guerra mundial.
 
Todo es cierto. Basta mirar para verlo. Así como basta ser digno para repudiarlo junto a todos los dignos, dueños del futuro si logran derrotar a los enemigos comunes que agonizan en el presente pretendiendo que todos los acompañemos a las tumbas que se han ganado con creces, y que nos enterremos con ellos.
 
Lo que procede es inhumarlos lo más rápido posible para construir la sociedad plana que a todos nos trate como a dioses, respete la Vida y proteja la Naturaleza.
 
 ANEXOS
 
·        Terremoto provocado en Japón
 
·        LA VERDAD DEL TERREMOTO DE JAPON PROVOCADO
 
 
 [1] Ver anexo Terremoto provocado en Japón
 
“HAARP amenaza contra JAPON ( Fulford )
 
 “Fecha de creación: 20/06/2010
 
 (Fulford) “Comienza su vídeo comentando su reunión con el Ministro de Finanzas japonés donde se comentó la amenaza de emplear la "máquina de hacer terremotos" contra Japón, si este país no accedía a las exigencias de los Illuminati.
 
”El Gobierno en la Sombra está empleando esta terrible amenaza que se consolida en la realidad de terremotos, tsunamis y eventos climatológicos gravísimos contra aquellos países que no siguen sus dictados poniendo en peligro la vida de millones de personas.”
 
 Las muertes masivas de animales, como las de peces en California o los murciélagos víctimas del envenenamiento de la atmósfera con los químicos diseminados por aviones de todo tipo y país, y que se conocen como “chaimtrails”, también hacen parte de la ofensiva definitiva que precipitarían con la guerra mundial que buscan desencadenar a toda costa y desde el 11-S, por lo menos. A propósito, el anexo advierte:
 
 “Fulford habla aquí de algo todavía más grave, si cabe, y es que de ninguna forma,
"hay que darles la más mínima excusa para poner en marcha una Tercera Guerra Mundial".
 
La advertencia es fundamental y definitiva. No podemos dejar de tenerla en cuenta, pues si logran desencadenar la guerra será más difícil despojarlos del poder que pertenece al pueblo y de la riqueza que también le arrebatan.
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/149186?language=es

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