Terrorismo civil, ardid neoliberal

03/04/2011
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La ofensiva neoliberal es mundial y profunda. Realmente es definitiva: o acaba con el Mundo o se extinguen los potentados, la mayor calamidad de la especie humana.
 
Del éxito de los enemigos comunes depende que el sistema depredador pueda prolongar su agonía unos cuantos años más, difundiendo el consumismo enfermizo y extrayéndole sus entrañas a la madre Tierra, a fin de acabar de deteriorar las condiciones de vida de las mayorías y extender la desolación por todos los nichos de esa misma vida.
 
Duele el caso de la enorme China, cuyos gobernantes “comunistas” no dudaron en renunciar a su sabiduría milenaria, que tanta superioridad ha demostrado a lo largo de la Historia, y a sus perdurables métodos de producción agropecuaria, practicados por una población distribuida por todo el territorio en vez de concentrada en centros urbanos alejados de la tierra, como ahora.
 
Irónicamente, han caído en un consumismo desaforado, tan grave como el de USA, que es la máxima expresión del capitalismo y el padre legítimo del evidentemente mortal Neoliberalismo. Si continúan en esa vía, ambos son capaces de precipitar el colapso ambiental definitivo que destruya las condiciones indispensables para la conservación y la reproducción de la Vida
 
En Colombia, por su parte, acatando la suicida doctrina que posa de sabiduría a pesar de sus desastrosas consecuencias, Santos está presto a culminar los contratos leoninos que pactó Uribe Vélez con mineros y palmicultores. 
 
Pero desea ir mucho más allá, privatizando la educación para ponerla al servicio incondicional de los potentados, quienes determinarán qué quieren enseñar para alienar y castrar mentalmente a los ciudadanos presuntamente más dotados de capacidad crítica.
O sea, los que estarían preparados para liderar el cambio, indispensable para que la Humanidad y gran parte de las expresiones de la Vida no se extingan por culpa de las ambiciones de los sicópatas idiotas y criminales que la han sojuzgado con mano de hierro, hasta traernos al borde del colapso definitivo.
 
 El converso que gobierna a Colombia no es más que otro lacayo dócil de los potentados sionistas, dispuesto a aplicar todas las recetas del mortal Neoliberalismo, aunque sin untarse tanto de mafia, pues detesta su ordinariez y tiene la misión de recuperar el control político de la nación para los descendientes de los conocidos como “libertadores”, entre los que figura su destacada ascendiente, la tocaya de su hija, Maria Antonia Santos, patrocinadora de las guerrillas organizadas por Bolívar para arrebatarles a los españoles el ejercicio de la dictadura activa sobre la población oprimida.
 
La respuesta de la población tiene que ser sensata, multitudinaria e inequívoca, de modo que los vendepatria queden desenmascarados ante todo el mundo, sin dudas y sin atenuantes. Su vil dictadura ya es insoportable y estamos en condiciones de derrotarla si ejercemos la democracia directa y dejamos de creerles sus mentiras y de caer en sus celadas de lacayos inescrupulosos.
 
Disponemos de los medios necesarios para evitar que la protesta popular sea desvirtuada y desviada mediante su penetración por esbirros del régimen, disfrazados de grandes combatientes dispuestos a tirar bombas y piedras que amedrenten a los civilizados.
Su verdadero propósito, oculto tras su presunta beligerancia radical, es impedir que los ciudadanos, en este caso los estudiantes, denuncien ante la opinión pública las políticas criminales de los lacayos, tanto los aristocráticos como los emergentes, pues todos son viles y arrastrados ante el Imperio.
 
Mediante tal expediente impiden que la ciudadanía se entere de los problemas causados por la aplicación incondicional de las recetas neoliberales, de modo que no logra entender el origen verdadero de las calamidades nacionales, de las cuales son cómplices los encapuchados pagados por el régimen para que enfrenten a la policía antimotines, aportando excusas para que las autoridades repriman e impidan las protestas masivas que las desenmascararían plenamente y desacreditarían sus políticas ruinosas.
 
 De tal forma, no sólo impiden la claridad conceptual, sino que pueden ocultar la verdadera catadura vendepatria de los gobernantes y las oligarquías estériles, que no encuentran una forma de enriquecerse diferente a entregarles la patria a los potentados dueños de las multinacionales.
 
Son meros sirvientes del Imperio, fieles a sus órdenes y embaucadores de los pueblos que subyugan condenándolos a la miseria, la guerra, la enfermedad, el hambre, el fanatismo y la ignorancia.
 
A los pueblos les corresponde aprovechar los avances tecnológicos, disponibles ampliamente como nunca antes, para difundir las agresiones neoliberales de todo orden y en todos los niveles, entre los cuales la tala masiva e indiscriminada de árboles patrimoniales e irremplazables en Medellín, que no cesa, es una consecuencia más que está deteriorando aceleradamente la calidad de vida que los ancestros trataron de heredarnos.
 
Otro caso concreto y persistente, más grave por el alcance de sus consecuencias, es la privatización de la universidad pública para adocenar sus programas y poner al estudiantado al servicio de las multinacionales que, posiblemente, impondrán unas matrículas carísimas, según el modelo usano que pone a los padres a ahorrar desde el nacimiento del hijo para poderle costear su carrera.
 
Sin duda, el estímulo a los mejores deportistas también será más popular que el de los estudiantes talentosos. Pero éstos no dejarán de disponer de su beca, si son sumisos y tienen potencial para servirles a las multinacionales dueñas de “nuestras” universidades y de las mentes de quienes caigan en sus garras de halcones despreciables y mortales.
 
Están buscando talentos, dada su ausencia evidente en las clases altas, para convertirlos en los betas y gamas, al servicio de los alfas, que estipuló Aldous Huxley en su ridícula novela “Un mundo feliz”.
 
Entendiendo estas cosas, el estudiantado puede reivindicarse como un factor de cambio de estirpe claramente democrática, convocando, concertadamente a nivel nacional, asambleas y manifestaciones multitudinarias por cada ciudad, con el propósito de denunciar, rechazar masivamente y hacer conocer la amenaza que se cierne sobre la educación de la juventud, decretándole un futuro nefasto a la patria acorde con la degeneración mundial promovida por el Neoliberalismo.
 
 Así podrá desenmascarar la agresión sionista sin caer en la provocación de las autoridades interesadas en que tales protestas civiles aborten.
 
Por eso las infiltran con terroristas oficiales, encapuchados para que no los reconozcan, y cuya misión es impedir la denuncia y el debate suplantando a los verdaderos estudiantes cuyas armas demoledoras son las razones y los argumentos en defensa de la Verdad.
 
En consecuencia, la difusión de las agresiones neoliberales tanto como la concertación de acciones masivas de protesta con todos los estamentos universitarios y la ciudadanía que los respalde, de naturaleza pacífica pero multitudinaria, cuya autorización no pueden negar legalmente los gobernantes en una supuesta democracia, serán las herramientas democráticas de la sociedad civil para derrotar el Neoliberalismo, no sólo la privatización de la educación pública. Y no sólo en Colombia.
 
Esa es la vía que explica la insurgencia de los pueblos en África y Asia, y que muestra victorias ejemplares en Islandia que vale la pena conocer y que los potentados se esmeran en ocultar. Son inspiradoras, sin duda. También lo es el despertar del pueblo hondureño, si nos libramos de la intelidiotez que nos han impuesto.
https://www.alainet.org/es/articulo/148786

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