El caso de Ecuador

Los medios de comunicación indígenas al servicio de los DD.HH. y colectivos

12/03/2007
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Hablar de comunicación es hablar de culturas y si hablamos de culturas es hablar de diferencias de relaciones, de percepciones y del habla.

1. INTRODUCCION

Los escasos medios de comunicación que han sido implementados, o apropiados, por las organizaciones indígenas han jugado un papel fundamental en la promoción y defensa de los derechos humanos, en el fortalecimiento de la identidad cultural, en la educación bilingüe, en la interculturalidad, así como en la movilización social.

El presente texto narra y hace lectura de cómo los medios, en general, fueron usados como instrumento de aculturización, así como del proceso de apropiación de los medios de comunicación, especialmente la radio, por parte de las organizaciones indígenas. Para el efecto se trabaja desde dos líneas: por un lado se define la comunicación desde la visión indígena y cómo ésta ha servido para garantizar la permanencia de la cultura a lo largo del tiempo y se contrasta con la comunicación occidental en sus formas distintas de concebir y ejercer la comunicación; por otro lado se realiza un recuento histórico del proceso de influencia de las iglesias en las comunidades indígenas para evangelizar usando los medios de comunicación como estrategias de sometimiento; en este punto también se analiza el proceso de cómo paulatinamente estos medios, que fueron usados para su adoctrinamiento, se fueron convirtiendo en medios de fortalecimiento de la identidad, de la educación, así como de la organización, consolidando paulatinamente un movimiento político.

El texto se basa, particularmente, en las experiencias de las organizaciones en el uso y manejo de los diferentes medios de comunicación, radio, periódico, video y correo electrónico. Por tanto se describen los procesos de las radios pioneras en el Ecuador, así como de otras experiencias en el ámbito comunicativo.

2. COMUNICACIÓN INDÍGENA

Hablar de comunicación es hablar de culturas y si hablamos de culturas es hablar de diferencias de relaciones, de percepciones y del habla. No se puede comprender la comunicación sin comprender los procesos históricos, sociales, económicos, políticos y culturales, toda vez que este componente atraviesa toda relación y construcción social. En esta diversidad cultural se inscriben los pueblos y nacionalidades indígenas como sociedades diversas.

Para los pueblos indígenas la comunicación ha constituido, y constituye, una parte esencial en el proceso de formación de la cultura. Del conjunto de formas de comunicación creadas desde los pueblos indígenas, el habla ha sido la más importante y a partir de aquello se ha configurando otras formas de comunicación, como son los dibujos, las cerámicas, tejidos [Kowii].

La comunicación desde la cosmovisión y cultura de los pueblos indígenas, tiene una estrecha relación con su entorno, es decir, se entiende la comunicación en una relación constante con la Pacha Mama o Allpa Mama; esta relación se da a través de los rituales para la cosecha y la siembra – con las concentraciones comunitarias, por el uso de los instrumentos propio de alertas y llamados como es el churu (concha), las piedra, rondador, pingullo y otros instrumentos [Chela].

Aparte de ese relación intrínseca con su entorno, la comunicación en el mundo indígena se la concibe como ese espacio vivo de secuencias que se concretan en la transmisión, intercambio, re-generación de conocimientos ancestrales y actuales, como una ‘herencia oral’ viva de la sabiduría acumulada de los antepasados “La comunicación es una práctica social cotidiana y milenaria de los pueblos indígenas que es fundamental para la convivencia armónica entre los seres humanos y la naturaleza...la comunicación tiene como fundamento la ética y una espiritualidad en el que los contenidos, los sentimientos y los valores son esenciales...” [CMSI]. Este detalle del sentido y concepción de la comunicación es lo que le distingue, según Bélgica Chela, la comunicación indígena de la comunicación moderna occidental. Entonces, por un lado los pueblos indígenas viven la comunicación como un hecho cotidiano de seres humanos mientras la sociedad moderna no puede entender la comunicación fuera de los medios. Este contraste se la entiende principalmente en la época moderna, donde los medios están por sustituir la comunicación personal, ya que la oralidad es y ha sido una de las prácticas que se han dado en toda cultura sea esta occidental, oriental, Abya Yala, etc. Es en la actualidad en que los medios vienen a ser para los pueblos indígenas instrumentos que facilitan esa comunicación.

Para los pueblos y nacionalidades de la Amazonía la comunicación tiene otras dimensiones, que van mucho más allá de lo lingüístico; los yachak (sabios y sabias, en la lengua kichwa) son los especialistas en comunicar con ‘otras realidades’ –u otras dimensiones de la realidad de diferentes maneras, quizá el más conocido es la es la toma de ayahuasca o yagé, considerada sagrada y utilizado principalmente para posibilitar la comunicación con las fuerzas espirituales de la selva, y como tal puede entenderse como una lengua ritual empleada principalmente para la realización de curaciones. Al denominar esta lengua ‘sagrada’, se quiere decir que la misma encierra un conjunto de saberes, una visión del mundo desde el cual los taitas o ruku (padre-sabios) construyen su experiencia con el mundo natural, social y espiritual [Garzón], así como de ‘dar sentido’ a las relaciones entre los seres humanos y las entidades y fuerzas no visibles o intangibles. La interpretación de los sueños [Kowii] es un elemento importante comunicativo dentro del conocimiento de pueblos amazónicos. Estos presagian lo que sucederá en el corto plazo por lo que deben ser comunicados o consultados con los mayores. Alrededor del sueño se construye un espacio de encuentro y de comunicación que se retroalimentan con la realidad del mundo indígena.

La comunicación entendida en el mundo andino como se anotó arriba, así como la comunicación mas específicamente en los pueblos amazónicos, a pesar de las pequeñas diferencias de formas, finalmente convergen en una relación intima con los mundos que componen la allpa mama o pacha mama: el kay pacha, jawa pacha y con el uku pacha (el mundo de arriba, el mundo de abajo, y este mundo).

La comunicación es y ha sido las forma más eficaces que les permitía a los pueblos indígenas a transmitir el conocimiento ancestral de generación a generación, como una forma de garantizar la continuidad de la cultura.

En este contexto la comunicación indígena se lo puede entender como la acumulación y manifestación vivencial de las relaciones entre colectividades de seres humanos, y de los mismos con su entorno natural y cósmico. Constituye entonces ese puente que permite el acercamiento al otro, para encontrarse, para descubrirse para construir la reciprocidad.

El habla colectivo: Identidad y resistencia de las nacionalidades y pueblos

En un acto de comunicación, la oralidad en el idioma propio es fundamental sobre todo en la significación de los mensajes. No significa lo mismo una frase en kichwa traducida al castellano o cualquier otro idioma; su significado y mensaje no es el mismo. Por ello el habla constituye un factor fundamental en la vigencia de toda cultura y, en el caso particular de los pueblos indígenas, el idioma y su habla ha sido y es un instrumento de poder que se ha manejado colectivamente y de manera estratégica.

En este sentido se puede distinguir la modalidad de las formas que las culturas indígenas utilizan el habla para la comunicación: las reuniones para definir la fecha propicia de la minga, de la cacería, de la siembra o para organizar una protesta. El significado de este ‘hablar colectivo’ podemos resumirlo citando una descripción de una reunión de mujeres Otavalas: “...todas las participantes intervienen continuamente... Da la impresión que se trata de un solo discurso colectivo interpretado por distintas voces o interlocutores... en muy pocas ocasiones la comunicación se encuentra personalizada... las diferencias no se establecen entre los discursos de cada un(a) de l(a)s locutor(a)s sino que son diferencias de un consenso o discurso colectivo de fondo...” [Sánchez Parga]. En este mismo sentido se refiere el dirigente de Comunicación de Ecuarunari: “Lo fundamental y lo más eficaz es la comunicación directa... Cuando hay mingas, reuniones, congresos... una comunicación de ida y vuelta... Es la estrategia que se ha utilizado para acciones de coyuntura, para movilizaciones... analizado, reflexionado y de allí tomando decisiones a nivel general entre todas las provincias.” [Zhingri]

Esta identificación colectiva de los pueblos que se teje por el hablar colectivo ha sido la base de la sobrevivencia y resistencia cultural que ha mantenido vivo, como pueblos, a través de estos largos 500 años. Al tratar el tema de éste artículo –los medios de comunicación indígenas al servicio de sus derechos humanos– no hay que olvidar que es el hablar en su propio idioma y las otras formas tradicionales de comunicación colectivas que debe mantenerse y defenderse.

La comunicación colonial y neocolonial en la dominación de los otros

La comunicación, entiéndase ésta desde la visión indígena, como el intercambio y transmisión de conocimiento, ha sido un punto clave en las relaciones sociales de poder y de dominación. Si nos remontamos a la Edad Media en donde el conocimiento, la información acumulado en los textos, eran celosamente guardados y mantenidos en secreto por quienes controlaban las abadías, como una forma de controlar el poder, tal como relata la novela del italiano Humberto Eco, en el “Nombre de Rosa” [Eco], pues en las culturas indígenas ésta se manifestaba de forma abierta. Sin embargo estas tienen sus límites. Existe cierto conocimiento que los Yachak se reservan y la comparten solo entre yachak aliados y defenderse de los contrarios. Pero en general los conocimientos son compartidos porque se requiere de ella para vivir en su territorio.

Esta relación de poder y por ende de dominación se impuso en las culturas indígenas a raíz de la invasión europea iniciado en los siglos XV y XVI. Las formas de dominación al que fueron sometidos los pueblos indígenas no eliminó eficazmente su cultura por tanto debían buscar formas o mecanismo para poder entrar en el interior en las entrañas de sus formas y medios de relacionarse colectivamente. Fue entonces en donde se usó el propio idioma para poder desarticular su lógica y desde su habla propia influir en la aculturización y en la homogenización. Así entonces fue la evangelización cristiana en idioma propio, en este caso el Kichwa, esos mecanismos con los cuales intentaron la asimilación a la cultura criolla, esto a la vez conllevaba a la supresión de los idiomas indígenas.

Este proceso dio lugar a las luchas que se emprendieron por el derecho a una educación propia y en el propio idioma iniciado en los tiempos modernos por Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña, en la zona de Cayambe, en la sierra ecuatoriana en los años 1930 [Rodas].

Los medios modernos de comunicación, durante gran parte de los dos últimos siglos estaban fuera del alcance de los pueblos indígenas; comenzando por los periódicos como el primer medio de comunicación masivo desarrollado durante el siglo XIX, que excluyó a los pueblos indígena en el uso del idioma, con el masivo analfabetismo y la concentración de éste medio en los centros urbanos, sin hablar de los contenidos, que se puede suponer sus dimensiones, relacionándolo con los contenidos que actualmente se difunde.

Con la invención y desarrollo de la radio durante el siglo XX, en Ecuador éste medio terminó, principalmente, en manos de los grandes grupos de poder económicos, que a su vez controlaban es Estado y, siguiendo con la tradición occidental, la Iglesia católica el segundo poder que acaparó las radio, seguido por grupos protestantes de procedencia de los EE.UU., quienes utilizaron éste medio para promover sus respectivos intereses, excluyendo a los pueblos indígenas, así como a los afroecuatorianos y los clases populares, de cualquier acceso real al uso de los medios de comunicación radiofónicos.

El sistema de concentración de la propiedad de los medios en manos de empresarios ligados al poder económico y político, mantienen hasta la actualidad prácticas discriminatorias y hasta racistas tal como señalo el Relator Especial de las NNUU, Rodolfo Stavenhagen, durante su visita al Ecuador en abril de 2006, refiriéndose a la cobertura dado por ciertos medios comunicación durante las movilizaciones contra el TLC promovidas por el movimiento indígena: “En la prensa hubo un discurso de tinte racista por parte de algunos comentaristas que va en contra de la tradición que el Ecuador siempre ha tenido y en contra de la tolerancia mutua y de la convivencia que es la base de la resolución de los conflictos.” Además, señala que “hay un peligro en estas movilizaciones recientes que es la posible criminalización de la protesta social, aplicando el derecho penal a legítimas expresiones… Y esto plantea un desafío para el libre ejercicio de los derechos humanos y para la protección de los mismos no solo de los pueblos indígenas sino de todos los sectores del país,” [Tamayo].

Si bien en la actualidad estas manifestaciones explícitas de racismo no son tan directas, el racismo estructurado en las programaciones de los medios, especialmente la televisión, es común. Más allá de las profusas imágenes estereotipadas de las y los ‘indios’, ‘pobres merecedores de simpatía’ o ‘indios malignos’ y ‘alzados’ cuando exigen sus derechos, son generalmente invisibilizados como pueblos diversos con derecho a tener su propia voz. Con la excepción de escasos y cortos programas dirigidos al sector indígena en los canales locales de televisión, los medios masivos no promueven ni dan espacios propios a programaciones indígenas.

Esta exclusión racista mediática se conjuga directamente con lo económico, de tal manera que son inseparables. Pero las comunidades, como los afroecuatoriano y el sector urbano pobre no son un mercado apremiante en relación al consumo.

Ahora bien estos medios, a la que muchos llaman “instrumentos de poder” y que fueron usados para adoctrinarles a los pueblos indígenas, fueron esporádicamente apropiados por las organizaciones indígenas de Ecuador en la década de los ’60, particular que a continuación anotaremos.

3. EL PROCESO DE APROPRIACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN POR PARTE DE LAS NACIONALIDADES Y PUEBLOS INDÍGENAS DEL ECUADOR

Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador ERPE

En la década de los ‘60 en Ecuador se dieron dos pasos significativos en el proceso de apropiación de las radios emisoras por parte de los indígenas, los cuales contribuirían en el fortalecimiento de la identidad y las organizaciones indígenas.

En 1962 se creó las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE) en la provincia andina de Chimborazo, bajo el auspicio del entonces obispo de Riobamba, Monseñor Leonidas Proaño, “el Obispo de Los Indios” y uno de los promotores de la teología de la liberación en Ecuador. Como su nombre sugiere, ERPE fue establecido para promover la educación popular, especialmente, pero no exclusivamente, entre las comunidades indígenas kichwas del pueblo Puruwá de Chimborazo. Junto con el trabajo del Monseñor Proaño a favor del sector indígena y popular, ERPE promovió una larga campaña nacional de alfabetización y concienciación a través de la radio (1962 - 1974) en donde aproximadamente 18.000 indígenas y campesinos de 16 provincias de las 18 existentes en ese entonces en el Ecuador fueron beneficiarios, tanto en la lectoescritura como en sus derechos, proceso histórico que impactó y contribuyó en fortalecer las organizaciones indígenas de ésa época.

Mientras Monseñor Proaño seguía a la cabeza de la Iglesia en Chimborazo, ERPE mantuvo su papel de medio de comunicación progresista dentro del ámbito religioso, pero posteriormente se dio un cambio y asumió un conservador, que más tarde, en 1985, ERPE se independizó de la Iglesia y pasó “a los propios, actores, los propios protagonistas” [Chela]. La renovación de ERPE terminó con la antigua política de “traducir al kichwa lo que se decía o escribía en castellano”, sino que en “los reportajes comunitarios, la gente empezaron a hablar en su propia idioma.” [Chela]

El traspaso de la radio de las manos de la iglesia a manos de los actores propios de esta provincia fue un logro y un cambio fundamental en proceso de reafirmar y fortalecer la identidad, los derecho y principalmente el derecho a hablar en su propio idioma.

Las comunidades empiezas a identificarse con la radio, empiezan a usar como un medio para poder socializar sus demandas, para poder informarse y principalmente para dar a conocer sus necesidades. La radio se convirtió en un instrumento útil aliado para posicionar una demanda y fortalecer sus organizaciones. El mismo hecho de poder hablar en su propio idioma, el Kichwa, públicamente a través de un medio que sólo podían hablar los con poder, se estaba ejerciendo un derecho que les fue negado.

Actualmente, ERPE continúa su labor comunicativa, con los actores locales y en su propio idioma a favor de las comunidades y organizaciones indígenas, campesinas y populares, habiendo desarrollado una política interesante de autofinanciamiento basada en la producción agrícola orgánica, y realizando varias líneas de trabajo con mujeres, salud, etc., incluso proyectando desarrollar la comunicación electrónica en las zonas rurales de Chimborazo [ERPE].

Cabe mencionar otras experiencias importantes de radio comunitaria educativa que tuvieron lugar en la zona andina norte de Cayambe y sur de Imbabura en la misma época como la Radio IRFEYAL (Instituto Radiofónico Fe y Alegría) y Radio Mensaje de Tabacundo, que trabajó desde 1964 en la educación indígena entre las comunidades kichwas. Esta radio dio seguimiento al trabajo emprendido por Dolores Cacuango, además apoyó otras luchas en que protagonizó la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), fundada por el Partido Comunista del Ecuador en 1944 [Galarza].

La Radio Federación Shuar

Paralelamente en la misma década de los 60 en que se desarrollaba ERPE, en el sur de la Amazonía ecuatoriana, se promovía otra experiencia radiofónica que, en términos del derecho a la autonomía y autogestión organizativa de las nacionalidades y pueblos, fue significativamente más radical.

Los Shuar y Achuar[1], nacionalidades indígenas vecinos que comparten una misma cultura e idioma y cuyos territorios ancestrales se ubican principalmente en lo que ahora son las provincias de Morona Santiago, Zamora Chinchipe y Pastaza, en alianza con un grupo de misioneros Salesianos progresistas, crearon la Federación Interprovincial de Centros Shuar y Achuar (FICSH-A[2]) en 1964. Es de notar que la creación de la FICSH-A marcó un hito en la historia de las nacionalidades y pueblos del continente latinoamericano por ser una de las primeras organizaciones formadas exclusivamente a base de su identidad cultural y como pueblo o ‘nacionalidad’.

Hasta ese entonces, los centros[3] Shuar (más que los Achuar que se ubican más alejados de las zonas de influencia de la colonización) habían sufrido un proceso de pérdida de sus tierras, así como de sometimiento cultural frente un conjunto de campesinos colonos, el Estado ecuatoriano, y las misiones católica y protestantes. Los objetivos principales de la Federación eran y sigue siendo la defensa de su identidad cultural y territorios, la promoción de una educación propia, el mejoramiento de sus condiciones de vida a través del desarrollo económico basado en el comunitarismo y cooperativismo.

Además, es notable la importancia que la FICSH-A (hoy FICSH) dio al tema de la comunicación, como elemento estratégico frente a los problemas que la nueva Federación enfrentaba a consecuencia de los impactos de la colonización: divisiones intra-étnicas y la pérdida de identidad. A esto se sumaba las condiciones geográficas de los territorios ancestrales, puesto que se encentraban dispersos en un área superior a los 10.000 km2, que abarca zonas inhóspitas de selva montañosa, como las cordilleras Kutukú y el Cóndor.

En estas circunstancias en 1968, la Misión Salesiana, adquirió y donó una radio emisora de onda corta a la FICSH-A, con la cual se crea la Radio Federación. Este acontecimiento marcó rotundamente las dinámicas del proceso de consolidación de la organización Shuar y Achuar del Ecuador.

Desde su inicio la radio tuvo un carácter socio cultural, educativo y organizativo. “Lo que más impactó fue de música Shuar musical. Es que el Shuar y los colonos nunca habían escuchado el canto Shuar...“ [Atamaint] en la radio. En sus programas se trató temas fundamentales como de la defensa de los territorios, la valorización de la cultura, la educación y todo en su propio idioma, el Shuar Chicham.

En los centros o comunidades se logró la recepción de la Radio Federación que se convirtió en un medio en donde se escuchaban a sí mismo a través de la música. La demanda por tener acceso a una aparato para sintonizar fue grande pero se dificultaba dado que los Shuar no tenían acceso al dinero para adquirir, por lo que la Federación gestionó un proyecto en Japón y consiguió 2.000 unidades a bajo costo. Con ésta y una segunda remesa de aparatos, la Radio Federación logró una recepción masiva entre los Shuar y Achuar de la programación de la radio.

Pero más allá de la programación cultural, los Shuar y los Achuar le dieron un uso estratégico y aprovecharon su cobertura para afirmar un derecho a definirse como pueblo. Así entonces, la Radio Federación jugó un papel fundamental en el fortalecimiento y consolidación de la misma Federación en sus primeros años de formación, permitiendo que la gran masa de los centros Shuar y Achuar pudieran entender la necesidad de unirse y organizarse, como pueblos con su propio derecho, e identificarse con la FISCH-A y sus objetivos y trabajo en pro del rescate y fortalecimiento cultural, la defensa territorial, el respeto a sus derechos, etc.: “...Se trabajó, y la gente se concientizó, no totalmente pero casi 90% ya sabían qué era la Federación Shuar, sus objetivos y principios... Todo eso se fue entendiendo...”. Esto permitió que la Federación se fortalezca y pudiera negociar con mayor peso frente a las autoridades gubernamentales y sectores de colonos. Es decir, la radio fue un medio que facilitó potencialmente la reivindicación del pueblo Shuar y Achuar frente a los poderes estatales que cuestionaban y reclamaban atención y anunciaban su presencia milenaria en ese territorio.

En esa época, los Shuar y Achuar estuvieron sometidos, como tantos pueblos colonizados, a formas violentas y discriminatorias de represión por parte de los colonos, y las autoridades y la fuerza pública locales: “Ellos dominaban todo... [Por ejemplo] luego de un baile popular, al día siguiente los calabozos estaban llenos de Shuars. Por cualquier pretexto: Adentro...” En esto, la Radio Federación protagonizó la lucha contra el racismo: “Habían programas bastante fuertes en contra de las autoridades, la policía... La gente ya fue tomando conciencia del poder de la Federación, ya se daban cuenta sobre la situación del pueblo... Ya no fácilmente se podía engañar a la gente, comprándoles sus terrenos por un machete... Cuando habían luchas frontales... por la radio se comunicaban y toda la gente [Shuar] se concentraba para enfrentar cualquier agresión ante la fuerza pública y de los mismos colonos.” [Atamaint]. La radio sirvió para la movilización social, para concienciar y para empoderar.

A la vez, la Radio Federación implementó una política de acercamiento al sector mestizo colono porque, “...creímos que no teníamos que marginar a la gente colona... [que] se sienta tomando en cuenta y no trate de desafiar al pueblo Shuar. También concienciar para que no hayan choques, para que el colono también entienda qué es la Radio Federación, qué principios sigue... Que los Shuar tienen los mismos derechos...” [Atamaint]. Así que, a través de su lucha organizada –en lo cual la Radio Federación protagonizó un papel fundamental–, las nacionalidades Shuar y Achuar lograron avanzar en el ejercicio de sus derechos, y a la vez ganar el respeto de un importante sector de los colonos. “Al público colono se le ganó por los programas en castellano [realizado por] un colono amigo...”

Con el acompañamiento de la radio al proceso organizativo de estas dos nacionalidades, la federación ha logrado incidir a nivel político en la provincia, ha logrado elegir diputados indígenas para el Congreso Nacional, ha logrado colocar concejales y captar algunas alcaldías. La fuerza pública tiene mas respeto por el pueblo Shuar y Achuar.

Educación radiofónica con identidad

La FICSH-A a través de la radio promovió un concepto de un sistema de educación indígena propia afín a sus tradiciones y realidad cultural, que era una de las razones principales la creación de la Federación, dentro del marco de los objetivos de rescate de la identidad Shuar y Achuar; un concepto radicalmente distinto a lo de la educación ‘asimilacionista’ [Muñoz] hasta ese entonces impartida mediante el sistema nacional de educación y por medio de las misiones religiosas: “En los centros funcionaban escuelas de los misioneros o escuelitas hispanas [fiscales]. Eso traía consecuencias bastante duras... No hablamos nuestra propio idioma por que los educadores eran foráneos, los programas eran distintos fuera del ambiente... los materiales no eran apropiados... no se tomaba en cuenta la lengua materna, todo era castellanizado.” [Atamaint]. Las dos nacionalidades se dieron cuenta que la educación era una arma indispensable para poder enfrentarse a la sociedad y al sistema occidental que se estaba insertando en sus centros, por lo que su prioridad fue el de masificar la educación propia a todo el pueblo Shuar y Achuar. Frente a esta necesidad se enfrentaba con el problema de cómo implementar un sistema educativo propio entre todas los centros Shuar y Achuar, dispersadas un una área geográfica con escasa vías de comunicación a la que se sumó la falta de recursos y de docentes propios para más de 150 centros que agrupaban la Federación en ese entonces y que en ese momento solo contaban con 15 maestros.

La solución a la que se llegó era la implementación de un sistema de educación radiofónica. Esta iniciativa se hizo realidad y arrancó en 1968 con la ayuda de los misioneros que acompañaban a la Federación; en 1972 se constituyó como el “Sistema de Educación Radiofónica Bilingüe Intercultural Shuar” (SERBISH), que finalmente fue oficializado por el Estado en 1977, luego de un largo periodo de desconocimiento.

SERBISH continúa su trabajo iniciado en la década de los 70 con ciertos cambios implementados desde la organización FICSH. Su contribución fue el de levantar un sistema propio de educación de los Shuar y para los Shuar, haber alzado las tazas de alfabetización entre adultos y haber asegurado el funcionamiento de los centros educativos de primaria secundario y haber impulsado la formación de toda una generación de docentes, mujeres y hombres.

La contribución del SERBISH a exigir al Estado el ejercicio del derecho a una educación propia de los pueblos indígenas ha sido crucial; conjuntamente con otras iniciativas de esta características implementadas en otras provincias, más la demanda que hiciera la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, se logra que el Estado ecuatoriano reconozca el derecho a la educación bilingüe en 1988 con la creación de la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe (DINEIB), y aprobada por el Congreso Nacional en 1992. En 1998, la Asamblea Nacional Constituyente reconoció el derecho de las nacionalidades indígenas del Ecuador a contar con un sistema de educación intercultural bilingüe [Montaluisa].

La experiencia de ERPE y de la Radio Federación Shuar, cada una con sus propias dinámicas, han servido de ejemplo para otras organizaciones que, en los últimos diez años, han gestionado su propia radio emisora con el fin de fortalecer a sus comunidades. Estas radios están, principalmente en los Andes, así tenemos: Runakunapak Yachani Wasi (Simiatug, Bolívar), Radio Ilumán (Otavalo, Imbabura), Radio Inti Pacha (Cayambe, Pichincha), Radio Inti Churi (Bolívar), y Radio Salasaca (Tungurahua). En el caso de la Amazonía, la nacionalidad Achuar, que se separó de la Federación Shuar y estableció la Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador FINAE, ahora Nacionalidad Achuar de Ecuador (NAE), en 1993, también creó su propia radioemisora, “La Voz de la FINAE” de ahí que ninguna otra organización ha podido gestionar su propia radio debido a varios factores que más adelante se explicará.

Particularmente la radio federación jugó un rol muy importante en la reconciliación de lazos de unidad entre los pueblos Awajún, Wampis, Shuar y Achuar de Perú y Ecuador respectivamente, separados por una guerra entre estos dos países.

A partir de 1941, después del conflicto armado entre los Estados Ecuador y Perú los pueblos Shuar, Achuar, Wampis y Awajún, que proviene de una misma raíz cultural y lingüística, y que compartían un mismo territorio, fueron divididos. En este caso la radio jugó un papel importante en el acercamiento de estos pueblos que vieron enajenados por la influencia del nacionalismo impuesto por los Estados. Principalmente después de la firma de la paz entre los dos países en 1998, la Federación Shuar a través de la radio empieza a restaurar las relaciones y promueven el Primer Encuentro Binacional entre estos dos pueblos. De allí en adelante se ha dado otro encuentros para fortalecer la cooperación y emprender acciones conjuntas siempre con la ayuda de la radio como medio para mantenerse informados y comunicados [COICA].

La Radio Inti Pacha

La Radio Inti Pacha (Tierra del Sol) se ubica entre las radios de la nueva generación surgidas en los últimos diez años a raíz de las grandes movilizaciones promovidas por la CONAIE. Está ubicada en Cayambe en el norte de la región andina, es un ejemplo –entre muchos otros que se podría mencionar– de un proceso autónomo y autogestionado desde su principio.

Su génesis fue resultado de la desinformación generada durante el Levantamiento de 1990 en donde, dice Ricardo Ulcuango, “Los medios locales hablaron en contra del movimiento indígena, en contra de los derechos de los indígenas y, es más, no teníamos espacios en los medios locales. Eso nos hizo reflexionar sobre obtener una radio.”[Ulcuango]. La Radio Inti Pacha fue creada por y pertenece a la Corporación de Indígenas de Cangahua (COINCA), tiene como objetivo dar servicio a todo el pueblo Kayambi [Ulcuango], quienes se encuentran organizadas en 168 comunidades con una población de aproximadamente 450.000 personas, muchos de ellos dispersadas en Quito y otras partes del norte del país a consecuencia de la migración por factores económicos.

Aunque la RADIO INTI PACCHA comenzó salir al aire en 1995 usando un sencillo transmisor no fue hasta el 2000 que logró su legalización, periodo en que la Radio enfrentó una fuerte resistencia por parte de las autoridades. “Empezamos a funcionar auque no teníamos la frecuencia... Los militares quisieron decomisar los equipos, pero no pudieron porque las comunidades estaban atentos... salían y no les dejábamos quitar los equipos... teníamos el respaldo de la ciudadanía...” [Ulcuango]. Igualmente, el Consejo Nacional de Radiodifusión y Televisión (CONARTEL), controlado por las grandes empresas mediáticas, se opuso a reconocer y dar una frecuencia a la radio, y solamente cedió por una larga y amplia campaña de acciones apoyado por una alianza de organizaciones indígenas como la CONAIE y Ecuarunari, diputados y municipios, entre otros “Cuando compramos la radio, dijimos, ‘con o sin permiso vamos a seguir operando’, y así se hizo respetar. Porque, si no hubiéramos hecho así, a lo mejor no nos hubieran dado la frecuencia.”

Desde su inicio la Radio Inti Paccha, ha sido autofinanciado bajo una política que combina el servicio social con una de comercio ético, salvo unas pocas ayudas externas. “En gran medida, las cuñas y los comunicados a las comunidades no cobramos, servicios sociales no cobramos, pero hay otros actos que la radio tiene que cobrar... [Además cobrando a] las empresas, las tiendas y los almacenes, el Municipio, el Consejo Provincial. Pero lo que no hemos metido es la Coca Cola, ni productos agroquímicos, ni tabaco, ni licores...”

La programación de la Radio Inti Paccha se realiza en los dos idiomas –kichwa y castellano– basándose en el fortalecimiento cultural del pueblo Kayambi y a la vez el principio de la inclusión y participación: “Impulsamos la recuperación de la identidad [del pueblo Kayambi]. Estamos trabajando con la Dirección de Educación indígena... Damos espacios a las organizaciones, que tengan sus programas, así como a la juventud, la niñez, y a las mujeres... Además, realizamos debates políticos, análisis sobre la coyuntura...” Información y noticias nacionales e internacionales se consiguen principalmente por Internet o telefonía de Ecuachaski y las redes informativas de la Agencia de Noticias Plurinacional del Ecuador (ANPE), la Coordinadora de Radios Populares del Ecuador (CORAPE) y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER).

Bajo similares principios de ERPE y la Radio Federación Shuar, de promover la interculturalidad y fortalecer alianzas con el sector mestizo, la Radio Inti Paccha se ha planteado incidir en la sociedad no indígena: “hemos abierto a la gente, para sus mensajes, sus saludos, música y la programación variada... A determinados horarios dirigimos a un seguimiento poblacional: la juventud, la tercera edad... Eso nos ha permitido también entrar en la ciudad. No somos cerrados, no decimos que ‘esta radio es sólo de los indígenas y debe ser de los indígenas’... El personal que bajamos desde las comunidades también trabaja con personal de la ciudad que nos apoyan... Así empatamos para penetrarnos en la ciudad con nuestra emisora...” El éxito de ésta política se demuestra con el hecho que, según datos del Municipio de Cayambe, la Radio Inti Paccha ha logrado el primer puesto de sintonía en la zona entre las emisoras locales.

La Radio Inti Pacha, una emisora comunitaria autofinanciada, es una herramienta de fortalecimiento organizativo y promoción de los derechos de los pueblos indígenas, tal como señala uno de los promotores de esta iniciativa “La radio en gran medida ha contribuido con la información sobre los derechos en la Constitución... [incluso] del Convenio 169... [Y apoyando] el proceso organizativo de los gobiernos comunitarios, haciéndoles ver cuales son sus derechos y cómo tenemos que seguir actuando... En gran medida eso ha motivado a la población a que ejerza mayor autoridad, mayor organización, a que las comunidades ejerzan sus propios derechos...” Para esto, la Radio Inti Paccha se involucra y apoya a las organizaciones indígenas y populares en sus luchas: “Nosotros hemos sido muy claros: Estábamos difundiendo sobre el TLC [Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos], dando espacio a nuestros dirigentes, también haciendo las reflexiones. Claro, nuestra radio no podía estar neutral, ninguna emisora es neutral. Nuestra radio tenía que estar al lado de la comunidades, a favor de las movilizaciones, a favor de la gente.”

Esta afirmación nos muestra que los medios de comunicación si constituyen un instrumento de poder que mueven masas y que depende de quienes controlan para identificarse con determinado sector. Por tanto no se puede hablar de la neutralidad u objetividad de los medios masivos toda vez que estos responden a sectores influyentes. En este caso y otros que hemos señalado, la radio ha sido un elemento determinante en la cohesión del movimiento indígena a nivel local y a nivel nacional.

Durante las movilizaciones en contra del Tratado de Libre Comercio, TLC, esta posición contrajo intentos de clausurar la Radio Inti Paccha por parte de ejército y el Jefe Político de Cayambe [CEDHU] siguiendo órdenes del gobierno, acción fallida debido al apoyo de la gente y organizaciones afines, y por lo tanto “seguimos con más fuerza difundiendo, informando, haciendo la reflexión...” Cuando las organizaciones hacen uso legítimos de estos medio para poder contrarrestar las ofensivas del poder, estas son amenazadas y en otros clausurados.

Del texto impreso al texto electrónico: la experiencia de Ecuarunari

La Confederación de los Pueblos de Nacionalidad Kichwa del Ecuador, ECUARUNARI [Ecuarunari] es la organización regional andina que conforma la CONAIE conjuntamente con las otras dos organizaciones regionales, CONFENIAE y CONAICE[4]), fundada en 1972. Esta Confederación está conformada por 13 pueblos organizados que representan aproximadamente 1.500 comunidades de los diversos pueblos kichwas de la sierra ecuatoriana.

En 1983 Ecuarunari publicó el primer número de su periódico Rikcharishun[5] (“Despertemos”), producido de forma rudimentaria por dirigentes y colaboradores sin experiencia, con muy pocos recursos. Rikcharishun continuó publicándose de manera muy irregular hasta mediados de los años 1990. Pero, en 1996, se creó la Dirigencia de Comunicación, que dio un importante paso para sistematizar el trabajo de comunicación y permitió que la Confederación contara con un Plan Estratégico de Comunicación, buscar financiamiento, y retomar nuevamente la producción del periódico. La publicación del periódico Rikcharishun se reinicia de manera regular entre 1998 y 2001, con un tiraje de 1.000 mensuales.

Durante éste periodo, Rikcharishun se publicó en castellano con breves resúmenes en kichwa, debido que aún no existía un hábito de lectura en su propia idioma, también porque estaba dirigido al sector de habla hispana.

El periódico contenía artículos que trataban de temas prioritarias del movimiento indígena, que ayudaba a las bases a informarse “no sólo de la política nacional sino también la política internacional, lo que pasa con los otros pueblos indígenas a nivel de Abya Yala... [Porque] a veces no se conoce en los medios de comunicación nacional. Esta comunicación es más propia. Es de los pueblos indígenas, pero no sólo para los pueblos indígenas sino también para la sociedad en general....” A la vez, “sirve como memoria histórica, para tener parte de la historia del proceso organizativo, de lucha, organizativo, político, ideológico, del movimiento indígena,” [Zhingri]. Conciente de que no era posible hacer del periódico un medio masivo, principalmente por las limitaciones económicas, la política de la distribución de Rikcharishun se dirigió hacia las 13 organizaciones de base de Ecuarunari, comenzando con los responsables de comunicación y presidentes de las federaciones, y de allí a organizaciones de otros sectores sociales y ONG, además algunos cooperantes del exterior. Significativamente, el periódico también se distribuyó a las radioemisoras indígenas y afines, los cuales solían difundir los contendidos en sus programas, leyéndolos directamente en castellano y traduciéndolos al kichwa. Así que de ésta manera Rikcharishun también llegó a las comunidades.

Este medio impreso que tuvo acogida en las comunidades y que alimentaba a las radios comunitarias, enfrentaba un problema logístico de distribución y otros de carácter económico lo cual llevó a la suspensión de la producción en el 2001. Este problema ha sido también vivido en la regional amazónica la CONFENIAE cuando publicaba su periódico “La Voz de la CONAFENIAE” a mediados de la década del 90.

Paralelamente el Ecuarunari comenzó utilizar la comunicación electrónica. “Necesitamos utilizar esta tecnología a nuestro favor, así como hace la comunicación dominante... Los utilizamos también a nuestro favor para informar, difundir, comunicar entre los pueblos hermanos... de aquí a Bolivia, a Perú, a cualquier parte del mundo... Antes era por teléfono, pero ahora es a través de la nueva tecnología...” [Zhingri].

Ecuarunari ha creado Ecuachaski, un noticiero electrónico, con una lista de distribución de unas 2.000 direcciones, que envía y reenvía casi diariamente información sobre las nacionalidades y pueblos del Ecuador y del mundo, y ahora también cuenta con su propio sitio Web.

Pero si bien la comunicación electrónica ahora juega un papel clave en el ámbito ínter organizacional y de difusión de información hacia el público urbano, existe una brecha muy acentuada con el sector rural. Para Ecuarunari una solución es, siguiendo la experiencia del periódico Rikcharishun, enviar información electrónica a las radioemisoras para que ellas la difunden hacia las comunidades. En las mismas zonas rulares existen varias iniciativas locales que buscan promover el acceso al Internet en zonas rurales, como ERPE que, considera el acceso a la información a través de la comunicación electrónica (las ‘TIC’) como un derecho. Bélgica Chela plantea la realización de un proyecto piloto ‘Red de Telecentros Educativos’, con el fin de fortalecer a la educación regular y bilingüe en las comunidades de la provincia de Chimborazo, en los campos pedagógico, tecnológico, y de capacidad loca

Vídeo: Uniendo la voz y la imagen de las Nacionalidades y Pueblos

El video, así como su ‘gran hermano’, la televisión, es el medio de comunicación más atractivo y seductor y por lo tanto el más potente por su capacidad de ‘reproducir y reconstruir’ la realidad con imagen y sonido. Hasta el año 1990, las nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador sólo habían conocido éste medio cuando se les había apuntado una cámara hacia ellos, como objetos del discursos ajenos. De igual forma, sus imágenes y voz siempre habían sido mediadas por otros, sea con buenas o malas intenciones[6].

Pero esta relación comenzó a cambiar con la producción del video del Levantamiento Indígena de junio de 1990, producido por Julio García y el entonces Centro de Estudios y Difusión Social (CEDIS), que recogió diversas filmaciones realizados por diferentes videastas en distintos lugares de la sierra, los acontecimientos de este levantamiento histórico y los reunió en una sola cinta. Editado a bajo costo en pocos días e inmediatamente distribuido y proyectado en las comunidades, el video tuvo un gran impacto: por primera vez, la gente de las comunidades pudieron verse, en la pantalla, ellas mismas como protagonistas de su propia historia y, además, pudieron ver a los demás pueblos y comunidades que habían participado en el levantamiento, rompiendo de cierta manera el sentido de aislamiento localizado que había acompañado acciones anteriores. Este video aportó significativamente entre las decenas de comunidades que han visto el video, al sentido de unidad del movimiento indígena. Por lo tanto, se puede percibir una cierta homología entre el rol que el video jugó en el periodo pos-levantamiento en el cual el movimiento indígena emergió como fuerza en la lucha para su derechos y el papel de la Radio Federación Shuar en promover la consciencia de identidad y la unidad política de un pueblo.

Alentado por el impacto del video del levantamiento de 1990, la CONAIE decidió crear un área de video dentro de su Departamento de Comunicación en 1993, con la ayuda de un cooperante británico especializado en video, con el propósito de promover una producción en video propia de la Nacionalidades y Pueblos.

El primer video de la CONAIE fue producido como parte de la campaña a favor del Proyecto de Ley Agraria de los pueblos indígenas en 1994. En esta campaña el video, producido principalmente a base entrevistas con líderes de base, se utilizó para difundir el proyecto de ley entre las organizaciones y comunidades, concientizándolas acerca los derechos a la tierra y el territorio y la economía campesina, lo que coadyuvó a preparar el terreno para lograr el levantamiento del mismo año; levantamiento que hizo que el gobierno de ese entonces, derogue su proyecto de ley agraria privatizador a favor de los grandes agricultores y hacendados, y adopte la actual ley que responde más favorablemente a los intereses de los indígenas y campesinos.

Desde ese año hasta 2002 la CONIAE mantuvo una producción regular sobre varios temas como el de la mujer, medio ambiente, y otras luchas, además apoyando producciones propias de organizaciones filiales como Ecuarunari, que produjo un video ‘Movimiento Indígena Ecuatoriano, Luchas Locales y Resistencias Globales’. De tal modo que el video está siendo utilizado principalmente para los propósitos de socialización, concienciación y educación sobre diversos temas, así como una forma de memoria o ‘historia viva’ [Zhingri] de hechos y procesos protagonizados por las Nacionalidades y Pueblos.

El trabajo en video de la CONAIE ha dado lugar también a la realización de cuatro Festivales Continentales de Video de Abya Yala, el primero se dio en 1994[7] cuyo rasgo distintivo y objetivo fue el de llevar las proyecciones de los video concursantes a las comunidades. A la vez, los festivales han posibilitado a la CONAIE acumular una videoteca con más de 500 títulos de videos relacionados con la temática indígena, que son prestadas a las organizaciones, escuelas bilingües e hispanas, ONG, etc., y el público en general.

Sin embargo se debe resaltar las limitaciones de la distribución de los videos y el uso de la videoteca debido a cuestiones económicas lo cual ha limitado la difusión hacia las comunidades. No obstante hay que recalcar la eficacia del impacto del video-imagen y que lo que queda es explotar ese potencial aprovechando la tecnología VCD y DVD, cuya reproducción y distribución es relativamente económico así como los equipos de reproducción.

Otra dificultad en la producción y sostenimiento de una videoteca ha sido y es la falta de personal capacitado y los costos que implica sostener una producción regular de modo que se autogestione y se autofinancie.

La televisión: un medio por conquistar

Aunque en las organizaciones indígenas nacional y regionales se ha hablado de incursionar en la televisión, en la práctica este no se ha logrado. Lo que si se ha hecho es experimentar con programas indígenas en canales locales de corta duración, con una importante acogida entre las comunidades locales; esto ha mostrado el potencial de incidencia que tiene éste medio, y que debe ser conquistado por las organizaciones.

Actualmente existe una sola excepción, que es un noticiero nacional de 30 minutos transmitido entre las 05:30 y 06:00 de la mañana, hablado en kichwa, cuyos contenidos son nada más que una traducción de las noticias en castellano de la noche anterior, que no incluye a información proveniente directamente de las nacionalidades y pueblos y sus organizaciones [Zhingri], lo que hacer recordar el uso de las lenguas indígenas por religiosos cristianos durante la colonia para facilitar la evangelización y educación de los pueblos indígenas . Cabe recalcar que tener un espacio en un medio, en este caso la TV, traducir la noticia del castellano al kichwa no es ejercer el derecho a la comunicación cuando se está diciendo lo que los medios lo dice; un pueblo ejerce su derecho a la comunicación a través de determinado medio cuando dice, lo que ese pueblo piensa desde su realidad, siente, opina, interpreta, reflexiona alrededor de temas de interés para ese pueblo.

Han existido otras experiencias de programa indígenas en las provincias de Bolívar, Chimborazo, e Imbabura. En ésta última provincia en el 2001, Taripana, un programa bilingüe kichwa-castellano tipo ‘revista’ de una hora semanal sobre una variedad de temas, principalmente locales pero también nacionales, logró una alta sintonización entre las comunidades Otavalo y Kayambi. Finalmente, Taripana no pudo mantenerse al aire, principalmente por falta de financiamiento e inversión necesarios para sostener el proyecto hasta se estabilice económicamente.

La Radio Inti Pacha de Cayambe está empeñada en ampliar su servicio para incluir un canal local de televisión para contrarrestar los nocivos contenidos de los canales televisión, “...Para entrar con nuestras políticas, con nuestras propuestas, los derechos colectivos, con lo que están haciendo nuestras organizaciones. Informar a través de videos... Entonces, es necesario contar con un canal de televisión propio, pero no solamente para los indígenas, si no también entrar en la ciudad, porque la información tienen que ser tanto para la área rural como para la ciudad.” [Ulcuango].

Pero la apropiación de la televisión por parte de las nacionalidades y pueblos no es tarea fácil. “El Consejo Nacional de Radio y Televisión nos ha impuesto límites [geográfica], o diciendo que no existe una frecuencia, que no es posible - eso nos ha dificultado” No es coincidencia que, de todos los medios de comunicación disponibles, la televisión es uno de los medios más difíciles de acceder; sus costos son de hecho una limitante pero mas allá de eso, está la concentración del poder económico y político en el país que controlan principalmente la asignación de las frecuencias, dado a su poder de incidencia en la sociedad Este ha sido y es uno de los motivos por el cual en la Amazonía no se ha podido conseguir más radioemisoras propias aparte de las que hemos mencionado.

Formación de comunicadores y redes de comunicación indígenas y alternativas

Las organizaciones indígenas del país han promovido actividades de capacitación a comunicadores indígenas del país para que apoyen el quehacer organizativo en sus respectivas comunidades. Para lo cual se ha hecho alianzas o convenios con universidades y centros educativos que brinden este servicio. En este sentido la CONAIE y el ECUARUNARI desde los ‘90 han promovido la creación de la Red de Comunicadores Kichwas, con el propósito de formar comunicadores indígenas vinculadas a las organizaciones indígenas y mejorar la ‘comunicación interna’ dentro del movimiento indígena: “Aunque hemos tenido algunas problemas internas, continuamos con el proceso de consolidar la Red de Comunicadores Kichwas, porque queremos fortalecer en cada federación provincial [de la región andina] con dirigentes y responsables de comunicación, para poder coordinar y hacer que la información llegue a nuestras organizaciones de base,” [Zhingri, ALAI].

Paralelamente se han dado otras experiencias que siguen vigente hasta la actualidad y es el caso de la Coordinadora de Radios Populares Educativas de Ecuador, CORAPE, que desde la década del ‘90 inició su trabajo en coordinar una red con las radios comunitarias de las provincias andinas como amazónicas. Lo que se destaca de esta experiencia es la creación de la Red Kichwa con las radios de habla kichwa del Ecuador y articuladas a la Red Kiechua que enlace radios de habla Kichwa-Quechua[8] por toda la región andina (Ecuador, Perú y Bolivia), promovida por la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) que cuenta con un sistema satelital a través del cual funciona.

Un nuevo espacio que actualmente usa la CONAIE y la Ecuarunari para la difusión e intercambio de noticias entre las organizaciones indígenas del país y de la región andina es la Agencia de Noticias Plurinacional del Ecuador, ANPE, que según sus promotores es “ es el resultado de la acumulación del movimiento indígena en los campos de la radio, la prensa, el video y la fotografía, y que unifica las distintas experiencias comunicativas que se hacían aisladamente... Sirve para posicionar al movimiento indígena a nivel nacional e internacional... Sin embargo, la ANPE no solo da a conocer a la información referida a los pueblos indígenas, sino a otros sectores sociales y, como los campesinos.” Además, ANPE se considera como base para otro proyecto más ambicioso, que es de crear una Agencia Andina entre las organizaciones indígenas de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú [Zhingri].

Las mujeres en los medios de comunicación indígena

La presencia y la voz de las mujeres indígenas en la conducción de medios de comunicación han sido esporádicas. El papel de las mujeres a nivel comunitario organizativo es el de una interrogante a la hora de concretarse el ejercicio a la dualidad que es un principio que rige a los pueblos indígenas. Esta discusión es de doble carácter: por un lado es la relación frente a la sociedad externa, al Estado y a los mismos medios masivos, y por el otro es la relación al interior de la comunidad y la organización. Ahora bien, es de esperarse la poca presencia de las mujeres en los medios de comunicación, tomando en cuenta que no tienen la oportunidad de poder acceder a la educación para formarse o capacitarse en las mismas condiciones que los hombres. Sin embargo el reducido espacio que ha logrado conducir ha significado un paso mas para el resto de mujeres.

En el caso de la Amazonía esta disparidad es más acentuada. En esta región donde habitan diez nacionalidades solo dos de ellas tiene una radio propia, el resto se limita a un espacio que se acuerda con las radios comerciales u católicas en cada una de las provincias. Paradójicamente, en los espacios que las radios conceden a los programas indígenas son conducidas por mujeres. El poder hablar en idioma propia y que es además una mujer la que conduce el programa, es por demás decirlo un desafío. Primero porque es romper con el cerco que se le ha impuesto a la mujer al interior de la comunidad como en la sociedad no indígena y, además porque poder abrirse y dirigirse hacia su pueblo es hacer y tener una triple incidencia: mostrar la capacidad de desenvolvimiento de las mujeres, reivindicar el derecho a una igualdad de oportunidades y ejercer el derecho de la identidad. Esto hecho ha cuestionado el esquema homogéneo del uso del idioma castellano y la predominancia masculina en los medios masivos, opacando la diversidad cultural y obstaculizando el camino para llegar a una la pluralidad cultural.

Es de indicar que, en le caso de la Amazonía, las experiencias en donde mujeres indígenas han conducido programas de radios han sido en la Radio Puyo, Pastaza y en Radio Sucumbíos en Sucumbíos[9].

4. CONCLUSION: EL DERECHO A EJERCER LOS DERECHOS INDIGENAS A TRAVES DE LOS MEDIOS

No se puede negar la contribución de los medios de comunicación que han sido apropiadas por las organizaciones indígenas, principalmente la radio, en la revitalización de la identidad cultural y la autoestima de los pueblos y nacionalidades, como un primer paso para abrir el camino hacia la conquista de los otros derechos. Este proceso no ha sido sencillo. Como hemos visto, fueron estos medios que sirvieron, en un principio para legitimar su condición de ‘indios’ sin derechos y, al contrario, posicionarles como destinados a servir a la clase poderos y a Dios.

Pero este (hablar en idioma propio) que el pueblo indígena empezó a ejercer a través de la radio, desconociendo que todo ser humano y colectividad tenía derecho a la cultura, tal como se señala en los derechos civiles y políticos[10], fueron una muestra de cómo, por una auto conciencia de pueblo, de colectividad se fueron apersonando y ejerciendo ese derecho no conocido, desafiando a una sociedad y a un estado que omitía el derecho de los pueblos indígenas como seres humanos.

Una de las primeras acciones que eran promovidas en las localidades fue la organización, la movilización social, la protesta, la defensa de los territorios, la interculturalidad; esta última en la medida en que la programación se abría al resto del público, se involucraba al otro en aras de construir una sociedad libre de discriminación, respetando las diferencias. Se podría hablar de este modo, de una contribución a la interculturalidad que desde ese entonces se venia construyendo.

Otro derecho que fueron ejerciendo sin las garantías del estado fue el de la educación. Sin lugar a duda, tanto la experiencia de ERPE en los Andes como de la Radio Federación en la Amazonía, así como las radios IRFEYAL y Mensaje, desde su distantes bases ideológicas, coincidieron en educar a la población indígena cuyo objetivo se vislumbraba en un poder conocer las dos realidades y fortalecer la propia cosmovisión. De ahí que se multiplicó la educación en lengua propia.

Si bien las experiencias de estas históricas radios pusieron los cimientos para ir tejiendo, paulatinamente, esa base social que le permitiera mas adelante soportar las movilizaciones para exigir al estado el reconocimiento como pueblos, no se han dado mayores progresos en lo que concierne a tener acceso fácilmente a mas medios de comunicación que cubran las necesidades y demandas de todas las nacionalidades.

Esa muestra se dio durante el levantamiento indígena de 1994 en donde los medios de comunicación estigmatizaban a los pueblos indígenas movilizados y trataban de direccionar las noticias en medio del asombro de toda una población urbana que jamás pensó en un acto tan organizado como el levantamiento...

De allí que, el movimiento indígena fue poco a poco incidiendo en las estructuras políticas que convergieron en la asamblea constituyente, en donde, entre los derechos colectivos consta el derecho a la comunicación. La Constitución reconoce varios derechos acerca la comunicación e información, pero ‘no sirven’ en la práctica...” [Ulcuango].

Los pueblos indígenas ven cada vez más a los medios de comunicación como una herramienta útil capaz de reafirmar sus demandas y democratizar la palabra: “La comunicación se ha vuelto un poder, incluso un poder de decisión en el quehacer político del país... A través de los medios de comunicación tienen el control político directo... el control de la información. Esos son los aspectos que no permiten democratizar la comunicación... Yo diría que los medios de comunicación son incluso la última palabra. Ahí esta reflejando el control económico y político del país,” [Ulcuango].

Pero el trabajo no termina allí, con la apropiación de los medios y la multiplicación de las experiencias, es necesario proyectarse hacia la autodeterminación de los pueblos indígenas con el apoyo de los medios de comunicación.

Desafíos ‘internos’ de la comunicación indígena

Si bien el primer desafío para las nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador siempre ha sido el de lograr el ejercicio de su derecho a la comunicación, (lo que implica usar lo medios de comunicación para difundir, para incidir en la opinión pública) también el movimiento enfrenta desafíos ‘internos’ relativos a la comunicación, que nos reta a enfrentarlos y superar si es que la ‘comunicación indígena’ (entendido como el uso y manejo de los medios de comunicación modernos) sea incluyente y autogestionada.

Para llevar a cabo este derecho, es necesario tener la radio, la televisión y el Internet, que son sistemas que, por su calidad inherente de cada medio, estructuran y de cierto modo determinan la forma de comunicación de maneras que no necesariamente contribuyen a una comunicación verdaderamente horizontal y participativa. Es decir que su ‘apropiación’ y los sistemas en que se manejan pueden conducir o por lo menos ocultar a relaciones verticales. Por ejemplo, uno de las razones principales dadas para promover la Red de Comunicadores Kichwas es porque, “Nos facilitará un flujo informativo de ida y vuelta, porque ahora la mayor información es desde la dirigencia regional [andina] y nacional [CONAIE] hacia las bases y de ahí no tenemos retroalimentación,” [Zhingri].

Este artículo no es el espacio para profundizar los problemas internas del movimiento indígena ecuatoriano, pero deberán mencionarse algunas en que el tema de la comunicación tiene un rol importante que jugar, y por lo cual las políticas y prácticas comunicacionales deberán manejarse con conciencia para promover y fortalecer relaciones de equidad e inclusión, y no lo opuesto.

El sistema predominante de los medios tiende a facilitar la difusión de información de una vía, problema que se agravan en ciertas organizaciones por la baja conciencia que tienen acerca la importancia de la comunicación; estos problemas –con notables excepciones– tiene que ver con la ausencia de políticas de comunicación claras, la falta de recursos económicos adecuados, entre otros factores:

“Lo que se ha difundido son entrevistas a dirigentes, pronunciamientos de asambleas, del presidente de la organización entorno a temas de coyuntura... Pero es una presencia de todas formas impuesta desde un centro, que no tiene la réplica. No sabemos qué la gente piensa, de lo que está diciendo su dirigente... qué se está discutiendo a nivel de CONAIE... Debería haber una política clara de comunicación... para que desde las discusiones de base de estas organizaciones, se pueda discutir temas que vienen de las preocupaciones que vienen desde ahí, es decir desde el saber qué dificultades están enfrentado,” [Bedón].

Este déficit de comunicación horizontal de dos vías no deberá verse en términos funcionalistas como un problema operativa organizacional, sino que los medios de comunicación son indispensables para facilitar el diálogo, el encuentro y la concertación entre los diversos pueblos y otros sectores sociales, base fundamental para la construcción de una sociedad plurinacional, objetivo primordial del mismo movimiento indígena ecuatoriano. Con esto quiero resaltar la irremplazable práctica de la comunicación colectiva que los pueblos y nacionalidades mantenemos en plena vigencia.

Los pueblos indígenas no podemos enfrentar la avalancha de contenidos e imágenes en la actual globalización sin tener los mismos instrumentos por los cuales fluye la información. Los indígenas necesitamos estar informados porque, como es conocida, la información es poder. Esto nos lleva a exigir el derecho a la información como un derecho humano indispensable, tomando en cuenta que la sociedad actual exige cada vez mas estar al tanto de lo que ocurre en el mundo. Pero más allá de eso, la defensa de los derechos humanos, los derechos colectivos indígenas necesitan estar acompañados y fortalecidos por los medios de comunicación indígenas y no indígenas de manera que garanticen el libre ejercicio.

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Agradecimientos

A todas y todos los compañeros quienes prestaron su tiempo a ser entrevistados para contar sus valiosas experiencias y criterios, y a David Turner, quien colaboró en realizar algunas de las entrevistas y en la investigación bibliográfica.

(Artículo publicado en Pueblos indígenas y derechos humanos, Mikel Berraondo (coordinador), Instituto de Derechos Humanos, Universidad de Deusto, Bilbao, 2006.

- Mónica Chuji Gualinga, comunicadora indígena, es secretaria nacional de Comunicación del Gobierno presidido por Rafael Correa Delgado.

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[1] Además, los Shuar y Achuar, comparte una misma cultura con los pueblos Wampis y Awajún, cuyos territorios se ubican el la Amazonía noroccidental de Perú. Para detalles vea http://www.usfq.edu.ec/1PARQUE/aspsoc.html

[2] Desde 1993 denominado Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH) como consecuencia de la creación de la Federación Indígena de Nacionalidad Achuar del Ecuador (FINAE, ahora Nacionalidad Achuar del Ecuador, NAE).

[3] Los ‘centros’ a que se refiere constituyen agrupaciones de poblaciones shuar y Achuar en una áreas, que pueden entenderse como forma de ‘comunidad’.

[4] Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana y Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Costa Ecuatoriana.

[5] Vea www.ecuarunari.org/conaie/rikcharishun.html>

[6] Evidentemente, ha habido cine y videastas que se han solidarizado con la lucha de los pueblos indígenas en Ecuador, como, por ejemplo, Jorge Sanjinés (Fuera de aquí, Ecuador-Bolivia, 1977) y los hermanos Gustavo e Igor Guayasamín (Los Hieleros, 1980, etc.).

[7] El Primer Festival de Cine y Video de Abya organizado por la CONAIE tuvo gran impacto a nivel nacional. En la coordinación estaba Alberto Muenala y David Turner.

[8] Efectivamente Kichwa y Quechua son el mismo idioma andino, hablado desde el sur de Colombia hasta el norte de Argentina y Chile, pasando por Ecuador, Perú y Bolivia, donde predomina entre los idiomas indígenas.

[9] El trabajo que realicé en Radio Puyo me permitió experimentar un desafió fuerte en donde me permití romper el esquema que tenía la iglesia, al menos en mi programa, en cuanto a formalidades, para abrir el micrófono a las comunidades que querían escucharse y hacer escuchar su voz.

[10] En 1966 la ONU reconoció los Derechos Económicos Sociales y Culturales. Se fundamenta en la equidad, en igualdad de oportunidades de todos y todas y respetando las diferencias.

https://www.alainet.org/es/articulo/119937
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