Partido hegemónico: propaganda y soborno

03/01/2007
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  • Opinión
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A casi dieciocho años de transición, interminable y con retrocesos a la democracia, el partido oficialista, en uso discrecional y abusivo del poder absoluto desde hace sesenta años, mantiene empleados hasta la fecha, en pleno siglo XXI, con funciones o sin ellas, sin importar si trabaja para el país o no, más claramente, sin importar si trabaja o no, siempre y cuando cumpla con la alta condición de trabajar para el partido y, sobre todo con características de "excluyente", trabaje para la ocasional fracción oficialista o la más cercana, o la aliada coyuntural del presidente de turno, del parlamentario de turno, del intendente de turno, del gobernador de turno, el seccionalero de turno.

El partido de gobierno, como hace sesenta años, mantiene "a sueldo", al cien por cien de su aparato electoral, desde dirigentes hasta simples votantes, incluidos familiares, amigos de familiares, vecinos, compueblanos, en edad de votar y afiliarse, o en edad potencial de votar y afiliarse cuando se dé la ocasión.

El partido de gobierno, mantiene intacta su larga historia de comportamiento corporativista, en dictadura o democracia, no ha variado su claro perfil y accionar hegemonista, a tal punto que más del 80 por ciento de la administración pública nacional y municipal, central y descentralizada, en el 2007, sigue perteneciendo al mismo y único partido "empleador" de la administración pública.

No obstante, con cada nueva administración, el partido hegemónico, y la corriente interna hegemónica dentro del partido hegemónico, se ve en la "necesidad" de aumentar más allá del índice de crecimiento vegetativo la práctica clientelar, aumentando drásticamente la población a sueldo sin medir si el país se encuentra o no en crisis económica, como la actual de características endémicas, y donde el Estado va más allá de ser el principal empleador, siendo hoy por hoy, casi el "único empleador formal", perverso e improductivo, pero formal al fin y al cabo, en lo que a la ley laboral vigente se refiere.

Es por ello, que agotada la posibilidad de crecimiento dentro del Estado, ahora el "recopamiento" está dirigido hacia los entes binacionales, donde el "partido hegemónico" puede cumplir por lo menos dos objetivos cardinales: a) mantener saciados, sobreempleados, vigilados y encolumnados, a una parte del periodismo nacional, periodistas y empresas periodísticas enteras, comerciales o no comerciales, con trabajo o sin trabajo, empleados directamente en los entes, o indirectamente a través de "pautas" publicitarias a medida, a discresión y hasta encontrar "el precio" de la persona física o jurídica comunicacional sobornada, y b) cumplir con una meta de megacomunicación gubernamental permanente y de posicionamiento partidario que permita la reelección indefinida de los enconados líderes oficialistas y el continuismo "per secula seculorum", "caiga quien caiga" del aparato y el sistema del cual se sirven.

Por peleas comerciales y posicionamientos de mercado más que por convicciones, en forma parcial y sesgada, pero a la luz al fin, varias empresas periodísticas decidieron permitir la exposición de listas, montos y medios agavillados en el soborno, destacando solamente las que están a cargo de una sola binacional, sin abordar tan siquiera las otras "ventanillas estatales" también especializadas en sobornos mediáticos, a tal punto que el Sindicato de Periodistas del Paraguay, lanzó un fuerte comunicado con la clara intención de mantener en el tapete un debate hasta hoy postergado y en el vergonzoso bajo perfil: la relación del periodismo nacional, las empresas periodísticas y las estructuras de poder partidario y gubernamental en el Paraguay, relación de larga data, pero que a la fecha alcanza cifras de verdadero escándalo nacional e internacional.

Comparto la comunicación completa del Sindicato de Periodistas del Paraguay

Con el dinero de Itaipú, el gobierno intenta acallar abrumadora realidad

El Sindicato de Periodistas del Paraguay, SPP, expresa su indignación por los pagos publicitarios de la Itaipú Binacional a medios de comunicación. Nuestra organización considera que el organismo binacional es utilizado por el Gobierno como un poderoso aparato de prebenda y de asistencialismo, con el que, en el campo de la comunicación, se pretende omitir o encubrir terribles padecimientos de nuestro país.

Es un organismo que, además, se maneja en la más oscura administración, jugando con el dinero del pueblo, y sosteniendo un Estado criminal que paga 300 millones de dólares anuales de deuda externa y tiene congelados 1.500 millones de dólares en el BCP cuando que en el país no hay hospitales, médicos, escuelas y maestros. Un Estado que promueve una economía vegetativa, donde se intenta sostener como grandes personajes de la economía a los ganaderos, cuya producción este año ingresó apenas 500 millones de dólares al país. La cosecha de soja fue mal, la del maíz también, apenas salvó la caña de azúcar. Una producción primaria sin industrialización que recrudece la pobreza.
Un Estado que mantiene a 300 mil familias campesinas sin tierra y una enorme mayoría de trabajadores fuera del salario mínimo, sin seguro social, ni derecho a jubilarse alguna vez. Hasta el propio Estado se pega el lujo de no pagar salarios mínimos y jubilaciones a toda su gente. Un Estado que permite la violación permanente y sistemática de los derechos de los trabajadores.

Este es el país de la lógica invertida: La inmensa producción energética debería tener instalados sistemas de regadío en todo el campo, parques industriales de punta y masivos, cadenas de frío para la producción agrícola, sistemas de transporte eléctrico, electricidad en el 100 por ciento de los hogares, aulas, hospitales y viviendas con refrigeración plena en un país con un clima cada vez más caluroso, recrudecido por el modelo de deforestación.

Este cuadro es el se calla y esconde, en un intento de convertir los medios de comunicación en espacios de polémicas estériles, funcionales al modelo económico sedentario, especulativo, depredador, prebendario y clientelar. Por demás, el tema abre una cantidad de interrogantes en el caso de los trabajadores de la prensa sobre el manejo de las fuentes de financiamiento de programas radiales o televisivos. El SPP convoca a desarrollar, con esta posición inicial, un fructífero debate alrededor de este tema.
https://www.alainet.org/es/articulo/119406
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