En la encrucijada (II)
30/12/2002
- Opinión
El año 2002 fue catastrófico para los venezolanos. Fue un año donde
el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías logró sobrevivir, pero su
capacidad de gobernar se fue haciendo cada vez más reducida. El 2 de
diciembre se inició el tercer paro cívico que afronta en el año, además
del golpe de Estado el 11 de abril, que llevó a la instauración de un
gobierno de facto, hecho que no ocurría en el país desde hacía medio
siglo. La dictadura instaurada entonces disolvió en las pocas horas que
vivió todos los poderes públicos y procedió a la persecución política de
los funcionarios del gobierno caído y a la represión del pueblo que se
resistía. (1) Especialmente emblemático del futuro que deparaba a la
sociedad bajo tal régimen fue el asedio a la embajada de Cuba el día 12.
Ubicada en el este de Caracas, turbas de clase media apostadas desde la
mañana cortaron los servicios de agua y luz, destruyeron los vehículos de
la embajada, obstaculizaron la entrada y salida de la casa y amenazaron
con violar la sede, todo esto sin que ésta recibiera protección alguna
por parte de las autoridades nacionales, metropolitanas o municipales
(ver video de VTV, 2002).(2) El golpe de Estado del 11 de abril tuvo su
punto de partida en un paro cívico nacional convocado, al igual que este
de diciembre, por Fedecámaras, la Confederación de Trabajadores de
Venezuela (CTV) y la llamada Coordinadora Democrática que agrupa partidos
políticos y organizaciones sociales de la oposición. Así las cosas, los
venezolanos, especialmente los caraqueños, se encuentran estresados y
enfermos. Hemos estado sometidos a presiones políticas y psicológicas
inusitadas. Diversos gremios médicos, psiquiatras y psicólogos han
alertado reiteradamente a lo largo del año, sobre el creciente deterioro
de la salud mental y física de la población.
El paro cívico nacional que al momento de finalizar este artículo
sigue en desarrollo, al igual que el de abril que precedió al golpe, se
desarrolló en los primeros días con poco éxito. El lunes 2 y martes 3 el
comercio abrió en el oeste de la capital casi por completo, mientras en
el este de la ciudad estaba casi todo cerrado(3) . En el interior del
país el cierre también fue muy parcial. El transporte funcionaba
normalmente, también los bancos, los mercados mayoristas de alimentos,
las farmacias y la economía informal, que emplea a más de la mitad de la
población económicamente activa. Las cosas comenzaron a cambiar el
miércoles 4 cuando comenzó a hacerse visible actividades de paralización
en la industria petrolera, al incorporarse al paro una porción de su
gerencia ejecutiva y mayor. Petróleos de Venezuela, SA, conocida como
Pdvsa, es la más grande empresa de América Latina y una de las mayores
petroleras del mundo. Por otra parte, el día 6 en la noche en la plaza
Altamira de Caracas, se produjo un acto terrorista contra los civiles
allí reunidos. Ubicada en el este de la ciudad, esta plaza ha sido el
lugar donde ha estado apostado desde finales de octubre un centenar de
militares de distintas fuerzas, declarados en "desobediencia civil" al
gobierno(4) . La plaza ha sido declarada "zona liberada" y grupos de
simpatizantes de estos militares se reúnen allí constantemente. El
atentado dejó un saldo de 3 personas muertas y unas 20 heridas. Las
declaraciones esa noche de algunos líderes de la oposición y militares,
al igual que el 11 de abril, llamaban al levantamiento militar y
culpabilizaban al gobierno. Afortunadamente, algunos otros opositores
reaccionaron con mejor tino, llamando a la cordura y colaborando
inmediatamente con las fuerzas policiales en los trabajos de
investigación para dar con los culpables. Así mismo, el gobierno se movió
con cautela y la Fuerza Armada, que en abril a raíz de los hechos de
violencia en el centro de Caracas parte de su alta oficialidad se movió
hacia el golpe de Estado contra el gobierno, esta vez y hasta la fecha se
ha mantenido apegada a su rol institucional (ver OSAL, no. 7, 2002).
El conflicto entra a una segunda fase
A partir del atentado en Altamira se entró en una nueva fase del
conflicto entre gobierno y oposición. La noche del lunes 9, el presidente
de la CTV anunció que el paro, que hasta ese momento se prorrogaba día a
día, se convertía en indefinido, la palabra utilizada fue "irreversible"
y la oposición movía su objetivo de pedir "elecciones ya" a exigir que
"Chávez se vaya". Por otra parte, la evidencia del paro petrolero, es
decir, la industria caminando hacia su paralización, se volvió el centro
de la conflictividad y las demás paralizaciones fueron perdiendo
importancia. Esa noche del 9, mientras la oposición llamaba al paro
indefinido, el presidente de Pdvsa, doctor Alí Rodríguez Araque, ex
secretario de la OPEP, desde el canal del Estado, denunció como un plan
criminal por parte de la gerencia mayor de la empresa el propósito de
parar la industria más importante del país; advirtió del colapso
económico y social que por este motivo se avecinaba y pidió al pueblo
acercarse a las distintas edificaciones y sedes de la compañía para
hacerle ver a estos sectores el apoyo con que cuenta el gobierno. A
partir de ese día, el conflicto político adquirió ribetes dramáticos.
Antes de este paro cívico, desde el 11 de noviembre había venido
funcionando la llamada Mesa de Diálogo, Negociación y Acuerdos entre
gobierno y oposición. Hacia el jueves 28 y viernes 29 de noviembre esta
Mesa parecía a punto de alcanzar un acuerdo en torno a una salida
electoral. Pero el sábado 30 la oposición decidió no concurrir a la Mesa
y optó por proseguir con la convocatoria al paro cívico con el que venían
amenazando en los días previos. A partir del lunes 2, fue el gobierno el
que se negó a volver a la Mesa argumentando que no podía llegar a un
acuerdo con "una pistola en la sien". Una semana después, la misma noche
del lunes 9, cuando gobierno y oposición profundizaban sus amenazas
mutuas, simultáneamente, en una lógica perversa y esquizofrénica, volvían
a activar la Mesa encabezada por el facilitador, doctor César Gaviria
secretario de la OEA, para discutir una salida política.
Pero, la posibilidad de una salida no violenta parece cada vez más
difícil. Esta extrema polarización política ha estado alimentada y
magnificada por unos medios de comunicación que a lo largo del año se han
parcializado y radicalizado hasta el punto de borrar para buena parte de
sus consumidores – y los venezolanos somos muy adictos a la TV - los
límites entre la realidad y el reality-show. Los medios de comunicación
privados, cinco en total, están cohesionada y abiertamente en contra del
régimen de Chávez, a quién acusan de asesino, dictador y castro-
comunista. Durante el desarrollo del paro le dedican hasta 18 horas de
cobertura al conflicto, resaltando las acciones de la oposición de las
cuales son los principales convocantes y promotores, ampliando y
reiterando los comportamientos agresivos, pasando películas sobre
dictadores y distorsionando a su favor las proporciones con que
participan los venezolanos en las diversas movilizaciones a favor o en
contra del gobierno. El canal del Estado, por su parte, ante esta
avalancha, se ha plegado al gobierno y también le dedica su tiempo y
espacio a cubrir la información oficial y de los apoyos sociales y
políticos con que cuenta el gobierno. Los periodistas, salvo honrosos
excepciones, cogidos entre este irracional e irresponsable
enfrentamiento, amenazados en su integridad física por los sectores
civiles radicalizados de lado y lado que los han convertido en blanco de
sus rabias, muestran las mismas posturas intolerantes de los dueños de
medios.
En el escenario de fondo de esta polarización alarmante, se
encuentran 20 años de recesión económica, empobrecimiento social, aumento
de la desigualdad en la distribución de la riqueza, resentimiento de
clase, una élite política fracasada que se niega a verse privada de sus
privilegios y grupos económicos nacionales e internacionales que buscan
oportunidades doradas en un país que es una de las naciones petroleras
más importantes del mundo. Pero lo que ha actuado agravando todos estos
factores ha sido el vacío de mediaciones y representación políticas entre
sociedad y Estado, producto del colapso del bipartidismo venezolano que
se produjo en la década del 90. Ello ha propiciado la emergencia de un
conjunto de actores que buscan llenarlo y que desafortunadamente, los más
fuertes de éstos carecen de formación, conciencia y experiencia política
para hacerlo responsablemente colocando a la sociedad al borde de un
abismo.
Los medios de comunicación, quizás en este momento los actores
políticos más poderosos, no conocen la racionalidad política ni tienen
cultura de negociación y tolerancia. La defensa de sus intereses privados
se convierten en lo central de sus actividad política, intereses que se
han visto respaldados por sectores sociales diversos, pero principalmente
de ingresos altos y medios. La gerencia mayor de Pdvsa, la llamada
"tecnocracia petrolera", que ha decidido paralizar la industria, es otro
actor político carente de conciencia, formación y responsabilidad
política. Ellos, tras el argumento de la "meritocracia" en la carrera
dentro de la industria, escudan su enfrentamiento y oposición a la
política petrolera del gobierno del presidente Chávez y, al igual que los
dueños de medios, anteponen sus intereses corporativos a los intereses
nacionales.
La reforma petrolera
La reforma petrolera adelantada por el Estado venezolano en estos
años es el motivo real de los disgustos de la tecnocracia petrolera. Esta
tecnocracia en los dos gobiernos previos venía ejerciendo una política de
apertura petrolera, que buscaba en lo fundamental hacer énfasis en una
política de aumento del volumen de producción de petróleo sobre el precio
de éste en el mercado internacional, y defendía la postura de una
política petrolera que se formulaba y ejercía desde la empresa. De hecho,
en esos años Pdvsa se convirtió en un Estado dentro del Estado,
formulando las políticas y administrando los cuantiosos recursos de la
empresa. Como resultado de ello, el ingreso fiscal petrolero ha
disminuido, y la ineficiencia de la compañía ha ido en aumento (ver Díaz
Rangel en Últimas Noticias, 15-12-2002). Esto ha buscado ser revertido
por la reforma petrolera actual que, continuando la tradición de política
petrolera del Estado venezolano a lo largo del siglo XX previa a la
apertura, se centra en recuperar el papel del Estado a través del
Ministerio de Energía y Minas como el lugar de formulación y elaboración
de la política petrolera, y enfatizar, en consonancia con la OPEP, la
defensa de los precios sobre los volúmenes, para salvaguardar el ingreso
fiscal petrolero. Venezuela durante los años de gestión del presidente
Chávez se ha comprometido y defendido las políticas de los países
productores de petróleo que se organizan en la OPEP contribuyendo al
fortalecimiento de esta organización. Por otra parte, hace unos 2 meses
el Estado firmó con los trabajadores de la industria un contrato
colectivo sin conflictos, donde las partes quedaron satisfechas. Es así
como el paro petrolero descubre su rostro patronal, estrictamente
político e insurreccional(5) .
Por otra parte, los presidentes de la CTV y de Fedecámaras, a
nombre de sus organizaciones también en funciones políticas protagónicas,
pertenecen a las élites que sienten sus posiciones debilitadas por las
victorias electorales de Chávez y la alianza de fuerzas políticas que lo
respaldan. La CTV reúne principalmente a sindicatos de la administración
pública que en realidad han estado divididos en relación a este paro.
Algunos sindicatos se sumaron, otras se mantuvieron al margen. Es de
resaltar que los sindicatos de las industrias básicas no petroleras, las
que tienen el mayor volumen de obreros y trabajadores, se pronunciaron
desde un comienzo en contra del paro convocado por el presidente de la
CTV. Tales son los casos de los sindicatos de la Siderúrgica del Orinoco,
de la empresa de Aluminio, de Ferrominera y de la Hidroeléctrica. La
misma postura asumió el sindicato de los trabajadores del Metro de
Caracas. También es de recordar que 52% de la población económicamente
activa está en el sector informal, y son ellos los que vienen
abasteciendo de manera importante a la capital frente al cierre parcial
de la asociación de supermercados y abastos y de centros comerciales.
Finalmente, con relación a la mayoría de los partidos y organizaciones
sociales que se agrupan en la llamada Coordinadora Democrática, que son
más mixtas en sus estrategias políticas, hasta la fecha no han jugado
papel central en esta confrontación de fuerzas. Suelen ser utilizados
para darle una imagen de tolerancia y no violencia a la oposición cuando
sus sectores más radicalizados arriba mencionados lo consideran
políticamente oportuno.
Tercera fase del conflicto
El 19 de diciembre, con 17 días de paro, el Tribunal Supremo de
Justicia admitió un amparo constitucional contra los hechos, actos y
omisiones provenientes de los integrantes de la asociación llamada "Gente
del Petróleo", asociación constituida por los gerentes responsables de la
paralización de la empresa petrolera. Igualmente acordó medida cautelar
innominada consistente en ordenar a todas las autoridades y particulares
vinculados con la actividad económica e industrial de Pdvsa acatar todos
aquellos decretos y resoluciones emanados de los órganos competentes para
lograr la inmediata puesta en funcionamiento de la industria petrolera y
sus derivados. Pocas horas después, los gerentes de Gente del Petróleo,
respaldados por Fedecámaras, la CTV y la Coordinadora Democrática
anunciaron que no acatarían la sentencia judicial, con lo cual el
conflicto venezolano entraba a una tercera fase: la oposición en pleno se
ponía al margen de la ley y la gerencia de Pdvsa mostraba su rostro más
nítidamente. El conflicto de los gerentes de Pdvsa ya no es en estricto
sentido contra el gobierno de Chávez sino contra el Estado venezolano, y
en última instancia, por lo que éste representa, contra la nación. Este
objetivo en los días siguientes se hizo más claro cuando algunos
dirigentes de la oposición hablaban también de disolver a la Guardia
Nacional, y aún a otros componentes de la Fuerza Armada, dado que no
lograron que los apoyaran en este enfrentamiento con el gobierno de
Chávez.
Al momento de terminar este análisis, los bandos parecen haber
llegado a un clímax y Venezuela a una encrucijada decisiva. Las
movilizaciones en Caracas de ambos bandos continúan y la ciudad está con
un racionamiento de gasolina que altera la vida cotidiana y seguridad de
todos, y ahonda la situación de estrés y guerra psicológica. Las pérdidas
económicas motivadas por la paralización de la industria petrolera y el
cierre voluntario o forzoso de numerosas actividades económicas, arrojan
pérdidas multimillonarias que presagian un futuro inmediato muy difícil
para los venezolanos, independiente de cómo quede resuelta esta
confrontación. Los dirigentes de oposición llamaron a sus simpatizantes a
suspender la celebración de las navidades hasta salir del Presidente. A
la medianoche del 24 de diciembre como señal de protesta y para
arruinarle las navidades a quienes no comparten sus posiciones políticas,
la dirigencia de la oposición llamó a batir con más ahínco que nunca las
cacerolas que vienen sonando cada noche a las 8.00 pm desde que comenzara
este paro. Las últimas decisiones de la oposición apuntan hacia una
estrategia de destrucción del Estado venezolano que venía
reconstruyéndose bajo las directrices de la Constitución de 1999 y las
diversas leyes creadas o actualizadas desde entonces.
Por su parte, el gobierno ha llamado a la movilización permanente
de sus simpatizantes a fin de sortear las dificultades confrontadas por
el paro, en especial por el paro petrolero. Asociaciones de cooperativas,
organizaciones de ingenieros petroleros y otros profesionales, pequeños y
medianos productores, campesinos, buhoneros, vecinos, jubilados de
distintas profesiones, etc. están en las calles y se organizan en
diversos niveles para prestar su apoyo al gobierno. A raíz de la decisión
judicial de aprobar el amparo constitucional, miles de personas en
Caracas y otras urbes se han movilizado para apoyar con sus firmas y
acciones dicho amparo y los siguientes pasos judiciales que él conlleva.
En Pdvsa, más de un centenar de gerentes de la nómina mayor han sido
destituidos por el presidente de la industria, nombrándose nuevos jefes
regionales y otros sustitutos de cargos claves. Por otra parte, sectores
del pueblo movilizados conjuntamente con la Guardia Nacional protegen las
instalaciones y las gandolas de transporte que llevan el preciado
combustible desde los llenaderos o almacenes en distintos puntos del país
hasta las estaciones de servicio. Los buques-tanqueros que surten esos
llenaderos o que exportan el hidrocarburo hacia el exterior han poco a
poco sido recuperados por la compañía de las manos de capitanes de la
Marina Mercante sumados a la paralización llamada por la gerencia mayor.
El Ministerio de Energía y Minas en los últimos días ha puesto avisos en
medios de comunicación llamando a diversos profesionales para llenar las
vacantes en un esfuerzo titánico por reganar la industria que fue llevada
a una virtual paralización de actividades.
El conflicto en perspectiva internacional
El conflicto petrolero venezolano, independiente de su desenlace
final tendrá hondas repercusiones no sólo en la sociedad venezolana sino
en las relaciones de poder que actualmente se construyen en los procesos
de globalización que tienen lugar en el planeta. En Venezuela se está
jugando la posibilidad de que una corporación transnacional poderosa como
lo es Pdvsa –pero puede ser cualquier otra - pueda tener poder de veto
sobre el gobierno de un Estado nación que fue electo por procedimientos
democráticos. Es de resaltar que las nóminas, ejecutiva y mayor de Pdvsa,
suman unas siete mil personas y que es una parte de ellas la incorporada
a las acciones de paralizar la industria. Tras la pugnacidad de la
gerencia petrolera, de los medios de comunicación privados y de los
grandes grupos económicos venezolanos, se están moviendo también en
respaldo a las fuerzas de oposición intereses transnacionales petroleros
y de otras índoles que mucho se beneficiarían de la destrucción del
Estado venezolano. Citando un documento redactado por la gente de el
"Diálogo por la inclusión social y la profundización de la democracia",
que agrupa a intelectuales y académicos que ha venido moviéndose en
búsqueda de un debate de altura y la construcción de puentes entre los
sectores enfrentados:
La situación venezolana actual no es un problema circunscrito
territorialmente ni causado exclusivamente por razones internas.
Por el contrario, afecta y es también determinada por fuerzas e
intereses que se desenvuelven en el ámbito internacional. La forma
en que sea superada la actual crisis en Venezuela tendrá sin duda
hondas repercusiones en la región y es por ello que hacemos un
llamado a los distintos gobiernos, organizaciones sociales y
organismos internacionales de vocación democrática para que apoyen
abiertamente el esfuerzo que se realiza en la Mesa de Diálogo,
Negociación y Acuerdos.
Sea cual fuere la resolución que termine teniendo esta situación de
aguda confrontación, emerge con nítida claridad sobre quienes está
recayendo la mayor carga de los costos materiales de este conflicto. Las
repercusiones económicas para los meses venideros, con la merma en los
ingresos fiscales y el quiebre de numerosos medianos y pequeños negocios
e industrias, significará la acentuación de los indicadores de regresión
socioeconómica que Venezuela ostenta desde los años 80 y el aumento de
los niveles de pobreza y deterioro de la calidad de vida de la mayoría de
los venezolanos.
Notas:
(1) Para una enumeración de la violación de los derechos humanos de los
venezolanos durante las 48 horas del gobierno de facto de Carmona véase,
Provea (informe anual 2001-2002). Allí se contabilizan entre otras
violaciones: 73 muertes, por lo menos 40 por motivos políticos; 5
torturados por motivos políticos; 100 personas resultaron heridas por
armas de fuego; persecución política a funcionarios caídos y cerco
informativo por parte de los medios de comunicación vulnerándose los
derechos de expresión e información.
(2) No sólo no protegieron la embajada sino que el alcalde del
municipio de Chacao se apersonó en el lugar, pidió entrar en la sede y
una vez dentro quiso revisarla en fragrante violación de los derechos
internacionales que asisten a las sedes diplomáticas.
(3) La información de este artículo ha sido tomada de diversos
periódicos y sitios Web. En especial, el diario de cobertura nacional
Ultimas Noticias ha sido tomado como referencia para compararlo con otras
informaciones. ha sido tomado como referencia.
(4) Buena parte de los militares que iniciaron esta acción participaron
activamente en el golpe de Estado del mes de abril. Inicialmente algunos
eran oficiales activos. A la fecha todos han sido pasados a situación de
retiro.
(5) La Ley Orgánica del Trabajo, sancionada en 1997 considera que los
gerentes son "representantes del patrono aunque no tengan mandato
expreso..." (artículo 51) y una huelga es "la suspensión colectiva de las
labores por los trabajadores interesados en un conflicto de trabajo"
(artículo 494). De manera que no estamos ante una huelga sino un paro
patronal de naturaleza política.
https://www.alainet.org/es/articulo/106807?language=en
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