Perdomo, los pacifistas y la guerra de los marginados

23/04/2014
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Paralelo al nuevo empuje que Mijango y Colindres tratan de dar a la tregua, el ministro de Seguridad presenta una nueva comisión que pretende marginarlos. Monseñor Rosa Chávez aclara que existe un "desencuentro del Gobierno con los mediadores"
 
El ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo acuerpa la creación de un grupo de religiosos y oenegés expertas en prevención de la violencia que impulsarán el “proceso de pacificación nacional” – a poco más de un mes que termine el periodo presidencial de Mauricio Funes – con el que puede quitar el monopolio del diálogo con las pandillas a los mediadores Raúl Mijango y Fabio Colindres, quienes en marzo de 2012 anunciaron en una conferencia de prensa que la Mara Salvatrucha y el Barrio 18 habían decidido dejarse de matar entre sí después que supuestamente concluyeron que eran inútiles las luchas por el control territorial que desde hace más 15 años protagonizan y que ha provocado unos 50, 000 muertos.
 
La comisión, como la bautizó Perdomo, pretende corregirle la plana al trabajo que los mediadores hacían desde hace dos años con la aprobación del entonces ministro de seguridad, David Munguía Payés  quien debido a una sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) no pudo continuar en el cargo por ser militar de carrera. Las palabras que más repiten, tanto él como los pacificadores más destacados como el sacerdote José Antonio Rodríguez y Monseñor Gregorio Rosa Chávez, son: transparencia e inclusión a todos los sectores.  Aunque Rosa Chávez fue más claro al explicar lo que realmente pasa entre el exguerrillero Mijango y el obispo castrense Colindres y la administración que está por terminar: “Hay un desencuentro entre el Gobierno y los mediadores”. El funcionario no quiso detallar cuál es esa desavenencia
 
Los pacificadores son quince oenegés - de las que tampoco se conocieron sus nombres, salvo la Fundación para el Desarrollo (FUNDE) cuyo director es Roberto Rubio – y, además de Rodríguez y Rosa Chávez, el pastor Mauricio Navas; los obispos Medardo Gómez, de la Iglesia Luterana; y Martín Barahona, de la iglesia Anglicana. El Ministerio de Seguridad les facilitará, por ejemplo, un local para las reuniones, información de las estructuras delincuenciales, de los programas de prevención o de las acciones de los gabinetes departamentales. El punto de partida, según Perdomo, es la experiencia propia de los participantes, de la que ha excluido el colofón de los mediadores que iniciaron en marzo de 2012 cuyo trabajo disminuyó los índices de homicidios a los registrados en los años 2000 a 2003. Rosa Chávez lo ha explicado: “lo nuestro es con la mesa limpia, nuestra visión es que todos somos necesarios, hay experiencias maravillosas de las que sacar lecciones pero también cosas que no se deben hacer porque no fueron buenas prácticas”. Él es uno de los cuatro representantes designados por la Conferencia Episcopal, de la que también forma parte Colindres.
 
Perdomo ha insistido que la presidencia de Funes no se inmiscuirá en las decisiones de la comisión, sino que será un trabajo libre que pretende dialogar, más que con las pandillas, con las víctimas de la violencia: los huérfanos, las viudas. Desmontará, además, conflictos de todas las dimensiones y, como fin último, diseñará un pacto social. La próxima semana se reunirán nuevamente para fijar tres puntos: los objetivos específicos, la metodología de trabajo y la estructura organizativa. Los resultados no se verán a corto plazo, según el ministro, porque serán para generar políticas sostenibles en el tiempo. “Es prematuro definir los tiempos”. Cuando se le cuestionó  sobre la reciente alza de homicidios, ha afirmado que a la comisión no se le puede pedir que se plantee “cómo resolver el homicidio de hoy”, sino que “nosotros seguimos haciendo lo nuestro”, refiriéndose a la Policía Nacional.
 
Unas dos horas de que se presentara a los pacificadores, Mijango culpaba, en una entrevista radial al funcionario por el alza de los homicidios como consecuencia de las medidas restrictivas que implementó desde que fue nombrado por Funes en la cartera estatal. Las prohibiciones iniciaron con los periodistas al negarles la entrada a las cárceles, posteriormente hizo lo mismo con los mediadores que con asiduidad se reunían con los líderes de las pandillas. Desde entonces fueron constantes las rachas de asesinatos hasta desembocar en los enfrentamientos entre policías y pandilleros. De acuerdo al exguerrillero, actualmente también es necesario hacer una tregua para que estos cesen. “Creyó que solo con operativos se iba a resolver la cosa”. Perdomo, por el contrario, ha dicho la facción de los Revolucionarios del Barrio 18 ataca como un método de presión para Funes y el gobierno entrante con el propósito de crear un clima de violencia que obligue a cambiar los planes de seguridad plasmados en el programa El Salvador Adelante presentado por el FMLN en la pasada campaña presidencial.
 
Ayer, Mijango y Colindres daban a conocer un nuevo intento de recuperar el camino de la tregua al lanzar la “iniciativa pastoral por la paz y la vida”, ocasión que ocuparon para proponer al gobierno electo en marzo pasado de Salvador Sánchez Cerén y Óscar Ortiz que retome el diálogo con las pandillas a través de una triangulación: diálogo entre la sociedad civil y las iglesias con las pandillas; diálogo entre las pandillas y otro con el gobierno y la sociedad civil para “construir las alternativas sociales”. La propuesta, además, incluye la creación de un viceministerio de la prevención de la violencia. 
 
Jueves, 24 Abril 2014
 
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