Semblanzas de Sánchez Cerén y Oscar Ortiz

11/11/2012
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

 

 
Salvador o “Leonel”, frente al último peldaño / El desafío de la juventud
 
 
SAN SALVADOR – En marzo del 2009 las banderas rojas y las señales de victoria ahogaron las principales calles de El Salvador: el candidato del FMLN, Mauricio Funes, ganó la Presidencia junto a su compañero de fórmula, Salvador Sánchez Cerén. En el primer acto de celebración el entonces neófito mandatario discurseó sobre el triunfo y a su lado, el líder histórico de la ex guerrilla permaneció quieto, escuchando y aplaudiendo según el ritmo retórico.
 
Desde entonces tres años pasaron y la situación cambió de una esquina al centro del mapa: ahora Sánchez Cerén está con un pie en la Vicepresidencia y la mitad del otro en la Presidencia.
 
El ex ministro de Educación es el favorito de la dirigencia roja para dar la lucha por la candidatura presidencial.
 
Docente por influencia familiar y sindicalista por necesidad, “Leonel González” –nombre de guerra- es el “ungido” de la dirigencia Frentista.
 
Su seudónimo, extracto del poeta nicaragüense José Leonel Rugama, se quedó con el vicepresidente después de varios nombres de combate que no encajaron completamente con el hombre fuerte de las FPL.
 
¿Quién es Leonel González?
 
Nació en Quezaltepeque, La Libertad, en el mismo departamento en que naciera Agustín Farabundo Martí , y un mes y nueve días después que la Huelga de Brazos Caídos destronó al teósofo dictador de la República, el general Maximiliano Hernández Martínez.
 
Su niñez y adolescencia transcurrió en el municipio mencionado bajo la tutela de sus padres, Alfonso Antonio Sánchez y Dolores Hernández de Sánchez. Ambos desempeñaron labores manuales: su progenitora en la venta de alimentos y su progenitor en la carpintería.
 
Cabe destacar un punto inusual: el vástago debió llevar los apellidos Sánchez Hernández pero por “una confusión en el registro” fue asentado Cerén, el segundo apellido de la abuela materna.
 
La carpintería fue la primera fuente de trabajo del pequeño Salvador, quien ayudó a su padre en el taller, asimismo acudía al puesto en el mercado de su madre en quien siempre vio a una mujer solidaria y dispuesta a colaborar con los demás.
 
La familia de doce hermanos –dos fallecieron- vivía con las condiciones mínimas materiales para llevar una sin lujos pero adecuada, también la mística familiar creó un domo de responsabilidad que recayó sobre los hermanos mayores que se encargaban de colaborar y unir esfuerzos para el sustento de los menores.
 
En ese ambiente del municipio, Salvador creció con los juegos de niños en una mano, la responsabilidad, ejemplo y formación de sus padres y hermanos mayores por el otro y la situación política del país caminando a la par suya como un huérfano.
 
Durante la etapa de la secundaria, Salvador destacó en los deportes, fue uno de los mejores en la práctica del baloncesto y el fútbol y en esta época que entra a estudiar en la Escuela Normal Alberto Masferrer, titulándose en el profesorado a los diecinueve años de edad.
 
En su etapa docente conoció a profundidad la situación política, social y económica del país; también analizó, desde las gradas de la militancia, la influencia de Estados Unidos sobre Latinoamérica y Viet Nam.
 
Fue en estos años que conoció a Antonio Font, colaborador de un maestro ligado al Partido Comunista Salvadoreño (PCS), y quien posteriormente se vinculó al Frente Unido de Acción Revolucionaria (FUAR), que realizaba acciones propagandísticas en contra de la dictadura militar.
 
En el ambiente de creciente rechazo a la intervención norteamericana, Salvador colaboró en el FUAR, al mismo tiempo incrementó sus conocimientos de la historia nacional y profundizó su vocación por la docencia. Es necesario recordar que la influencia de sus hermanas fue vital para que Sánchez Cerén optara por el magisterio.
 
En medio de la guerra con Honduras y el nacimiento del Partido de Conciliación Nacional (PCN), el docente inició su carrera en Huizúcar, La Libertad en una escuela rural con condiciones precarias para el ejercicio del profesorado y, consecuentemente, para el aprendizaje. Dos meses después fue trasladado al Cantón El Jocote, en Quezaltepeque, lugar donde el activismo en ANDES 21 de julio creció.
 
Después de más de dos años fue enviado a la zona urbana de Quezaltepeque, y en su municipio natal conoció a su esposa: Margarita Villalta.
 
De ANDES a las FPL
 
Ejerciendo la docencia en Quezaltepeque, Sánchez Cerén tomó un papel más protagónico en la dirigencia del gremio magisterial, que estaba bajo la tutela de Mélida Anaya Montes, quien fuera la destacad dirigente de las FPL, “Ana María”. Llegó a ocupar cargos de dirección a nivel departamental en ANDES.
 
Asimismo, participó en grandes manifestaciones, tomas de edificios y huelgas generales que pretendieron en aquel momento mejorar las condiciones laborales y salariales del sector docente en el país.
 
Los cargos que desempeñó lo llevaron a tener una relación cercana con sceren-arropado“Ana María”, con quien estuvo preso en una ocasión, incluso fue ella quien le facilitó el contacto con las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) para su ingreso.
 
Es así como cierto día Salvador se dirige a las afueras de la Iglesia Concepción, y se le acercó “Rebeca”, la ahora diputada Lorena Peña y le hizo la pregunta contraseña. El ingreso a las FPL se consumó.
 
Con Saúl Sánchez, Blanca Machuca y una persona más forman un grupo de apoyo a la organización clandestina, la que aún no era una célula como tal. La primera misión fue “cuidar” una casa de seguridad y repartir el órgano oficioso de las FPL: El Rebelde.
 
“Los cuatro maestros salíamos en la noche, controlando los turnos de la Guardia Nacional que patrullaba Quezaltepeque; nosotros sabíamos a que hora iba a pasar por cada lugar, por ello el reparto de la propaganda lo planificábamos procurando no chocar con la Guardia, a media noche o en la madrugada”, recordó Sánchez Cerén en su autobiografía Con Sueños se Escribe la Vida.
 
Luego de estas misiones, Leonel ocupó cargos de mayor responsabilidad y pasó a ser integrante del núcleo partidario de la Comisión de Masas del Consejo Revolucionario de las FPL y colaboró en la construcción del Bloque Popular Revolucionario (BPR).
 
A partir de 1978, el combatiente ya no pudo permanecer en la semiclandestinidad, al haber estado en prisión en dos ocasiones; la estancia más larga duró seis meses.
 
El escalón lo llevó al Consejo Revolucionario del grupo armado, desde el cual participó como representante junto a Ana María, Salvador Cayetano Carpio “Marcial” y Salvador Guerra en las reuniones con el Partido Comunista Salvadoreño (PCS) y la Resistencia Nacional (RN), que dieron vida a la Dirección Revolucionaria Unificada (DRU) y luego al FMLN, cuando se incorporaron el ERP y el PRTC.
 
Dirigir las FPL
 
Entrado en combate contra las fuerzas militares, Sánchez Cerén es enviado en 1981 a distintas zonas del país para desarrollar la construcción del partido, por lo que el primer destino fue Chalatenango, en donde estaba el centro de conducción de las FPL a nivel nacional.
 
“Entre 1981 y 1983 desarrollé mis tareas en la organización del partido con la misión de garantizar el funcionamiento de la CP (Comisión Política) y del Consejo Revolucionario y asegurar la dirección del partido en la zonal y subzonales de los frentes”, dijo González en su autobiografía.
 
En esos años, uno de los principales debates en el seno de las organizaciones político militares se centraba en las formas de lucha: por un lado se planteaba la guerra estrictamente militar y por el otro la insurrección por medio de un gran levantamiento popular.
 
Las FPL fue una de las organizaciones que también tuvo que enfrentar este dilema. Para Leonel González, esto fue solucionado en la práctica en la cual el “despliegue guerrillero” sólo fue posible por su contacto con la población.
 
También se discutió el tema de la negociación, implicaciones y actores que debía tener para lograr instaurar la democracia en El Salvador.
 
Por un lado estaba la corriente que presentó el diálogo con todos los sectores, incluidos la pequeña burguesía y lograr el aislamiento del régimen dictatorial.
 
La segunda corriente sostuvo el engrosamiento de la fuerza militar para conseguir una victoria por medio de las armas.
 
En torno a la primera opción mencionada se sumaron las influencias de la revolución vietnamita que combinó la lucha diplomática y la militar, contraria a la posición “sectaria” que señaló de “retroceso” cualquier forma de negociación.
 
“Este proceso (combinar diálogo y lucha armada) es lo que Marcial caracterizó como un aburguesamiento dentro de las FPL”, expresó en su autobiografía.
 
La acusación de Cayetano Carpio se enfocó en Ana María, como principal responsable.
 
En 1983 las FPL reorganizaron sus cuadros de dirección: Salvador Sánchez Cerén debía realizar tareas en el exterior, Ana María y Marcial en el interior del país.
 
La decisión, pese a que no obtuvo el visto bueno del resto de organizaciones político – militares, quedó en firme y los involucrados prepararon las acciones para concretar sus nuevas misiones.
 
De Chalatenango hasta San Salvador, Sánchez Cerén recorrió varios kilómetros a pie. La madrugada del seis de abril tuvo una noticia sorpresiva: asesinaron a Ana María.
 
En un primer momento, el líder guerrillero creyó que se trataba de una “desinformación” por parte del “enemigo”, a lo que sumaron las hipótesis que el hecho fue responsabilidad, en un primer momento, de los escuadrones de la muerte, después la aguja giró al gobierno salvadoreño en complicidad con la CIA.
 
“La asesinaron con un picahielos con el que le dieron más de 60 puñaladas y para rematarla la degollaron, había sido una muerte muy dolorosa”, rememoró el ahora funcionario.
 
Sánchez Cerén no estuvo en el funeral de la occisa, pero una vez llegó a Managua, Nicaragua, las investigaciones iniciaron con el liderazgo de la inteligencia de ese país, al mismo tiempo planearon una ofensiva militar “de grandes proporciones” para golpear a las fuerzas militares de la dictadura, a la que creyeron culpable del hecho.
 
“Los sandinistas pusieron al frente de la investigación a la gente más experimentada, tenían como prioridad llegar hasta el fondo del asunto”, expresó el ex diputado en su texto.
 
No obstante las primeras teorías del hecho, la conclusión de los sandinistas finalizó en las mismas FPL, cuya autoría intelectual recayó en la figura de Carpio. Sin embargo, existen aún zonas oscuras de aquel trágico suceso. En el juicio que las autoridades nicaragüenses condenaron a los autores materiales del crimen, Carpio –quien se suicidó el 12 de abril del 83- fue exonerado de culpas.
 
La síntesis del crimen que ofreció la inteligencia nicaragüense no satisfizo a la dirigencia del grupo político - militar, que continuó con la hipótesis de que el autor fue la CIA.
 
“Temíamos por Marcial pero al mismo tiempo no podíamos creer que los sandinistas pensaran en él como culpable”, dijo Cerén.
 
La noche del 12 de abril de 1983 Sánchez Cerén pernoctaba en la casa de Marcial, por “razones de seguridad”.
 
“Esa noche, como era normal, él se metió en su oficina en la que se quedaba todas las noches trabajando. De repente se oyó un disparo, todos nos levantamos para indagar que sucedía y nos encontramos a Marcial en su oficina de trabajo, desplomado, muerto”, escribió Sánchez Cerén.
 
En poco tiempo, los dos principales líderes de las FPL desaparecieron del plano físico, y el grupo de accionar clandestino entró en crisis debido a la acefalía y la muerte de los que eran considerados dos portentos morales en “la lucha revolucionaria contra las dictaduras militares”.
 
El suicidio de Marcial y el homicidio de Ana María dejaron a las FPL dividida entre quienes rechazaron, la autoría del primero en el asesinato de la dirigente y quienes lo aceptaron; asimismo, el desprestigio desplomó la vehemencia de los integrantes y del FMLN.
 
Para llenar el vació del Comando Central de las FPL se barajaron tres nombres: Dimas Rodríguez, Salvador Guerra y a Sánchez Cerén.
 
La solución a la problemática se dio con la conducción colectiva, dividiéndose la asignación de responsabilidades de dirección militar que asumieron Dimas Rodríguez y Salvador Guerra, mientras Sánchez Cerén se centró en la dirección política general debido a su “experiencia política” y la relación con la comandancia del FMLN.
 
De esta época, data el mayor reconocimiento y la consagración de su liderazgo al frente de la organización guerrillera y la mayor estima al interior del FMLN.
 
El diputado del FMLN, Orestes Fredesman Ortez pasó revista a aquellos años en los que Leonel acuerpó la dirección de las FPL, en medio de la debacle mencionada.
 
“Después de Ana María puedo calificarlo como el hombre del mayor espíritu unitario dentro de las organizaciones para hacer que el FMLN generara, no solo la cohesión, sino la sinergia de lucha”, externó el economista de profesión.
 
Los años difíciles de las FPL fueron saldados con sendas batallas en los años siguientes, en los que se concretó su liderazgo y el camino a la unificación del FMLN, en medio del contexto surgido de los primeros planteamientos conjuntos de las organizaciones y el papel de la Comandancia General.
 
De esos años, el diputado Damián Alegría coincidió con Ortez en el desempeño de Leonel González en el máximo cargo de las FPL.
 
“El personaje que había logrado liderar y unificar a todas las FPL evitando el rumbo de la desunión y la dispersión había sido Salvador, todos reconocían su liderazgo, su autoridad moral e historial”, afirmó Alegría.
 
Acuerdos de Paz y sistema electoral
 
En su autobiografía, el vicepresidente remontó los intentos del diálogo para lograr el cese del conflicto armado a las gestiones que impulsó Cayetano Carpio con el entonces ministro de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda; sin embargo, esto se habría frustrado con la llegada al poder del entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan.
 
No obstante lo anterior, y para fortaleza moral de los combatientes, México y Francia firmaron la declaración Franco – Mexicana, que la presentó el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en la cual se reconoce el estado de beligerancia del FMLN.
 
En 1983, según el ex ministro de educación, el FMLN informó a los medios de prensa internacionales sobre la propuesta de un gobierno de amplia participación, idea que fue retomada por el ex presidente José Napoleón Duarte, del Partido Demócrata Cristiano (PDC). Ese mismo año aconteció el primer llamado del gobierno al diálogo.
 
En los procesos de negociaciones, Sánchez Cerén participó como miembro de la Comandancia General.
 
“Se concluyó la guerra sin la victoria militar de ninguno de los contendientes”, admitió en el texto citado el efemelenista.
 
En 1992 Sánchez Cerén es uno de los primeros integrantes de la Comandancia del FMLN en regresar al país, y liderar el diseño del cese al fuego que pactaron en Chapultepec, México.
 
En la vida institucional del partido de izquierdas, Leonel González ocupó un puesto en la Comisión Política; en 1995 asumió la Coordinación General, regresando a dicho puesto en el año 2001. Un año antes inició su diputación.
 
Fue jefe de la bancada legislativa del FMLN, y su nombre se barajó para la presidencia de dicho Órgano de Estado.
 
En dichos años su nombre sonó en la palestra de la oposición a la dolarización, tratados de libre comercio, entre otros temas que identificaron al partido de izquierdas.
 
Ortiz-semblanza
El alcalde con las botas puestas
 
SAN SALVADOR – Esa noche, el reloj marcó las 12 pm menos veinte minutos, pero la suerte ya estaba tirada como monedas a los pies de un mendigo. De muy poco le sirvió el entusiasmo, confianza y andar una jornada larga contra unos molinos que al final no pudieron ser derribados pese a la actitud de luchador experimentado que mostró en el ring.
 
Ese 27 de julio del 2003, los molinos se alzaron victoriosos y sentaron su dominio en el valle rojo: Schafick Hándal con Guillermo Mata Bennett a la mano, derrotó en elecciones primarias a su contendiente, el alcalde de Santa Tecla, Óscar Ortiz, para entrar al campo de los comicios presidenciales. Esa debacle, fue una de las que más marcaron al líder del entonces movimiento renovador en el FMLN.
 
Desde el inicio de la campaña el edil mostró diferencias cadenciosas con el viejo cuadro revolucionario, marcando su ritmo de posiciones frente a temas de interés nacional más al centro del diálogo, contrario a Hándal, considerado más a la izquierda.
 
Hándal, aguerrida cabeza del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) saltando a Ortiz en las primarias llegó hasta el campo abierto a competir por la primera magistratura contra el candidato de la entonces oficialista ARENA, Elías Antonio Saca, quien meses antes de la fecha citada ya había sido definido por su partido.
 
La campaña fue un catálogo negro contra el ex comandante y firmante de los Acuerdos de Paz: los meses previos al día de las elecciones, Hándal recibió sendos flechazos de grupos de extrema derecha que lo acusaron de ser el autor intelectual de crímenes perpetradas durante la Guerra Civil.
 
El impacto del mercadeo electoral fue tal que, ofuscado, Hándal interpuso denuncia contra los autores visibles de los mensajes. Y de paso, perdió estrepitosamente los comicios contra el empresario radial.
 
Esa fue la oportunidad para Ortiz, y de la primera cuerda descuidada que cayó del palacio de los efemelenistas se subió y les reclamó la derrota.
 
Otra vez llegó el turno de Ortiz. La derrota de Hándal era una punta de lanza perfecta para pedir cuentas de sus actos a la máxima dirigencia de la troika efemelenista, dominada por los ortodoxos; por eso les exigió adelantar las elecciones internas para designar a un nuevo coordinador general y, aprovechando los vientos, competir por la corona.
 
De la dirigencia surgió un hombre mediáticamente desconocido, pero con ventarrones elevándolo por encima del resto de “cabezas” del FMLN: Medardo González.
 
En ese momento, el candidato González acusó a Ortiz de estar “equivocado” en los planteamientos que los reformistas hicieran con respecto al manejo de la cosa pública y el camino que debía tomar el principal partido de izquierdas.
 
Incluso, González lo comparó, en entrevista de prensa escrita, con Facundo Guardado y Joaquín Villalobos.
 
Como en una nube, “Milton” subió y subió al palacio de los rojos, y se hizo con la corona que recién había dejado el ex coordinador, y ahora candidato a la presidencia, Salvador Sánchez Cerén.
 
Esa fue la segunda derrota consecutiva para el munícipe tecleño, quien con las manos atadas por los dos sucesos aceptó el sonido de las monedas mientras rodaban en el suelo.
 
Ensimismado, el FMLN cerró las primarias y con los candados que les dio la militancia, la dirigencia ortodoxa ancló se ancló en los puestos claves del partido de izquierdas.
 
A Ortiz le tocó encerrarse en la alcaldía tecleña, y dejar que sus aspiraciones reformistas permanecieran tiritando de frío.
 
Esta es una síntesis de la trayectoria de Óscar Samuel Ortiz Ascencio, quien después de largos años tratando de obtener una de las sillas de mando en el FMLN ahora, gracias a la intervención de Medardo González y Sánchez Cerén se convierte en candidato a la vicepresidencia rumbo a los comicios del 2014.
 
El alcalde nació en el oriental departamento de La Unión, el 14 de febrero de 1961 y desde el año 2000 ocupa el puesto de alcalde de Santa Tecla.
 
Ortiz es uno de los hombres de más camino recorrido en el ex movimiento beligerante, llegando a ocupar el grado de comandante y a tener bajo su mando una columna guerrillera en la década de los 80´s. En los campos de batalla, fue conocido como Guillermo Rodríguez, Alias Memito.
 
Integró las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), y compartió militancia en dicha organización guerrillera junto a líderes que ahora ocupan altos cargos ministeriales, como los ministros Gerson Martínez y Hugo Martínez, el subsecretario de transparencia, Marcos Rodríguez e inclus,o el mismo Sánchez Cerén.
 
El munícipe se formó políticamente en la organización guerrillera, aunque su nacimiento al activismo social se dio en el Movimiento Estudiantil Revolucionario de Secundaria (MERS), del Bloque Popular Revolucionario (BPR).
 
Además, dos de sus hermanos murieron en la época del conflicto armado. Posteriormente, se incorporó a los frentes de guerra en Usulután, específicamente en Jiquilisco y Jucuarán.
 
“(Ortiz) ha tenido una vida histórica en este proyecto político muy importante. Él fue uno de los primeros diputados, posteriormente llega a alcalde, y también ha demostrado capacidad. En cinco minutos son alrededor de treinta años de lucha por la defensa de este país que él acumula”, explicó el diputado y miembro de la Comisión Política del FMLN, Santiago Flores.
 
En 1983, fue herido en combate y salió a Nicaragua para su curación. Consecuencia de un balazo, su pierna derecha es más corta que la izquierda, por lo que siempre se le ve con botas o zapatos adecuados para disimular el corte.
 
Tiene la pierna derecha dos centímetros más corta que la izquierda.
 
No obstante su impedimento físico, Ortiz se ha caracterizado por ser “enérgico y atlético”, según fuentes consultadas para este artículo. Incluso, dicen que es amante de la poesía.
 
En 1987, Ortiz retornó al país y continuó en la lucha contra las Fuerzas Armadas del Gobierno, aunque en ese momento ya estaba en el poder la Democracia Cristiana (PDC) con el ex presidente Napoleón Duarte.
 
Finalizada la Guerra, y con el FMLN desmovilizado de las zonas del conflicto, Ortiz organizó el partido en el departamento de La Libertad. En 1993 asumió la coordinación departamental, y un año después fue electo diputado de la Asamblea Legislativa.
 
El candidato a la vicepresidencia se desempeñó desde 1994 hasta el 2000 en el Órgano Legislativo, laborando en las comisiones de Agricultura y Economía, Cultura y Educación, y Trabajo y Previsión Social.
 
La diputada y también ex integrante de las FPL, Lorena Peña destacó la trayectoria de Ortiz desde la capacidad de “sentido común”.
 
“Es un dirigente dinámico, una persona con mucho criterio y sentido común para su trabajo que puede contribuir a darle mayor iniciativa y compresión a las propuestas de Salvador”, señaló la presidenta de la Comisión de Hacienda de la Asamblea.
 
Según la legisladora, la invitación de la dirigencia roja a Ortiz pretende “reflejar experiencia y juventud”.
 
“Es la fórmula que necesitamos para la victoria, y el partido cada vez gana más experiencia y toma las mejores decisiones en cada momento”, comentó.
 
Desde la confrontación con el fallecido Hándal, el alcalde ya era un fuerte candidato para una candidatura a la presidencia. Reportes de prensa escrita del 2003 revelan que Ortiz sonaba en dupla con el ahora presidente Mauricio Funes.
 
Al iniciar el proceso para el 2014, Ortiz demandó a la cúpula roja abrir la selección de candidatos a la presidencia. Al no ser el “ungido”, desestimó intenciones de participar por la vicepresidencia; sin embargo, su postulación se concretó el domingo 7 de octubre de este año, luego de una reunión privada con Sánchez Cerén.
 
En días posteriores, el ex ministro de Educación tuiteó en su cuenta oficial: “después de una profunda reflexión, propongo a la dirección nacional y a la militancia del FMLN a Óscar Ortiz como candidato a la vicepresidencia”.
 
Benito Lara, diputado del FMLN y miembro de la Comisión de Seguridad del Parlamento, explicó que el edil ganó varias encuestas internas para obtener la nominación, asimismo consideró las “capacidades administrativas”.
 
“Nadie puede objetar el liderazgo de Óscar Ortiz, nadie puede objetar la capacidad administrativa que ha demostrado en el caso de Santa Tecla, nadie puede dudar de la capacidad que tiene en materia de relaciones internacionales, ha hecho una gran gestión internacional, y por supuesto es una persona con un gran dinamismo”, externó.
 
 
https://www.alainet.org/es/active/59509
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS