Algo a favor y mucho en contra
22/11/2003
- Opinión
En esta semana tuvimos una alegría con lo de Bendini, y un grave
retroceso con el ALCA.
1.- Bendini
A pesar de la desembozada oposición del Centro de Estudios Legales y
Sociales - CELS, que preside Horacio Verbitsky (o sea, a pesar de
las presiones de la Fundación Ford, brazo visible del gobierno
imperial y generosa mecenas del CELS y de Verbitsky), la Comisión de
Acuerdos del Senado nacional aprobó el ascenso de Roberto Bendini a
teniente general, grado que le corresponde como Jefe del Estado
Mayor del Ejército. Como los senadores jamás dan un paso sin el
visto bueno de la Casa Rosada, debemos deducir que el presidente
Kirchner no ha cedido a este nuevo embate de sus amigos Bush-
Fundación Ford-CELS-Verbitsky, y ello merece ser aplaudido y
apoyado.
2.- ALCA
Pero está visto que el Dr. Kirchner sigue y, al parecer, seguirá
jugando a dos aguas: un poco para nosotros y un mucho para el
Imperio.
Hace sólo dos días dieron abruptamente por clausurada la reunión de
ministros del ALCA en Miami (afuera había miles de enfurecidos
manifestantes anti-ALCA...). Tampoco hacía falta prolongar más la
reunión: tal como les anticipé el 18-11-03 ("Es urgente organizar el
rechazo al ALCA"), todo estaba cocinado antes de Miami.
Ayer los diarios trajeron la triste confirmación: nuestro gobierno
se ha comprometido con su firma a concluir el tratado de marras, tal
como lo exige EEUU, en 2004 para que entre en vigencia el primer día
de 2005.
También les anticipé que al acuerdo le pondrían algunas filigranas,
para que apareciera más digerible. Se las pusieron: el ALCA será un
tratado sobre determinados puntos, y dejará margen para que
bilateralmente (en nuestro caso, quizás entre EEUU y el MERCOSUR)
acuerden los otros asuntos. Sólo filigranas para la tribuna. Veamos.
Nosotros, en particular, por un motivo u otro, ya hemos
comprometido la libertad total de los tiburones anglo-americanos
frente a nuestras mojarras en las siguientes cuestiones:
1.- Libertad y seguridad total para las inversiones extranjeras.
2.- Libertad total para la oferta y el comercio de servicios.
3.- Seguridad total y cerrado monopolio para las patentes
industriales (incluyen a los medicamentos).
4.- Libre acceso de los productos industriales a todos los mercados,
eliminando las barreras aduaneras.
5.- Libertad total para que los extranjeros se presenten en
licitaciones de compras gubernamentales (prohibición total y
definitiva del "compre nacional").
6.- Política comercial de competencia ilimitada.
7.- Solución de controversias dentro del ALCA, entre una empresa
extranjera y un gobierno soberano (es decir, ex soberano), a través
de tribunales especiales (ajenos al país en cuestión), previa
mediación de un ente también especial y ajeno al país litigante.
Para ello, a las empresas extranjeras y a los Estados soberanos se
les reconoce personería internacional en igualdad de condiciones, y
con igualdad de derechos y obligaciones. Francamente, creo que
nuestros gobernantes no han calibrado la gravedad de este punto.
En el único punto que no cedimos fue el de los productos
agropecuarios. EEUU se niega a dar libertad de comercio en esos
rubros, porque la libertad de comercio, desde la época de Adam
Smith, es válida sólo cuando favorece a los del norte poderoso, y
pasa a ser una aberración antidemocrática, demagógica, etc., etc.,
cuando los perjudica. Para disimular un poco, EEUU propuso que ese
punto sea trasladado a la Organización Mundial de Comercio - OMC,
para su estudio y solución. Nuestros valientes negociadores así lo
aceptaron. Por supuesto se olvidaron de aclarar que la OMC hace
años que "patea para adelante" la libre comercialización de los
productos agropecuarios a pedido (¡oh casualidad!) de EEUU y
Europa. Como tienen memoria muy frágil, también han olvidado que
hace sólo un mes, la OMC quedó paralizada (quizás para siempre)
debido a que EEUU y Europa (¡otra casualidad extraordinaria!) se
negaron a incluir en la reunión del año próximo el tema de (¡una
casualidad más aún!) la libre comercialización de los productos
agropecuarios.
En definitiva, los negociadores argentinos han logrado un gran
triunfo: el único punto donde la libertad de comercio nos beneficia
será tratado por un organismo que no quiere tratarlo, y que ahora ni
siquiera tiene futuro previsible... ¡Fantástico!
Como para que no quede duda alguna sobre la falsedad de estas
filigranas, nuestro secretario de Relaciones Económicas
Internacionales, Martín Redrado (¿se acuerdan del "golden boy"
descubierto por Bernardo Neustadt, y traído por éste desde EEUU
para que Menem lo designara al frente de la Comisión Nacional de
Valores?, pues él es quien nos defiende en el ALCA ahora...)
declaró medio compungido: "No venimos con una visión inocente.
Sabemos que hay temas que debemos derivar a la OMC". Son los temas
de los productos agropecuarios justamente...
En resumen: aceptamos las exigencias de EEUU en todos los temas
planteados, pero nos resistimos corajudamente (y en forma nada
inocente, según Redrado...) a ceder en los productos del agro. Ésos
quedarán para que los resuelva la OMC... el año de las calendas
griegas.
Tampoco hay que exagerar, tenemos dos motivos para abrigar algunas
esperanzas:
a)- Ante la protesta argentina por la cuestión de los productos del
agro, EEUU ha ofrecido hacer algunas excepciones y levantar las
barreras aduaneras para que ingresen libremente a su territorio
nuestros limones y nuestros ajos...
b)- El presidente Kirchner ha prometido que él no aprobará acuerdos
impopulares en el ALCA, y que para ello abrirá un debate público
sobre ese tema. En realidad, su gobierno ya firmó todo, menos lo de
los productos agropecuarios, de modo que lo único que podemos
debatir ahora es la cantidad de limones y de ajos que nos
permitirán exportar al Imperio para contrarrestar el déficit que
producirán la invasión de productos industriales, los royalties por
las patentes industriales, los seguros, los fletes, los servicios y
compras del Estado, los intereses de la deuda, etc., etc. Por lo
visto, vamos a necesitar producir muchos limones y ajos...
Demasiada hipocresía. El problema mayor es que nos estamos
acostumbrando a tal hipocresía.
Del Viso, 22 de noviembre de 2003.
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