Lo bueno, lo malo y lo feo de Humala + 2

07/08/2013
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Nelson Manrique, Alonso Núñez del Prado, Rolando Toledo, Carlos Basombrío, Rocío Silva Santisteban, Enrique Bernales y Claudia Izaguirre diseccionan la gestión del presidente Humala, dos años después.
 
Nelson Manrique
Analista político
 
Lo malo
 
Ollanta Humala se ha limitado a administrar los intereses de la Confiep y a seguir manteniendo la continuidad de la economía de los anteriores gobiernos. Esto ha afectado sus promesas o compromisos electorales. Se ha puesto, así, al margen del juego: la derecha económica no parece considerarlo un hombre suyo. Ésta solo utiliza los medios de presión, pues su estrategia es la de la puerta giratoria: los funcionarios de la derecha entran como funcionarios del Gobierno, y una vez que terminan su labor como funcionarios públicos, regresan al sector privado. No hay, pues, una distinción entre los intereses privados y los del Estado.
 
A esto hay que sumarle el control de los medios de comunicación, que se vuelven cada vez más intolerantes. Ya no solo se excluye a la gente de la izquierda —no hay un solo integrante de la izquierda en los medios de comunicación, especialmente en la televisión—, sino que, además, existe una persecución contra los mismos críticos de la derecha liberal, como Rosa María Palacios. Resulta intolerable, para esta derecha, que los medios toquen temas tan vulnerables como derechos humanos o corrupción.
 
Lo bueno (más de lo igual)
 
Se ha logrado mantener el crecimiento económico, pero acumulando una deuda social que se está haciendo visible a través de la presión popular.
 
Lo feo
 
En primer lugar, haber mantenido la postulación a la candidatura de Nadine Heredia, lo que ha generado un ambiente de inestabilidad e incertidumbre. Luego, haber convertido a la derecha como único interlocutor del Gobierno. Ollanta no dialoga con el sector de la izquierda, y esto, obviamente, es un cambio de 180°. Así lo dijo al poco tiempo de iniciar su Gobierno, y generó carcajadas entre sus propios ministros al señalar que todos ellos habían votado contra él. Presentó, así, no la “gran transformación” que nos había prometido, sino solo su propia transformación.
 
Alonso Núñez del Prado S.
Director Ejecutivo del Observatorio de Cumplimiento de Planes de Gobierno
 
Lo bueno
 
Ha cumplido con algunas de sus promesas electorales, como la Ley de Consulta Previa, Pensión 65, Beca 18 y, más recientemente, con la Ley de Servicio Civil. Asimismo, hay que incluir la estabilidad económica y el crecimiento de estos dos años de gobierno.
 
Lo malo
 
La falta de liderazgo y de gerencia del que adolece este Gobierno en casi todos los niveles. En consecuencia, la implementación de lo legislado resulta siempre problemática. También la reforma del Estado sigue siendo una tarea pendiente, aunque la Ley de Servicio Civil podría ser el inicio. Hay que agregar la falta de valentía del Poder Ejecutivo frente a la presión mediática y de algunos sectores para dejar claros sus objetivos en un Plan de Gobierno que, si respetara sus ofrecimientos electorales, debería ser el original (“gran transformación”) modificado por los documentos publicados durante la segunda vuelta. Es preciso dejar claro que la tan mentada “Hoja de Ruta” no es un plan de gobierno. Como aparece en el título, son solo “lineamientos centrales de política económica y social para un gobierno de concertación nacional”. En consecuencia, no existe un norte claro; solo los límites y generalidades establecidos en ese documento.
 
Lo feo
 
Los signos de corrupción que se han hecho públicos y, ahora último, la denominada “repartija”, que muestra la ruptura que se da en el Perú entre los elegidos y los electores luego de realizada una elección. Los primeros siempre se han sentido libres de hacer lo que les parezca, olvidando lo que ofrecieron y lo que la ciudadanía les exige. En este último caso, decidieron optar por lo fácil, olvidando que se trataba de los miembros de instituciones tutelares e importantes en una democracia. También fue feo que el Presidente permitiera que el sector empresarial y cierto sector de la prensa convirtieran Conga en un emblema y lo hicieran embarcarse en promesas que un mandatario no debe hacer si no está seguro de cumplir, bajo pena de minar su autoridad y su credibilidad.
 
Rolando Toledo
Director de la plataforma virtual lamula.pe
 
Lo bueno
 
La estabilidad económica y todo lo que está detrás o gira alrededor de la palabra economía. Asimismo, si bien aún no están completamente finalizadas, son de rescatar las nuevas normas ambientales que están en proceso, así como la consulta previa, por polémica que sea. Muchos de estos proyectos no están culminados, pero por lo menos observamos un inicio.
 
Lo malo
 
La otra cara de la moneda, lo que representó el ministro Valdez mezclado con esa continuidad de perfil de Alan García que se mantiene en el Gobierno de Humala. Toda la lógica del “perro del hortelano” (el caso de Conga), y esa falta de respeto a los campesinos y el pueblo en general. Sin embargo, estos sucesos ocurrieron en el primer año del Gobierno. Luego, cuando pasó lo de Espinar, se intentó mejorar en el diálogo y el respeto a los campesinos. Otro punto malo tiene que ver con el tema del matrimonio conyugal y el poder de Nadine, que, creo, que genera una gran inestabilidad y falta de credibilidad para su propio Gobierno.
 
Lo feo
 
Yo no veo algo dramático, pero sí creo que hay temas que trascienden a Humala, como el del Congreso y la Defensoría del Pueblo, y la misma “repartija” de estos últimos días. Considero nuevamente que lo feo en el Gobierno de Humala es la herencia de Alan o el García que lleva dentro. Mientras, por un lado, se ven las mejoras en el proceso de consulta previa, por otro hay un sector que está pensando y actuando para sacar los proyectos de cualquier manera, sin respetar las normas que se están preestableciendo. Siento que las tensiones naturales, como aquélla entre la inversión económica y la protección del medio ambiente, o las relaciones políticas contra la viabilidad social de los proyectos, se les escapa de las manos, de modo que se presentaron sucesos horribles como el de Conga y se generó una falta de respeto para el campesino o afectado.
 
Carlos Basombrío
Analista político
 
Lo bueno
 
Se dio cuenta de que había políticas de Estado en las que se debía mantener continuidad. Pese a iniciales dudas, se mantuvo la posición peruana y los responsables de llevarla a la práctica en el tema de La Haya. Respetó los tratados de libre comercio, en particular el que había cuestionado antes, el firmado con los Estados Unidos. Ha mantenido una orientación económica sensata.
 
Aporta como nuevo un mucho mayor énfasis en programas sociales, manejados con una perspectiva técnica y que no ha caído en clientelaje y partidismo.
 
Lo malo
 
No ha significado ningún cambio importante en temas en los que era indispensable hacerlo. Un ejemplo, entre tantos, es el caso de la inseguridad ciudadana: se sigue con una retórica efectista, se teme ponerle el cascabel al gato y emprender la indispensable refundación policial; no se avanza en resolver la precaria e inestable relación entre Serenazgo y Policía, no se potencia la lucha contra el crimen organizado y, quizá lo más importante, no hay indicios de que se esté pensando en un auténtico plan nacional de prevención de la violencia y la delincuencia.
 
Lo feo
 
El exagerado, inconveniente y quizá hasta ilegal rol de la Primera Dama ejerciendo funciones de gobierno. Un protagonismo totalmente excesivo que desdibuja el rol de Ollanta Humala, impide tener ministros con peso propio e incluso hace que muchos le hayan perdido el respeto que merece la figura presidencial.
 
"Mientras, por un lado, se ven las mejoras en el proceso de consulta previa, por otro hay un sector que está pensando y actuando para sacar los proyectos de cualquier manera, sin respetar las normas que se están preestableciendo." - Rolando Toledo
 
Rocío Silva Santisteban
Coordinadora de Derechos Humanos
 
De lo bueno, poco...
 
En estos dos años, quizá lo “bueno” de esta gestión, que se caracteriza por ser totalmente imprevisible, haya sido el contrapeso institucional que ha puesto en el Gobierno ministros como el propio Juan Jiménez, Daniel Figallo, Manuel Pulgar Vidal, en contraste con Jorge Merino, Óscar Valdés, entre otros. Este contrapeso ha permitido una serie de avances tibios en algunos temas. El problema es que el Ministerio de Economía es el árbitro.
 
Lo malo
 
Hacer como que se sigue en piloto automático cuando, en realidad, se están tomando una serie de decisiones cortoplacistas que benefician a unos pocos y perjudican a muchos y al medio ambiente: los diversos conflictos sociales por temas extractivos (minería, hidrocarburos, pesca) lo ponen de manifiesto.
 
Feo como el pecado
 
La fealdad en realidad no tiene sentido para poder calificar lo HÓRRIDO de este Gobierno: la garra agazapada del autoritarismo. Veintisiete muertos en conflictos sociales y ni una disculpa pública. Además, cada vez que se le “escapa” al Presidente un comentario macho y militar, se le nota este fustán. La lógica tutelar de los congresistas que votaron por la “repartija” asumiendo que ellos “sabían lo que al pueblo le conviene” quedó en ridículo frente a la madurez cívica de los jóvenes indignados.
 
Enrique Bernales
Analista político
 
Lo bueno
 
El presidente Humala ha respetado la palabra empeñada en cuanto al mantenimiento de la “Hoja de Ruta” que le permitió ganar en segunda vuelta las elecciones del 2011. Ello ha facilitado que se mantenga el crecimiento de la economía, que se respete el Estado de derecho, la libertad de expresión, que se haya producido una disminución (aunque no muy grande) de los conflictos sociales y que, en términos generales, no se hayan producido violaciones de derechos humanos.
 
Lo malo
 
Que hasta la fecha no se den políticas de fondo en materia de inclusión social y que ciertos programas en realidad tengan un perfil más de tipo asistencialista que de inclusión efectiva y real de los excluidos, a la condición de personas como sujetos de derechos.
 
Lo feo
 
El crecimiento de la inseguridad ciudadana, el progresivo debilitamiento de las instituciones políticas del Estado y un preocupante aislamiento del Gobierno, cada vez más incomunicado y con problemas de ejercicio solitario del poder.
 
Claudia Izaguirre
Periodista
 
Lo bueno
 
Dejó al MEF trabajar en paz, aparentemente. Promueve el deporte y la actividad física. Siempre lo vemos corriendo, incluso apenas llega a cualquier destino en el exterior. Corre, Ollanta, corre.
 
Lo malo
 
Engañar a la gente diciendo que él era el candidato y el Presidente, y que en la práctica haya sido una dupla, un dúo dinámico. Un equipo en el que la señora Nadine Heredia, esposa del mandatario, tiene demasiados encargos y funciones sin ser funcionaria designada ni tener responsabilidad alguna. Una cosa es respetar a su cónyuge y apreciar su valía intelectual, su consejo y su apoyo, y otra cosa es gobernar.
 
Lo feo
 
Cuando se pone “machito” con la prensa y quiere dirigir la agenda de preguntas o contesta con “cachita”. Ya van varias. ¿Dónde quedan los buenos modales de la vocación democrática que dice que tiene?
 
Otra: habla muy mal en plaza pública. Mejor que se ciña a un papel.
 
https://www.alainet.org/pt/node/78275
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