¿Y, donde está el sistema judicial de Colombia? (I)

03/03/2020
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

Primera parte

 

El establecimiento colombiano siempre se ha llenado la boca para autoproclamarse que ellos son la “democracia” más antigua de América Latina y el país de las Leyes. La realidad siempre ha sido otra, no voy a remontarme a las primeras décadas del pasado siglo. Solo resumiré los graves y serios problemas políticos, sociales y económicos, que comenzaron en 1946, con el gobierno conservador y autoritario de Mariano Ospina Pérez.

 

La interna del Partido Liberal en esos primeros años de la década del 40, entró en un debate para la elección del candidato a la presidencia de la República, el sector renovador apoyaba a Gabriel Turbay Turbay, mientras los sectores populares, progresista y revolucionarios, apoyaban a su líder, Jorge Eliecer Gaitán, un error político de la izquierda colombiana, encabezada por el Partido Comunista, que apoyó a Turbay contribuyó al triunfo de Ospina Pérez.

 

El conflicto social y armado en Colombia, tiene su punto de partida, en ese triste y sangriento proceso, que dejó cerca de 300 mil muertos, entre 1946/58. La oligarquía fascistoide que gobierna actualmente en Colombia, pretende borrar los crímenes cometidos por “pájaros y chulavistas” y cobardemente esconder el horrendo crimen político cometido contra Jorge Eliecer Gaitán, el imperialismo y la oligarquía de la época, no podían permitir que Gaitán, asumiera la presidencia de Colombia.

 

Su pensamiento político en defensa de los intereses populares, bolivariano y antimperialista, eran contrarios a los de la oligarquía liberal-conservadora santanderista y por esa poderosa razón, ese gran líder político, que unía a su pueblo, no podía llegar a ocupar la presidencia, ordenaron su asesinato e impusieron la guerra interna de exterminio, como lo hicieron después, con la Unión Patriótica y lo hacen hoy, con el inerme pueblo colombiano, representados en líderes y lideresas sociales, indígenas y afrodescendientes y desmovilizados de las FARC-EP.

 

Aún hoy, no se conoce de medidas, ni acciones legales, tomadas contra los máximos responsables de aquellos crímenes, la justicia brilla por su ausencia, y lo que es peor aún, los actuales responsables de llevar a cabo las investigaciones de carácter históricas, profundizar y dar a conocer todo lo sucedido, pretenden esconder los criminales hechos contra la sociedad colombiana.

 

El Centro Nacional de Memoria Histórica, ha caído en manos, por decisión del Gobierno de Iván Duque, en un inescrupuloso e irresponsable funcionario, que niega la existencia del conflicto social y armado interno en Colombia, obviamente siguiendo las pautas del defensor de esa tesis, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien quieren borrar la memoria de Jorge Eliecer Gaitán un verdadero héroe de su pueblo, gestor de una doctrina de independencia, igualdad, desarrollo, bienestar y paz y que debe ser conocida por la juventud de hoy.

 

Esta decisión no es por ingenuidad, NO, es que se quiere borrar la historia de los últimos 75 años, que incluyó, la barbarie de 1946 al 53, culminada momentáneamente, por el golpe de Estado, el 13 de junio de ese año, por el Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares el Teniente general Gustavo Rojas Pinillas, quien prometió a las guerrillas comunistas y liberales que combatían al gobierno Conservador, en protesta por el asesinato de Gaitán, que había llegado al poder para buscar la paz.

 

Fue así como comisionó al General Duarte Blum de que conversara con las guerrillas liberales que se encontraban bajo el mando del Eduardo Franco Isaza y Guadalupe Salcedo, y buscara un acuerdo de paz, este convenció a sus jefes y esa guerrilla la mejor armada en Colombia, entregó sus armas, con muchas promesas, pero a cambio de nada, y no tardaron mucho en que comenzaran a matar a los desmovilizados y los acuerdos fueron incumplidos. Nada diferente a lo que sucede hoy con los desmovilizados de las FARC-EP.

 

Pocos meses duró la tranquilidad, se vino el gran descontento popular y de nuevo se activaron en 1955 las guerrillas comunistas en Villarica, departamento del Tolima y en el Sumapaz.

 

Por cierto, aún está por aclarar, quienes fueron los autores intelectuales del asesinato del líder guerrillero liberal Guadalupe Salcedo, víctima de un engaño, llevado a Bogotá, con cantos de sirenas y terminó asesinado en extrañas circunstancias, luego de haber pactado con el gobierno dictatorial y su representante el general Duarte Blum.

 

No es de la conformación del Frente Nacional, surgido del pacto liberal-conservador en 1958, luego de la firma del liberal Alberto Lleras Camargo y el conservador Laureano Gómez, en Cataluña, España, de donde debe partirse a explicar, el conflicto social y armado interno, esa es una artimaña maniquea, y el propósito de ocultar la verdadera historia de los horrores de la supuesta “democracia” colombiana.

 

Más bien hay que reflejar que durante los gobiernos del Frente Nacional, violando la Constitución del 1886, se aceptó el ingreso de las Fuerzas Militares estadounidense, bajo el llamado plan LASO, y su participación en la “Operación Soberanía” cuyo objetivo militar fue combatir a los heroicos campesinos alzados en armas en Marquetalia. Operación que fue una bochornosa derrota política y militar para el gobierno del presidente Guillermo León Valencia y provocó el nacimiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas, el 27 de mayo de 1964, bajo la conducción del comandante Pedro Antonio Marín, luego conocido como Manuel Marulanda Vélez. (Continuara)

 

La Habana 29 de febrero de 2020

 

Tony López R.

Periodista, politólogo y analista internacional

 

 

 

 

https://www.alainet.org/pt/node/205033?language=es
Subscrever America Latina en Movimiento - RSS