Evo Morales se impuso en las internas y la oposición exhibió su fragmentación

29/01/2019
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Análisis
evo_morales_cuatro_mobile.jpg
Evo Morales
-A +A

El presidente Evo Morales, logró un 36,5% de respaldo de sus militantes, mientras que los candidatos opositores alcanzaron entre el 3 y el 7%, en las elecciones internas realizadas el domingo 27 de enero en Bolivia, de cara a los comicios presidenciales de octubre próximo.

 

A la votación estaban convocados 1.715.880 militantes de nueve organizaciones políticas y alianzas, para pronunciarse sobre sus candidatos de cara a las elecciones generales. El órgano electoral habilitó la candidatura de Morales, que gobierno el país desde 2005, para un cuarto mandato en base a un fallo del Tribunal Constitucional de Bolivia, que estableció el derecho a la reelección indefinida.

 

Casi 350 mil militantes del MAS, 35% de los inscriptos, concurrieron a las urnas para ejercer su derecho constitucional y entre 15.000 y 3.000 de los otros ocho partidos.

 

Las elecciones primarias no son nada raro en el mundo, pero en Bolivia tuvieron una peculiaridad. Ocho candidatos participaron, entre ellos Evo Morales, pero ninguno compitió entre sí. La ley que las estableció fue aprobada en el segundo semestre del año pasado y fue promovida por el partido de gobierno, que tiene dos tercios de los representantes en ambas cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional (Congreso).

 

La dispersión existente en la oposición es uno de los aspectos más criticados por los detractores de Evo Morales, algo que ya sucedió en anteriores comicios. El actual mandatario nunca se enfrentó a una oposición unida y ahora va tras su cuarto periodo consecutivo. Su primera victoria electoral lo convirtió en presidente en enero de 2006, y en caso de ganar en octubre se asegurará el cargo hasta inicios de 2025, año del Bicentenario de la creación de Bolivia.

 

El ministro de Comunicación Manuel Canelas, señaló que “no han triunfado algunos esfuerzos menores de sabotear la elección” y “amagos de no permitir el libre desarrollo” de la votación, por parte de colectivos que consideran ilegal la candidatura de Morales. La oposición llamó a votar solo al mínimo de sus militantes necesarios para habilitar sus candidaturas de cara a las elecciones generales.

 

El análisis de esta situación fue totalmente distinto desde la oposición, ya que sus principales líderes coincidieron en calificarlas como un “fracaso”. “Las primarias fueron un fiasco”, escribió en su cuenta Twitter el expresidente (y principal candidato presidencial de la oposición) Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana.

 

Mesa añadió que casi el 70% de sus militantes “¡le dijo no! a Evo Morales”, quien “no pudo legitimarse ni ante sus votantes”. “Nuestra decisión de no votar fue seguida por el 95% de nuestros inscritos”, comentó respecto al boicot anunciado por su candidatura. El senador Óscar Ortiz, candidato de Bolivia Dice No, aseguró que el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales “fracasó”. “El MAS tiene menos de 40% de los votos: Evo Morales ha sido deslegitimado por su propia militancia, debe renunciar a su candidatura ».

 

 Por su parte, el exvicepresidente boliviano Víctor Hugo Cárdenas, de Unidad Cívica Solidaridad, habló de una “humillante derrota de Evo”, a quien “el MAS no le quiere”, y consideró los resultados un “réquiem por el masismo” y el “evismo”.

 

Para el oficialismo las elecciones son un componente, no el único, de la democracia, y su ejercicio es de vital importancia para la gente, así como para medir la calidad del sistema político y de los partidos. Cualquier medida, discursiva y práctica, para limitar o negar en los hechos ese derecho -el voto, la participación ciudadana- es una demostración del carácter instrumental que se tiene de la democracia.

 

La democracia política no puede estar divorciada de la democracia económica (distribución de excedentes para el beneficio común), de la democracia cultural (reconocimiento de la existencia de pueblos y naciones originarias) y de la democracia intercultural (en la que el pueblo no sólo vota y elige, sino participa y decide). Pero, no hay democracia sin voto, señala Cambio.

 

La convocatoria a que su militancia no participe “masivamente” sino “simbólicamente” en las elecciones primarias que ellos mismos sugirieron ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) durante dos años de intercambio de criterios para la elaboración de la Ley de Organizaciones Políticas, es una manifestación de esa doble moral con la que se comportan en su cotidianidad.

 

 Ésta hubiera sido la oportunidad de la derecha para elegir a un binomio que lo represente en las elecciones generales de octubre, si lograba obviamente una sola gran alianza. Pero más pudieron las aspiraciones personales que el sentimiento de unidad. Y la intención es la de imponer un imaginario colectivo de fracaso del binomio Evo Morales-Álvaro García Linera, escondiendo –a su vez-  el tamaño real de sus partidos y la composición de los mismos.

 

El 27 no se elegía ningún binomio. La oposición se niega a reconocer que las primarias son la forma más efectiva que después usarán para determinar cuál de los binomios debe aglutinar a los demás con miras a las elecciones de octubre, en la línea señalada por la Embajada de Estados Unidos y defendida a gritos por varios medios de comunicación de la derecha. Y tiene un factor adicional: mostrará geográficamente la presencia de las organizaciones políticas y marcará el punto de negociación de las candidaturas para diputados y senadores.

 

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó el domingo por la noche que el primer resultado parcial del cómputo rápido de las actas transmitidas estableció que 349.383 militantes del MAS, 35% de los inscriptos, concurrieron a las urnas para ejercer su derecho constitucional y entre 15.000 y 3.000 de los otros partidos.

 

Los resultados parciales informados por el TSE señalan que Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), Evo Morales Ayma (candidato a la presidencia); Álvaro García Linera (candidato a la vicepresidencia): votos válidos 313.618 sobre 991.092 electores habilitados y un nivel de participación superior al 35%., mientras el Movimiento Tercer Sistema (MTS), del binomio Félix Patzi Paco y Mendieta Pérez sumó 3.802 sufragios, el 5,95%  de sus militantes inscriptos.

 

El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Virginio Lema -Fernando Untoja Choque obtuvo 3.077 sufragios, con un nivel de participación del 5,10%; y la Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), Ruth Yolanda Nina Juchani-Leopoldo Richard Chui Torrez sumó 1.610 votos válidos y un nivel de participación de 3,10%.

 

Unidad Cívica Solidaridad (UCS), Víctor Hugo Cárdenas Conde- Eric Humberto Peinado Méndez sumó 1.075votos válidos 1.075 y un nivel de participación de 4,12%. Por su parte, Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Diego De Mesa Gisbert-Gustavo Pedraza Mérida sumó 3.611 sufragios, con un nivel de participación del 5,07% de militantes

 

El Frente Para la Victoria (FPV), con el binomio Israel Franklin Rodríguez Calle-Faustino Challapa Flores acumuló 843 votos válidos 843, con participación del 4,96% de sus militantes, y el Partido Demócrata Cristiano (PDC), del expresidente Jaime Paz y Paola Lorena Barriga Machicao 613 votos válidos y un nivel de participación de 3,78%.

 

Sullkata M. Quilla

Antropóloga y economista, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

 

 

https://www.alainet.org/pt/node/197834
Subscrever America Latina en Movimiento - RSS