Haiti: Jovenel consolidará políticas neoliberales
- Opinión
El 7 de febrero, Jovenel Moise asumió el gobierno de Haití, representando al PHTK de (Partido de Haitianos de Calabazas Rapadas), un partido de derecha que estuvo en el poder desde 2010 hasta principios de 2016 con el ex presidente Michael Martelly que tenía en el gobierno buena parte del personal que trabajaba y apoyó la dictadura de los Duvalier.
La política del PHTK pasa, por sobre todo, por la apertura de Haití al capital internacional, principalmente de Estados Unidos y las empresas canadienses
Jovenel fue elegido el 20 de noviembre del 2016, en la primera vuelta, con el 55% de los votos, algo más de 500.000 votos, de un total de más de 6 millones de personas aptas para votar.
El proceso electoral fue largo. Comenzó en agosto de 2015 y se caracterizó por el fraude, la violencia, la cancelación de las elecciones y, lo más importante, la falta de participación de la población: sólo el 21% de la gente habilitada para votar participó de los comicios de noviembre. Incluso con los principales candidatos de la oposición denunciando el fraude y sin reconocer la victoria del candidato del PHTK.
A diferencia de lo que ocurrió a finales de 2015 y la primera mitad de 2016, cuando la población era de las calles de las grandes manifestaciones contra el fraude electoral y la injerencia externa en las elecciones convocada por los partidos de oposición, esta vez la oposición volvió a llamar a manifestaciones pero con poca participación de la gente. Tal vez porque la gente percibe que estos candidatos tienen una propuesta más personal o parecida al candidato victorioso, dando la espalda a las necesidades del pueblo haitiano. En su campaña Jovenel siempre dejó claro que continuará con las políticas que Martelly había comenzado: la creación de zonas industriales de libre comercio, la minería, la agroindustria y el turismo de lujo.
Durante el acto de posesión, el nuevo presidente agradeció el papel cumplido por la comunidad internacional en este proceso electoral, al ex presidente Martelly y, durante la mayor parte de su discurso, se refirió al desarrollo de la agricultura y el turismo.
En relación con el turismo, dijo que seguirá realizando concesiones de playas a las principales cadenas hoteleras, desarrollará seis áreas turísticas en el país: una en Monte San Nicolás (Noroeste) Haitien (norte) Montrouis (Artibonite) y Jacmel (sur), Jeremy (Grandanse) y Port Salut (Sur).
Otro punto señalado durante su discurso, y también es política del gobierno, es la modernización de la agricultura del país. Es en esta área donde ya opera el nuevo presidente que es un gran hombre de negocios que tiene alrededor de 700 hectáreas de tierra donde se producen bananas orgánicas que se exportan a Alemania.
El lema de la campaña fue "Jovenel Moise Neg bannann nan" (Jovevel Moise tipo banana), debido a su fama en el país como un empresario de éxito en el sector agrícola que produce banana. Esto, en un país donde el 55% de la población vive en zonas rurales y la agricultura tiene una fuerte participación en el PIB, es un tema que llama mucho la atención de la población.
Para la agricultura su política se divide en tres frentes:
1) La primera es la legalización de la tierra de los campesinos. En la actualidad sólo el 1% de los agricultores tienen la documentación de la tierra. En el país se estima que hay alrededor de un millón de pequeñas propiedades de entre 0,5 y 3 hectáreas de tierra por familia sin documentación y eso obliga a los agricultores a vender sus tierras y a migrar a la ciudad u otro país.
2) La segunda parte consiste en cambiar la Constitución en la parte que restringe la venta de tierras a extranjeros, y esto es un punto importante para su política, ya que la mayoría de las donaciones para su campaña provino de empresas del sector agrícola de la República Dominicana y los Estados Unidos, algunos de las cuales todavía no están actuando en Haití.
3) La tercera parte sería la creación de Zonas Francas Agroindustriales con la financiación del gobierno de Haití (el presidente quiere crear un banco exclusivo para financiar estas zonas francas), BID, Banco Mundial y la Unión Europea. De acuerdo con el propio presidente tal órgano ya se ha comprometido a financiar estas áreas que serán libres de todo tipo de impuestos del país.
También se seguirán invirtiendo fuertemente en la minería. Ya hay 15 multinacionales de la minería en el país y 12 de ellas son canadienses. Y no es de extrañar que el día de la posesión, el presidente del gobierno canadiense anunció una donación de 91 millones de dólares para el presupuesto de Haití, y dejó claro que si la MINUSTH deja el país, está dispuesto a enviar tropas para continuar "protegiendo al pueblo de Haití".
En este mismo sentido, un día después de la asunción, la Unión Europea anunció la donación de 31 millones de euros para el presupuesto de Haití. Y exigió el compromiso del presidente del Congreso de Haití de ratificar el Acuerdo de Asociación Económica (EPA) que está parado desde 2007 y permite el comercio sin tasas aduaneras entre Haití y la Unión Europea.
Con respecto al nuevo presidente del Congreso, no enfrentará resistencia. Tanto la Cámara de Diputados, como el Senado está formado por grandes hombres de negocios y comerciantes. Entre los senadores, de 30 solamente 4 son de oposición, y la Cámara de Diputados el panorama no es diferente: de 119 miembros, 84 están a favor del gobierno.
Frente a esta situación ya comienzan las especulaciones sobre quién será designado como primer ministro. Todos los nombres que aparecen en la prensa haitiana son de hombres de negocios vinculados a alguna empresa estadounidense o canadiense y probablemente no va a tener obstáculos para pasar su nombre en el Congreso.
Después del terremoto de 2010, en Haití subió un gobierno neoliberal que comenzó a aplicar algunas políticas orientadas a favorecer al capital extranjero. Los próximos cinco años este nuevo gobierno estarán dirigido a la consolidación de estas políticas: la minería, la agroindustria, el turismo de lujo y las zonas francas. Si los movimientos sociales progresistas y partidos de izquierda no tienen unidad en la lucha, el gobierno no va a encontrar mucha resistencia en la consolidación de las políticas neoliberales.
Brigada Dessalines, Vía Campesina en Haití
Traducción: María Julia Giménez
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