Lecciones de una crisis en la paz

29/04/2015
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Los lamentables hechos de violencia ocurridos en el municipio caucano de Buenos Aires el día 14 de abril del 2015, cuando murieron 11 integrantes del Ejército, derivaron en alta tensión e incertidumbre en el proceso de diálogos que adelanta el gobierno de Santos con las Farc en La Mesa de La Habana que funciona desde el segundo semestre del año 2012.

 

Se necesitó la reflexión ponderada del delegado del Presidente Obama, señor Bernard Aronson[1], señalando “creer que las Farc tomaron la decisión política de hacer la paz”, para que las aguas regresaran a su curso normal y la jauría mediática bajara la guardia en la cacería desplegada para acabar con las conversaciones de una vez por todas.

 

A mi juicio esta compleja coyuntura deja varias enseñanzas que conviene no olvidar.

 

Primera. Negociar en medio del conflicto es una decisión gubernamental contraproducente. Seguir la guerra en Colombia omitiendo las negociaciones de La Habana y dialogar al margen de lo que pase con la guerra en el territorio nacional, es un disparate de marca mayor. El argumento es que si se acepta, por parte de Santos, un cese bilateral del fuego y hostilidades definitivo, las Farc nunca firmaran un acuerdo para terminar el conflicto y la confrontación se perpetuara. Tesis que desconoce su determinación política de hacer la paz, vista por Aronson más claramente.

 

Negociar en esos términos es una estratagema de Santos para implementar la fórmula que Prashant Jha identifica para el bloque dominante en la India-Nepal, consistente en “negociar, coaccionar, dividir, frustrar, degastar, corromper, engañar, repetir el ciclo y no ceder nada”. Con el agravante de que esta fórmula la aplica mientras sus fuerzas armadas oficiales y para-oficiales arremeten militarmente en contra de la insurgencia y de todo aquel que identifican, aunque sólo sea potencialmente, como base social de apoyo[2].

 

Segundo. La democratización de los medios de comunicación es prioritaria para la paz. Decir que la opinión pública es un hecho natural e inmodificable es desconocer su naturaleza social y el papel de los sistemas de comunicación en su construcción y deconstrucción. La televisión, la radio y la prensa colombiana, son instrumentos de poderosos grupos oligárquicos (Sarmiento Angulo, Ardila Lule, Santo Domingo, Prisa, etc.) que los utilizan para hacer prevalecer sus intereses privados mediante lo que Castells designa como el “enmarcado de la Mente”[3]. Su función es envenenar y confundir, en el tema de la paz, mediante la presión mediática sobre las conciencias de millones de personas infinitamente manipulables, con las que se construye la opinión pública a que se refieren seudo periodistas al servicio de los grandes poderes dominantes en la sociedad y el Estado.

 

Tercero. Las actuales Fuerzas Armadas son un gigantesco obstáculo a la superación del conflicto social armado. Las mismas son instrumentalizadas por Santos, con el cacareo de su Ministro Pinzón, y por Uribe Vélez, para el sabotaje sistemático de las conversaciones y acuerdos alcanzados. Santos y Uribe tienen un acuerdo fundamental en la concerniente a la conservación y protección de esta potente herramienta de violencia antidemocrática. La oposición militar a la paz, alentada por los dos, nos tiene hoy en el nivel de constitución de un auténtico partido político militarista, integrado por el cuerpo de 180 Generales y Almirantes de la Reserva Activa de las Fuerzas Militares, según se desprende de las patéticas y grandilocuentes afirmaciones del ex General Néstor Ramírez a María Isabel Rueda en el diario El Tiempo de Bogotá [4]

 

El sentido político que ha logrado la paz, tarde que temprano, deberá propiciar una disolución de la maquina militarista que se sustenta en el fascismo y el autoritarismo.

 

Cuarto. Es hora de revisar algunos puntos del Acuerdo especial para la superación del conflicto. Me refiero al postulado que indica que “nada está acordado hasta que todo está acordado”. Es muy probable que tal determinación este hoy desbordada por los avances en la Mesa de diálogos. Un viejo apotegma iuris indica que en derecho las cosas se deshacen como se hacen. Dado los acuerdos alcanzados en materia agraria, política y de erradicación de cultivos ilícitos para la sociedad resulta conveniente implementar algunos aspectos de los pactos firmados.


Notas

 

[1] Ver entrevista en el siguiente enlace electrónico http://www.eltiempo.com/mundo/ee-uu-y-canada/entrevista-con-bernard-aronson/15607321

 

[2] Ver José Antonio Gutiérrez en el siguiente enlace electrónico http://www.rebelion.org/noticia.php?id=197895&titular=negociando-la-derrota-pol%EDtica-militar-y-moral-de-la-insurgencia-

 

[3] Ver el texto de Manuel Castells Comunicación y Poder particularmente su Capitulo Tercer Redes de Mente y Poder en el siguiente enlace electrónico  https://holismoplanetario.files.wordpress.com/2012/09/comunicacic3b3n_y_poder_de_manuel_castells.pdf

 

[4] Ver en el siguiente enlace electrónico http://www.eltiempo.com/politica/justicia/proceso-de-paz-en-colombia-entrevista-al-general-r-nestor-ramirez/15597757

https://www.alainet.org/pt/node/169299
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