Pocos resultados en el enfrentamiento a la trata
15/07/2010
- Opinión
¿Cuántas son? No se sabe. ¿Y los niños y niñas traficados y/o explotados? Tampoco. El carácter delictivo de las acciones que convierten a seres humanos en esclavos enmascara en el clandestinaje casi todo lo que se mueve en derredor.
Tratantes de la peor calaña prosperan a costa de una actividad muy lucrativa para ellos y —por excepción— un poquito también para aquellas mujeres que logran insertarse con éxito en el mercado del sexo. Venden niños, niñas y mujeres. Y, con pocos eufemismos verbales, ponen sus anuncios en Internet o las hacen figurar a ellas como auto promotoras de lo infame.
Desde hace algún tiempo, República Dominicana ha estado enfrentando tenazmente este problema que involucra a dominicanas y dominicanos y, más recientemente, ha enfilado pasos para articular acciones "sin retórica", como le gusta decir a la viceministra de Relaciones Exteriores Rosario Graciano de los Santos, jefa del área de asuntos consulares y migratorios de la cancillería, mediante la Comisión Interinstitucional de Combate a la Trata y al Tráfico Ilícito de Personas (CITIM).
Pero un informe difundido a mediados de junio por el Departamento de Estado estadounidense ubica a la nación dominicana en la categoría III por su escaso combate a la trata humana.
Ese estudio provocó protestas airadas de buena parte de la oficialidad gubernamental. Desde el vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, hasta la Procuraduría General, alegaron que una nación no puede juzgar a otra; o que no era cierta la falta de esfuerzos para contener tanto la trata como el tráfico.
Sin embargo, según reportó el diario El Caribe, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Manuel Mercedes, sostuvo que el mencionado informe se quedó corto con respecto a la realidad que vive el país, fundamentalmente con los inmigrantes indocumentados.
En materia de trata y tráfico de personas, el panorama es en extremo complejo. Un cosa es el movimiento de personas entre países o internamente, calificado de tráfico, en que muchas veces las personas se desplazan por su propia voluntad; y otra es la trata, que se consuma cuando, con engaños parciales o totales, la gente es "tratada" para ejercer oficios que casi nunca son los anunciados.
A veces recibe dinero, a veces lo da para costear trámites de viaje que terminan en la esclavitud. El caso extremo es el de padres y madres que venden a sus hijas e hijos, niñas en ocasiones.
A la venta dos mujeres por minuto
A escala mundial, Avaaz, una organización que promueve el voluntariado y las contribuciones personales para enfrentar problemas sociales, ha asegurado que, cada minuto, se venden dos mujeres, niñas o niños: la mayoría son convertidos en esclavas y esclavos sexuales.
Desde República Dominicana se produce un comercio con humanos que espanta, además de un tráfico intenso que desplaza a centenares de personas, aproximadamente la mitad mujeres, hacia Aruba, Guadalupe, Antigua y Dominica, las rutas más expeditas para alcanzar Estados Unidos o países de Europa, que es para lo que suelen utilizarse estas islas cercanas.
Más de una vez, quienes deben y pueden detener ese flujo comercial se hacen los ignorantes o de la vista gorda, mientras siguen fluyendo hacia el exterior, y aun dentro del país, más y más personas vendidas. Quienes saben del asunto atribuyen su crecimiento a que hay tratantes de "cuello blanco" entre los más poderosos en este negocio bárbaro, a lo cual se agrega la insuficiencia de las leyes o el desconocimiento de quienes deben aplicarlas.
A veces se juzga como un vulgar proxeneta a quien es un criminal tratante. O el "negocio" abarca a familiares de las víctimas o a ellas mismas.
Medina de los Santos, un fiscal de Samaná, la península del extremo noreste del país, contó cómo la familia de un niño de ocho años de edad recibió cinco millones de pesos (alrededor de 135.000 dólares) para desestimar el caso. "Si no tenemos víctima, no tenemos caso", se lamentó el jurista.
Así lo manifestó en la Conferencia "Retos y desafíos sobre la trata de personas", un hito reciente entre las acciones del país para frenar el mal, efectuada a finales de junio. El encuentro reunió a mucha gente involucrada e importante y postuló numerosas medidas de un plan hasta 2014, aunque lo único concreto, por ahora, es que la trata crece.
Ante preguntas de SEMlac la viceministra Rosario Graciano de los Santos lo reconoce sin ambages: "estoy de acuerdo con que la percepción es de que crece; y creo que, como país, tenemos que afianzar el trabajo; tenemos que concientizar a nuestros funcionarios responsables de la persecución y de la asistencia para que puedan empoderarse de que esto es un delito, primero, y de que tenemos que combatirlo con la mayor energía".
¿Eso es viable, hay dinero para eso?, le preguntamos.
"Las instituciones participantes se han comprometido, han destinado fondos. Nuestro ministerio y las demás instituciones que están en la Comisión Interinstitucional de Combate a la Trata y al Tráfico Ilícito de Personas han participado en la elaboración del plan y han destinado fondos, que siempre era lo faltante", responde.
¿Las mujeres traficadas pueden esperar apoyo y ayuda?, le repreguntó SEMlac, a sabiendas de que mediante la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, en particular la Red de Neuquén, en la Pampa argentina, colegas piden apoyo para alguna dominicana explotada y, a veces, enferma, que rueda por ahí.
"Sí, incluso tenemos una alianza con el COIN (Centro de Orientación Integral), con el CIPROM (Comité Interinstitucional para la Protección de la Mujer Migrante) y con otras instituciones para la asistencia a las mujeres prostituídas en las islas de habla francesa, entre otros sitios. Lo más importante para mí es que se ha logrado esa gran alianza con la sociedad civil", argumenta.
La mencionada conferencia reunió a funcionarios y funcionarias, embajadores, cónsules, fiscales, abogados y abogadas y altos oficiales de policía. También a la Coordinadora del Observatorio de Migrantes del Caribe, la Oficial de Fronteras de la Organización Internacional de Migración, la Coordinadora del COIN, el Procurador General Adjunto para la persecución del Narcotráfico y la Criminalidad Compleja.
Otras figuras vinculadas al asunto que también estuvieron presentes, fueron el Agregado para Asuntos de Inmigración de la embajada estadounidense y los cónsules de Argentina, Haití, Puerto Rico, Costa Rica, y las islas inglesas y francesas del Caribe.
"Queremos darles las herramientas para que puedan combatir el delito; es decir, saber distinguir cuándo hay trata y cuándo hay tráfico, y además incentivar la persecución, que es la gran debilidad que tenemos y que yo reconozco", explicó a SEMlac la viceministra.
De convocar sobre todo a los fiscales, parecería que se está pensando solo en sancionar. ¿Qué pasa con las mujeres que están por ahí, como sabemos?, fue otra pregunta formulada a la funcionaria.
La viceministro Graciano de los Santos asegura que "no sólo son los fiscales, también están aquí los representantes diplomáticos de los países de destino hacia dónde va mayor cantidad de dominicanas. Queremos escuchar esas realidades y empoderar a nuestros funcionarios para que puedan accionar .Esa es la gran misión que nos hemos propuesto.
Estadísticas de hace dos años indicaban que 300.000 dominicanas realizaban trabajo sexual fuera del país y otras 200.000 habrían sido o estaban en riesgo de ser traficadas.
La pobreza, el desempleo…
Marianela Carvajal, coordinadora del COIN, explicó que en este momento hay varios países del Caribe, bajo dependencia de Francia, que demandan mujeres para el trabajo sexual. Pero República Dominicana también es un lugar de destino para nacionales haitianos, cubanos, chinos, colombianos, ecuatorianos, que buscan —al igual que los dominicanos— un mejor futuro.
"No se puede olvidar que nuestras tasas de desempleo son de 16,2 por ciento: el doble de la media en Latinoamérica, que es de un ocho por ciento. Esto afecta mayormente a mujeres y niños, y puede influir en que las personas sean engañadas por traficantes", indicó.
Desde mucho tiempo atrás, Gina Gallardo se ha ocupado del tema de la migración dominicana, e hizo investigaciones al respecto en España. Ahora es Coordinadora de Programas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En diálogo con SEMlac, expresó que no se sabe realmente cuánto influye la mayor visibilización del problema en la apreciación de que la migración crece.
"Es difícil cuantificar, tener parámetros. Una cosa es el crecimiento del tráfico de personas, de la migración irregular y del deseo de salir de las personas de nuestros países en desarrollo; y otra es la trata en sí, que tiene otras dinámicas. En el contexto internacional, y en el país en particular, se han dado pasos de avance para intervenir de una manera cada vez más certera".
La vitalidad de la Conferencia sobre trata, realizada en República Dominicana, provocó en los recesos numerosos comentarios, intercambios y corrillos: una química constructiva y uniforme implicó a las y los presentes.
En uno de esos grupos coincidieron, entre otras, la médica Lilliam Fondeur y la activista política y directora de la ONG Tú Mujer, Cristina Sánchez. La pregunta, la misma: ¿qué pueden esperar las mujeres traficadas de algo como esto, puede considerarse que es algo más que una reunión social?
"Sí, pueden esperar algo", respondió a SEMlac Cristina. "Se está creando un ambiente de reconocer la urgencia de actuar y una forma de ver el tema que se había mantenido encubierto. Esto intensifica la alerta, plantea una necesidad y puede condicionar acciones importantes en el futuro".
Para la ginecóloga y también periodista Lilliam Fondear, lo que está muy claro es que "ninguna persona se autotrata; la trata se da por un vínculo con las autoridades, cualquiera que sea; porque para disminuir la trata y el tráfico tiene que revelarse la complicidad; ya que son las autoridades las que de una forma u otra lo permiten", comentó.
"Lo positivo que podemos ver hasta ahora es lo conveniente de sacar el tema del ostracismo y hablarlo; ponerlo en los medios de comunicación", añadió.
¿Puede hacer algo el movimiento de mujeres dominicanas?, preguntó SEMlac. "Claro que sí. El mundo tiene que manifestarse, y más las personas que tienen visión de género; hay que ponerlo en la agenda porque afecta a toda la población, niños y niñas, pero sobre todo a las mujeres dominicanas. Ellas son las que son tratadas", comenta Fondeat.
Un punto analizado en la conferencia fue el de las leyes. Desde 2007 no se tiene una sentencia por trata; y es por el desconocimiento que hay entre los fiscales, se dijo en el encuentro.
"El fiscal casi no ve la trata o no la reconoce. La explotación de personas en bares es sancionada como proxenetismo" refirió el jurista Jhonatan Baró. "Los jueces no ven a la persona como víctima, sino como un caso", aseguró.
Fuente: http://www.redsemlac.net/web/
https://www.alainet.org/pt/node/142923?language=en
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