Pensarlo todo otra vez

03/02/2010
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Con el luto a cuestas y las almas oprimidas, empieza a erguirse, lentamente y con dolor, el valiente pueblo haitiano, cuya dignidad y entereza una vez más ha sido puesta a prueba. Se levanta con miembros amputados y el terremoto también moral de ser nuevamente el escenario trágico de la codicia y las pugnas políticas de los países más poderosos.

Dos haitianas, Liz Marie y Nadiezda Jean, lideresas de grupos de mujeres llegadas a Santo Domingo para concertarse con sus pares del continente, se proyectan con una sobriedad que nubla la visión: "Teníamos un plan de acción, pero hoy hay que pensarlo todo otra vez. No sabemos por dónde empezar…", dijo una de ellas.

Un rostro hermoso y el cabello cano trenzado en rizos pequeños otorgan a Liz Marie Dejan, reconocida personalidad por sus luchas históricas, un halo de sabiduría que impacta. Ella está triste, muy triste, pero a ratos, cuando en la reunión de feministas donde se halla siente cómo se quiere, se respeta y se desea apoyar al pueblo haitiano, Liz Marie sonríe; tímidamente, pero sonríe.

En el encuentro hubo anécdotas pero, sobre todo, propuestas sólidas, coraje para las decisiones y prisa, mucha prisa. Esa urgencia la reflejó Sergia Galván, directora ejecutiva de la Colectiva Mujer y Salud, una de las dos organizaciones convocantes del Campamento Internacional Feminista, junto al Centro de Investigaciones para la Acción Femenina (CIPAF).

"La situación de Haití desde el terremoto no ha cambiado mucho: la gente vive en la calle, está herida, no sabe cómo enfrentar la situación. Por ejemplo, al lado de la embajada norteamericana hay un campamento de gentes hecho con sábanas; los aviones pasan a cada momento, pero la ayuda todavía no se ve. El drama de cada día de la gente herida y de los que salen de alta, que no saben adónde ir, es impresionante…", relata.

Sergia viajó a Haití a las 24 horas del terremoto y ha seguido yendo y viniendo.

Lo que pasa a quienes están en las calles es poco en relación con lo que le está ocurriendo a la nación de Toussaint Louverture, la primera en hacer una revolución que abolió la esclavitud y le dio la independencia en 179l.

Sí, Haití existe

Hoy por hoy, ese país esquilmado y ahora ocupado, tiene que defender su existencia misma. Sabine Manigat, una profesora universitaria, se indigna: "Sí, hay país", dice. Al relatar los avatares de su pueblo, refirió que en los primeros momentos la "ayuda" se concentró en rescatar a los muertos de las entidades de Naciones Unidas, alinear los cadáveres y contarlos, pero fue muy poco lo hecho por el resto de la población aterrada y deambulante.

La ayuda está "atascada en las bases, los puertos y aeropuertos", dijo la académica. Ella teme que, si esta situación no cambia, la paciencia de su pueblo, hambriento y sediento, podría agotarse y protagonizar la violencia que se quiere evitar, no obstante que algunos medios han reportado varios episodios esporádicos.

Manigat también observa con suspicacia los paquetes de alimentos lanzados desde helicópteros, posible foco de conflicto: "¡Ojo!, ninguna paciencia es eterna. Ninguna concentración urbana está exenta de su lote de delincuentes y de buitres que se aprovechan de situaciones de crisis. O se entiende esto rápidamente o se cae en el juego de la exasperación y de la provocación, con los riesgos sabidos", advierte.

La profesora de la Universidad Quisque, en Puerto Príncipe, describió lo que ya se sabe y preguntó al respecto: "¿para qué esos soldados armados en la guerra contra la muerte y la miseria que se libra en Haití, que hoy, como en 2004, empezaron a llegar?".

"Hasta hoy sólo se les ha visto paseando en las calles con tanquetas y camiones militares... o ¡tomando fotos!, como en la noche misma del terremoto, cuando rebasaron a un grupo de gente sobre la carretera nacional del sur, dejándoles la tarea de quitar los escombros con las manos para restablecer la circulación. ¿Han venido para ayudar?, nadie lo duda, así que ¡a trabajar!", agrega.

Esta semana, a propósito, fue motivo de escándalo en algunos medios la circulación de unas fotos de médicos cirujanos puertorriqueños bebiendo y con armas, compartiendo con soldados en uniformes de campaña. El Ministro de Salud de Puerto Rico se reconoció avergonzado.

Ocupación yanqui vs. agenda de Haití

Pero el asunto es mucho más serio, según Liz Marie Dejan. "La MINUSTAH (los cascos azules de la ONU) tiene los brazos cortados por la pérdida de más de 600 miembros, entre ellos sus directores. Se vive una lucha hegemónica entre Francia y Estados Unidos, que tomó el control del aeropuerto, que hoy tiene 150 vuelos diarios; ellos impidieron el aterrizaje del hospital francés y de otra comisión cuyos aterrizajes requirieron de un largo intercambio diplomático".

"Los dos contingentes del ejército norteamericano llegados a Haití son de 20.000 soldados de 'fuerza de ataque'. Por esto es necesario tener una visión muy clara sobre la estrategia a poner en práctica frente a esta situación, que es una ocupación. La MINUSTAH siempre ha sido considerada una fuerza de ocupación. La agenda de Haití es importante, pero en nuestra actual situación es difícil pensar cómo incluirla en los diversos programas y eventos", razonó ante SEMlac.

Ayudar a sus integrantes a recuperarse emocionalmente y a organizarse, está siendo la tarea más significativa de las organizaciones feministas latinoamericanas, de algunas de Estados Unidos y, particularmente, de las dominicanas.

Sergia Galván habló de la presencia en Santo Domingo de Liz Marie y de la joven dirigenta Nadiezda Jean.

"Acordamos que ellas nos plantearían sus necesidades y su mirada de cómo hacer el proceso de reconstrucción, en el cual las mujeres participen y sean protagonistas. Las compañeras haitianas tuvieron que pensar mucho su llegada a esta reunión frente a este momento donde han perdido familia, conocidos, casa….por ello se agradece mucho su presencia aquí", señaló.

La sororidad feminista en el proceso de apoyo a las haitianas ha tenido el propósito declarado y firme de que el aporte y la presencia de las representantes de organizaciones foráneas dure mientras las propias mujeres haitianas lo necesiten para reorganizarse y retomar sus propios planes.

Una de las convocatorias llama a movilizar psicólogas y otras expertas en estrés postraumático, para que entrenen a haitianas y haitianos en ayudar a sus gentes. Necesitan especialistas en el tratamiento de los aspectos mentales dramáticos de las personas que se descubren con miembros amputados. La delegación de mujeres haitianas compartió sus temores de que los suicidios se incrementen mucho por esa causa.

Las haitianas relataron que contaban en su organización con una clínica para mujeres y un centro de apoyo para las víctimas de la violencia. Afortunadamente, no están derrumbados. La clínica está en un barrio a cinco u ocho kilómetros del centro de Puerto Príncipe y la gente va allí a dormir porque tiene un patio bastante grande. "Queríamos ayudarlos con tiendas para que las niñas, mujeres y bebés tengan un lugar más decente para dormir", relató Liz Marie.

Esas personas necesitan ayuda para su salud, terapia para ayudarles a salir de esa situación y empezar a vivir de nuevo, si no continúan las sacudidas, dijeron.

Entre tanto desastre, en Haití desapareció el Ministerio de la Mujer y falleció su directora general. Las amigas haitianas agradecieron a Sergia Galván que propiciara una primera reunión, el 23 de enero. "Hasta ese momento sólo nos hablábamos por teléfono para contarnos sobre quién había muerto y quién vivía. Esto ha dado un empuje fuerte al movimiento", comentó Liz Marie Dejan.

"Estamos decididas a distribuir la ayuda a las personas que están más necesitadas. En la práctica teníamos un plan de acción, por ejemplo, teníamos hoy una reunión con las seropositivas y el viernes otra reunión….Pero hoy hay que pensar todo otra vez y una no sabe por dónde empezar", dijo.

En honor a Myriam, Anne Marie y Magalie

El campamento internacional feminista que se ha establecido cerca de la frontera haitiana, en el municipio de Jimaní, provincia Independencia, a unas cinco horas desde Santo Domingo, tendrá réplicas en otras capitales latinoamericanas y tomará también el nombre de Myriam Merlet, Anne Marie Corolian y Magalie Marcelin, lideresas sepultadas por los derrumbes.

Ese será, además, un homenaje a las luchas de todas las mujeres haitianas y de otros países para el próximo 8 de Marzo, cuando se cumplen 100 años desde que Clara Zetkin, la luchadora alemana, propusiera la declaratoria del Día Internacional de la Mujer, en un encuentro de socialistas en Basilea. Al menos sus nombres no perecerán.

María Suárez, fundadora de la Radio Feminista Internacional, aclaró la esencia de ese espacio. "Será un campamento de transferencia, es decir, una iniciativa desarrollada como punto de arranque para transferir recursos, sin pasar sobre las decisiones y opiniones de las compañeras haitianas".

La intención es tener otro en territorio haitiano. Por ahora se discute el sitio más adecuado para que pueda servir de centro de asistencia a la salud, tanto psicológica como física, de las mujeres, algunas embarazadas o recién paridas, que están padeciendo doblemente. También las que tienen infecciones vaginales.

En esos campamentos habrá un área de comunicaciones para conectarse con el movimiento feminista a escala continental. Desde la misma reunión se estableció un contacto virtual con Carmen Moreno, mexicana, que fue directora del INSTRAW con sede en Santo Domingo y ahora encabeza la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, en Washington, desde donde también llegará apoyo.

El flujo informativo relacionado con Haití —no el que circula entre periodistas en los hoteles de Puerto Príncipe— desborda las posibilidades de SEMlac. Falta comentar que el nacionalismo de algunos dominicanos la ha emprendido contra el Campamento Internacional Feminista alegando que instalarlo en el lado de acá de la frontera supondrá una mayor afluencia de haitianas y haitianas.

Aunque la población haitiana hace una gran contribución a la economía dominicana en trabajos que los nacionales no quieren hacer, la gente que les rechaza dice, una y otra vez, que quieren invadir el país, un remedo de lo que, en 1822, hizo Charles Boyer, con su ejército de esclavos independizados, que se pasaron aquí 22 años.

Pero las fuerzas solidarias tienen muy clara su propuesta. Sonia Vázquez, representante de la organización británica Progressio, que ha trabajado largamente en Haití, dijo a SEMlac que "el momento ha cambiado: las primeras semanas tuvimos que ir a Haití, mientras ellas lloraban sus muertos".

"Ahora estamos en otra situación: una que demanda la necesidad de reconstituir las organizaciones haitianas, darles sostenibilidad, voces, en particular a las organizaciones de mujeres", señaló.

Una propuesta fue crear un gran centro de operación de las ONGs y organizaciones; un espacio común desde el cual puedan operar las mujeres haitianas y las organizaciones, y comunicarse con el resto de la sociedad civil gubernamental y las organizaciones de apoyo.

Las 15 latinoamericanas asistentes a la reunión de articulación se llevan ahora a sus países muchas tareas que, seguramente, no dejarán de cumplir en Nicaragua, Costa Rica, Puerto Rico, México, Bolivia, Honduras, Basil, Ecuador, Perú, Estados Unidos. También lo harán varias organizaciones regionales, entre estas CAFRA, la Red de Mujeres afrocaribeñas, y una veintena de dominicanas.

Haití se levanta y crece, mientras las mujeres del continente ayudan a sus congéneres. Ellas han empezado a sostenerse sobre sus pies. Eso es lo que ha empezado a ocurrir.

* Especial de SEMlac.- Santo Domingo, febrero - www.redsemlac.net

 

La intelectualidad decapitada:

En la escuela de enfermeras había 200 niñas, pienso que no encontraron ninguna; en la facultad de lingüística había 200 estudiantes y escuchaba al decano que viene una vez a la semana a dar clases; de los 200 han podido quedar 78. En la universidad Quisqueya, en una colina arriba de Puerto Príncipe, yo no sé cuantos quedaron; en la Universidad protestante Lumiere, al otro extremo, no han sacado muchos.

Lo que quiere decir que la clase intelectual de Haití está decapitada. Los líderes han muerto y los que tenían que tomar el relevo han muerto también. También hay mucho pánico dentro de los niños de la escuela, que tienen miedo del país. A niños que conozco los están transfiriendo fuera del país. El futuro de Haití se va afuera, el presente está bien afectado. No me gusta poner la nota triste, pero es la realidad…

Liz Marie Dejan

 

https://www.alainet.org/pt/node/139233?language=en
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