Uribismo: quién gana y quién pierde

25/04/2010
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¿Quién ha ganado y quién ha perdido con Uribe? ¿Cómo ha tratado el gobierno Uribe el bolsillo de los colombianos?
 
Este asunto, que debería ser uno de los más importantes en una campaña electoral, ha merecido muy poca atención por parte los candidatos.
 
Como una contribución ciudadana al debate, les propongo a los lectores de este medio, y a los candidatos presidenciales, que discutamos sobre este tema.
 
Con esta intención he preparado, con la ayuda del economista D. Lévy, el gráfico siguiente, que contiene variables importantes de lo que ha sido el modelo económico de Uribe y que deja muy en claro quiénes se han beneficiado y quiénes no:
 
Índice del salario real y de la Bolsa de Colombia (2002 –2010)
 
Fuente: Datos del Banco de la República. Elaboración del gráfico: D. Lévy. (El cuadro Excel con los datos desagregados están disponibles; favor contactarme en caso tal).
 
Seguramente los economistas tienen suficiente entrenamiento para entender este tipo de gráficos, pero como esta nota aspira a que la discusión no se quede sólo entre especialistas de esta disciplina, haré unos comentarios:
 
El eje horizontal arranca en agosto del 2002, mes de la posesión de Uribe, y finaliza en enero de 2010. Las dos variables de esta figura son: (1) el índice del salario mensual real (es decir, el salario mensual nominal corregido con el Índice de Precios al Consumidor, IPC), que representa el poder adquisitivo de los asalariados de la industria manufacturera, y (2) el índice general de la Bolsa de Colombia, corregido con el mismo IPC. Los dos índices se han definido para tener un valor igual a 100 en agosto de 2002.
 
La curva de abajo, en líneas discontinuas, muestra el nivel del salario promedio en la industria manufacturera. Es importante señalar que se trata de un salario promedio, es decir que se tienen en cuenta los salarios de obreros, empleados y ejecutivos. Asimismo, es útil recordar que la mayoría de los colombianos que trabajan lo hacen en el sector informal (y en su aplastante mayoría estos tienen un ingreso inferior al de los asalariados). Así, esta curva de salarios representa a una fracción de la población económicamente activa que se puede considerar privilegiada por el sistema.
 
¿Privilegiada? Veamos el gráfico: desde el año 2002 el salario promedio real (o el poder adquisitivo constante) no ha aumentado, se ha mantenido estable. Esta curva, estimado lector, corrobora esa sensación que seguramente Ud. ha tenido en estos últimos años: que su salario no sube (o que si sube, lo hace de manera ínfima), que aunque Ud. se dedique a “trabajar y trabajar” con ímpetu, su salario no sigue esa cadencia desenfrenada. Si en términos económicos Ud. se siente, literalmente, estancado, esta curva -basada en los indicadores macro del Banco de la República- le confirma que su impresión se apoya en una realidad.
 
Pero, ¿acaso no dicen los medios que la economía colombiana está muy bien? ¿No se supone que el modelo económico de Uribe es un exitazo?
 
La curva de arriba explica esta paradoja: ésta indica el índice de la Bolsa de Valores de Colombia. Como se aprecia, en el mismo período en que el bolsillo de muchos colombianos se contentaba con su “privilegiado” salario estancado, otros poquísimos colombianos (los que tienen muchas acciones en la bolsa) lograron multiplicar considerablemente su riqueza.
 
La curva es impactante: hay acá una progresión abrupta, con picos espectaculares (como el de enero del 2006 o, más recientemente, el de marzo de este año), con algunas caídas (como la de octubre de 2008, cuando el sistema financiero mundial hizo krash), pero, siempre, recuperándose con brío, como buscando la cúspide. Es por esto que tiene mucha razón la revista Dinero cuando recuerda que la “Bolsa de Valores de Colombia sigue rompiendo máximos históricos”.
 
Pero, al fin de cuentas, ¿quién gana y quién pierde con el uribismo? ¿A quién beneficia este gobierno? La respuesta es diáfana, las curvas lo muestran: todos los que poseen muchas acciones  (y también los banqueros, las empresas más grandes, los más ricos de los ricos… algo así como los estratos 18 para arriba) se han beneficiado enormemente con Uribe: en las épocas mas “gordas”, han multiplicado su riqueza por siete (mientras el salario promedio se estancaba).
 
Evidentemente, quienes que se han beneficiado con este manejo económico son también… quienes manejan los medios masivos de comunicación. Por eso, desde su estricto punto de vista, no mienten cuando aseguran que la economía nunca se había portado mejor. Y tienen también toda la razón –una razón estratégica– en ignorar deliberadamente el tema de cómo les va a la enorme mayoría de los colombianos en materia económica. Veamos mejor porqué:
 


Índice del salario real y de la Bolsa de Colombia (1991 - 2010)
 
 
Fuente: Datos del Banco de la República. Elaboración del gráfico: D. Lévy. (El cuadro Excel con los datos desagregados están disponibles; favor contactarme en caso tal).
Nota: La Bolsa de Valores de Colombia fue inaugurada en julio de 2001. Antes de esa fecha, se tomaron los valores de la Bolsa de Bogotá.
 
Este gráfico contiene la misma información que el anterior, pero para un período más extenso, arrancando en el 91 (escogí este año por ser el de la proclamación de la Constitución –y uno esperaría que también el de una nueva Colombia). La diferencia entre los dos gráficos es que acá los dos índices tienen el valor 100 en enero de 1991.
 
Como se aprecia, el nivel del salario industrial manufacturero promedio aumentó muy ligeramente, casi imperceptiblemente, mientras que la evolución de la riqueza de los accionistas de la Bolsa ha variado considerablemente según el período. Antes de 2002, había variaciones importantes, pero no había una tendencia clara al alza. Como lo muestra el punto de quiebre del 2002, Uribe representa la ruptura, el cambio, el dinamismo, la energía puestas… al servicio de los más poderosos. Así, pues, el uribismo es el modelo en el que a los muy ricos les va muy bien –en verdad, nunca les había ido mejor– mientras que a los sectores asalariados les va igual de mal, o incluso peor, que siempre.
 
¡Ah! por cierto, a este divorcio entre las ganancias fabulosas de unos poquísimos de los más ricos y los salarios magros de las mayorías de los “privilegiados” asalariados se le llama… neoliberalismo. Un Uribe, mañana un Santos o una Noemí son apenas avatares criollos de dicho modelo económico. Esto, en sí, no constituye una sorpresa.
 
Lo que sí es una novedad y una sorpresa es que el modelo económico que defiende y representa el uribismo, no genere discusiones en un país en el que todos tienen una fórmula para “arreglar el país”.
 
¿Quizá, en época electoral hay un cambio? ¿Qué dicen los candidatos? ¿Qué les dicen los electores a los candidatos?
 
- Olga L. González es Socióloga (Ph.D.), presidente del Grupo sobre Actualidad Colombiana de la Maison des Sciences de l'Homme de París
https://www.alainet.org/pt/node/140932
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