Gana la democracia
- Opinión
Belem
Una victoria para toda la humanidad, una victoria de todos los movimientos, un paso adelante para todos aquellos que luchan por los derechos humanos, la justicia social, la defensa del ambiente, una economía solidaria y la paz. La nueva Constitución boliviana aprobada ayer con un referendo (los datos precisos serán difundidos después del 20 de febrero), representa una jornada histórica para Bolivia que ve a través de la participación democrática y el protagonismo de la sociedad civil y los movimientos cumplir un paso sustancial para el futuro con respecto a la afirmación de nuevos y viejos derechos. Plurinacionalidad, reconocimiento (finalmente…) después de 500 años de los derechos de los pueblos originarios, el derecho al agua, el rechazo a la guerra y las bases militares extranjeras en el propio territorio, reconocimiento de la economía comunitaria, defensa de los bienes comunes, son algunas de las conquistas previstas por la nueva Constitución.
Una Constitución que es el fruto de un recorrido de participación y de mediación entre todos los componentes de la sociedad boliviana iniciado hace dos años con la institución y elección de
En medio de la crisis global provocada por un modelo económico centrado exclusivamente en el crecimiento, en la devastación ambiental, en el super poder de los organismos financieros internacionales y de decenas de multinacionales y en el vaciamento de los valores y las reglas del derecho internacional, la respuesta de la sociedad boliviana es una señal de esperanza, inclusión, participación y la afirmación de nuevos y viejos derechos muchas veces pisoteados en todo el mundo. Una señal de gran modernidad y de esperanza para todos y todas.
Nos parece entonces incomprensible la actitud de las agencias de noticias italianas que parecen haber salido de los consejos de administración de cualquier gran multinacional o del oficio de prensa del Banco Mundial o del FMI. De lo escrito por éstas emerge una vez más como el derecho a la información sea cada vez más una quimera para nosotros italianos, golpeados y regolpeados con una información administrada o por el presidente del consejo o por grupos económicos relacionados a doble filo con el modelo que ha empujado a la humanidad al abismo de una crisis global y que en vez de hacer autocrítica, continua a mantener sus privilegios. Es de verdad curioso y alarmante verificar que la principal preocupación de las agencias de noticias esté relacionada con el punto de vista de los latifundistas bolivianos preocupados de perder privilegios que han costado la vida y dignidad de millones de otros seres humanos. Como ocurre generalmente, el punto de vista de los excluidos, de los marginados, de la mayoría de la población que vive en dificultad o con penas la propia existencia, deja el puesto a las preocupaciones de algunas decenas de multimillonarios que no podrán de ahora en adelante continuar a hacer negocios de oro, sino que deberán "contentarse" con ganancias normales. Nos parece grotesca la interpretación de la prensa italiana preocupada más por la posible reelección del presidente Evo Morales, el primer presidente indígena de Suramérica, (reelección que prevén de la misma manera nuestras constituciones), que de las conquistas hechas por los bolivianos en materia de derechos humanos fundamentales.
Una transformación de la realidad explicable solo a través del derrumbamiento de los valores y realidades en las que se ejercitan cotidianamente la mayor parte de aquellos que administran la información italiana, completamente identificada (más que dominada) con un modelo de sociedad fundado en la exclusión, el racismo y la violación sistemática de los derechos. La misma prensa de hecho omite noticias relacionadas con la violación de derechos humanos realizados por empresas italianas o europeas, por muchos de nuestros gobiernos y parece extrañamente ciega frente a crímenes aberrantes cometidos por los "aliados" mientras exalta el rol de presidentes elegidos con fraudes, la violencia y la corrupción, alineados con las posiciones de aquellos países que piensan todavía poder "guiar" el mundo a su imagen y semejanza, con la tranquilidad de quien piensa que debe haber un mundo capaz de acoger todos los mundos.
La prensa italiana decidió estar de la parte de los latifundistas de Santa Cruz, aquellos que exaltan abiertamente el nazismo y el fascismo, que hablan villanamente (como Hitler) de superioridad de la raza, que arman paramilitares para andar a masacrar pobres e inermes indígenas, que hacen arrodillarse en plaza a campesinos y mujeres indígenas para humillarlos públicamente tratándolos como animales de carga, que llaman al presidente Morales "mico" o "indio de mierda", que insitan a la violencia y la separación de Bolivia, que pedían a Bush una intervención militar para hacer con las armas lo que no pueden hacer con los votos y la democracia, los mismos que prepararon un golpe de estado. Esta prensa y estos políticos han científicamente decidido de que parte estar y saben bien que para defender sus privilegios, la mayor parte de la población debe pagar un precio altísimo, hecho de pobreza, precariedad, desocupación, privatización de derechos y criminalización de la protesta social.
De resto, la idea de utilizar el Estado para dar centenares de miles de millones a las bancas y tallar los fondos para la escuela, la formación, la salud, subrayando sobretodo la palabra de quien nos gobierna y de quien administra la gran parte de la información. Las ventajas de pocos la pagan muchos. La crisis por ellos provocada la debemos pagar nosotros y continuar a hacer sacrificios para mantener los privilegios de pocos al interno de un modelo que proclamaba a través del liberalismo, el desarrollo y el progreso y que no sólo ha fracasado sino que ha exportado bombas para defenderse y ha dejado atrás la mayoría de los ciudadanos para seguir adelante, tratando el planeta y sus bienes comunes como una descarga y simples mercancías para producir ganancias. La sociedad boliviana aprobando
La sociedad civil italiana y muchos movimientos empeñados en nuestro país en defender los más elementales derechos pisoteados por el gobierno y las empresas que con ellos hacen negocios, todos aquellos que son criminalizados sólo por haber combatido por la defensa del derecho al agua, al territorio, a la participación, a la salud, a la casa, a la paz y a una vida digna, están siguiendo con profunda admiración lo que el pueblo boliviano ha sido capaz de hacer en estos años y que ven en la aprobación de la nueva Constitución un paso adelante gigante para la democracia.
Valdría la pena por una vez tener una actitud más respetuosa hacia los pueblos del sur del mundo e imaginar que esta vez somos nosotros que aprendemos de ellos.
- Giuseppe De Marzo - A Sud, desde el Foro Social Mundial
www.asud.net
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