Cumbre de Sauipe: América latina y la respuesta de Obama

26/12/2008
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El principal logro de la concertación regional acontecida en Brasil, es enfrentar con independencia y sin complejos, los procesos políticos acontecidos, en los respectivos países, así como sus dificultades y contradicciones más importantes. El fin del bloqueo sobre Cuba, se convirtió en una petición colectiva, robusta y sentida.

Tres mecanismos de integración regional se han reunido de manera simultánea en el balneario de Costa de Sauipe, en Brasil. El desafío no es menor: avanzar en el proceso de integración regional y subregional y además enviar mensajes concreto al electo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Lo primero que llama la atención es precisamente la no presencia de los Estados Unidos y Canadá. Tampoco asistieron España ni Portugal.  Por lo general países invitados. Es el primer síntoma de la existencia de cierta autonomía e independencia de América latina, respecto de aquellos países que históricamente han tenido una inmensa injerencia en los asuntos internos de la región.  

¿Por qué es posible dicho escenario? Principalmente, por que en la región, los gobiernos han coincidido en crear de manera autónoma cierta arquitectura, acompañada de la firme decisión de enfrentar con independencia y sin complejos, los procesos políticos acontecidos, en los respectivos países, así como sus dificultades y contradicciones más importantes. Sin duda, esté es el principal logro de la concertación regional acontecida en Brasil.

En dicho escenario, uno de los acuerdos que mantuvo mayor consenso fue la crítica que se hace al sistema financiero internacional, y sus principales centros de poder, como símbolo de la crisis mundial, principalmente por la falta de una regulación eficaz y responsable. Vale decir, los países reunidos en Brasil, coinciden en  que la crisis afectará a todos, a pesar de que la responsabilidad del origen recae principalmente en los llamados países centrales (Economías más dinámicas, sobre todo los Estados Unidos). Una mayor independencia del sistema financiero mundial, puede servir como una barrera de protección para nuevas dificultades globales.

Otro aspecto importante, es el llamado al Presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, para dialogar con América latina. El fin del bloqueo sobre Cuba, se convirtió en una petición colectiva, robusta y sentida. Una solicitud propia de los nuevos aires que corren en la región y sobre todo después de que la Isla se incorporó de manera resulta al Grupo de Río. 

Otra de las peticiones enviadas a la Casa Blanca, fue el cambio de actitud que se requiere en el ámbito del intercambio comercial de los Estados Unidos con la región. Un ejemplo significativo le ha correspondido vivir a México, uno de los países más integrados comercialmente a Canadá y Estados Unidos. Curiosamente el país azteca, considera que la crisis de su vecino mayor, implica un daño irreparable para su pretensión económica y comercial futura. Ante dicha emergencia, propicia mayores niveles de integración con el resto de América latina, lo que representa tal vez el giro más notable de la relación económica y comercial entre México y los Estados Unidos.

Respecto de UNASUR, la creación de un Consejo Sudamericano de Defensa, dejó de manifiesto, la autonomía en materia de Seguridad y Defensa, respecto de Estados Unidos e instala un nuevo liderazgo, para la utilización de la fuerza;  la experiencia acumulada en las operaciones de paz; y enuncia mayores niveles de Medidas Confianza Mutua, y grados creciente de cooperación, entre las Fuerzas Armadas de la región. Esto permite cautelar la paz y las relaciones armoniosas entre los países y encontrar soluciones pacificas a las controversias.

A pesar de los avances, aún en América Latina, existen dificultades, diferencias, temores y discrepancias. El No acuerdo para eliminar el llamado doble arancel común (AEC), así como la lenta conformación del Banco del Sur; constituyen aspectos esenciales en el retraso de la integración regional.

Respecto del liderazgo de Brasil y las dificultades con sus vecinos inmediatos (Ecuador, Argentina, Uruguay y Paraguay) en materia económica y financiera, así como energéticas, fue un factor de tensión durante la mega Cumbre. Otro tema de desencuentro fue la designación frustrada del ex mandatario argentino,
Néstor Kirchner, para asumir la Secretaria General de UNASUR.

A pesar de ello, primó la intención de integración y acuerdo político, por sobre las diferencias. Esto permite mirar con optimismo el futuro de la integración regional, que no esconde sus diferencias y asume con toda madurez su rol histórico, con altas cuotas de independencia y autonomía. En tal sentido, parece que el porvenir de nuestra América depende casi absolutamente de lo que podamos imaginar y construir.

- Jorge Montecino es Cientista político. Académico. Coordinador Ejecutivo del Observatorio de la Realidad Ciudadana, de la Universidad Arcis Valparaíso.
Arena pública, plataforma de opinión de UARCIS


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