La izquierda en el preludio de una campaña electoral
26/04/2007
- Opinión
La sociedad guatemalteca se encuentra en el preludio de una campaña electoral, que tiene como rasgo distintivo y atípico su anticipación a lo establecido por Ley Electoral y de Partidos Políticos, de parte de algunas organizaciones políticas. Sin que el Tribunal Supremo Electoral haya podido evitar el proselitismo en una abierta violación a lo establecido por la ley.
Ya en la mayoría de sondeos que han medido la intención de voto, realizados por los principales medios masivos escritos, se ha proyectado a los posibles partidos políticos con más oportunidad de entrar en la competencia por la administración de la cosa pública. A ello se agregan nuevas alianzas políticas entre partidos y proyectos políticos que podrían despertar el interés de un buen número de ciudadanos que aún no han definido a quien otorgar su voto.
Entre los mejor posicionados encontramos dos propuestas, una que lo único que ofrece es mano dura para resolver los grandes problemas nacionales, encarnada en la figura de un ex militar, y la segunda que se ha posicionado en el primer lugar de las encuestas, que más bien se ha dedicado a explotar la ventaja que le da haber participado en dos procesos electorales, y que se ha propuesto a actuar como el futuro Presidente de Guatemala.
En este océano de ofertas electorales, se encuentran dos expresiones de izquierda, con una presencia marginal en el ámbito de la política y con muy poca posibilidad de alcanzar siquiera un numero importante de diputados, que les permitiría un margen de acción dentro del próximo Congreso de la República. Tal es el grado de debilidad de estas dos agrupaciones que la posibilidad de desaparecer del espectro político, es un hecho que sin duda mantiene en un grado de preocupación a su dirigencia.
Con pleno conocimiento de esto, una de las expresiones se apresuro a establecer una alianza con algunos sectores minoritarios, que en un principio llamo la atención hasta de los más cautos, por las personas destacadas que se sumaron a este importante esfuerzo. Sin embargo, por la naturaleza de su conformación no logró constituirse en ese frente lo suficientemente amplio que aglutinaría a muchos sectores sociales. Expresando de esta manera las enormes dificultades de articulación por las que atraviesa la izquierda en nuestro país.
En el otro extremo está la otra expresión de izquierda, que a diferencia de la primera con meses de anticipación ya contaba con precandidato presidencial, y además con mayor presencia en los medios televisivos, lo cual no garantiza que sea más conocida por la población y menos que esté en una posición de mayor fortaleza de cara a los comicios electorales de septiembre de este año. Sin duda existen muchas cosas en común entre ambas organizaciones, especialmente de carácter histórico. Pero sin duda, la coincidencia mayor la constituye que están insertos en un sistema político totalmente adverso; especialmente en el tema económico. Reduciéndoles de esta forma la posibilidad de competir con expresiones de derecha, que en su mayoría, tienen resuelto el tema del financiamiento de parte del sector económico pudiente guatemalteco.
Un ejemplo claro de esta desventaja puede ser vista en las encuestas de opinión en las que no se publica la intención de voto correspondiente a las dos expresiones de izquierda.
Pero detrás de toda esta serie de datos y realidades, se encuentra una situación más compleja, difícil de desenmarañar. Y es identificar cuál es la razón por la que las izquierdas se han venido fragmentando a lo largo de la historia, hacer un ejercicio de reflexión crítico sobre el camino recorrido, seguro serviría para en gran medida seguir avanzando. De no ser así, las dos expresiones políticas continuaran sufriendo la perdida de su militancia. Dando como resultado una dispersión mayor. Consecuentemente, las filas de los “anti” (como se les ha dado en llamar a la disidencia) seguirán engrosándose.
Ante esta situación varios son los desafíos que las expresiones de izquierda han de enfrentar en septiembre de 2007. Uno de ellas, el más importante (en las actuales condiciones) es sobrevivir en este proceso. Pero la lección más grande que deben de asumir las izquierdas, es que deben alejarse de viejas nociones, como el sectarismo y las figuras vitalicias. Y en el largo plazo la izquierda deberá hacer un arduo trabajo teórico y político en cuanto a sus objetivos y propuestas. Y acercarse a la propuesta gramsciana de construir partidos, movimientos y organizaciones verdaderamente democráticos y participativos, para configurar la naturaleza de escenarios u horizontes futuros a los que se quiere llegar.
Finalmente la izquierda debería de generar la capacidad para hacer llegar su mensaje y su discurso a la sociedad guatemalteca que, dicho sea de paso, no tiene sus oídos preparados para escuchar un mensaje de izquierda.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
Ya en la mayoría de sondeos que han medido la intención de voto, realizados por los principales medios masivos escritos, se ha proyectado a los posibles partidos políticos con más oportunidad de entrar en la competencia por la administración de la cosa pública. A ello se agregan nuevas alianzas políticas entre partidos y proyectos políticos que podrían despertar el interés de un buen número de ciudadanos que aún no han definido a quien otorgar su voto.
Entre los mejor posicionados encontramos dos propuestas, una que lo único que ofrece es mano dura para resolver los grandes problemas nacionales, encarnada en la figura de un ex militar, y la segunda que se ha posicionado en el primer lugar de las encuestas, que más bien se ha dedicado a explotar la ventaja que le da haber participado en dos procesos electorales, y que se ha propuesto a actuar como el futuro Presidente de Guatemala.
En este océano de ofertas electorales, se encuentran dos expresiones de izquierda, con una presencia marginal en el ámbito de la política y con muy poca posibilidad de alcanzar siquiera un numero importante de diputados, que les permitiría un margen de acción dentro del próximo Congreso de la República. Tal es el grado de debilidad de estas dos agrupaciones que la posibilidad de desaparecer del espectro político, es un hecho que sin duda mantiene en un grado de preocupación a su dirigencia.
Con pleno conocimiento de esto, una de las expresiones se apresuro a establecer una alianza con algunos sectores minoritarios, que en un principio llamo la atención hasta de los más cautos, por las personas destacadas que se sumaron a este importante esfuerzo. Sin embargo, por la naturaleza de su conformación no logró constituirse en ese frente lo suficientemente amplio que aglutinaría a muchos sectores sociales. Expresando de esta manera las enormes dificultades de articulación por las que atraviesa la izquierda en nuestro país.
En el otro extremo está la otra expresión de izquierda, que a diferencia de la primera con meses de anticipación ya contaba con precandidato presidencial, y además con mayor presencia en los medios televisivos, lo cual no garantiza que sea más conocida por la población y menos que esté en una posición de mayor fortaleza de cara a los comicios electorales de septiembre de este año. Sin duda existen muchas cosas en común entre ambas organizaciones, especialmente de carácter histórico. Pero sin duda, la coincidencia mayor la constituye que están insertos en un sistema político totalmente adverso; especialmente en el tema económico. Reduciéndoles de esta forma la posibilidad de competir con expresiones de derecha, que en su mayoría, tienen resuelto el tema del financiamiento de parte del sector económico pudiente guatemalteco.
Un ejemplo claro de esta desventaja puede ser vista en las encuestas de opinión en las que no se publica la intención de voto correspondiente a las dos expresiones de izquierda.
Pero detrás de toda esta serie de datos y realidades, se encuentra una situación más compleja, difícil de desenmarañar. Y es identificar cuál es la razón por la que las izquierdas se han venido fragmentando a lo largo de la historia, hacer un ejercicio de reflexión crítico sobre el camino recorrido, seguro serviría para en gran medida seguir avanzando. De no ser así, las dos expresiones políticas continuaran sufriendo la perdida de su militancia. Dando como resultado una dispersión mayor. Consecuentemente, las filas de los “anti” (como se les ha dado en llamar a la disidencia) seguirán engrosándose.
Ante esta situación varios son los desafíos que las expresiones de izquierda han de enfrentar en septiembre de 2007. Uno de ellas, el más importante (en las actuales condiciones) es sobrevivir en este proceso. Pero la lección más grande que deben de asumir las izquierdas, es que deben alejarse de viejas nociones, como el sectarismo y las figuras vitalicias. Y en el largo plazo la izquierda deberá hacer un arduo trabajo teórico y político en cuanto a sus objetivos y propuestas. Y acercarse a la propuesta gramsciana de construir partidos, movimientos y organizaciones verdaderamente democráticos y participativos, para configurar la naturaleza de escenarios u horizontes futuros a los que se quiere llegar.
Finalmente la izquierda debería de generar la capacidad para hacer llegar su mensaje y su discurso a la sociedad guatemalteca que, dicho sea de paso, no tiene sus oídos preparados para escuchar un mensaje de izquierda.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/pt/node/120792
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