La situación de la mujer

08/03/2007
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La Concertación en el gobierno insiste mucho en que la llegada a la presidencia por primera vez de una mujer es un hito histórico, pero sus políticas desde la presidencia mantienen la continuidad con el modelo económico capitalista neoliberal, en el que la mujer trabajadora es la gran perdedora.

A pesar de todo lo que repiten machaconamente los medios de comunicación, en Chile no hay ningún avance sustantivo en la igualdad de genero, las propias cifras que entrega el gobierno hablan de que las mujeres, en promedio, perciben sueldos de un 31% menos que los hombres, y en el caso de las mujeres profesionales sus sueldos son de 34% menos que los hombres. Y ello no toma en cuenta la inmensa cantidad de trabajo no pagado, pero vital para la reproducción de nuestra sociedad, que las mujeres realizamos en nuestros hogares, a veces como una agotadora segunda jornada después del trabajo remunerado. Cuando se producen aumentos del desempleo, las mujeres somos las mas afectadas. Nos tratan como un reservorio de mano de obra barata.

Tenemos que soportar además violencia dentro de nuestras propias familias, los datos oficiales hablan que en Chile el 50% de las mujeres sufren de violencia intrafamiliar.

Chile es un país cada vez más desigual, el 20% de la población concentra el 60% de las riquezas. La pobreza resultante golpea en mayor proporción y con mas dureza a las mujeres y los niños.

El capitalismo, y en especial su versión neoliberal, es eficiente en su propósito de ocultar las críticas y convencernos de que lo mejor que se puede hacer es batallar por obtener sus regalías.

No obstante, persiste la sensación de insatisfacción y de soledad y la gris certidumbre de que no se puede verdaderamente salir adelante siguiendo esas reglas.

Hoy tenemos más desigualdad, mas desconfianza, menos compromiso, menos solidaridad.

Observamos un progresivo deterioro de nuestras condiciones laborales y medioambientales.

Trabajamos mucho, ganamos poco. La ciudad esta tan segregada que viajamos enormes distancias para trabajar donde se ha concentrado la riqueza, lo que ahora con el Transantiago se ha convertido en un verdadero drama angustioso para nosotras, especialmente cuando tenemos que volver a casa después del trabajo con nuestros hijos pequeños que hemos pasado a recoger de guarderías, jardines infantiles y colegios. No podemos sindicalizarnos. Nuestra vida laboral se agota en 40 anos. Y en muchas empresas los sistemas de subcontrato y outsourcing diluyen las responsabilidades patronales…

Nuestras ciudades están pobladas de agresiones a la vida humana y al equilibrio de todo nuestro ecosistema. Mucho ruido, smog, basura, congestión vehicular, falta de árboles, millones de metros de cables, antenas, escombros, desechos químicos, sobreexplotacion de recursos naturales. Muertes de aves, avances del desierto…

Los sistemas de pensiones y de salud no responden a nuestras necesidades como sociedad y además a nosotras nos penalizan por ser mujeres. Hemos llegado al punto de aceptar reducir el número de hijos y postergar la maternidad, ajustando la vida familiar a los sueldos, las viviendas diminutas, las asignaciones familiares ridículas, los costos de las Isapres, los costos de la educación y de la comida…

Todo esto nos parece natural y nosotros tratamos de ajustarnos a ello. Pero no es así. No debe ser así.

No podemos dejar que la adversidad destruya nuestra capacidad de sonar y de proponer un nuevo modo de hacer y de ser país. Mas humano, mas solidario, mas igualitario.

Las mujeres nos hemos destacado en el liderazgo de los movimientos sociales que mayor impacto han tenido en Chile, con valentía y determinación que nadie pone en duda. Desde aquellas que fueron las primeras en alzar sus voces, a riesgo de su integridad física y de sus propias vidas, por la aparición de los detenidos desaparecidos y contra la violación sistemática de los derechos humanos bajo la dictadura hasta el nuevo liderazgo social que esta surgiendo ahora en Chile.

En el ultimo ano han sido mujeres, en gran proporción, las que han sido las mas determinadas y valientes en la conducción de las movilizaciones de los estudiantes secundarios, de los deudores habitacionales y los mapuche. En gran numero de casos han sido mujeres las que han encabezado movilizaciones junto a los hombres trabajadores y los jóvenes, y a pesar de los prejuicios de esta sociedad capitalista patriarcal, ellas se han ganado justamente el liderazgo y el reconocimiento de los miembros de ambos sexos de sus organizaciones y movimientos sociales.

Necesitamos construir un proyecto de país, con propuestas claras y una nueva imagen de sociedad.

Necesitamos reorganizarnos. Darnos una estructura democrática y con capacidad de gestión, que genera confianzas por su fuerza moral y compromiso popular. Que levante liderazgos nuevos y de real inserción social. Queremos tener una nueva voz. Con brazos y piernas para trabajar desde ahora mismo, para recuperar nuestro derecho a participar de las decisiones que afectan hasta los aspectos mas íntimos de nuestra vida social y personal.

Nosotras no renunciamos a los ideales de una sociedad socialista y democrática, que acabe con todas las discriminaciones e injusticias sociales. Construiremos una sociedad socialista en que la mujer trabajadora no sea nunca más postergada.

Santiago, Chile, 8 de marzo de 2007

Fuente: Un Mundo Socialista es Posible
Correo Semanal N°111 , Socialismo Revolucionario
http://correosemanal.blogspot.com
https://www.alainet.org/pt/node/119857

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