Comercio administrado

Una controversia que debe superarse

14/02/2007
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Buenos Aires rechazó la eliminación de los acuerdos comerciales en "la línea blanca". Brasilia dijo que ya hizo suficientes esfuerzos para ayudar a la industria argentina, pero no cede con respecto al trigo.

Uno de los inconvenientes estrictamente operativos que atraviesa el Mercado Común del Sur (Mercosur) es la persistencia del comercio administrado. Se conoce con esta denominación al intercambio que no se realiza en forma totalmente libre, sino que se regula a través de cuotas, asignaciones o cupos. Y el lunes pasado hubo informaciones que confirmaron que estos contratiempos van a continuar.

El gobierno argentino había consensuado con su homólogo de Brasil durante 2004, 2005 y 2006, un acuerdo para autolimitar las exportaciones brasileñas de productos de la línea blanca: heladeras, cocinas y lavarropas. En ese momento, ante el pedido de Buenos Aires de comprensión por la crisis de la que empezaba a salir esa economía, Brasilia accedió y autorestringió el tráfico de este sector.

Pero el lunes pasado, tras una reunión en la capital argentina entre el secretario de Industria local, Miguel Peirano, y su par brasileño de Desarrollo, Industria y Comercios, Iván Ramalho, en la que no se arribó a ningún acuerdo en este sector, Argentina anunció que va a mantener el cupo actual, y en caso de incrementarse la llegada desde el vecino país de de estos electrodomésticos se van a aplicar licencias para frenarlas.

Por su parte, Brasil anunció que no se llegó a un acuerdo en el sector harinero, donde ocurre lo opuesto, al ser Argentina la que padece las cuotas establecidas por el Planalto. Por este motivo, también va a continuar el comercio administrado en este sector.

Donde sí se llegó a buen puerto es en el sector calzado, aunque por otros motivos: el miedo a China. El enviado carioca aceptó mantener el cupo vigente al ingreso de zapatos Made in Brazil hasta el mes de julio, y ambas naciones van a aplicar el arancel externo común máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio a la llegada de productos chinos y de otras naciones de Asia.

Si bien el Mercosur nació con el objetivo de la integración comercial y hoy se discute la necesidad de profundizarlo en todos los ámbitos de las relaciones entre las naciones, no se debe demonizar al comercio. Y este tipo de posturas son las que impiden el avance en el sector económico del bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Por eso suele escucharse en las cumbres de presidentes que se debe “profundizar” el bloque, que desde 1995 cuando entró en vigencia no puede ponerse de acuerdo en liberar el comercio interno.

Como hemos mencionado en distintas oportunidades, el Mercosur no debe ser un mercado sólo para que operen las multinacionales. Pero deben registrarse avances en la cuestión comercial de fondo. Hace doce años que en algunos sectores no se ha progresado absolutamente nada.

El intercambio comercial entre ambos países es claramente favorable a Brasil desde hace varios años. Según datos oficiales, en el 2006 las exportaciones argentinas a su socio carioca sumaron 8.152 millones de dólares, contra los 11.872 millones que importó de su vecino.

Los avances concretos se resumen a la eliminación del uso del dólar en el comercio bilateral (que durante 2006 fue de 20.024 millones de la moneda estadounidense) y el pago en las monedas propias, el peso argentino y el real brasileño. Esta iniciativa vería la luz, según las previsiones de los diplomáticos, hacia fines de año.
 

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina

http://www.prensamercosur.com.ar

https://www.alainet.org/pt/node/119254
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