Se trata de un paquete de medidas para asegurar un crecimiento sostenido del cinco por ciento anual. Las inversiones previstas superan los 236.000 millones de dólares en cuatro años. ¿Se enciende la locomotora regional?

"No desperdiciemos esta chance, más que nunca es tiempo de soñar y progresar, es tiempo de acelerar, tiempo de crecer y tiempo de incluir". Con esta frase, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, convocó a todo el arco político para que apoyen su Programa de Aceleración del Crecimiento 2007-2010 (PAC) con el cual busca asegurar para la economía más grande de Sudamérica un crecimiento sostenido del cinco por ciento anual, a través de un esquema de inversiones públicas y privadas de más de 230.000 millones de dólares durante su segundo mandato.

La economía brasileña es la de menor desempeño en los últimos años en el Cono Sur, con un 2,7 por ciento anual promedio desde que Lula arribó al Planalto, aunque en este mismo período sus exportaciones adquirieron un dinamismo notable, con ventas externas de más de 140.000 millones de dólares y un superávit comercial récord de 46.000 millones de la verde moneda, equivalentes al total de las colocaciones en el exterior que Argentina realizó en 2006.

El PAC no sólo es una iniciativa del Poder Ejecutivo federal, sino que precisa del apoyo del Congreso y de los gobernadores de estados, por lo que algunos analistas sostienen que Lula va a tener que superar algunas resistencias para su implementación. Por este motivo, las palabras antes citadas del mandatario brasileño, que convocó al Planalto a miembros del parlamento y gobernadores afines y de la oposición.

"La disputa política es apasionante", agregó Lula en su discurso, "pero no podemos dejar que nuestra energía se disipe y la oportunidad histórica se pierda. El Programa de Aceleración del Crecimiento depende de forma vital del apoyo del congreso. Mis colegas...más que nunca es hora que nosotros los políticos mostremos que nuestra principal tarea es la liderar los cambios que la sociedad exige", y resaltó que el PAC es apenas el primero de una serie de iniciativas oficiales.

Durante su segundo mandato, se van a realizar inversiones en infraestructura por un total de 236.600 millones de dólares, de las cuales 31.900 millones van a surgir del Tesoro federal, mientras que los restantes 205.700 millones van a ser aportados por empresas públicas y privadas. En este rubro se inscriben las inversiones que va a realizar Petrobras por 84.000 millones la moneda norteamericana hasta 2010.

Traducido en obras, en los próximos cuatro años la Administración da Silva espera construir, ampliar y mejorar o reparar 42.000 kilómetros de carreteras, 2.500 kilómetros de vías férreas, ampliar 12 puertos y 20 aeropuertos, tender 13.800 kilómetros de líneas de transmisión eléctrica e instalar cuatro nuevas unidades de productos refinados y petroquímicos, según el plan.

También se prevén construir 4.526 kilómetros de gasoductos, instalar 46 nuevas fábricas de producción de biodiésel (combustible resultado del refinado de aceites vegetales) y otras 77 de etanol (alcohol combustible derivado de la caña de azúcar), agregó el documento.

Debido al tamaño de la economía brasileña, y si no surgen medidas de discriminación hacia sus vecinos, este plan –y su consiguiente resultado en expansión económica- puede resultar en un estímulo para los restantes países de Sudamérica. Brasil podría convertirse así en la locomotora de la región, a través de una mayor compra de productos vía aumento de las importaciones zonales. En este sentido, el Gasoducto del Sur y la ampliación de los ductos que la unen con Bolivia significan mayores compras de este insumo a Caracas y La Paz.

Brasil tiene superávit comercial con todos los países de América del Sur, principalmente por las exportaciones de bienes industriales, pero su débil crecimiento impide una mayor compra de manufacturas, materias primas y servicios en sus once vecinos. Los manuales de Economía dicen que una nación que crece demanda más, y por lo tanto, importa más.

El rol de locomotora sólo puede cumplirlo Brasil en esta región. El crecimiento es el mejor –no el único- escenario para superar la pobreza y la desigualdad, y dados los números que se mencionan, este plan va a tener consecuencias positivas tanto en el Mercado Común del Sur como en la Comunidad Andina de Naciones.

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
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