Incierta reestructuración del Instituto Materno Infantil (IMI)

Otro atropello laboral de Uribe

16/10/2006
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¿Quién responde a los trabajadores del Instituto Materno Infantil IMI? La mentada reestructuración de hospitales consiste en recortar personal. Para eso la nación aporta una suma, el ente territorial hace lo propio y el faltante se cubre con un préstamo que puede ser condonable. Esta figura funciona si la entidad acepta las condiciones de un peligroso plan de desempeño que vincula la red prestadora de salud al mercado, donde proscribe la función social y la ganancia desplaza la condición humana. ¡El Hospital Universitario de Cartagena lleva tres reestructuraciones y esta cerrado hace 5 años ! Llevan dos meses en la carpa instalada en el parqueadero. Son 200 trabajadores que no han firmado la desvinculación laboral del IMI. Oscilan entre 9 y 25 años de trabajo. La mayoría son auxiliares de enfermería, madres cabeza de familia. Les deben hasta 14 meses de sueldo. Han recibido el apoyo y la solidaridad del sindicalismo y de la comunidad. No hay una propuesta creíble ni concreta para los trabajadores. La gerente liquidadora, Ana Karenina, “poco aparece por aquí y cuando lo hace es escoltada por un pelotón de policía y con tanqueta; lo único que pide es que le firmen el acta de insubsistencia y que desocupen, porque le van a entregar la administración del IMI al hospital de La Victoria, a las buenas o a las malas”, explicó una enfermera. Antes de cualquier cosa, los trabajadores exigen que les cancelen la deuda y les den una solución laboral. El IMI llevaba 62 años prestando servicio. Cuenta con una excelente edificación, bien ubicada, y posee una buena dotación de equipos hospitalarios. Tiene capacidad para atender de la mejor forma a 150 recién nacidos y ha sido la cuna de más de 800.000 colombianos. Es sitio de enseñanza y práctica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. El Instituto “es experiencia, es conocimiento, es historia, es ética, es formación de profesionales útiles al país” decía un comunicado de julio de 2005, firmado por Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana, cuando se anunció su cierre. Hoy ya ni médicos hay. La planta de trabajadores era de 700 hace un año. A todos les deben, incluso los que firmaron su retiro. El problema viene de tiempo atrás. Ellos han tocado todas las puertas para salvar el IMI. Con su movilización lograron el acuerdo gobernador - ministro para girar la plata. Según palabras del secretario de salud, la deuda con los trabajadores pasa de $52.000 millones, es decir el 90% del convenio. Los trabajadores advierten que todas las evasivas y la demora son para birlarles la deuda y echarlos a la calle. Ellos no dejarán el hospital a pesar de la difícil situación en que se encuentran, hasta tanto no se cumplan la ley y los compromisos adquiridos: pago y trabajo. No más hospitales cerrados Es difícil explicar, sino imposible, como en un país como Colombia haya hospitales cerrados y se sigan cerrando, mientras los enfermos se mueren a la puerta de los que todavía existen, sin recibir asistencia médica, porque no los reciben. Es única en el mundo esta contradicción: Paseo de la muerte, hospitales con las puertas cerradas y trabajadores en la calle. Nadie con sentido humanitario y algún grado de civilización puede permitirlo. La delegación de la OIT, a establecerse en Colombia el próximo mes, deberá contribuir a resolver los inmensos atropellos contra los trabajadores de la salud, uno de los más afectados en esta barrida neoliberal. Conversación con Marina Acevedo, auxiliar de enfermería Tengo 19 años de estar trabajando en el IMI. Soy cabeza de familia. Me he negado a firmar mi liquidación pues perdería todos mis derechos. Además me ampara una carta de salud ocupacional, tengo dos hernias y soy diabética. Ninguno tenemos servicio de salud, ni riesgos profesionales, no recibimos drogas de control para enfermedades catastróficas, ni atención a los hijos pequeños; lo único que la gerente ha hecho por nosotros fue desvincularnos de la EPS, y no nos dejan pasar al Sisben porque hay una deuda de por medio. Nosotros queremos que la gerente liquidadora venga, pero no a tratarnos mal como la otra vez cuando se dirigió a mi: “Dígame rapidito si quiere trabajar con La Victoria, no estoy para perder tiempo, firme aquí”. Yo a usted no le firmo nada le respondí. A mí no me pueden despedir así. Primero que todo me tiene que indemnizar, resolver la pensión o me tienen que dejar laborando. Bogotá, octubre 9 de 2006 Fuente: Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) /Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres
http://www.cioslorit.org
https://www.alainet.org/pt/node/117619

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