Quiere formar un gobierno “legítimo” a partir del 20 de noviembre. Habrá que esperar, pero se vislumbra que nada será fácil en la vida política mexicana. Luego de ser declarado presidente legitimo en la Convención Democrática del sábado en el Zócalo, el candidato progresista Andrés Manuel López Obrador, aseguró que instalará en México una sociedad justa sobre la base de la democracia y la defensa de la soberanía popular. Los delegados convocados por López Obrador atestaron la extensa plaza central de la ciudad de México y votaron levantando la mano no sólo para elegir a su líder como presidente sino también para formar un gobierno paralelo con su gabinete. Según organizadores, asistieron más de un millón de personas a la plaza llamada de la Constitución. Los presentes votaron por desconocer a Calderón como el presidente de México y decidieron juramentar a López Obrador como presidente "legítimo" el 20 de noviembre, cuando se celebra la Revolución Mexicana de 1910. La coalición se ha movilizado en todo el país denunciando que se produjo un fraude el pasado 2 de julio que perjudicó a su candidato, quien finalmente perdió, según la autoridades electorales, por el 0,57 por ciento de los votos, apenas 230 mil votos. De esta forma, hay dos presidentes electos en México. Para el sistema jurídico la proclama de López Obrador no tiene valor legal, y lo mismo puede decirse de otros gobiernos que han reconocido el triunfo del derechista Calderón. López Obrador manifestó que trabajará para la construcción y establecimiento de una nueva República, según refirió Prensa Latina. «Defenderemos la esperanza, no aceptaremos el fraude como destino del pueblo», proclamó el líder del movimiento de resistencia civil pacífica ante miles de seguidores. El ex candidato de la coalición Por el Bien de Todos sostuvo que no claudicará ni aceptará que en el país señoreen flagelos como la desnutrición y el trabajo infantil, la falta de presupuesto para la educación, la escasez de empleos y los salarios de miseria. Afirmó que tampoco permitirá la discriminación por motivos religiosos étnicos o sexuales, la inmigración en busca de trabajo al otro lado de la frontera o la privatización de la industria eléctrica y del petróleo. Los cientos de miles de delegados asistentes a la convención desconocieron a Felipe Calderón como presidente electo de México y afirmaron que, en consecuencia, tampoco reconocerán a los funcionarios que designe, ni a los demás actos de su Gobierno. Mantener la convención como asamblea soberana, con reuniones periódicas (la próxima será el 21 de marzo 2007) e integrar comisiones en los sectores político-nacional, de resistencia civil y proceso constituyente, fueron otras de sus decisiones. Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
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