Los lazos de cooperación solidaria entre Caracas y La Habana
Venezuela en la mira del Imperio
27/11/2010
- Opinión
Aunque millones, adormecidos por los cánticos de las industrias culturales, se resistan a creerlo, la realidad grita a los cuatro vientos el análisis de académicos y científicos sociales que nos alertan acerca de una crisis estructural y sistémica del modo de producción capitalista. Ello es inocultable hace cada vez más peligroso a un imperio decadente y su gula insaciable de poder.
El vaho adormecedor que despiden las secreciones de la gran plataforma mass-mediática ha sido eficaz, durante décadas, para invisibilizar una parte importante de los graves problemas que amenazan el destino de la especie humana, sus causas reales y sus aterradoras consecuencias. Pero la magnitud y la complejidad de los daños es tal, que esa tarea de encantadores de serpientes planetarios se les pone cada día más cuesta arriba a las elites de siempre.
A la crisis ecológica, debemos sumar la crisis global de producción de alimentos, la crisis energética, la crisis política y la crisis financiero-especulativa del sistema capitalista, cuyos más esmerados apologistas se atreven a seguirnos metiendo el dedo en el ojo con su sarta de mentiras. “Todo está bien, problemas pasajeros. El único camino que existe y en consecuencia el único transitable es el del capitalismo”, sostienen todos los días y a toda ahora los mercenarios tarifados de la Academia y de la Comunicación, a través de un variopinto menú de tele-basura, radio-basura, web-basura, filmografía-basura, música-basura y prensa-basura.
Las asimetrías, la pobreza mundial, las hambrunas, los desastres medioambientales, el subdesarrollo y las grandes injusticias ¿A quién importan? La visión de las mafias del poder transnacional sigue siendo cínica, descarada e irresponsable: los que están jodidos, ¡pues que sigan jodidos! Mientras ellos estén muy bien y sigan controlando el destino de pueblos enteros a su real saber y entender, todo lo demás no importa nada. Sencillamente no interesa.
A muy grosso modo esa es la filosofía de vida del capitalismo. ¿Planificar?, ¿racionalizar?, ¿pensar en colectivo?, ¿ver más allá de las narices y ocuparse del mañana? Eso nunca, porque no es negocio. Soñar con un mundo más justo, donde quepamos y podamos desarrollarnos plenamente todos. Tampoco interesa. Es más, ni pensarlo, ¿para qué? Lo más insólito es que gruesas capas de clase media, que aún no han cobrado conciencia de los riesgos, de la carga del tiempo histórico –como apunta Mészáros-, se prestan a este juego de ajedrez que, obviamente, no sólo nunca los convertirá en reina, sino que cada vez aprieta más la tuerca, para afinar los mecanismos de explotación, opresión y represión.
El recetario ultra neoliberal y la mano dura con que han tratado de asfixiar a los movimientos populares en la llamada periferia europea o los Pigs (como despectivamente identifica el capitalismo a Portugal, Irlanda, Grecia y España), además de los problemas surgidos en Francia e Inglaterra deja al desnudo la desfachatez con que actúan estos bribones y las proporciones de una oleada de crisis que ha llegado para quedarse.
En este gran escenario, Cuba y Venezuela son un faro de dignidad. Las fuerzas de la ultra derecha se agrupan y se reagrupan. Aunque el barco hace aguas aún está lejos el naufragio. El poder del capital es muy grande, sus triquiñuelas y artimañas son múltiples. Y su capacidad de penetrar, fragmentar, narcotizar y dispersar a la clase obrera también se ha hecho cada vez más poderosa.
No obstante, reconforta saber, vivir, observar y palpar que en América Latina trata de abrirse paso un movimiento popular progresista, que se las ha ingeniado para dar un viraje y colocar en el poder a un liderazgo alternativo, consustanciado con las verdaderas necesidades de la gente y no con las oligarquías locales y transnacionales.Las gestiones de hombres como Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua, Fidel y Raúl Castro en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela, son muestra fehaciente de esa lucha por la transformación, la independencia y la soberanía.
También ha sido un referente innegable, el trabajo adelantado por el ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y su compañera y actual presidenta del gran país gaucho,Cristina Fernández; así como las acciones llevadas a cabo por Luis Inácio “Lula” Da Silva en Brasil y las expectativas favorables generadas con su sucesora Dilma Rousseff.
En Uruguay y Paraguay, con José “Pepe” Mujica y Fernando Lugo, también ha quedado en evidencia la necesidad y la búsqueda de cambios estructurantes y estructurales.
En una apretada síntesis, podemos decir que en América Latina la avanzada progresista iniciada por el aguerrido pueblo cubano ha cobrado un segundo aire en este inicio de siglo. La República Bolivariana de Venezuela, desde donde escribo estas líneas, humildemente ha jugado un rol pionero en los intentos de impulsar el apoyo que los cubanos nunca debieron dejar de recibir de parte de todos nuestros pueblos hermanos.
El 08 de noviembre se cumplieron 10 años del convenio Cuba-Venezuela, mediante el cual Caracas y La Habana estrecharon lazos de cooperación, confraternidad, unidad y trabajo compartido. Esta unión estratégica va mucho más allá del mero intercambio comercial, puesto que además de los beneficios recíprocos que ha supuesto para ambos pueblos, este puente diplomático permanente ha facilitado también las bases para una nueva integración, cuyas expresiones más concretas son la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El proceso ha sido en extremo complejo. Por supuesto no ha estado exento de un ataque feroz, sistemático y mentiroso de nuestras oligarquías locales que ha encontrado su mayor caja de resonancia en las empresas privadas de comunicación.
Y la de mentiras a granel que debimos escuchar. Qué no han dicho de Cuba y Venezuela. Cuántas mentiras y bajezas han puesto a rodar irresponsablemente y con la mayor mala intención. Recientemente, tuve oportunidad de viajar a La Habana. Allí participé como funcionario del Banco Central de Venezuela con el equipo responsable de montar el stand del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre) en la Feria Internacional de La Habana, ExpoCuba 2010.
La guerra sucia contra la bella Cuba, denuncia todos los días a una tiranía atroz que mantiene a su pueblo en la ignominia. Lo que pudimos captar fue una cosa muy distinta:calles pulcras, libres de inseguridad; un pueblo alegre, hospitalario, digno, amante de la lectura, la danza, el teatro; y con una conciencia crítica extendida. Normas que se cumplen y una cátedra de ciudadanía. A pesar del embargo injusto y despiadado; a pesar de los huracanes; a pesar de la crisis financiera y de las grandes limitaciones; en fin, a pesar de los pesares, los cubanos siguen firmes y verticales. Con una moral que se acrecienta día tras día.
Otro dato a destacar es que el contenido de la radio y la televisión cubanas está a años luz de la porquería que, con sus contadísimas excepciones, tienen para ofrecer los medios privados en la mayoría de nuestros países. La programación trasluce creatividad, inteligencia, esmero y máximo aprovechamiento de los pocos recursos disponibles. Fue un corroborar que sí es posible una comunicación social humana, que realce nuestras raíces y reafirme nuestra identidad latinoamericana y caribeña.
El final de mi estancia en La Habana, coincidió con el arribo del presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, quien viajó a la tierra de Martí y Camilo, para sostener diversas reuniones de trabajo con su par Raúl Castro. El balance de las relaciones binacionales fue positivo. Los mandatarios y los pueblos de ambos países han ratificado el compromisode seguir abriendo brecha en la región, para afianzar un modelo de integración fundamentado en el respeto a la soberanía, la solidaridad, la complementación y el amor revolucionario.
La visita de Chávez incluyó la instalación de diversas mesas de trabajo para acelerar los proyectos conjuntos o grannacionales previstos en el desarrollo de los próximos 10 años. Esta labor abarcará ámbitos variados: salud, energía, educación, producción manufacturera, agricultura y construcción, entre otros. Esta consolidación de relaciones y el trabajo activo entre los países de la zona Alba no podía ser más oportuna, porque las amenazas del imperio se recrudecen contra Venezuela.
La estrategia del Departamento de Estado norteamericano está muy clara, además es calco al carbón del mismo libreto, tantas veces utilizado, para cometer genocidios en otras latitudes. Son 10 años haciendo lo imposible por satanizar a Chávez y a la revolución bolivariana. La intención es mostrarnos ante la opinión pública internacional como un Estado forajido que cobija el narcotráfico y el terrorismo para justificar una agresión militar o cualquier otra aventura. En paralelo, no han cejado los intentos y planes de magnicidio contra el máximo líder revolucionario.
La más reciente maniobra está relacionada directamente con Guillermo Zuolaga, dueño del canal de noticias Globovisión y una de las caras más visibles de un emporio económico con tentáculos en el ámbito inmobiliario, de la venta de vehículos y el sistema bancario. Este señor es prófugo de la justicia venezolana, él y su socio el banquero Nelson Mezerhane, huyeron a Estados Unidos, donde cuentan con todo el apoyo para mentir y denigrar la Patria de Bolívar y la investidura del primer mandatario.
Ambos personajes son requeridos por la justicia venezolana. Mezerhane era propietario del Banco Federal, el cual quebró y con ello estafó a cientos de miles de incautos que habían depositado allí su dinero y su confianza. A Zuloaga se le demostró que compraba carros nuevos en el exterior y después los “engordaba” en una de sus propiedades, para revenderlos 3 ó 4 veces por encima de su precio real.
También se descubrieron indicios probatorios de que el grupo Mezerhane-Zuloaga está involucrado con mafias vinculadas a centrífugas bursátiles y del mercado inmobiliario, que han birlado sus ahorros e ingresos a cientos de familias de Venezuela.
Huelga decir que Globovisión ha sido el puntal de la desestabilización y la conspiración. Esta planta fue una de las más comprometidas con el episodio del golpe de estado de abril de 2002 y toda la locura que desató luego el fascismo del sabotaje de la industria petrolera (principal actividad económica de Venezuela) y las guarimbas (cierto tipo de protesta creada para provocar trancas de calle y alteración focal del orden público).
La conspiración ha sido reactivada. Zuloaga desde EEUU ha reiterado las denuncias falaces y el ataque contra la Patria bolivariana, desde el propio Capitolio gringo. La cadena CNN internacional se ha sumado a la comparsa. Este cuadro de situaciones configura un escenario bastante complicado para la revolución socialista de Venezuela.
El proceso venezolano no está exento de fallas y errores. Hay muchas cosas que revisar y muchas otras que potenciar, pero a 10 años de gestión revolucionaria el balance sigue siendo objetivamente muy positivo. La historia ha demostrado que a la hora de defender la Patria y luchar por la Libertad, el venezolano crece y le importa muy poco ofrendar la vida en aras de una causa superior. No dudas: si se atreven, resistiremos esta hipotética invasión gringa con todas nuestras fuerzas y con la moral bien en alto. Pero es igualmente evidente que con la unión regional será más difícil que el Águila rapaz materialice sus amenazas. También las perspectivas de la resistencia serían otras.
La unidad de Latinoamérica y el Caribe constituye un imperativo. Hay que dar pasos agigantados en este sentido. Conjuremos la miopía y la mezquindad de una vez y para siempre. Fundámonos en una sola gran Patria Latinoamericana, para que –parafraseando a Néstor Kirchner- “no se les ocurra querer patotearnos de nuevo”.
¡Qué viva Cuba, qué viva Venezuela, Qué viva Argentina, Qué viva Latinoamérica toda!
A la crisis ecológica, debemos sumar la crisis global de producción de alimentos, la crisis energética, la crisis política y la crisis financiero-especulativa del sistema capitalista, cuyos más esmerados apologistas se atreven a seguirnos metiendo el dedo en el ojo con su sarta de mentiras. “Todo está bien, problemas pasajeros. El único camino que existe y en consecuencia el único transitable es el del capitalismo”, sostienen todos los días y a toda ahora los mercenarios tarifados de la Academia y de la Comunicación, a través de un variopinto menú de tele-basura, radio-basura, web-basura, filmografía-basura, música-basura y prensa-basura.
Las asimetrías, la pobreza mundial, las hambrunas, los desastres medioambientales, el subdesarrollo y las grandes injusticias ¿A quién importan? La visión de las mafias del poder transnacional sigue siendo cínica, descarada e irresponsable: los que están jodidos, ¡pues que sigan jodidos! Mientras ellos estén muy bien y sigan controlando el destino de pueblos enteros a su real saber y entender, todo lo demás no importa nada. Sencillamente no interesa.
A muy grosso modo esa es la filosofía de vida del capitalismo. ¿Planificar?, ¿racionalizar?, ¿pensar en colectivo?, ¿ver más allá de las narices y ocuparse del mañana? Eso nunca, porque no es negocio. Soñar con un mundo más justo, donde quepamos y podamos desarrollarnos plenamente todos. Tampoco interesa. Es más, ni pensarlo, ¿para qué? Lo más insólito es que gruesas capas de clase media, que aún no han cobrado conciencia de los riesgos, de la carga del tiempo histórico –como apunta Mészáros-, se prestan a este juego de ajedrez que, obviamente, no sólo nunca los convertirá en reina, sino que cada vez aprieta más la tuerca, para afinar los mecanismos de explotación, opresión y represión.
El recetario ultra neoliberal y la mano dura con que han tratado de asfixiar a los movimientos populares en la llamada periferia europea o los Pigs (como despectivamente identifica el capitalismo a Portugal, Irlanda, Grecia y España), además de los problemas surgidos en Francia e Inglaterra deja al desnudo la desfachatez con que actúan estos bribones y las proporciones de una oleada de crisis que ha llegado para quedarse.
En este gran escenario, Cuba y Venezuela son un faro de dignidad. Las fuerzas de la ultra derecha se agrupan y se reagrupan. Aunque el barco hace aguas aún está lejos el naufragio. El poder del capital es muy grande, sus triquiñuelas y artimañas son múltiples. Y su capacidad de penetrar, fragmentar, narcotizar y dispersar a la clase obrera también se ha hecho cada vez más poderosa.
No obstante, reconforta saber, vivir, observar y palpar que en América Latina trata de abrirse paso un movimiento popular progresista, que se las ha ingeniado para dar un viraje y colocar en el poder a un liderazgo alternativo, consustanciado con las verdaderas necesidades de la gente y no con las oligarquías locales y transnacionales.Las gestiones de hombres como Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua, Fidel y Raúl Castro en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela, son muestra fehaciente de esa lucha por la transformación, la independencia y la soberanía.
También ha sido un referente innegable, el trabajo adelantado por el ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y su compañera y actual presidenta del gran país gaucho,Cristina Fernández; así como las acciones llevadas a cabo por Luis Inácio “Lula” Da Silva en Brasil y las expectativas favorables generadas con su sucesora Dilma Rousseff.
En Uruguay y Paraguay, con José “Pepe” Mujica y Fernando Lugo, también ha quedado en evidencia la necesidad y la búsqueda de cambios estructurantes y estructurales.
En una apretada síntesis, podemos decir que en América Latina la avanzada progresista iniciada por el aguerrido pueblo cubano ha cobrado un segundo aire en este inicio de siglo. La República Bolivariana de Venezuela, desde donde escribo estas líneas, humildemente ha jugado un rol pionero en los intentos de impulsar el apoyo que los cubanos nunca debieron dejar de recibir de parte de todos nuestros pueblos hermanos.
El 08 de noviembre se cumplieron 10 años del convenio Cuba-Venezuela, mediante el cual Caracas y La Habana estrecharon lazos de cooperación, confraternidad, unidad y trabajo compartido. Esta unión estratégica va mucho más allá del mero intercambio comercial, puesto que además de los beneficios recíprocos que ha supuesto para ambos pueblos, este puente diplomático permanente ha facilitado también las bases para una nueva integración, cuyas expresiones más concretas son la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El proceso ha sido en extremo complejo. Por supuesto no ha estado exento de un ataque feroz, sistemático y mentiroso de nuestras oligarquías locales que ha encontrado su mayor caja de resonancia en las empresas privadas de comunicación.
Y la de mentiras a granel que debimos escuchar. Qué no han dicho de Cuba y Venezuela. Cuántas mentiras y bajezas han puesto a rodar irresponsablemente y con la mayor mala intención. Recientemente, tuve oportunidad de viajar a La Habana. Allí participé como funcionario del Banco Central de Venezuela con el equipo responsable de montar el stand del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre) en la Feria Internacional de La Habana, ExpoCuba 2010.
La guerra sucia contra la bella Cuba, denuncia todos los días a una tiranía atroz que mantiene a su pueblo en la ignominia. Lo que pudimos captar fue una cosa muy distinta:calles pulcras, libres de inseguridad; un pueblo alegre, hospitalario, digno, amante de la lectura, la danza, el teatro; y con una conciencia crítica extendida. Normas que se cumplen y una cátedra de ciudadanía. A pesar del embargo injusto y despiadado; a pesar de los huracanes; a pesar de la crisis financiera y de las grandes limitaciones; en fin, a pesar de los pesares, los cubanos siguen firmes y verticales. Con una moral que se acrecienta día tras día.
Otro dato a destacar es que el contenido de la radio y la televisión cubanas está a años luz de la porquería que, con sus contadísimas excepciones, tienen para ofrecer los medios privados en la mayoría de nuestros países. La programación trasluce creatividad, inteligencia, esmero y máximo aprovechamiento de los pocos recursos disponibles. Fue un corroborar que sí es posible una comunicación social humana, que realce nuestras raíces y reafirme nuestra identidad latinoamericana y caribeña.
El final de mi estancia en La Habana, coincidió con el arribo del presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, quien viajó a la tierra de Martí y Camilo, para sostener diversas reuniones de trabajo con su par Raúl Castro. El balance de las relaciones binacionales fue positivo. Los mandatarios y los pueblos de ambos países han ratificado el compromisode seguir abriendo brecha en la región, para afianzar un modelo de integración fundamentado en el respeto a la soberanía, la solidaridad, la complementación y el amor revolucionario.
La visita de Chávez incluyó la instalación de diversas mesas de trabajo para acelerar los proyectos conjuntos o grannacionales previstos en el desarrollo de los próximos 10 años. Esta labor abarcará ámbitos variados: salud, energía, educación, producción manufacturera, agricultura y construcción, entre otros. Esta consolidación de relaciones y el trabajo activo entre los países de la zona Alba no podía ser más oportuna, porque las amenazas del imperio se recrudecen contra Venezuela.
La estrategia del Departamento de Estado norteamericano está muy clara, además es calco al carbón del mismo libreto, tantas veces utilizado, para cometer genocidios en otras latitudes. Son 10 años haciendo lo imposible por satanizar a Chávez y a la revolución bolivariana. La intención es mostrarnos ante la opinión pública internacional como un Estado forajido que cobija el narcotráfico y el terrorismo para justificar una agresión militar o cualquier otra aventura. En paralelo, no han cejado los intentos y planes de magnicidio contra el máximo líder revolucionario.
La más reciente maniobra está relacionada directamente con Guillermo Zuolaga, dueño del canal de noticias Globovisión y una de las caras más visibles de un emporio económico con tentáculos en el ámbito inmobiliario, de la venta de vehículos y el sistema bancario. Este señor es prófugo de la justicia venezolana, él y su socio el banquero Nelson Mezerhane, huyeron a Estados Unidos, donde cuentan con todo el apoyo para mentir y denigrar la Patria de Bolívar y la investidura del primer mandatario.
Ambos personajes son requeridos por la justicia venezolana. Mezerhane era propietario del Banco Federal, el cual quebró y con ello estafó a cientos de miles de incautos que habían depositado allí su dinero y su confianza. A Zuloaga se le demostró que compraba carros nuevos en el exterior y después los “engordaba” en una de sus propiedades, para revenderlos 3 ó 4 veces por encima de su precio real.
También se descubrieron indicios probatorios de que el grupo Mezerhane-Zuloaga está involucrado con mafias vinculadas a centrífugas bursátiles y del mercado inmobiliario, que han birlado sus ahorros e ingresos a cientos de familias de Venezuela.
Huelga decir que Globovisión ha sido el puntal de la desestabilización y la conspiración. Esta planta fue una de las más comprometidas con el episodio del golpe de estado de abril de 2002 y toda la locura que desató luego el fascismo del sabotaje de la industria petrolera (principal actividad económica de Venezuela) y las guarimbas (cierto tipo de protesta creada para provocar trancas de calle y alteración focal del orden público).
La conspiración ha sido reactivada. Zuloaga desde EEUU ha reiterado las denuncias falaces y el ataque contra la Patria bolivariana, desde el propio Capitolio gringo. La cadena CNN internacional se ha sumado a la comparsa. Este cuadro de situaciones configura un escenario bastante complicado para la revolución socialista de Venezuela.
El proceso venezolano no está exento de fallas y errores. Hay muchas cosas que revisar y muchas otras que potenciar, pero a 10 años de gestión revolucionaria el balance sigue siendo objetivamente muy positivo. La historia ha demostrado que a la hora de defender la Patria y luchar por la Libertad, el venezolano crece y le importa muy poco ofrendar la vida en aras de una causa superior. No dudas: si se atreven, resistiremos esta hipotética invasión gringa con todas nuestras fuerzas y con la moral bien en alto. Pero es igualmente evidente que con la unión regional será más difícil que el Águila rapaz materialice sus amenazas. También las perspectivas de la resistencia serían otras.
La unidad de Latinoamérica y el Caribe constituye un imperativo. Hay que dar pasos agigantados en este sentido. Conjuremos la miopía y la mezquindad de una vez y para siempre. Fundámonos en una sola gran Patria Latinoamericana, para que –parafraseando a Néstor Kirchner- “no se les ocurra querer patotearnos de nuevo”.
¡Qué viva Cuba, qué viva Venezuela, Qué viva Argentina, Qué viva Latinoamérica toda!
- Daniel Córdova Zerpa desde Caracas
APM | Agencia Periodística del Mercosur | www.prensamercosur.com.ar/apm
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
https://www.alainet.org/fr/node/145820
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