FMLN incorpora a sus filas el saquismo sin Saca
07/02/2014
- Opinión
Diputados de Unidos por El Salvador explican los porqués para desamparar a ARENA en la segunda. Los 300, 000 votos que el expresidente ganó el pasado domingo son el “embrión de la nueva derecha”, según Funes
Pasaron más de cien horas desde que el expresidente Elías Antonio Saca fue declarado el principal perdedor de la primera vuelta de las elecciones. Pero también pasaron cinco años desde que entregó la banda presidencial a Mauricio Funes. En sumas, el Frente Farabundo Martí (FMLN) había tardado cinco años y 100 horas para verse en el espejo que Saca ocupó como bandera en la campaña: los programas sociales del quinquenio 2004 – 2009; con el reloj sobre el calendario y necesitado de un aliado, el candidato oficialista, Salvador Sánchez Cerén le dijo en público al excandidato de la coalición UNIDAD que es “un gran hombre que invirtió en el desarrollo económico y puso al país en la ruta de los entendimientos”. En la finca San Antonio Ataco, en Ahuachapán (occidente del país), hubo aplausos cuando estas palabras fueron pronunciadas.
Minutos antes de iniciar la firma del pacto por el café, convocada por el expresidente de ARENA, Antonio Salaverría, Saca explicaba que no endosará los 300, 000 votos que ganó el pasado domingo porque no pueden decidir por los electores, aunque hizo un guiño evidente al oficialismo: pidió a los candidatos Sánchez Cerén y Norman Quijano – éste del principal partido de oposición – que retomen sus propuestas de gobierno de corte social como las Casas Ternuras, aumento a las pensiones del ISSS e INPEP y el Primer Empleo. Cuando terminó el evento, Cerén dijo que iban a incorporar a su programa de gobierno El Salvador Adelante las propuestas saquistas que coinciden con las impulsadas desde 2009 a la fecha por Funes. “Hay que apoyar a los sectores que están en vulnerabilidad, hay que darles oportunidades”.
En un camino casi paralelo, el candidato a la vicepresidencia, Óscar Ortiz se reunió con los diputados Adelmo Rivas, Jesús Grande y Rigoberto Soto – que impulsaron la candidatura de Saca -, disidentes areneros que integran su propia fracción: Unidos por El Salvador. Más que explicar las razones de porque apoyarán en la segunda vuelta a la fórmula efemelenista, detallaron los motivos para no sumarse a Quijano y René Portillo Cuadra. “Ese desprecio, prepotencia, arrogancia no los va a llevar a tener entendimientos”. Las palabras de Soto resumen la relación que ARENA ha tenido con los militantes que no siguieron las directrices de la dirigencia presidida por Jorge Velado; desde hace algún tiempo los han tratado de corruptos y de prestarse al “plan de expansión del Socialismo del Siglo 21”.
La historia de dimes y diretes iniciaron en 2009 cuando un grupo de diputados areneros inconformes con la presidencia de Alfredo Cristiani abandonaron las filas del partido opositor – la herida por la derrota ante el FMLN y Funes estaba fresca – y formaron Gran Alianza por la Unidad (Gana); desde que nació a la vida legislativa, ARENA los acusó una y mil veces de ser corruptos, aunque el principal blanco de las críticas fue el expresidente Saca.
Aunque los guiños entre los efemelenistas y Saca son claros, los partidos PDC y PCN imitan el gesto de su excandidato: dejar libres a los votantes para que elijan a su antojo. El secretario pedecista, Rodolfo Parker aseguró que no se aliarán con el oficialismo pero aconsejó a los 60, 000 electores que se apeguen al programa más cercano a la “orientación doctrinaria de nuestro partido”.
El embrión de la nueva derecha
Los 300, 000 votos que Saca ganó el domingo pasado no son una derrota, sino la oportunidad de impulsar una nueva derecha, según Funes que ve en el principal partido de oposición un modelo agotado de derecha partidaria que está en crisis desde 2009 cuando perdió el control del Órgano Ejecutivo. “(ARENA) ha sido excluyente, persigue al que se le pone enfrente, destruye a como dé lugar, es una derecha ciega”. La muestra del agotamiento, reflexionó el mandatario, es la “incapacidad” de ver aciertos en la forma de ejercer el poder. “Sencillamente es una derecha que tiene los ojos en la espalda y ve para atrás y no para adelante”.
Dice, además, que las visiones corporativistas del estado no pueden seguirse imponiendo, menos por “derecha que representa el partido ARENA que es oligárquica, ya en decadencia”.
En la primera vuelta de las presidenciales, Quijano obtuvo 1, 000, 047 votos, la cifra más baja de ARENA desde que participa en las elecciones después de los Acuerdos de Paz.
“Dependerá de ellos (Saca y sus aliados) si la logran construir, pero puede ser el embrión de una derecha con un rostro social, de una derecha que ya no sea egoísta y, sobre todo, que no sea esquizofrénica”.
Jueves, 06 Febrero 2014
Foto: ContraPunto
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