Las razones de la caída de Saca

13/12/2013
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Más que políticos, hay argumentos socioculturales que frenan el crecimiento de la candidatura del expresidente Saca. Por el momento tampoco se consagrará como el nuevo líder de la derecha
 
El pabellón 10 del CIFCO estaba abarrotado cuando Elías Antonio Saca llegó de la mano de su esposa, Ana Ligia Mixco Sol y sus dos hijos. Había figuras públicas de todos los ámbitos: mediáticos, políticos, abogados, publicistas, exfuncionarios, empresarios poderosos... todo un mosaico para oficializar un nuevo proyecto: lanzarse nuevamente como candidato a la presidencia pero, esta vez bajo la bandera de una coalición integrada por tres partidos de derechas y un grupo de la sociedad civil organizada.
 
El lanzamiento fue el 25 de febrero y las encuestas de opinión le daban una posición cómoda con posibilidades de crecimiento ante la caída del candidato de ARENA, Norman Quijano que perdía adeptos. A mediados de año los porcentajes eran iguales: no estaba creciendo pero tampoco disminuía, es decir, estaba estancado. A finales de 2013 el cuento ya está casi dibujado: la candidatura del expresidente no será capaz de sobreponerse al resto de competidores.
 
¿Por qué?   
 
Más que políticas, hay razones socioculturales que ayudan a entender el comportamiento de los salvadoreños ante determinadas opciones partidarias, es decir, el elector nunca se saldrá de los cintos de la costumbre y la tradición emanadas de la cultura política establecidas desde mediados del siglo pasado con el bipartidismo y los partidos oficiales lo que, a día de hoy continúa vigente.
 
“La cultura política en El Salvador te amarra y no te da espacios para moverte”, señaló el antropólogo Ramón Rivas que ha resumido las razones de la caída del expresidente Saca en tres aspectos culturales: comodidad, conservadurismo y desconfianza. El primero se centra en que el salvadoreño no está dispuesto a ver “más allá”, prefiere quedarse con lo conocido antes que aventurarse; el segundo argumento, que ha caracterizado por muchos años al país, se muestra en que desde los Acuerdos de Paz han sido ARENA y el FMLN los partidos que dominan el espectro político, o sea, el bipartidismo; el tercero es que lo nuevo es visto con recelo, no cala fácilmente.
 
“Es igual que en la religión, la gente no quiere saber más: este es ARENA y punto; este el FMLN y punto. Este es Saca… 'cuidado', dicen porque ya fue presidente pero lo 'echaron' de su partido. La gente se ha acostumbrado a los dos partidos grandes”, explicó el también director del Museo de Antropología de la Universidad Tecnológica (UTEC).
 
El experto en  estudios culturales ha ejemplificado con un símil: en el ropero hay siempre una camisa y un pantalón favoritos aunque haya más prendas. “si te acostumbras a este partido puede tener defectos pero estás acostumbrado a él y no se los ves,  seguís votando por él. Así es la cultura impregnada de pura necesidad”.
 
“¿Por qué existe polarización?”, se preguntó Rivas. “Porque la gente, culturalmente, prefiere a los que conoce porque sabe de ARENA, del FMLN pero no de UNIDAD, aunque el señor Saca tenga todas las buenas intenciones del mundo. Estas cosas debieron haberla pensado sus asesores, por eso me da la impresión que es un proyecto político que va a tientas, como un ciego”.
 
Rivas ha señalado un tercer patrón cultural que llamó de “el sello”, es decir, las acusaciones que se propagan en el ambiente político que, la mayor parte del tiempo no se comprueban pero terminan imponiéndose sobre una figura pública. A esta le suma la desconfianza. “No hay cosa más dañina que ponerle el sello a una persona, por ejemplo decir que sos ladrón, ya te jodieron; sos homosexual, ya te jodieron; sos vividor, ya te jodieron; te echaron de ARENA, ¿por qué? Que te pongan un sello es lo peor que te puede suceder”.
 
Cuando fue expulsado del principal partido de oposición, Saca alegó que había causado escozor porque defendía las políticas sociales que impulsaba en su gobierno desde 2004 a 2009; la dirigencia arenera, por el contrario, lo acusaba de corrupción en el Estado y de haber esquilmado las cuentas de ahorro partidarias. Sobre el expresidente también pesan señalamientos de enriquecimiento injustificado.
 
 UNIDAD ha oscilado, en la preferencia por bandera, entre el 8.3, 13.7 y 12.4 por ciento desde febrero, mayo y agosto según la encuesta de La Prensa Gráfica. En la medición de noviembre el porcentaje disminuyó hasta 9.8%; 1.5 puntos porcentuales arriba de lo registrado a principios de año.
 
La encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) también ha registrado un decrecimiento del candidato de la coalición de partidos de derechas, además ha hallado que los votantes que en un momento captó, ahora regresan a los bloques tradicionales: ARENA y el FMLN. Grandes porcentajes de votantes, asimismo, estarían en contra que regrese al poder. 
 
Jueves, 12 Diciembre 2013 
 
 
Foto: ContraPunto
 
 
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