Sueñan con un genocidio

06/04/2018
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Dice el Estatuto de Roma que un genocidio ocurre cuando se realiza una de las siguientes acciones: matanza de miembros de [un] grupo; lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; o, se realicen traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.

 

Lo que terriblemente no está tan lejos de las intenciones declaradas por Julio Borges, al periódico “El País” de España que hoy recogió para la prensa nacional el Portal Laiguana.tv, según las cuales la estrategia de la derecha es que “tengamos un régimen más aislado, más sancionado, con más fracturas internas y con un apoyo decidido de la comunidad internacional, para que Venezuela tenga un proceso democrático este mismo año” [1]

 

Con ello en mente, así como con las declaraciones de las Naciones Unidas sobre la naturaleza contraria a los derechos fundamentales que tienen las sanciones podemos –y al parecer debemos- pensar si el enfoque que hemos sostenido de estas actuaciones apátridas es el correcto o el asunto es más grave que el respeto elemental a las instituciones y principios de nuestro país.

 

Tomamos esta declaración tan sólo porque es la más reciente cuando quizás las actuaciones más graves se dieron en la incitación del mismo lobby de las acciones emprendidas contra Venezuela por la empresa Euroclear que fueron noticia en noviembre del año pasado cuando el Ejecutivo bolivariano denuncio que este consorcio sistemas de compensatorios impidieron el uso de 1.650 millones de dólares al país [2], y, las que han significado que no se han vendidos lotes de alimentos y medicinas a Caracas con conocimiento que estos son los mismos de los cuáles la población depende para su bienestar.

 

¿Valdría la pena que en todos los foros, tribunales y periódicos nosotros empecemos a llamar las cosas por su nombre? ¿Qué denunciemos cuánta es la violencia del planteamiento que nos asecha  y que pretende que a fuerza de convencernos que defender el país no vale la pena para que nos vayamos apagando hasta que ellos consigan, lo que no pueden frontalmente, un triunfo guapo y apoyado que les dé la Presidencia?

 

Habida cuenta los males que se están conjurando sobre Venezuela y sin poder considerar que alguna forma se va a cuidar para lograr el restablecimiento del dominio estadounidense sobre América Latina nos vemos obligados a desarrollar enfoques y acciones más audaces. Los cuales vamos a ver justificados simplemente si pensamos en lo mal que le resultó a los otros gobiernos progresistas de la Nación creer que  las instituciones ya establecidas dentro de los países y fuera de ellos actuaban con sujeción en algún principio o legalidad más allá de mantener el Mundo como una construcción unipolar.

 

Ya es un hecho incontestable que no tan sólo los Estados son capaces de cometer atrocidades; que el Poder Judicial y sus instituciones afines son las patas cojas de los movimientos populares y que debe, como hoy se intenta en Brasil y antes se logró en Venezuela, activarse directamente el poder del pueblo para la defensa de sus derechos.

 

La pregunta sigue planteada ¿quiénes son los enemigos del pueblo venezolano, cuál factura quieren que les paguemos y cuáles son sus herramientas? De sobra sabemos que el mundo ya no se sujeta de la idea del Estado Nación y hace mucho que los actores de la oposición venezolano no son ni políticos ni nacionales. Son estos lobbies y los intereses económicos que representan.

 

Nosotros estamos siendo víctimas de la ejecución de un plan que se mantiene sobre el sufrimiento del país, principalmente psicológico encerrado en la día que cada día, independientemente del esfuerzo, se tendrá menor acceso a bienes materiales y mayor cantidad de necesidades insatisfechas; que lo que antes era un mal cotidiano ahora sea una verdadera tragedia y que, ha caído sobre nosotros una verdadera maldición gitana.

 

Pintado sobre nuestro país ese desconsuelo, el tratamiento internacional de los venezolanos y de “lo venezolano” no puede ser más cruel, más oportunista y quizás tan pocho ducho que deben los Estados Unidos intervenir a través de organizaciones internacionales e incluso poniendo a disposición abogados que vengan a explicarle a los otros países latinoamericanos como maltratar a los venezolanos.

 

Es cierto que el Derecho Internacional y la diplomacia no sirven de mucho pero podemos mirar por ejemplo el caso cubano experto en sacarle punta a cualquier reunión para denunciar el bloqueo que les han impuesto por lo que hoy no hay un año que no se denuncie internacionalmente ni mucho más que un puñado de países que se atreven a no opinar en contra de su permanencia.

 

Podemos ver el caso palestino donde no existe una instancia que no se pise para denunciar que en Gaza viene ocurriendo un genocidio y que, a falta de ellas, han creado tribunales de los pueblos que simbólicamente como foros paralelos informan al mundo hasta donde es capaz la alianza de Estados Unidos e Israel de llegar.

 

Usar estos recursos si no nos garantiza una victoria definitiva dejará trazas internacionales de una resistencia que ha sido más que heroica. Una capaz de hacer que todas las estrategias colapsen y que nos lleva, contra todo pronóstico, a un nuevo escenario electoral para que algunos sigan dudando si defienden los derechos de este pueblo los que, votan en los escenarios internacionales a favor de Israel, o, el único de los dirigentes actuales de la nueva izquierda latinoamericana que entendió que no había que dejar ni tantito así a la derecha porque anda con un plan de tabula rasa en todo el Continente.

 

Notas

 

[1] http://www.laiguana.tv/articulos/87134-revelacion-julio-borges-estrategia-opositora-elecciones-presidenciales

 

[2] https://www.telesurtv.net/news/Venezuela-advierte-que-EE.UU.-retiene-recursos-a-traves-de-Euroclear-20171126-0044.html

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192089
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